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domingo, 1 de octubre de 2023

_- Quién era Jacobo Árbenz, el último presidente progresista de Guatemala, derrocado por la CIA hace 70 años

Jacobo Árbenz Guzmán (centro), derrocado en una revuelta anticomunista, habla con un grupo de reporteros franceses en París

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_- Jacobo Árbenz Guzmán (centro)

Bernardo Arévalo se convirtió este domingo en el candidato más progresista en ganar unas elecciones en Guatemala desde el gobierno de Jacobo Árbenz, derrocado en 1954. 

 Con un discurso anticorrupción y prometiendo dejar atrás la clase política tradicional, el aspirante obtuvo el 58% de los votos.

La victoria de Arévalo supone un giro en la política guatemalteca que algunos comparan con el que dio su padre, Juan José Arévalo, que se convirtió en el primer presidente democrático del país tras décadas de regímenes militares.

Al finalizar su gobierno en 1951, le sucedió por el coronel Jacobo Árbenz Guzmán y Arévalo designado embajador itinerante.

Pero tras el derrocamiento de Árbenz, los Arévalo tuvieron que exiliarse en el extranjero, por lo que Bernardo nació en Montevideo, la capital uruguaya.

Pero, ¿quién fue Jacobo Árbenz y por qué fue derrocado por la CIA?

De la riqueza a la realidad guatemalteca

Hijo de un inmigrante suizo y una maestra guatemalteca, Árbenz nació el 14 de septiembre de 1913 en el seno de una familia de clase alta en la ciudad de Quetzaltenango, en el suroeste de Guatemala.

Según una biografía escrita por J. C. Cambranes (2011), puede que la familia de Árbenz sellara el destino del que sería futuro presidente con el traslado de su domicilio de la ciudad a una finca rural que regentaba el padre.

Campesinos guatemaltecos empunan machetes de carton durante el III Congreso Nacional Campesino en Ciudad de Guatemala, el 13 de diciembre de 2006.

Campesinos guatemaltecos empunan machetes de carton durante el III Congreso Nacional Campesino en Ciudad de Guatemala, el 13 de diciembre de 2006.

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Jacobo Árbenz entró en contacto con la realidad de su país a los 13 años.

Fue allí donde Árbenz, quien entonces tenía 13 años, “se encontró con la realidad de su país”, de acuerdo a la biografía “Jacobo Árbenz Guzmán: Por la Patria y la Revolución en Guatemala, 1951 - 1954”.

“Conoció personalmente las grandes miserias y el alto grado de explotación a que eran sometidos los campesinos indígenas por los  dueños (finqueros,) que veían en ellos simple mano de obra esclava”, asegura el texto.

“Lo que más impresionó al adolescente Jacobo Árbenz al entrar en contacto con el medio campesino fueron los abusos a que éstos eran sometidos por los patrones (finqueros), administradores, capataces y supervisores”.

Aunque se crio en una familia acomodada, la riqueza familiar se redujo progresivamente con la enfermedad de su padre y su posterior suicidio.

Carrera militar
Las aperturas económicas le impidieron estudiar Ingeniería en la universidad, como se lo había planteado, así que optó por pedir una beca en la Escuela Politécnica de Guatemala -donde se forman los oficiales del Ejército de Guatemala-, pese a que nunca le interesó una carrera militar.

Árbenz obtuvo la beca y en 1936 se convirtió en un joven cadete de la escuela militar, donde se destacó por su disciplina para los estudios.

Jacobo Árbenz

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Jacobo Árbenz renunció a la presidencia el 27 de junio de 1964.

Según el libro "Jacobo Árbenz: Soldado del pueblo, Coronel de la primavera", de Jorge Solares, el joven fue nombrado profesor de Organización y Logística Militar, Historia de América e Historia Militar en 1937, año en el que comenzó una carrera docente que "permitiría ampliar su limitada educación".

