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domingo, 5 de marzo de 2023

El año en el que la palabra Paz desapareció del diccionario

«La guerra es la paz; la libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza»» (1984, George Orwell)

Lo que me parece más destacable de este último año de invasión de Ucrania y de guerra es que los responsables políticos de las grandes potencias hayan hecho suya una de las tres consignas que se encontraban escritas en la fachada del Ministerio de la Verdad de la novela 1984 de George Orwell: «La guerra es la paz».

No lo digo yo, ni lo digo retóricamente. En un reportaje publicado en Financial Times el pasado día 3 se decía que una gran parte del público alemán ha comenzado a comprender que «el pacifismo no siempre equivale a la paz«.

Lo mismo ha ocurrido cuando alguien tan increíblemente transustanciado en esta coyuntura como el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, decía a la opinión pública que la censura de medios de comunicación que no defienden su posición es la forma de garantizar la libertad de expresión, dando así por cierto que los que defienden la suya ni mienten, ni manipulan.

Como escribió Eduardo Galeano en Patas arriba, «el arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento».

Incluso dejando a un lado que la invasión tuvo antecedentes que no es honesto olvidar (las provocaciones de Ucrania, la estrategia engañosa, agresiva y amenazadora de la OTAN, los actos terroristas previos…) y asumiendo al mismo tiempo que constituye un acto criminal injustificable, porque lo es cualquier violación de la integridad de un Estado soberano, lo cierto y lamentable es que las grandes potencias no han ofrecido otra alternativa como solución que la escalada militar. Y, además, que esta escalada no ha producido más efecto que el que cabía esperar: prolongación y endurecimiento de la guerra, sufrimiento en aumento y, eso sí, incremento del negocio armamentístico.

El ex primer ministro israelí Naftali Bennett lo reconoció hace unos días al desvelar que Estados Unidos y sus aliados occidentales “bloquearon” sus esfuerzos de mediación entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra en marzo de 2022.

Los dirigentes de las potencias occidentales no han manifestado en ninguna ocasión que la negociación y el diálogo, la apuesta por la paz, sean el camino. Han asumido, por el contrario, la estrategia de Publio Flavio Vegecio: si quieres la paz, prepara la guerra. Una alternativa reaccionaria, mutuamente destructiva y falsa porque, como ha dicho con toda la razón Federico Mayor Zaragoza, lo que hay que preparar si se quiere la paz no es la guerra, sino la palabra.

La apuesta por la escalada militar por parte de Estados Unidos e Inglaterra es incluso comprensible. Dada su historia de doble moral, no engañan a nadie.

El Reino Unido ha planeado o ejecutado más de 40 intentos de destituir gobiernos extranjeros en 27 países desde el final de la Segunda Guerra Mundial, llevando a cabo intervenciones militares encubiertas o abiertas y asesinatos. Y Estados Unidos ha realizado 392 intervenciones militares desde su fundación en 1776, la mitad de ellas entre 1950 y 2019 y la cuarta parte una vez acabada la Guerra Fría.

Pero ¿cómo ha podido la Unión Europea dejarse llevar a una estrategia que hipoteca, quien sabe si para siempre, el anhelo de paz y seguridad que le dio origen y que descarga sobre ella sus mayores costes y perjuicios? ¿Cómo puede olvidar el pueblo alemán su compromiso del «Nunca más» y aceptar que su economía se militarice? ¿Cómo pueden aceptar los dirigentes europeos como buenos socios y aliados a quienes sabotean con un acto terrorista la infraestructura de su principal potencia? ¿Dónde está su dignidad cuando se ponen sin más al servicio de quienes no tuvieron pudor alguno a la hora de manifestar sus intenciones: «Que se joda la Unión Europea«, le dijo la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, al embajador de ese país en Ucrania, en febrero de 2014.

Estados Unidos ha jugado con inteligencia sus cartas desde hace años haciendo prácticamente inevitable que Rusia interviniese contra Ucrania porque su resultado sería lo que buscaba y necesita para fortalecerse en su enfrentamiento con China, el debilitamiento económico de Europa. La propia Angela Merkel lo ha reconocido al señalar que los acuerdos de Minsk sólo se proponían darle tiempo a Ucrania para que se armase frente a lo que se iba a producir. Lo mismo que hizo el francés Françcois Hollande al afirmar que el mérito de esos acuerdos fue «haber dado esta oportunidad (fortalecer su posición militar) al ejército ucraniano».

Lo que han logrado los dirigentes europeos al renunciar a la paz y el diálogo como estrategia y optar por la militarización de su política -además de contribuir a acrecentar el dolor de Ucrania y del pueblo ruso- es condenar a Europa a la dependencia económica, militar, tecnológica y energética de Estados Unidos. Quién sabe lo que podido influir más, si el chantaje personal, la incompetencia, o la presión y el poder de quienes sólo piensan en vender armas y en hacer negocio después reconstruyendo lo que previamente han destruido.

Paralelamente a todo ello se silencia y ridiculiza a quienes pensamos que es ilusorio creer que hoy día se puede vencer militarmente a una potencia nuclear sin provocar un holocausto y que no es verdad que la escalada militar sea la única posibilidad de revertir la situación. O que una cosa es reconocer que Rusia cometió un acto criminal invadiendo Ucrania y otra que esté obligada a soportar, al lado mismo de sus fronteras, una amenaza de agresión que ninguna otra nación con dignidad estaría dispuesta a consentir.

Ha pasado un año de lo peor, pero no del problema. Es imprescindible reclamar el alto el fuego y la puesta en marcha de acciones diplomáticas que permitan llegar a acuerdos que pongan fin al conflicto. No podemos rendirnos ante quienes se empeñan en acabar para siempre con la palabra y la práctica de la paz. Como dijo Erasmo de Rotterdam, la paz más desventajosa (más imperfecta, diría ahora mi recordado amigo Francisco Muñoz), es mejor que la guerra más justa.

Juan Torres López, https://juantorreslopez.com/el-ano-en-el-que-la-palabra-paz-desaparecio-del-diccionario/

jueves, 7 de junio de 2018

Eduardo Galeano: El trabajo y la dignidad humana

Este bello y poderoso texto fue leído por Eduardo Galeano en la sesión magistral de clausura de la VI Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, llevada a cabo del 6 al 9 de noviembre de 2012 en la Ciudad de México. Más de 5 mil participantes, gran parte de ellos jóvenes, acompañaron su presentación en aquellas jornadas promovidas por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y la UNESCO. Más abajo puede accederse al video completo de su conferencia.



No sé cómo podremos acostumbrarnos a la ausencia de Eduardo Galeano, a sus siempre necesarios y oportunos relatos, a su compromiso y militancia incansable a favor de la justicia, la libertad y la igualdad. El mejor homenaje que podemos rendirle es leerlo y escucharlo, contagiando a las nuevas generaciones el valor de la palabra para hacer del nuestro, un mundo más humano.

Pablo Gentili, Secretario Ejecutivo de CLACSO y coordinador del blog Contrapuntos.

No se asusten, empezaré diciendo “seré breve”, pero esta vez es verdad. Y es verdad porque yo estoy empeñado en una inútil campaña contra la “inflación palabreria” en América Latina, que yo creo que es más jodida, más peligrosa que la inflación monetaria, pero se cultiva con más frecuencia. Y porque además lo que voy a hacer es leer para ustedes un mosaico de textos breves previamente publicados en revistas, periódicos, libros. Pero no reunidos como ahora en una sola ocasión, reunidos en torno a una pregunta que me ocupa y me preocupa como –estoy seguro– a todos ustedes, que es la pregunta siguiente: ¿los derechos de los trabajadores son ahora un tema para arqueólogos? ¿Sólo para arqueólogos? ¿Una memoria perdida de tiempos idos? Este en un mosaico armado con textos diversos que se refieren todos –sin querer queriendo, yendo y viniendo entre el pasado y el presente– a esta pregunta más que nunca actualizada: ¿“Los derechos de los trabajadores” es un tema para arqueólogos? Más que nunca actualizada en estos tiempos de crisis, en los que más que nunca los derechos están siendo despedazados por el huracán feroz que se lleva todo por delante, que castiga el trabajo y en cambio recompensa la especulación, y está arrojando al tacho (cubo) de la basura más de dos siglos de conquistas obreras.

La tarántula universal
Ocurrió en Chicago en 1886. El 1º de mayo, cuando la huelga obrera paralizó Chicago y otras ciudades, el diario Philadelphia Tribune diagnosticó: “El elemento laboral ha sido picado por una especie de tarántula universal y se ha vuelto loco de remate”. Locos de remate estaban los obreros que luchaban por la jornada de trabajo de ocho horas y por el derecho a la organización sindical. Al año siguiente, cuatro dirigentes obreros, acusados de asesinato, fueron sentenciados sin pruebas en un juicio mamarracho. Se llamaban George Engel, Adolph Fischer, Albert Parsons y Auguste Spies; marcharon a la horca mientras el quinto condenado (Louis Lingg) se había volado la cabeza en su celda.

Cada 1º de mayo el mundo entero los recuerda.
Dicho sea de paso, les cuento que estuve en Chicago hace unos siete u ocho años, y les pedí a mis amigos que me llevaran al lugar donde todo esto había ocurrido, y no lo conocían. Entonces me di cuenta de que en realidad esto, esta ceremonia universal – la única fiesta de veras universal que existe –, en Estados Unidos no se celebraba; o sea, era en ese momento el único país del mundo donde el 1 de mayo no era el Día de los Trabajadores. En estos últimos tiempos eso ha cambiado, recibí hace poco una carta muy jubilosa de estos mismos amigos contándome que ahora había en ese lugar un monolito que recordaba a estos héroes del sindicalismo, que las cosas habían cambiado y que se había hecho una manifestación de cerca de un millón de personas en su memoria por primera vez en la historia. Y la carta terminaba diciendo: “Ellos te saludan”.

