En Francia, en la Educación Nacional, a los profesores de español se nos pide que, ante todo, formemos ciudadanos críticos. “Olvida la gramática, hazles pensar”, me dijeron este año mis tutoras. Con la muerte de Galeano pierdo una referencia clave para preparar mis clases: una mente lúcida para hablar tanto del racismo como del colonialismo, para recordar que todos fuimos/somos emigrantes, sin olvidar temas tan atrayentes para nuestros alumnos como el fútbol, siempre con una lucidez encomiable. Como la sociedad de consumo y el individualismo que Galeano denuncia nos están engullendo desde hace mucho tiempo, sus textos seguirán siendo actuales. Y recordaré a mis alumnos que ha muerto un loco-lúcido de los que no hay que olvidar.— Laura Gómez Martínez.
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