"Ya graduado, fue contador de glosa, profesor de química, física, matemática, geometría, mecánica, arte de la guerra, historia universal con énfasis en historia de América Latina y concentrada en el curso sobre Simón Bolívar", cuenta la biografía del expresidente.

Jacobo Árbenz Guzmán y su familia en Suiza en el año 1955.

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Jacobo Árbenz Guzmán y su familia en Suiza en el año 1955.


Primeras elecciones libres

A principios de la década de los 40, se acumulaba el descontento en la población guatemalteca con respecto a la dictadura de Ubico, mientras Árbenz, con apenas 27 años de edad, ya tanteaba ideas para llevar a su país a la libertad.

Estaba fascinado por la Carta de Jamaica de Simón Bolívar, que resume el ideario y los proyectos de liberación de los pueblos de América, y hacía que sus alumnos la leyeran.

De allí habría sacado parte de sus ideas progresistas y revolucionarias.

En 1943, ascendió al grado de capitán y desde allí su avance hacia el poder fue rápido.

Después de la Revolución de octubre de 1944, un movimiento cívico-militar en el que se derrocó al gobierno de facto de Federico Ponce Vaides -sucesor del general Jorge Ubico-, se instauró una Junta de Gobierno conformada por Árbenz, Jorge Toriello Garrido y el mayor Francisco Javier Arana; y se convocó a las que se consideran como las primeras elecciones libres en Guatemala.

La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

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La mayoría de la población de Guatemala no tenía acceso a las tierras cultivables.

Las elecciones se celebraron en diciembre de 1944, resultando ganador Juan José Arévalo, padre del que será próximo presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo.

Cambio "inédito"

Árbenz fue ministro de Defensa durante el gobierno de Juan José Arévalo y se convirtió en su sucesor al ser electo presidente en los comicios de noviembre de 1950.

El militar progresista había propuesto reformas agrarias que se consideraban una amenaza para los intereses de la poderosa corporación estadounidense United Fruit Company en Guatemala.

Poco después del inicio de su gobierno inició un movimiento de renovación ante la rampante pobreza de su país.

Según le contó en 2019 a BBC Mundo el historiador uruguayo Roberto García Ferreira, experto en el golpe de Estado de 1954, la llegada de Árbenz al poder en 1951 supuso un cambio "inédito" para la nación centroamericana.

"En ese momento, Guatemala era un país casi feudal y Árbenz comienza a tomar un grupo de medidas de corte progresista que trataban de solucionar esa situación de atraso que vivía el país", afirmó el también profesor de la Universidad de la República.

Para aquel entonces, las tres cuartas partes de la población guatemalteca controlaban, en conjunto, menos del 10% de las tierras.

Mientras, la United Fruit Company, de Estados Unidos, era dueña de más del 50% de todos los terrenos cultivables, de los que tenía sembrados apenas el 3%.

Clase obrera guatemalteca en los años 40.

Clase obrera guatemalteca en los años 40.

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Estados Unidos temía que Guatemala se volviera un satélite soviético y por eso decidió derrocar a Árbenz


"Es en ese contexto en el que Árbenz dicta una serie de medidas que promueven un cambio social y que llevaron a los guatemaltecos más pobres a sentir que estaban viviendo una época inédita", explicó García Ferreira.

Entrado 1952, los grandes terratenientes locales y la United Fruit Company comenzaron una campaña de deslegitimación contra el gobierno de Árbenz, al que acusaban de seguir los dictámenes de la Unión Soviética.

El hijo del expresidente derrocado, Jacobo Árbenz Vilanova, aseguró en una entrevista con la BBC en 2019 que a la United Fruit Company "no le gustaron los cambios cuando vieron que les afectaba su monopolio".

"Era precisamente la época de mayor apogeo de la Guerra Fría y, entonces, aprovecharon para tildar a mi padre de comunista, que era algo totalmente falso", prosiguió.

"Y así fue como promovieron y justificaron la idea de una invasión".