Cada 1º de mayo el mundo recuerda a esos mártires, y con el paso del tiempo las convenciones internacionales, las constituciones y las leyes les han dado la razón. Sin embargo, las empresas más exitosas siguen sin enterarse. Prohíben los sindicatos obreros y miden las jornadas de trabajo con aquellos relojes derretidos de Salvador Dalí.

Una enfermedad llamada "trabajo"
En 1714 murió Bernardino Ramazzini. Él era un médico raro, un médico rarísimo, que empezaba preguntando: “¿En qué trabaja usted?”. A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia. Su experiencia le permitió escribir el primer Tratado de Medicina del Trabajo, donde describió – una por una– las enfermedades frecuentes en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos. Mientras Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott. Siguiendo las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la muerte de los obreros pobres. Y entre otros hallazgos, Pott descubrió por qué era tan breve la vida de los niños deshollinadores. Los niños se deslizaban desnudos por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza respiraban mucho hollín.
El hollín era su verdugo.

Desechables
Más de 90 millones de clientes acuden, cada semana, a las tiendas Walmart. Sus más de 900 mil empleados tienen prohibida la afiliación a cualquier sindicato. Cuando a alguno se le ocurre la idea, pasa a ser un desempleado más. La exitosa empresa niega sin disimulo uno de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas: la libertad de asociación. Y más, el fundador de Walmart, Sam Walton, recibió en 1992 la Medalla de la Libertad, una de las más altas condecoraciones de los Estados Unidos.

Uno de cada cuatro adultos norteamericanos y nueve de cada diez niños engullen en McDonald’s la comida plástica que los engorda. Los trabajadores de McDonald’s son tan desechables como la comida que sirven. Los pica la misma máquina. Tampoco ellos tienen el derecho de sindicarse.

En Malasia, donde los sindicatos obreros todavía existen y actúan, las empresas Intel, Motorola, Texas Instruments y Hewlett-Packard lograron evitar esa molestia. El gobierno de Malasia declaró union free (libre de sindicatos) el sector electrónico. Tampoco tenían ninguna posibilidad de afiliarse las 190 obreras que murieron quemadas vivas en Tailandia en 1993, en el galpón trancado por fuera donde fabricaban los muñecos de Sesame Street, Bart Simpson, la familia Simpson y los Muppets.
En sus campañas electorales del año 2000, los candidatos Bush y Gore coincidieron en la necesidad de seguir imponiendo en el mundo el modelo norteamericano de relaciones laborales. “Nuestro estilo de trabajo” – como ambos lo llamaron – es el que está marcando el paso de la globalización que avanza con botas de siete leguas y entra hasta en los más remotos rincones del planeta.

La tecnología, que ha abolido las distancias, permite ahora que un obrero de Nike en Indonesia tenga que trabajar 100 mil años para ganar lo que gana en un año – 100 mil años para ganar lo que gana en un año – un trabajador de su empresa en los Estados Unidos. Es la continuación de la época colonial, en una escala jamás conocida. Los pobres del mundo siguen cumpliendo su función tradicional: proporcionan brazos baratos y productos baratos, aunque ahora produzcan muñecos, zapatos deportivos, computadoras o instrumentos de alta tecnología, además de producir como antes caucho, arroz, café, azúcar y otras cosas malditas por el mercado mundial.

Desde 1919 se han firmado 183 convenios internacionales que regulan las relaciones de trabajo en el mundo. Según la Organización Internacional del Trabajo, de esos 183 acuerdos Francia ratificó 115, Noruega 106, Alemania 76 y los Estados Unidos… 14. El país que encabeza el proceso de globalización sólo obedece sus propias órdenes. Así garantiza suficiente impunidad a sus grandes corporaciones, lanzadas a la cacería de mano de obra barata y a la conquista de territorios que las industrias sucias pueden contaminar a su antojo. Paradójicamente, este país que no reconoce más ley que la ley del trabajo… no reconoce más ley que la ley del trabajo fuera de la ley, es el que dice que ahora no habrá más remedio que incluir cláusulas sociales y de protección ambiental en los Acuerdos de Libre Comercio. ¿Qué sería de la realidad, no? ¿Qué sería de ella sin la publicidad que la enmascara? Estas cláusulas son meros impuestos que el vicio paga a la virtud con cargo al rubro “relaciones públicas”, pero la sola mención de los derechos obreros pone los pelos de punta a los más fervorosos partidarios, abogados, del salario de hambre, el horario de goma y el despido libre.

Desde que Ernesto Zedillo dejó la Presidencia de México, pasó a integrar los directorios de la Union Pacific Corporation y del consorcio Procter &  Gamble, que opera en 140 países, y además encabeza una comisión de las Naciones Unidas y difunde sus pensamientos en la revista Forbes. En idioma “tecnocratés”, se indigna contra lo que llama “la imposición de estándares homogéneos en los nuevos acuerdos comerciales”; traducido, eso significa “olvidemos de una buena vez toda la legislación internacional que todavía protege más o menos, menos que más, a los trabajadores”. El presidente jubilado cobra por predicar la esclavitud, pero el principal director ejecutivo de General Electric lo dice más claro: “Para competir hay que exprimir los limones”, y no es necesario aclarar que él no trabaja de limón en el reality show del mundo de nuestro tiempo. Ante las denuncias y las protestas, las empresas se lavan las manos y “yo no fui, yo no fui”.

En la industria posmoderna el trabajo ya no está concentrado, así es en todas partes, y no sólo en la actividad privada. Los contratistas fabrican las tres cuartas partes de los autos de Toyota; de cada cinco obreros de Volkswagen en Brasil, sólo uno es empleado de la empresa; de los 81 obreros de Petrobras muertos en accidentes de trabajo a fines del siglo XX, 66 estaban al servicio de contratistas que no cumplen las normas de seguridad.

A través de 300 empresas contratistas, China produce la mitad de todas las muñecas Barbie para las niñas del mundo. En China sí hay sindicatos, pero obedecen a un Estado que en nombre del socialismo se ocupa de la disciplina de la mano de obra. “Nosotros combatimos la agitación obrera y la inestabilidad social para asegurar un clima favorable a los inversores”, explicó Bo Xilai, alto dirigente del Partido Comunista Chino.

El poder económico está más monopolizado que nunca, pero los países y las personas compiten en lo que pueden, a ver quién ofrece más a cambio de menos, a ver quién trabaja el doble a cambio de la mitad. A la vera del camino están quedando los restos de las conquistas arrancadas por tantos años de dolor y de lucha.

Las plantas maquiladoras de México, Centroamérica y el Caribe, que por algo se llaman sweatshops (“talleres del sudor”), crecen a un ritmo mucho más acelerado que la industria en su conjunto. Ocho de cada diez nuevos empleos en la Argentina están en negro, sin ninguna protección legal; nueve de cada diez nuevos empleos en toda América Latina corresponden al llamado “sector informal”, un eufemismo para decir que los trabajadores están librados a la buena de Dios. ¿La estabilidad laboral y los demás derechos de los trabajadores serán de aquí a poco un tema para arqueólogos? ¿No más que recuerdos de una especie extinguida?

En el mundo del revés, la libertad oprime. La libertad del dinero exige trabajadores presos, presos de la cárcel del miedo, que es la más cárcel de todas las cárceles. El Dios del mercado amenaza y castiga, y bien lo sabe cualquier trabajador en cualquier lugar. El miedo al desempleo que sirve a los empleadores para reducir sus costos de mano de obra y multiplicar la productividad, eso hoy por hoy es la fuente de angustia más universal de todas las angustias.

¿Quién está a salvo del pánico, de ser arrojado a las largas colas de los que buscan trabajo? ¿Quién no teme convertirse en un obstáculo interno, para decirlo con las palabras del presidente de la Coca-Cola, que explicó el despido de miles de trabajadores diciendo que “hemos eliminado los obstáculos internos”? Y en tren de preguntas, la última: ante la globalización del dinero, que divide el mundo en domadores y domados, ¿se podrá internacionalizar la lucha por la dignidad del trabajo? Menudo desafío.

Un raro acto de cordura
En 1998, Francia dictó la ley de 35 horas semanales el horario de trabajo. Trabajar menos, vivir más. Tomás Moro lo había soñado en su Utopía pero hubo que esperar cinco siglos para que por fin una nación se atreviera a cometer semejante acto de sentido común. Al fin y al cabo, ¿para qué sirven las máquinas si no es para reducir el tiempo de trabajo y ampliar nuestros espacios de libertad? ¿Por qué el progreso tecnológico tiene que regalarnos desempleo y angustia? Por una vez, al menos, hubo un país que se atrevió a desafiar tanta sinrazón. Pero, pero… poco duró la cordura. La ley de las 35 horas murió a los diez años.

Este inseguro mundo
Hoy, vale la pena advertir que no hay en el mundo nada más inseguro que el trabajo. Cada vez son más y más los trabajadores que despiertan cada día preguntando: “¿Cuántos sobraremos, quién me comprará?”. Muchos pierden el trabajo, y muchos pierden, trabajando, también la vida. Cada 15 segundos muere un obrero asesinado por eso que llaman “accidentes de trabajo”.