"Me tuve que esconder debajo de la cama"

Ernesto "Ché" Guevara

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Ernesto "Ché" Guevara estaba en Guatemala durante el golpe de Estado respaldado por la CIA.

Finalmente, la CIA se decidió a intervenir en Guatemala en junio de 1954.

Diseñaron una operación experimental encubierta que denominaron PBSUCCESS y que, según García Ferreira, sería una especie de laboratorio para futuras invasiones estadounidenses en América Latina.

Entre las consecuencias inesperadas que generó el golpe fue que Ernesto "Ché" Guevara, quien se encontraba en Guatemala, se radicalizó y concluyó que la única salida para cambiar las sociedades latinoamericanas era la lucha armada.

El hijo del expresidente tenía apenas 7 años cuando su padre fue depuesto en un golpe de Estado organizado por la CIA.

Todavía recuerda el sonido terrible de aquel 27 de junio que hizo que se diera cuenta de que estaban bombardeado Ciudad de Guatemala.

Ese día, fuerzas de Estados Unidos, apoyadas por varios gobiernos de Centroamérica y el Caribe, lanzaron su ofensiva final contra el gobierno de su padre.

El golpe de Estado había comenzado días antes: en la noche del 18 de junio de 1954, casi 500 soldados al mando del coronel Carlos Castillo Armas habían cruzado la frontera desde Honduras con un único objetivo: poner fin al gobierno de Árbenz.

Más de una semana después, la ofensiva avanzaba indetenible hacia la capital y los aviones de guerra comenzaron a sobrevolar la ciudad.

"Recuerdo que me tuve que esconder debajo de la cama durante el bombardeo", le contó Árbenz Vilanova al programa Witness de la BBC.

Renuncia

Jacobo Arbenz Vilanova

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Jacobo Árbenz Vilanova, hijo del expresidente Jacobo Árbenz, derrocado durante un golpe de Estado promovido por la CIA.

Pero a su edad, todavía no era del todo consciente de que ese día se jugaba no solo la historia de Guatemala sino la de su familia.

"Mi padre pasaba la mayor parte del tiempo en el Ministerio de Defensa. Recuerdo que lucía muy preocupado, moviéndose de un lado a otro, fumando, tratando de pensar qué hacer después"

Cuando las bombas se acercaban al Palacio Presidencial, la familia completa tuvo que escapar.

"Recuerdo que a mis hermanas y a mí solo nos dejaron llevarnos algunos juguetes", contó el hijo del expresidente.

El 27 de junio de 1954, a las 9:00 PM, Árbenz renunció como presidente de Guatemala.

"Con la esperanza", dijo, "de salvar las conquistas democráticas de la Revolución".

Su figura todavía causa controversias y su legado sigue siendo un tabú décadas después.

Para muchos historiadores, el golpe de Estado fue también la puerta para la Guerra Civil que desoló el país años después: más de 250.000 personas murieron y otras 50.000 desaparecieron para siempre.

Jacobo Árbenz

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Una pintura al óleo con el retrato de Jacobo Árbenz se exhibe alrededor de la plaza central de la Ciudad de Guatemala el 20 de octubre 2019, durante las actividades de conmemoración del 75 aniversario de la revolución de 1944.

El expresidente que soñó reformar Guatemala murió en Ciudad de México el 27 de enero de 1971, en la tina de su baño, en un extraño accidente.

El gobierno de Guatemala se disculpó en 2011 con la familia del expresidente Jacobo Árbenz por el golpe respaldado por la CIA.

La petición de perdón tardó 57 años en llegar.