La inseguridad pública es el tema preferido de los políticos, que desatan la histeria colectiva en cada elección. “¡Peligro, peligro – proclaman – en cada esquina acecha un ladrón, un violador, un asesino!”. Pero esos políticos jamás denuncian que trabajar es peligroso. Y es peligroso cruzar la calle, porque cada 25 segundos muere un peatón asesinado por eso que llaman “accidentes de tránsito”. Y es peligroso comer, porque quien está a salvo del hambre puede sucumbir envenenado por la química en la comida. Y es peligroso respirar, porque en las ciudades, en las grandes ciudades, el aire es… el aire puro es como el silencio: un artículo de lujo. Y también es peligroso nacer, porque cada 3 segundos muere un niño que no ha llegado vivo a los cinco años de edad.

Una historia real para acabar (se me fue la mano con las teorías), un par de cosas que tengan más que ver con la realidad de carne y hueso, como la historia de Maruja. El 30 de marzo, Día del Servicio Doméstico, no viene mal contar la breve historia de una trabajadora de uno de los oficios más ninguneados del mundo. Maruja no tenía edad. De sus años de antes, nada decía; de sus años de después, nada esperaba. No era linda ni fea ni más o menos, caminaba arrastrando los pies, empuñando el plumero o la escoba o el cucharón. Despierta, hundía la cabeza entre los hombros. Dormida, hundía la cabeza entre las rodillas. Cuando le hablaban, miraba al suelo, como quien cuenta hormigas. Había trabajado en casas ajenas desde que tenía memoria. Nunca había salido de la ciudad de Lima, nunca. Mucho trajinó de casa en casa, y en ninguna se hallaba. Por fin, por fin, encontró un lugar donde fue tratada como si fuera persona. A los pocos días, se fue.
Se estaba encariñando.

Desaparecidos
Agosto 30, Día de los Desaparecidos. Los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre, las mujeres y los hombres que el terror tragó, los bebés que son o han sido botín de guerra, y también los bosques nativos, las estrellas en la noche de las ciudades, el aroma de las flores, el sabor de las frutas, las cartas escritas a mano, los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo, el fútbol de la calle, el derecho a caminar, el derecho a respirar, los empleos seguros, las jubilaciones seguras, las casas sin rejas, las puertas sin cerradura, el sentido comunitario y el sentido común.

El origen del mundo
Hacía pocos años que había terminado la Guerra Española, y la cruz y la espada reinaban sobre las ruinas de la República. Uno de los vencidos, un obrero anarquista recién salido de la cárcel, buscaba trabajo. En vano revolvía cielo y tierra. No había trabajo para un rojo. Todos le ponían mala cara, se encogían de hombros, le daban la espalda, con nadie se entendía, nadie lo escuchaba. El vino era el único amigo que le quedaba.

Por las noches, ante los platos vacíos, soportaba sin decir nada los reproches de su esposa beata, mujer de misa diaria, mientras el hijo, un niño pequeño, le recitaba el catecismo. Mucho tiempo después, Josep Verdura, el hijo de aquel obrero maldito, me lo contó. Me contó esta historia. Me lo contó en Barcelona, cuando yo llegué al exilio, me lo contó: él era un niño desesperado que quería salvar a su padre de la condenación eterna, pero el muy ateo, el muy tozudo, no entendía razones. “Pero, papá – le preguntó Josep, llorando –, pero, papá… si Dios no existe, ¿quién hizo el mundo?”. Y el obrero, cabizbajo, casi en secreto, dijo: “¡Tonto, tonto! ¡Al mundo lo hicimos nosotros, los albañiles!”.

Ciudad de México, viernes 9 de noviembre de 2012

https://elpais.com/elpais/2015/04/13/contrapuntos/1428949112_142894.html

lunes, 4 de junio de 2018

Nietzsche, las tres caras de Clío

Arjuna

Si todos los archivos contaban la misma mentira, la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad.
(George Orwell 1984)

En su ensayo Las tres caras de Clío [1] , Nietzsche, el asesino más célebre de Dios, nos habla de La historia monumental, La historia anticuaria y La historia crítica. Sus tres enfoques rompen los rígidos moldes que nos enseñaron en las escuelas y suponen un buen punto de partida para reconstruir el pasado con rigor y espíritu crítico. Para el filósofo alemán:

La historia monumental es aquella que el poder utiliza para ensalzar y magnificar las gestas de nuestros de nuestros antepasados. Con esas hazañas (que nos recuerdan los libros de texto, el cine, los discursos políticos, etc.) se pretende elevar la autoestima del pueblo, (sobre todo en épocas de crisis y vacío ideológico) para que no piense en las miserias y malas políticas del presente.

Esta historia dirige la mirada hacia todo que se considera glorioso (La Batalla de Lepanto), las gestas de los héroes (La Conquista de América) o de los reyes: la expulsión de moros y judíos para finiquitar la reconquista o la fundación de un Imperio donde nunca se pone el Sol.

Esta es la historia que retrata “la memoria oficial y desde arriba”. El pueblo aquí carece de valor. Sólo es útil como carne de cañón, pagador de impuestos, como donante de sus hijas para que el señor ejerza el derecho de pernada, para suministrar soldados para hacer la guerra, para poner piedras “en las pirámides”, para sacar metal de las minas, etc.

La historia anticuaria es la que invita a escapar del presente (al igual que la anterior) y dirigir nuestra mirada al patrimonio que nos dejaron nuestros abuelos históricos. Gusta de hipnotizar a la gente para que venere todo lo antiguo y de educar “para que veamos con desconfianza todo lo nuevo, los cambios”. Las ideas nuevas (antisistema) constituyen una grave amenaza para conservar los valores impolutos de nuestra civilización superior. Los innovadores, sobre todo en política, se proponen, según esta corriente, “matar el alma y el legado del pasado”.

La historia anticuaria es la gran aliada del turismo de masas y del consumismo compulsivo. No es de extrañar que los privilegiados -que tienen pánico a los retos del presente y a las “demandas revolucionarias” - no dejen de recordarnos que somos la segunda mayor potencia turística del mundo y que nuestro bienestar depende de la pasta que gasten aquí los visitantes foráneos. Eso convierte una parte importante de nuestro país en un gigantesco Parque de Atracciones. Para esta historia el pueblo también carece de valor como protagonista, en cambio es considerado valiosísimo como consumidor, -ya que el consumismo es la religión de la Postverdad- y, como pagador de impuestos. Los dos tipos de historia mencionadas coinciden en un mismo ideal: perpetuar el adagio del palo y la zanahoria.

La historia crítica. Ésta es la más necesaria y la que aborrecen los gobernantes del establishment. Ésta es la que no se enseña ni en las escuelas ni en las universidades, pues encierra el peligro de que “el pueblo despierte y tome conciencia de las mentiras que se ha tragado durante siglos y milenios”.

La historia crítica es aquella que se adentra en el pasado con la mente abierta y que da valor “a cosas que normalmente desprecian los gobernantes. Esta cara de Clío rescata al pueblo como protagonista de la historia (aquí nos viene al pelo una pregunta que hacía Eduardo Galeano ¿Quién ha construido el mundo? Ante el silencio del interpelado respondía: Los obreros ¡hombre! Los obreros).

La historia crítica es aquella que trata de ajustar cuentas con el pasado y poner cada cosa en su lugar desde una perspectiva que aborrece el relativismo. Es la Historia que nos permite imaginar una nueva enseñanza del pasado y nos anima a combatir la propaganda de la Historia Monumental y la Historia Anticuaria, cuya misión es, entre otras cosas, que vivamos con los ojos vendados. La historia crítica trata de librar al presente de las cadenas del pasado.

Para el profesor de Basilea, “el estudio histórico saca a la luz tanta mentira y hechos absurdos y molestos que la idea de piedad (heredada de la religión) se desmorona completamente”.

Nota:
[1] Consideraciones Intempestiva (1873-1875). Segundo fragmento “De la utilidad y los inconvenientes de los estudios históricos para la vida”.

Blog del autor: http://www.nilo-homerico.es/

lunes, 23 de abril de 2018

Chistes sobre economistas

"¿Por qué los tiburones no atacan a los economistas?" Respuesta: "Cortesía profesional".

Esta breve muestra de humor mordaz es sólo un ejemplo de la cantidad de bromas que se pueden hacer a costa de una profesión con fama de seria y engorrosa, la de los economistas.

En "El chiste y su relación con el inconsciente", Sigmund Freud decía que los chistes, además de hacer reír, revelan verdades ocultas de la vida social.

Y los economistas no son ajenos a esta dinámica del humor que tiene un mensaje detrás.

Veamos: si alguien cuenta que "le pedí su número de teléfono a un economista ... y me dio una estimación" el chiste reside en que el único teléfono que no tiene un número preciso es, paradójicamente, el del supuesto "experto en números": el economista.

Como un eco, el "estimado" telefónico refleja los vicios típicos de una praxis profesional que construye afirmaciones categóricas… con cálculos aproximados.

Los cinco chistes a continuación revelan distintos aspectos de este arte. BBC Mundo se los cuenta.

1 - Los economistas crearon "el Kamasutra económico" pero ¿saben algo de economía real?

Los economistas explican qué va a pasar con los salarios, los mercados, el precio del petróleo, del mercado inmobiliario o la inflación.

Sigmund Freud
Freud decía que los chistes, además de hacer reír, revelan verdades ocultas de la vida social. Tanto en el Estado como en el sector privado, proporcionan el sustento "discursivo-racional" de las medidas económicas que adoptará un gobierno o una compañía.

Tienen el "Kamasutra económico" más amplio del mundo con respuestas para todos los gustos e inclinaciones, pero ¿saben realmente algo de la economía real?

Toda esa jerga esotérica, docta e impenetrable, ¿les sirve para hacer funcionar con éxito una fábrica o realizar un negocio? ¿Se encargaron alguna vez de la producción, venta o distribución de algo más tangible que sus propias teorías?