"Pedir perdón tiene implicaciones históricas para el país y para la memoria histórica de los guatemaltecos porque (el golpe) fue cuando comenzó la debacle de nuestro país", le dijo a la agencia AFP Ruth del Valle, jefa de la comisión presidencial de derechos humanos.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Entrevista a Frances Stonor Saunders con motivo de la reedición de LA CIA Y LA GUERRA FRÍA CULTURAL (Debate)

Por Álvaro Colomer-

La periodista británica Frances Stonor Saunders cambió la percepción sobre la intelectualidad europea cuando publicó, en 1999, La CIA y la guerra fría cultural, una no-ficción ensayística ahora reeditada por Debate.

Con este documento excepcional, la investigadora demostró que, durante la Guerra Fría, el gobierno estadounidense lanzó un programa secreto de propaganda cultural destinado a arrinconar el pensamiento procomunista que imperaba en las vanguardias europeas.

En su lugar, la CIA respaldó a aquellos intelectuales que defendían una forma de vida más acorde con la versión norteamericana.

Así pues, a lo largo de seiscientas páginas, el lector irá conociendo los detalles de aquella conspiración cultural y se adentrará en el universo de manipulaciones que terminó auspiciando movimientos artísticos tan populares como el expresionismo abstracto.

1 - Cuando usted publicó La CIA y la guerra fría cultural, algunos políticos y periodistas la acusaron de tener una perspectiva ‘santurrona’ sobre la realidad geopolítica de Occidente. Incluso llegaron a decir que parecía usted un ‘sacerdote católico’.

Ahora que su obra se reedita en España, ¿cómo definiría el libro?
- Bueno, en primer lugar me gustaría decir que no creo que nadie me hubiera aceptado como sacerdote católica, y no sólo porque mi condición femenina me descalifica para el puesto, sino porque no permito que nadie me dicte lo que debo pensar. Ahora bien, desde que escribí el libro, me he preguntado en varias ocasiones si mi punto de vista sobre aquellos acontecimientos fue demasiado piadoso o moralista. Algunos críticos se sorprendieron de que me asombrara tanto por el hecho de que la CIA interviniera en la vida cultural del mundo no-comunista, y eso me hizo plantearme si realmente yo había pecado de tener una visión de la política demasiado naïf o, si se prefiere, demasiado juvenil. Cuando pienso en lo doctrinario, o binario, del clima intelectual durante la Guerra Fría, llego a la conclusión de que ambos bandos se empecinaron en sus respectivas posiciones y de que no buscaron una ‘tercera vía’ que permitiera alcanzar una especie de neutralismo que expulsara la opresión ideológica y facilitara un universo cultural verdaderamente independiente.

No me sorprendió descubrir que la Unión Soviética castigaba esa independencia de un modo muy agresivo, pero no me esperaba que Estados Unidos hubiera patrocinado la desaparición de cualquier intento de alcanzar una neutralidad cultural en Occidente.

2 - La CIA y la guerra fría cultural dejó en muy mala posición a la CIA.

¿Sufrió usted algún tipo de presión antes o después de la publicación de su libro?

- No creo que la CIA se preocupara demasiado por mi trabajo. De hecho, muchos de sus partidarios insistieron en que todo lo que yo había hecho era mostrar el modo en que la Agencia luchaba por imponer la libertad cultural. LA CIA siempre se ha sentido orgullosa de su papel como ministerio de Cultura secreto durante la Guerra Fría. Creó ese papel no tanto para hacer frente al intervencionismo soviético como para salvar a los Estados Unidos de sus propios instintos totalitarios, tal y como manifestó el senador McCarthy. Evidentemente, una vez que la CIA se hubo convertido en actor internacional del mundo cultural le costó renunciar a ese papel y el precio de esa vanidad hizo que la empresa colapsara. Pero, volviendo a la pregunta, puedo decir que no experimenté ninguna presión por parte de la CIA. En realidad, creo que nunca me tomaron en serio.

3 - En el prefacio que usted ha escrito para esta nueva edición, comenta que la intromisión de la CIA en los asuntos culturales del mundo occidental tuvo repercusiones en determinados movimientos posteriores, como el feminismo, la Nueva Izquierda, el Poder Negro, las madres solteras, la inmigración…

¿Qué aprendieron los gobiernos o las clases dirigentes sobre los movimientos culturales tras la experiencia extraída durante la Guerra Fría cultural?

El activismo político de la década de los 60 y 70, que se materializó en el feminismo, la Nueva Izquierda, el Poder Negro, el movimiento estudiantil, etc., mostraba el descontento con las políticas oficiales, y el gobierno de Estados Unidos estaba lógicamente preocupado por controlar dichos movimientos tanto en su propio territorio como en el extranjero. Para los estadounidenses, el grado en que el gobierno espió ilegalmente a los representantes de dichos movimientos e intentó patrocinar organizaciones paralelas que los debilitara, sirve de voz de alarma para recordar el modo en que los estados pretenden controlar las vidas de sus ciudadanos.

4 - La CIA defendió su intervencionismo cultural alegando que sus agentes se limitaron a conseguir que determinadas personas dijeran algo que igualmente hubieran dicho más adelante.

¿Se atrevería usted a imaginar cómo habría sido la cultura europea contemporánea si la CIA no hubiera intervenido en la evolución de la misma durante la llamada Guerra Fría?

- Desconozco cómo habría sido la cultura europea si la CIA no hubiera intervenido, y preferiría no construir una hipótesis de ese tipo. Pero lo que sé es que veinte años de subsidios ocultos (en cantidades incomparables con las de cualquier otra organización pública o privada, a excepción de las de la Unión Soviética) influyeron marcadamente en el mercado de las ideas y en la manera en que dichas ideas terminaron implantándose. De todas formas, es justo decir que mucha gente cobró (secretamente) por decir algo que hubiera dicho de cualquier modo, y que la libertad de expresión no fue intervenida, o al menos no lo fue como norma general. En realidad, nunca se trató de un asunto de coacción (que es lo que hicieron los soviéticos), sino de un espaldarazo para quienes tenían un determinado punto de vista sobre la realidad y de la promesa de una recompensa para quienes apoyaran dicho punto de vista.

5 - El escritor judío Arthur Koestler se refirió a los intelectuales que se dejaron comprar como un ‘circuito internacional académico de putas por teléfono’.

Realmente, parece increíble que los intelectuales de los que usted habla no se dieran cuenta de que el dinero que recibían, los viajes que les regalaban, los hoteles que les pagaban o la gente de la alta sociedad con la que de pronto se codeaban, eran consecuencia de una manipulación orquestada por un gobierno.

¿Cree que la independencia de los intelectuales, así como su autoridad moral, quedó por siempre socavada como consecuencia de aquel grupo de artistas y pensadores que se vendieron a la CIA?

- La revelación de que hubo muchas personalidades del ámbito de la cultura que vivieron durante mucho tiempo del dinero de la CIA deja en mala posición a una determinada época de la historia intelectual. Es cierto que muchos de los beneficiarios no tenían ni idea de la intervención de la CIA (a fin de cuentas, era un secreto) en el patrocinio de sus proyectos y se disgustaron mucho cuando el asunto se hizo público. Pero también es cierto que algunos tenían excusas muy pobres para justificar su desconocimiento. Algunos lo sabían, eran los que formaban parte de la trama, y el descubrimiento de que consintieron que mintieran a sus colegas durante muchos años, hizo que se considerara que ‘habían envenenado los pozos del discurso intelectual’.

6 - El ensayista estadounidense Stephen Koch mostró, en ‘El fin de la inocencia’, el modo en que Henri Münzenberg inició una campaña de propaganda comunista desde el París de los años 30. Y usted ha mostrado, en La CIA y la guerra fría cultural, el modo en que el gobierno estadounidense hizo lo mismo en pro de una visión americana de la cultura.

¿Qué parecidos pueden establecerse entre los métodos propagandísticos del bloque comunista y los del bando norteamericano?