Muchos contestarán con un tajante "no" a las respuesta de arriba. El chiste, por el momento, sólo arroja un manto de duda.

2 - Los economistas han previsto 9 de las últimas 5 recesiones.

Uno de los flancos más frágiles de los economistas es la predicción, rasgo que diferencia a las ciencias duras de las sociales.

Hasta nuevo aviso, uno espera que toda piedra que se suelte en el aire caiga sobre la Tierra por obra y gracia de la gravitación. Pero no ocurre lo mismo con la economía.

Risas
Es fácil reírse de los economistas, dice Justo.
De 134 crisis y recesiones en el mundo en desarrollo entre 1991 y 2001, el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo predijo 15.

La lista de fallos predictivos de economistas es tan legendaria como la de los pronósticos meteorológicos.

De ahí las numerosas bromas que hay al respecto, como: "un economista es un experto que sabrá mañana por qué las cosas que predijo ayer no sucedieron hoy".

Según el académico estadounidense Philippe Tetlock, que estudió los pronósticos de unos 284 economistas durante 20 años, sus posibilidades de acierto son similares a los que tiene un chimpancé de ganar en un juego de dardos.

3 - ¿Cuántos economistas de Chicago hacen falta para cambiar una bombilla?
Respuesta: Ninguno. Si se necesita cambiar la bombilla, el mercado se encargará de hacerlo.

En los años 80, el "mercado" se convirtió en una varita mágica que explicaba todo fenómeno económico con la precisión de un termostato que controla la temperatura mediante un infalible mecanismo de autorregulación.

En cualquier explicación periodística se lee como verdad revelada que el aumento o la disminución de precios y salarios, la recesión y un larguísimo etcétera de fenómenos se explican por la interacción de la oferta y la demanda gracias a la "mano invisible" del mercado.

Es como si no se necesitara ninguna acción humana, como si nadie decidiera aumentar los precios, como si las remarcaciones del costo de un producto no fueran parte de una compleja cadena en la que alguien (o un grupo) toma una decisión, da una orden que se ejecuta y tiene un impacto determinado: pagar más en el momento de la compra.

Yanis Varoufakis
El economista Yanis Varoufakis, nuevo ministro de Finanzas de Grecia, está en boca de todos. De ahí el problema que causa la bombilla.

Es obvio que la mano invisible del mercado no podrá cambiarla: convendrá intervenir nombrando a una "mano visible" para que se ocupe del asunto.

Dicho sea de paso, el chiste de la bombilla se ha aplicado a todos los economistas para comparar sus teorías: un trotskista diría que no se necesita cambiarla sino destruirla, mientras que un marxista -conforme a los principios de la dialéctica- respondería que la bombilla contiene en su interior las semillas de su propia destrucción.

4 - ¿Qué responden en una entrevista laboral un matemático, un estadístico y un economista cuando les preguntan cuánto es 2 + 2?

- El matemático no lo duda: "da 4 exactamente". El estadístico pondera: "en promedio, cuatro, con un margen de error del 2%". El economista acerca la silla al entrevistador y baja la voz a un susurro: "¿A qué desea usted que sea igual?"

La supuesta asepsia de los economistas amantes puros del conocimiento no es tal.

Muchos señalan que los economistas trabajan para hacer dinero y lo hacen amoldando sus teorías al "cliente": desde una empresa a un organismo internacional o un país.

Foro de Davos
La cumbre mundial de economistas del mundo se da en Davos. Más estrictamente hablando, es cierto que las fundaciones de pensamiento económico son financiadas por grupos empresariales o sindicales o políticos o quien sea que paga con un objetivo a la vista: producir hipótesis y estudios que se ajusten a su visión del mundo específica.

Los profesionales se encargan, en muchos casos, de proporcionan el discurso a medida.

De ahí un chiste en esta vena, pero un poco más lapidario: ¿Por qué los tiburones no atacan a los economistas? Respuesta: Cortesía profesional.

5 - ¿Por qué Cristóbal Colón fue el primer economista? Respuesta: Porque cuando dejó el Puerto de Palos para descubrir América ignoraba a dónde iba; cuando llegó, ignoraba dónde estaba y, además, lo hizo todo con una beca del Ministerio.

La economía está inmersa en la esencial incertidumbre de la vida social.

Las innovaciones tecnológicas, cambios políticos o institucionales, rebeliones y otros procesos de cambio son parte de esas variables impredecibles que cambian la sociedad y la economía.

Crisis subprime
Muchos culpan a los economistas por la crisis de las hiptecas sub-prime en EE.UU. Por caso: todavía estamos intentando cuantificar el impacto de internet en la actividad económica.

Y las hipotecas subprime en Estados Unidos fueron un negocio redondo justificado con modelos matemáticos que llevaron a una de las peores crisis de los últimos 100 años.

La ironía es que pasan los cambios y las crisis y los economistas siguen hablando con la misma suficiencia de siempre.

Igual que Cristóbal Colón que procuró convencer a todo el mundo que había llegado a algún lugar de Asia próximo a India.

Uno más
Y a modo de epílogo, un chiste extra… porque no podemos parar de contarlos:

¿Cuál es la primera ley de los economistas?: por cada economista existe un economista igual y opuesto. ¿Cuál es la segunda ley de los economistas?: ambos están equivocados.

Los cinco chistes previos apuntan al equívoco lugar que la economía ocupa en el conocimiento humano.

¿Hay alguna manera de demostrar fehacientemente que una teoría es correcta y otra no lo es? ¿Dónde está la verdad? ¿En la doctrina monetarista, la keynesiana, la marxista, la estructural…? ¿Equivale esto a decir que todo estudio de economistas es falso? ¿O que cualquiera puede ser verdadero?

Thomas Piketty
El autor francés Thomas Piketty es uno de los economistas más famosos del mundo. No. La clave es tratarlo como conocimiento "aproximado" y no como "verdad revelada".

Pero al mismo tiempo habría que admirar la escala y ambición de mediciones como el Producto Interno Bruto (PIB) que cuantifica toda la riqueza producida por una sociedad, es decir, por la interacción económica de millones de personas en determinado período de tiempo.

Y más allá de los chistes, nunca hay que olvidar las palabras de unos de los más brillantes economistas del siglo XX,

John Maynard Keynes:
"Las ideas de los economistas son mucho más poderosas de lo que generalmente se piensa. De hecho el mundo no está gobernado por otra cosa. La vida de las personas, que muchas veces creen que son independientes de lo que piensa esta disciplina, suele estar determinada por la teoría de algún fallecido economista".

BBC Mundo

domingo, 22 de octubre de 2017

_- Che Guevara

_- Hasta la victoria siempre, Che querido

El nacedor ¿Por qué será que el Che tiene esta peligrosa costumbre de seguir naciendo? Cuanto más lo insultan, lo traicionan, más nace. Él es el más nacedor de todos. ¿No será porque el Che decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en un mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen? Primera impresión del Che (Especial de Eduardo Galeano para el Centro de Estudios Che Guevara, a cuarenta y cinco años de la intervención de Ernesto Che Guevara ante la conferencia del Consejo Interamericano Económico Social, el 8 de agosto en 1961 en Punta del Este, Uruguay.) Hay plantas, como el cacao, que crecen al sol, cuando hay, y si no hay crecen a la sombra. Escuché decir que no necesitan sol porque lo llevan dentro. El Che era una de esas plantas, y por eso sigue siendo. De la primera vez que lo vi, en Punta del Este, hace añares, recuerdo aquel esplendor. Supongo, no sé, que era luz nacida de la fe. Y que no era fe en los dioses sino en nosotros, los humanitos, y en la terrestre energía capaz de hacer que mañana no sea otro nombre de hoy.

Eduardo Galeano,


http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/10/09/hasta-la-victoria-siempre-che-querido-por-haydee-santamaria-julio-cortazar-raul-roa-roque-dalton-eduardo-galeano-rodolfo-walsh-juan-gelman-lezama-lima-y-otros/

lunes, 14 de noviembre de 2016

¿‘In vino veritas’?

SE DICE que los niños, los locos y los borrachos dicen la verdad, que el alcohol elimina las inhibiciones y permite que todas las opiniones fluyan sin censura. Sin embargo, no es el alcohol el que crea y alimenta nuestras opiniones. Tendríamos que definir si realmente cuando hablamos siendo niños, o cuando lo hacemos bajo los efectos de sustancias o estados psíquicos que favorecen la desinhibición –como la psicosis o, simplemente, la ansiedad o la ira–, hablamos “sin censura” o lo hacemos “con madurez”.

La  formación de un sistema de valores es un procedimiento dinámico, individual, rico en matices y que consta de una serie de elementos que vamos adquiriendo a lo largo de toda la vida.

En la infancia nuestras opiniones son muy limitadas. Adquirimos nuestros valores y no los ponemos en duda, no nos los planteamos, los damos por ciertos ya que todavía no tenemos capacidad de juicio; prácticamente solo contamos con los pareceres de nuestra familia más próxima, en general las de nuestros padres.

Más tarde, llegan las de la escuela, profesores y compañeros. Por cierto, es característico de estas etapas que vayamos dando por aceptables únicamente los valores de nuestro entorno pues todavía no tenemos un criterio propio y son los de estas personas cercanas los que nos aportan la necesaria sensación de pertenencia a un grupo: creencias políticas más o menos radicalizadas, gustos musicales o una manera de vestir que de una u otra forma nos posiciona.

Más adelante vamos enriqueciendo nuestro “estar en el mundo” con lecturas, conversaciones, canciones, viajes, películas…, multitud de estímulos imposibles de resumir que van dejando una impronta.

Para que con todos los estímu­los que vamos recibiendo a lo largo de la infancia, la adolescencia y la madurez se vaya generando un criterio propio es imprescindible la reflexión. Es un proceso continuo, circular. A medida que el hombre madura y se enriquece el criterio, nos hacemos más reflexivos y más sensatos.

Sin embargo, aquellos valores que adquirimos en la infancia y en la adolescencia y que posteriormente pusimos en duda después de llegar a nuestras propias conclusiones, tal vez opuestas a aquellas que nos enseñaron de niños, esos principios aprendidos, de algún modo, permanecen almacenados en el cerebro.

LOS VALORES QUE ADQUIRIMOS EN LA INFANCIA Y EN LA ADOLESCENCIA PERMANECEN ALMACENADOS EN EL CEREBRO

La reflexión y la madurez los descartan como propios. Consideran que nos fueron dados y llega un momento que nos parecen primitivos. Decidimos, por nuestra propia voluntad, que no son válidos para la persona que somos en la actualidad. Tal vez lo fueran para aquel niño, para aquel adolescente y en aquel contexto social, familiar y cultural, pero no lo son para este adulto reflexivo, sensato y educado.

A medida que maduramos vamos añadiendo límites, acotando situaciones, definiendo circunstancias y tomando decisiones sobre cómo actuar, qué decir, qué hacer en función de quiénes somos y qué queremos conseguir teniendo en cuenta cuáles son nuestros valores. De este modo, el cerebro funciona en constante conflicto.

La sospecha de que sustancias como el alcohol o estados psíquicos de desinhibición como la ansiedad o la ira liberan creencias más primitivas del ser humano es antigua. El Talmud babilónico contiene una frase lapidaria: “Entró el vino y salió un secreto”, y dice después: “En tres cosas se revela un hombre: en su copa de vino, en su bolsa y en su cólera”. Según el historiador romano Tácito, los pueblos germánicos aconsejaban beber alcohol a sus políticos para impedir que estos mintieran en los consejos. De hecho, la expresión In vino veritas, de Plinio el Viejo, no es más que la traducción de la expresión popular En oino álétheia, acuñada por el poeta griego Alceo de Mitilene.

No cabe duda de que en ocasiones la desin­hibición que producen el alcohol, la ira, la ansiedad o la inmadurez pueden hacernos revelar “verdades” que no somos capaces de expresar cuando dominamos nuestra consciencia. Lo que se debe distinguir es si en ese estado de llamémosle liberación, exteriorizamos cosas que hubiésemos preferido callar o lo que provoca es que olvidemos por un rato una opinión que ya hemos elaborado, madurado y reflexionado. Algo, esto último, que nos puede situar en una posición peligrosa o dañina.

No todos sabemos o podemos

- La etapa de reflexión en la que nos cuestionamos las enseñanzas y la educación recibida es, casi por definición, un periodo difícil y de soledad. Pero también se trata de un momento clave porque a partir de entonces el núcleo de nuestro pensamiento dejará de ser la opinión heredada y comenzará a ser la propia. A partir de entonces nuestro criterio debe permanecer permeable pero no dependiente de las opiniones de los demás. No necesitamos líderes de opinión, sino ideas que enriquezcan las nuestras, las maticen o incluso las contradigan.

- Si bien es cierto que esta fase es necesaria y enriquecedora, no es tarea fácil porque se puede sentir que se traiciona a la tradición recibida y porque siempre resulta más cómodo no tener que repensar nuestra identificación y pertenencia a un grupo. Una buena parte de la población permanece estática en esa herencia. El gran riesgo de quien no se toma la molestia de crear su propio mundo ideológico y sus principios es que se convierten en las víctimas más fáciles para la radicalización, el conservadurismo extremo o el populismo.
Lola Morón
Fuente: http://elpaissemanal.elpais.com/confidencias/in-vino-veritas/#leer

viernes, 10 de junio de 2016

Cuba, los medios de comunicación, y el desafío de imparcialidad

Salim Lamrani
Prólogo de Eduardo Galeano, traducido por Larry Oberg

En esta obra concisa y detallada, Salim Lamrani aborda las cuestiones de la concentración de medios y el sesgo corporativo mediante el examen de un tema controvertido perennemente: Cuba. Lamrani sostiene que la pequeña isla se ve obligada a lidiar no sólo con el aislamiento económico y un bloqueo EE.UU., sino con cobertura de medios engañosos o francamente hostiles. Toma como estudio de caso El País, el diario de mayor distribución española. El País (una propiedad del Grupo Prisa, el principal grupo de medios español), tiene ediciones destinadas a Europa, América Latina y los EE.UU., por lo que es un líder de opinión mundial.

Lamrani caminar a través de un pantano de información y utiliza el papel como un ejemplo de cómo distorsionan los conglomerados de medios y la vida representada en Cuba y las actividades de su gobierno. Al centrarse en ocho áreas claves, incluyendo el desarrollo humano, la oposición interna, y la migración, Lamrani muestra cómo los medios de comunicación dan forma sistemática a nuestra comprensión de la realidad cubana. Este libro, con un prólogo de Eduardo Galeano, ofrece una visión alternativa, combinando el ojo de un experto de la complejidad con el hambre del periodista de los hechos.

Los críticos de la Revolución Cubana a menudo apuntan a la falta de libertad de prensa como prueba de totalitarismo. En este libro esclarecedor, Salim Lamrani demuestra a fondo cómo el prestigioso diario de España, El País, desinforma constantemente sobre Cuba, vilipendiar a sus líderes y alaba a sus detractores más transparentes. Cuba, los medios de comunicación, y el desafío de imparcialidad es brillante e importante para la comprensión de Cuba y para la comprensión de los desafíos a la verdad en la información. -Margaret Randall, autor, el Che en mi mente

Ya se trate de Madrid, París, Londres o Nueva York, después de una conferencia, cuando las preguntas son planteadas por las clases educadas, más probable es que no, que reflejan una lectura de los 'papeles de record'-El País, Le Monde, The Financial Times, o el New York Times. Si el tema es Cuba, el acuerdo es preguntar o hacer comentarios sobre los derechos humanos, los "disidentes", el "fallido experimento"-social y reflejar los prejuicios y mentiras que los 'papeles publican.' El Profesor Lamrani desafía a uno de tales periódico El País y su reportaje de Cuba. A través de una presentación y análisis de los ocho números en más de dos décadas sistemática, que demuestra cómo El País distorsiona la realidad cubana, omite datos vitales, y fabrica historias. Su método consiste en presentar la versión oficial y después de reunir datos y cifras que la crítica y contraponer otra visión de Cuba como una sociedad vibrante, dinámica y justa. Este libro es un texto esencial para todos los lectores de los asuntos públicos y es un libro de texto importante para los cursos de periodismo y estudios de medios. -James Petras, profesor Bartle (emérito) de sociología en la Universidad de Binghamton, Nueva York

Salim Lamrani es un tesoro de información sobre los hechos de gran alcance. -Howard Zinn, autor, La otra historia de los Estados Unidos

Fuente: http://monthlyreview.org/product/cuba_the_media_and_the_challenge_of_impartiality/

miércoles, 13 de abril de 2016

Inédito Galeano. Coincidiendo con el aniversario de su muerte, se presenta 'El cazador de historias', texto que el escritor uruguayo dejó terminado antes de morir

Brevísima síntesis de la historia contemporánea

Desde hace ya algunos siglos, los súbditos se han disfrazado de ciudadanos y las monarquías prefieren llamarse repúblicas.

Las dictaduras locales, que dicen ser democracias, abren sus puertas al paso avasallante del mercado universal. En este mundo, reino de libres, todos somos uno. Pero ¿somos uno o somos ninguno? ¿Compradores o comprados? ¿Vendedores o vendidos? ¿Espías o espiados?

Vivimos presos tras barrotes invisibles, traicionados por las máquinas que simulan obediencia y mienten, con cibernética impunidad, al servicio de sus amos.

Las máquinas mandan en las casas, en las fábricas, en las oficinas, en las plantaciones agrícolas, en las minas y en las calles de las ciudades, donde los peatones somos molestias que perturban el tráfico. Y las máquinas mandan también en las guerras, donde matan tanto o más que los guerreros de uniforme.

Sagrada familia

Padre castigador, madre abnegada, hija sumisa, esposa muda. Como Dios manda, la tradición enseña y la ley obliga:
el hijo golpeado por el padre
que fue golpeado por el abuelo
que golpeó a la abuela
nacida para obedecer,
porque ayer es el destino de hoy y todo lo que fue seguirá siendo.
Pero en alguna pared, de algún lugar, alguien garabatea:
Yo no quiero sobrevivir.
Yo quiero vivir.


La carta y la vida

En cierto día de octubre de cada año, sonaba el teléfono en la casa de Mirta Colángelo:

—Hola, Mirta. Soy Jorge Pérez. Ya te imaginás por qué te llamo.

Hoy hace dieciséis años que encontré aquella botella. Te llamo, como siempre, para celebrarlo.

Jorge había perdido el empleo y las ganas de vivir, y andaba caminando su desdicha entre las rocas de Puerto Rosales, cuando encontró una de esas naves de la flota que los alumnos de Mirta arrojaban, cada año, a la mar. Dentro de cada botella, había una carta.

En la botella que encontró Jorge, la carta, muy mojada pero todavía legible, decía:

—Me llamo Martín. Tengo ocho anios. Busco un amigo por los caminos del agua.

Jorge la leyó y esa carta le devolvió la vida.

Semillas de identidad

A mediados del año 2011, más de cincuenta organizaciones de Perú se reunieron en defensa de las tres mil doscientas cincuenta variedades de papas. Esa diversidad, herencia de ocho mil años de cultura campesina, está hoy por hoy amenazada de muerte por la invasión de los transgénicos, el poder de los monopolios y la uniformidad de los cultivos.

Paradójico mundo es este mundo, que en nombre de la libertad te invita a elegir entre lo mismo y lo mismo, en la mesa o en la tele.

El perro ‘Kanelos’

Y en otra charla, en Atenas, ante los estudiantes del Politécnico, fui acompañado por un perro, llamado Kanelos.

Él se acurrucó a mis pies, en el estrado. Yo no lo conocía, pero él tuvo la paciencia de escucharme, la cabeza erguida, del principio al fin. Kanelos era un perro marca perro, un perro de la calle, respondón, etobado, que jamás faltaba a ninguna de las manifestaciones estudiantiles, siempre a la cabeza de todos, desafiando a los policías.

Siete años después, en el año 2010, estalló la furia griega. Los estudiantes encabezaron la protesta contra los exterminadores de países, que estaban obligando a Grecia a purgar los pecados de Wall Street, y a la cabeza del griterío popular, visible entre los gases y los fuegos, había un perro. Lo reconocí en las fotos. Era Kanelos. Pero mis amigos griegos me dijeron que Kanelos había muerto, hacía un año y medio.

Yo les aclaré que se equivocaban. Aquel perro protestón, aquel atorrante impresentable, era Kanelos. Ahora se llamaba Lukanikos, para despistar al enemigo.

 http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/06/babelia/1459943125_394703.html

miércoles, 29 de abril de 2015

¿Por qué te fuiste Galeano?

¿Por qué te fuiste, Galeano?... ¿Fue, acaso, la decepción que te produjo la realidad de nuestra américa?: ¿tanto te afectó la red de corrupción del PT, que empezó traficando sueños para terminar traficando dinero?, ¿tanta decepción te produjeron los exiliados chilenos, esos misteriosos socialistas metamorfoseados, que recibían dinero del yerno del dictador que los expulsó de su país?...

Te vas, pero te vas para quedarte: se queda tú lenguaje sentipensante, se queda tú (meta) física del mundo, que no está hecho de átomos, sino que de historias. Se quedan tus ojos clavados mas allá de la infamia, tú otro mundo posible, “donde el aire estará limpio el aire estará limpio de todo veneno que no venga de los miedos humanos y de las humanas pasiones; en las calles, los automóviles serán aplastados por los perros; la gente no será manejada por el automóvil, ni será programada por la computadora, ni será comprada por el supermercado, ni será mirada por el televisor; el televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia, y será tratado como la plancha o el lavarropas; la gente trabajará para vivir, en lugar de vivir para trabajar; se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez, que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega; en ningún país irán presos los muchachos que se niegan a cumplir el servicio militar, sino los que quieran cumplirlo; los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo, ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas; los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas; los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos; los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas; la solemnidad se dejará de creer que es una virtud, y nadie tomará en serio a nadie que no sea capaz de tomarse el pelo; la muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes, y ni por defunción ni por fortuna se convertirá el canalla en virtuoso caballero; nadie será considerado héroe ni tonto por hacer lo que cree justo en lugar de hacer lo que más le conviene; el mundo ya no estará en guerra contra los pobres, sino contra la pobreza, y la industria militar no tendrá más remedio que declararse en quiebra; la comida no será una mercancía, ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos; nadie morirá de hambre, porque nadie morirá de indigestión; los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños de la calle; los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero, porque no habrá niños ricos; la educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla; la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla; la justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas, volverán a juntarse, bien pegaditas, espalda contra espalda; una mujer, negra, será presidenta de Brasil y otra mujer, negra, será presidenta de los Estados Unidos de América; una mujer india gobernará Guatemala y otra, Perú; en Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria; la Santa Madre Iglesia corregirá las erratas de las tablas de Moisés, y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo; la Iglesia también dictará otro mandamiento, que se le había olvidado a Dios: "Amarás a la naturaleza, de la que formas parte"; serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma; los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar; seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vivido cuanto hayan vivido, sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo; la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este mundo chambón y jodido, cada noche será vivida como si fuera la última y cada día como si fuera el primero.

Quizás, este mundo está embarazado de ese mundo, el mundo que palabra a palabra delineaste, tú mundo. Pero sin ti, será mucho más difícil el parto de ese otro mundo posible.

Hasta siempre.
Aldo Torres Baeza

martes, 28 de abril de 2015

Galeano, referencia clave

En Francia, en la Educación Nacional, a los profesores de español se nos pide que, ante todo, formemos ciudadanos críticos. “Olvida la gramática, hazles pensar”, me dijeron este año mis tutoras. Con la muerte de Galeano pierdo una referencia clave para preparar mis clases: una mente lúcida para hablar tanto del racismo como del colonialismo, para recordar que todos fuimos/somos emigrantes, sin olvidar temas tan atrayentes para nuestros alumnos como el fútbol, siempre con una lucidez encomiable. Como la sociedad de consumo y el individualismo que Galeano denuncia nos están engullendo desde hace mucho tiempo, sus textos seguirán siendo actuales. Y recordaré a mis alumnos que ha muerto un loco-lúcido de los que no hay que olvidar.— Laura Gómez Martínez.

viernes, 17 de abril de 2015

Más lecturas de Eduardo Galeano

A los escritores hay que leerlos. Ha muerto Eduardo Galeano, y el mejor homenaje que se le puede hacer (y, de paso, hacerse a uno mismo) no es sacar los timbales del panegírico póstumo, sino coger alguno de sus libros y dejarse llevar por su don para contar historias, las historias que nadie antes había contado:

Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones. En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente. Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le pareció enano. José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas. Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro perdido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse. El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos. Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco. Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.

El cantor Braulio López, que es la mitad del dúo Los Olimareños, llegó a Barcelona, llegó al exilio. Traía rota una mano. Braulio había estado preso, en la cárcel de Villa Devoto, por andar con tres libros: una biografía de José Artigas, unos poemas de Antonio Machado y El principito, de Saint-Exupéry. Cuando ya estaban por liberarlo, un guardián había entrado en su celda y había preguntado: – Vos sos el guitarrero? Y le había pisado la mano izquierda con la bota. Le ofrecí una entrevista. Esa historia podía interesar a la revista Triunfo. Pero Braulio se rascó la cabeza, pensó un rato y dijo: – No. Y me explicó: – Esto de la mano se va a componer, tarde o temprano. Y entonces yo voy a volver a tocar y a cantar. Entendés? Yo no quiero desconfiar de los aplausos. (Eduardo Galeano, “El libro de los abrazos”, Siglo XXI, 1993).

John Locke, el filósofo de la libertad, era accionista de la Royal Africa Company, que compraba y vendía esclavos. Mientras nacía el siglo dieciocho, el primero de los borbones, Felipe V, estrenó su trono firmando un contrato con su primo, el rey de Francia, para que la Compagnie de Guinée vendiera negros en América. Cada monarca llevaba un 25 por ciento de las ganancias. Nombres de algunos navíos negreros: Voltaire, Rousseau, Jesús, Esperanza, Igualdad, Amistad.

En nombre de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la Revolución Francesa proclamó en 1793 la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Entonces, la militante revolucionaria Olympia de Gouges propuso la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. La guillotina le cortó la cabeza. Medio siglo después, otro gobierno revolucionario, durante la Primera Comuna de París, proclamó el sufragio universal. Al mismo tiempo, negó el derecho de voto a las mujeres, por unanimidad menos uno: 899 votos en contra, uno a favor.

A Hitler no le faltaron amigos. La Rockefeller Foundation financió investigaciones raciales y racistas de la medicina nazi. La Coca-Cola inventó la Fanta, en plena guerra, para el mercado alemán. La IBM hizo posible la identificación y clasificación de los judíos, y ésa fue la primera hazaña en gran escala del sistema de tarjetas perforadas.

En 1953, estalló la protesta obrera en la Alemania comunista. Los trabajadores se lanzaron a las calles y los tanques soviéticos se ocuparon de callarles la boca. Entonces Bertolt Brecht propuso: ¿No sería más fácil que el gobierno disuelva al pueblo y elija otro?

Miles de años antes de que la invasión norteamericana llevara la Civilización a Irak, en esa tierra bárbara había nacido el primer poema de amor de la historia universal. En lengua sumeria, escrito en el barro, el poema narró el encuentro de una diosa y un pastor. Inanna, la diosa, amó esa noche como si fuera mortal. Dumuzi, el pastor, fue inmortal mientras duró esa noche. (Eduardo Galeano, “Espejos. Una historia casi universal”, editorial Siglo XXI, 2008).

Me pregunto: ¿Tendrá todavía destino la literatura, en este mundo donde todos los niños de cinco años son ingenieros electrónicos? Y quisiera responderme: Quizá el modo de vida de nuestro tiempo no resulte demasiado bueno para la gente, ni para la naturaleza; pero es sin duda muy bueno para la industria farmacéutica. ¿Por qué no podría ser también muy bueno para la industria literaria? Todo depende del producto que se ofrezca, que ha de ser tranquilizante como el valium y brilloso y light como un show de la tele: que ayuda a no pensar con riesgo ni a sentir con locura, que evite los sueños peligrosos y que sobre todo evite la tentación de vivirlos. Pero ocurre que ésa es exactamente la literatura que no soy capaz de escribir ni de leer.”
(Eduardo Galeano, ” Ser como ellos y otros artículos”, Siglo XXI, 2007)


“Pájaros prohibidos”, cuento de Eduardo Galeano
Durante la dictadura militar uruguaya en 1973, Eduardo Galeano fue encarcelado y después exiliado. Reconocido por ser uno de los escritores más influyentes en el periodismo y literatura hispanoamericana, sus obras envuelven ficción e historia con un subrayado reclamo hacia la clásica “injusticia latinoamericana”.
El relato “Pájaros prohibidos” delinea el tierno encuentro entre un preso político y su hija durante un día de visita en el Penal de Libertad, en Uruguay.

Pájaros prohibidos
Eduardo Galeano

Los presos políticos uruguayos no pueden hablar sin permiso, silbar, sonreír, cantar, caminar rápido ni saludar a otro preso. Tampoco pueden dibujar ni recibir dibujos de mujeres embarazadas, parejas, mariposas, estrellas ni pájaros.

Didaskó Pérez, maestro de escuela, torturado y preso por tener ideas ideológicas, recibe un domingo la visita de su hija Milay, de cinco años. La hija le trae un dibujo de pájaros. Los censores se lo rompen en la entrada a la cárcel.

El domingo siguiente, Milay le trae un dibujo de árboles. Los árboles no están prohibidos, y el domingo pasa. Didashkó le elogia la obra y le pregunta por los circulitos de colores que aparecen en la copa de los árboles, muchos pequeños círculos entre las ramas:

—¿Son naranjas? ¿qué frutas son?

La niña lo hace callar:

—Ssssshhhh.

Y en secreto le explica:

—Bobo, ¿no ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.
Fuente: Internet

jueves, 16 de abril de 2015

La realidad de la noticia y el poema de E. Galeano


 Nueva tragedia en el Mediterráneo: temen 400 emigrantes ahogados
15 abril 2015
Naciones Unidas pidió mayores esfuerzos para proteger las vidas de quienes intentan llegar a Europa, después de que se reportara que unos 400 emigrantes permanecen desaparecidos tras el naufragio de su embarcación, en las costas de Libia.

Entretanto, las autoridades italianas esperan la llegada a Sicilia este miércoles de otros cientos de emigrantes rescatados de barcos en el Mar Mediterráneo.

En los últimos días han recogido del mar a casi 10.000 personas y se sabe que hay más embarcaciones en dirección a la costa italiana. Cientos de miles de emigrantes han tratado de cruzar el Mar Mediterráneo hacia Europa en los últimos años para escapar de la pobreza y los conflictos en países de África y Oriente Medio.

Los Nadies
Sueñan las pulgas con comprarse un perro
y sueñan los nadies con salir de pobres,
que algún mágico día
llueva de pronto la buena suerte,
que llueva a cántaros la buena suerte;
pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy,
ni mañana, ni nunca,
ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte,
por mucho que los nadies la llamen
y aunque les pique la mano izquierda,
o se levanten con el pie derecho,
o empiecen el año cambiando de escoba.


Los nadies: los hijos de nadie,
los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados,
corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos,
rejodidos:

Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones,
sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos,
sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal,
sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies,
que cuestan menos
que la bala que los mata.

Os ninguém

A pulgas sonho de comprar um cão
e os ninguéns sonho de escapar da pobreza,
que um dia mágico
chover de repente boa sorte,
chuva boa sorte;
mas boa sorte não chover ontem ou hoje,
nem amanhã, nem nunca,
nem ou garoa cai do céu boa sorte,
Por mais que os ninguéns a chamada
e, embora eles despertar o lado esquerdo,
ou levantar-se com o pé direito,
mudando ano de início ou vassoura.


Os ninguém: Filhos de ninguém,
proprietários de nada.
Os ninguém: none, as ninguneados,
correndo como coelhos, morrendo ao longo da vida, parafusado,
rejodidos:

Eles não são, mas poderia ser.
Que não falam idiomas, mas dialetos.
Eles não professam nenhuma religião,
mas superstições.
Quem não fazen arte, mas artesanato.
Que não praticam a cultura, mas folclore.
Eles não são seres humanos,
mas os recursos humanos.

Eles não têm rostos, mas os braços.
Eles não têm nomes, mas números.
Não listado na história do mundo,
mas nos relatórios da criminalidade na imprensa local.
Os ninguéns,
eles custam menos
que a bala que mata-los.

The Nobodies
Fleas dream of buying a dog
and the nobodies dream of getting out from under their poverty,
that some magic day
suddenly good fortune will rain upon them
that it will downpour bucket-fulls of good luck.
But good luck doesn’t rain today
or tomorrow or ever,
not even a little drizzle falls from the sky.
No matter how much the nobodies cry for it
and even when their left hand itches
or they get up on the right foot,
or when they start the year getting a new broom.

The nobodies: the sons of no one,
the owners of nothing.
The nobodies: treated as no one,
running after the carrot, dying their lives, fucked,
double-fucked.

Who are not, even when they are.
Who don’t speak languages, but rather dialects.
Who don’t follow religions,
but rather superstitions.
Who don’t do art, but rather crafts.
Who don’t practice culture, but rather folklore.
Who are not human,
but rather human resources.
Who have no face but have arms,
who have no name, but rather a number.
Who don’t appear in the universal history books,
but rather in the police pages of the local press.
The nobodies,
the ones who are worth less
than the bullet that kills them.

lunes, 13 de abril de 2015

Muere el escritor Eduardo Galeano a los 74 años

El escritor uruguayo Eduardo Galeano (3 de septiembre de 1940) ha muerto en Montevideo (Uruguay), su ciudad natal, a los 74 años. Galeano, escritor y periodista, es conocido por su obra esencial Las venas abiertas de América Latina, que escribió en 1971, pero también por su medio centenar de libros en los que trataba el documental, la ficción y el periodismo.

Galeano estaba ingresado en el Centro de Asistencia del Sindicato Médico del Uruguay, CASMO 2, de Montevideo desde el viernes a causa de complicaciones derivadas de un cáncer de pulmón, del que ya había sido tratado en 2007. La noticia de su fallecimiento fue confirmada por Radio Nacional de España , y más tarde por el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay confirmó también el fallecimiento del escritor en su página web.

El escritor (cuyo nombre completo era Eduardo Germán María Hughes Galeano) había dejado preparado para su publicación un texto inédito que quería se publicara tras su fallecimiento, según confirma la agencia EFE. La editorial Siglo XXI preparará la publicación de esta, probablemente en el mes de mayo, que aparecerá simultáneamente en España, México y Argentina.

Esta semana a la venta un nuevo libro del escritor llamado Mujeres, considerado un experimento editorial. La obra, también de la editorial Siglo XXI, es una antología de sus mejores textos sobre las mujeres, uno de los principales temas que recorrieron su obra. La selección, que ocupa más de 200 páginas, fue realizada por el propio autor. Por ella desfilan Marilyn Monroe, Juana de Arco, Teresa de Ávila o Rigoberta Menchú, así como las hazañas colectivas de mujeres anónimas

A los 14 años, Galeano ya vendía sus primeras caricaturas a los diarios montevideanos. En los sesenta comenzó su carrera periodística, trabajando como editor en el semanario Marcha y durante dos años en el diario Época. Tras el golpe de estado de 1973, Galeano tuvo que dejar Uruguay (entonces llevaba una década siendo director de publicaciones de la Universidad de Uruguay) y se marchó a vivir a la vecina Argentina, donde fundó un magacín cultural de nombre Crisis. En 1976 continuó su exilio en Barcelona. Cuando volvió a Uruguay, ya en 1985, fundó un semanario llamado Brecha. El fútbol (y su pasión por Nacional, uno de los principales clubes uruguayos), las mujeres, la cultura y, por supuesto, América Latina fueron algunos de los grandes temas en torno a los que giró su obra. Nacido en el seno de una familia de clase alta y católica de ascendencia italiana, española, galesa y alemana, siempre fue un activo, aunque independiente, militante de la izquierda. Apoyó la victoria de Tabaré Vázquez y el Frente Amplio en Uruguay en 2004.

Había sido proclamado doctor Honoris Causa por distintas universidades: La Habana, El Salvador, la Universidad Veracruzana de México, la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina; y la de Buenos Aires. Se casó tres veces: con Silvia Brando, Graciela Berro y Helena Villalba. Tuvo una hija, Verónica, con su primera mujer, y dos hijos, Florencia y Claudio, con la segunda.

Las venas abiertas de América Latina se convirtió con los años en una obra fundamental para entender la política del continente. Tanto es así que en 2009, durante la V Cumbre de las Américas celebrada en Trinidad y Tobago, Hugo Chávez le regaló una copia de la obra al presidente de EEUU, Barack Obama. Tal fue el alcance del gesto que el libro se situó en pocos días en el puesto número 10 de los más vendidos del portal Amazon, cuando ocupaba el lugar 60.280 del ránking de ventas.

"Las venas... fue un punto de partida, no de llegada. A partir de ahí fui desarrollando un lenguaje propio. Abarqué otros estados, otros perfiles, otros temas de la realidad", comentó en febrero de 2013 en una entrevista con el Colectivo de Escritores Aristóteles de España.

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2015/04/13/muere-eduardo-galeano_n_7053818.html

Frases se Eduardo Galeano
"Podéis prohibir el agua, no la sed".
"Este es un mundo violento y mentiroso pero no podemos perder la esperanza y el entusiasmo por cambiarlo"
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/04/13/actualidad/1428933394_654775.html

Más sobre Galeano, http://elpais.com/elpais/2015/04/16/opinion/1429187479_825713.html?rel=rosEP
Galeano en El País. http://elpais.com/tag/eduardo_galeano/a/

miércoles, 8 de enero de 2014

Mujer que dice chau

Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que dejaste aquí.

Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También llevo una hoja de acacia recogida de la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como una ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ese fue el día en el que empezó la suerte.

Me llevo el gusto del vino en la boca. (Por todas las cosas buenas, decíamos, todas la cosas, cada vez mejores, que nos van a pasar).

No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.

Eduardo Galeano - Vagamundo y otros relatos.

domingo, 30 de junio de 2013

Eduardo Galeano, reflexiones sobre dictaduras.

“Estos 40 años han ayudado a poner en evidencia algunas falsedades del lenguaje. Cuando voy a España y escucho hablar de la Guerra Civil se me paran los pelos que no tengo del espanto que me produce semejante equívoco, porque en España lo que hubo fue un golpe de Estado liderado por Franco contra un régimen democrático. Lo mismo pasa con los términos que usamos para definir lo que ha ocurrido en nuestros países del Sur, que fueron asolados por dictaduras muy semejantes entre sí. Una de las semejanzas más olvidadas es que todos estos golpes fueron cívico-militares, o sea, apoyados y estimulados por el poder civil, sobre todo de algunos políticos que convocaron implícita o explícitamente a los militares para que vinieran a limpiarles la casa de todas esas presencias incómodas que eran esas energías de cambio que se estaban manifestando de diversas maneras, no siempre por la violencia. Eran energías de cambio que estaban vivas en el movimiento estudiantil, en el movimiento sindical y que inquietaban a los dueños del poder. Corrió mucha sangre, hubo mucho dolor en esta operación de limpieza, que fue muy dolorosa para toda la población, todos la sufrimos de un modo directo o indirecto incluso los que tuvimos que marchar al exilio.”

(Reflexiones del escritor Eduardo Galeano en el programa Juguemos en el mundo, AM 750, a propósito del 40º aniversario del golpe de Estado en Uruguay.)

jueves, 26 de julio de 2012

Eduardo Galeano: "A la basura dos siglos de conquistas”.

“Este es un mundo violento y mentiroso pero no podemos perder la esperanza y el entusiasmo por cambiarlo”, asegura Eduardo Galeano. 
 El escritor uruguayo, historiador literario de su continente a través de obras como “Las venas abiertas de América Latina” y la trilogía “Memorias del Fuego”, habló con BBC Mundo sobre los últimos acontecimientos de América Latina y la crisis económica mundial.
 Desde su mesa de siempre en el céntrico Café Brasilero, dejando tras el ventanal el frío del invierno austral, insiste en que “la grandeza humana está en las cosas chiquitas, que se hace cotidianamente, día a día, la que hacen los anónimos sin saber que la hacen”.
 Por eso, alterna las respuestas con episodios de su último libro, “Los hijos de los días”, en el que agrupa 366 historias reales, una para cada día del año, que contienen más verdad que hablar de la prima de riesgo.
La crisis europea se está manejando por los líderes políticos desde un discurso de sacrificio de la población.
 Es igual al discurso de los oficiales cuando mandan a los reclutas a morir, con menos olor a pólvora pero no menos violento.
 Esto es un plan sistemático a nivel mundial para arrojar al tacho de la basura dos siglos de conquistas obreras, para que la humanidad retroceda en nombre de la recuperación nacional.
 Este es un mundo organizado y especializado en el exterminio del prójimo.
 Y luego vienen a condenar la violencia del pobre, la de los muertos de hambre; la otra se aplaude, merece condecoraciones.
¿Se está presentando la ‘austeridad’ como única salida? 
¿De quiénes? Si los banqueros que produjeron este desastre fueron y siguen siendo los principales asaltantes de bancos y son recompensados con millones de euros que les pagan como indemnización…
Es un mundo muy mentiroso y muy violento.
Lo de la austeridad es un viejo discurso en América Latina. Asistimos a una obra de teatro que fue estrenada acá y que ya conocemos.
 Sabemos todo: las fórmulas, las recetas mágicas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial…
¿Considera que el empobrecimiento de la población es más violento?
 Si la lucha contra el terrorismo fuera verdadera y no una coartada para otros fines, tendríamos que empapelar el mundo con carteles que dijeran ‘se buscan a los secuestradores de países, a los exterminadores de salarios, a los asesinos de empleo, a los traficantes del miedo’, que son los más peligrosos porque te condenan a la parálisis.
 Este es un mundo que te doméstica para que desconfíes del prójimo, para que sea una amenaza y nunca una promesa. Es alguien que te va a hacer daño y para eso hay que defenderse. Así se justifica la industria militar, nombre poético de la industria criminal. Eso es un ejemplo clarísimo de violencia.
Pasando a la política latinoamericana, México continúa en las calles protestando por los resultados oficiales de las elecciones...
 La diferencia de votos no fue tan grande y quizás sea difícil de demostrar que hubo fraude. Sin embargo, hay otro fraude más profundo, más fino y que es el más dañino a la democracia: el que cometen los políticos que desde el llano prometen todo lo contrario de lo que después hacen desde el poder.
Así están actuando contra la fe en la democracia de nuevas generaciones.
Respecto a la destitución de Fernando Lugo en Paraguay, ¿se puede hablar de golpe de Estado si se ha basado en las leyes del país? 
Por supuesto que el de Paraguay es lisa y llanamente un golpe de Estado. Han golpeado el gobierno del ‘cura progre’ no por lo que hubiera hecho sino por lo que podía hacer. No había hecho gran cosa pero como se proponía una reforma agraria en un país que tiene el grado de concentración de poder de la tierra más alto de toda América Latina, y en consecuencia la desigualdad más injusta, había tenido algunas actitudes de dignidad nacional contra algunas empresas internacionales todopoderosas como Monsanto y prohibido el ingreso de algunas semillas transgénicas…
 Fue un golpe de Estado preventivo, por si acaso, no por lo que eres sino por lo que puedes llegar a hacer.
¿Le sorprende que sigan dándose estas situaciones?
El mundo actual es muy sorprendente. La mayoría de los países europeos que parecía que estaban vacunados de los golpes de Estado son ahora gobiernos gobernados a manos de tecnócratas designados a dedo por Goldman & Sachs y otras grandes empresas financieras que no han sido votadas por nadie. Hasta el lenguaje lo refleja: los países, que se supone que son soberanos e independientes, tienen que hacer bien sus deberes como si fueran niños con tendencia a la mala conducta y los maestros son los tecnócratas que vienen a tirarte de las orejas.
Ver en BBC.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Eduardo Galeano en Madrid.

...P. En Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, los Gobiernos andan a la gresca con los medios de comunicación...
R. Las generalizaciones corresponden a una visión de nuestra realidad, la latinoamericana o del sur del mundo, que el norte tiene. Los débiles, cada vez que intentan expresarse o caminar con sus piernas, resultan peligrosos. El patriotismo es legítimo en el norte del mundo y en el sur se convierte en populismo o, peor todavía, terrorismo. Las noticias son muy manipuladas, dependen de los ojos que las ven o el oído que las escucha. La huelga de hambre de los indios mapuches en Chile ocupa poco o ningún espacio en los medios que más influencia tienen, y una huelga de hambre en Venezuela o Cuba merece la primera plana. ¿Quiénes son los terroristas? ¿Son piratas los que asaltan los barcos o los que pescan violando las leyes y los límites?
P. El presidente venezolano, Hugo Chávez, es uno de los que andan enzarzados con la prensa ¿Tenemos veredicto con él?
R. Hay una demonización de Chávez. Antes Cuba era la mala de la película, ahora ya no tanto. Pero siempre hay algún malo. Sin malo, la película no se puede hacer. Y si no hay gente peligrosa, ¿qué hacemos con los gastos militares? El mundo tiene que defenderse. El mundo tiene una economía de guerra funcionando y necesita enemigos. Si no existen los fabrica. No siempre los diablos son diablos y los ángeles, ángeles. Es un escándalo que hoy, cada minuto, se dediquen tres millones de dólares en gastos militares, nombre artístico de los gastos criminales. Y eso necesita enemigos. En el teatro del bien y del mal, a veces son intercambiables como pasó con Sadam Husein, un santo de Occidente que se convirtió en Satanás. Leer más aquí.

sábado, 24 de octubre de 2009

Entrevista al escritor uruguayo Eduardo Galeano “Vivir de verdad implica vivir apasionadamente”

Contra los dolores evitables

“Lo que yo he aprendido, más bien a los golpes, a los porrazos, es a distinguir los dolores evitables de los dolores inevitables. O sea que los dolores que nacen de la pasión humana: el amor que pasa, la vida que pesa, la muerte que pisa, son dolores que nada, joderse, contra eso nada, pero que hay muchos otros dolores evitables que el sistema de poder multiplica. Yo siempre digo que no solamente te cobran el impuesto al valor agregado sino también el impuesto al dolor agregado: por si fueran pocos los dolores inevitables de la condición humana, el sistema te agrega otros, y entonces surgen los dolores evitables. Cada minuto mueren de hambre o de enfermedad curable 10 niños: ése es un dolor evitable...

Los otros nos salvan…
“Y nos pierden”, comenta entre risas cuando le cito a Rulfo, en esa idea que al final siempre son los demás, los otros, los que nos salvan: “en la medida en que la existencia es social –eso lo dijo Marx y es una cosa de sentido común- no hay existencia solitaria, ni siquiera un náufrago en una isla perdida en el océano como puede haber sido Robinson Crusoe, tuvo una inexistencia solitaria, no sólo porque se acercó ahí ese tal Viernes, sino también porque uno está habitado por la memoria de la vida vivida”.

“Gracias a la vida” es la canción favorita de Eduardo, me lo confiesa. ¿A qué le das gracias tú, hoy?, le pregunto. Sonriendo, mirando al fondo de sí mismo, me responde: “a todo lo que dice la canción”.
(Leer todo)
Ella Fitzgerald canta una canción al otoño en Nueva York.