- El peligro de la comparación entre los métodos de propagada de los dos bloques es que puedes ser acusado de ambivalencia moral, de sugerir que ambos bandos eran igual de malos. Algunos críticos me acusaron de no estudiar las incursiones de los soviéticos en el ámbito cultural o de no enfatizar su terrible historia en la supresión de la libertad intelectual. Pero yo creo que mi libro señala claramente la horrible situación de los pensadores y artistas soviéticos, y denuncia el hundimiento moral al que fueron sometidos dichos intelectuales. Sin embargo, yo llegué a la conclusión de que el modo estadounidense de librar la batalla para el control de las mentes fue negligente, un "punto muerto" en la historia, y eso es lo que quise mostrar en mi libro.

7 - Uno de los aspectos más controvertidos de su libro es la revelación de que el expresionismo abstracto de Jackson Pollock fue aupado por la CIA, la cual temía que los movimientos intelectuales de Europa –cubismo, futurismo, expresionismo, etc.- continuaran acercándose al comunismo. El expresionismo abstracto de Pollock era ideal para enfrentarlo al muralismo soviético y, de alguna forma, representaba los ideales de libertad que Estados Unidos decía defender. Esta afirmación invita a pensar que Pollock tal vez no hubiera alcanzado un hueco en la Historia del Arte sin la intervención de la CIA.

¿Hasta qué punto puede decirse que el intervencionismo estadounidense alteró por siempre la Historia del Arte europeo?
- Hay un debate interminable sobre si el respaldo de la CIA al expresionismo abstracto marcó alguna diferencia tanto en la actitud de los artistas como en la evolución de la corriente estética. Pero de lo que no hay duda es de que la CIA encontró una oportunidad ideológica en el expresionismo abstracto y de que por eso lo promovió. Es irónico, por no decir algo más fuerte, que la vanguardia americana de posguerra, muchos de cuyos representantes eran teórica o activamente simpatizantes de la izquierda, terminara siendo la niña mimada del capitalismo burgués y que sus cuadros acabaran colgados en los vestíbulos de los bancos e incluso en las paredes de la sede de la CIA en Langley. Mi tesis dice que el lavado ideológico del expresionismo abstracto fue el resultado de un pensamiento típico durante la Guerra Fría y que nos permite estudiar el modo en que se construye una cultura oficial.

8 - Los intelectuales españoles que se vieron más afectados por la estrategia de la CIA para dominar el panorama cultural europeo fueron aquellos que se unieron en torno a la revista ‘Cuadernos del Congreso por la Libertad de la Cultura’. Esta publicación, escrita en español y afincada en París, gozó de prestigio entre los antifranquistas. Su director, el trostkista valenciano Julián Gorkin, atrajo a falangistas desengañados –Dionisio Ridruejo o Pedro Laín Entralgo-, a liberales exiliados –Salvador de Madariaga- y a pensadores represaliados –Julián Marías-.

¿En qué otros aspectos pudo afectar la estrategia de la CIA a la intelectualidad española?

[-Tengo toda una carpeta sobre España, pero está almacenada y no la he abierto desde hace quince años. De manera que ahora mismo no me siento capaz de responder a esta pregunta.]

9 - ¿Ha detectado usted otros intentos de mecenazgo clandestinos que, de una forma u otra, sean consecuencia directa de la guerra fría cultural?

- La historia sobre el modo en que se libró la Guerra Fría cultural en Sudamérica, Asia y África ocuparía muchos libros. En mi investigación, encontré material relativo a estas zonas, pero enseguida me di cuenta de que debía limitar mi trabajo a la Europa occidental, porque no tenía recursos para una investigación mundial. Aún así, siempre tuve la esperanza de que mi libro abriera las puertas a otras investigaciones en nuevos territorios. Mi ensayo ha sido traducido a catorce idiomas y, siempre que viajo para dar alguna charla, animo a los activistas a que escriban sobre el modo en que la Guerra Fría cultural afectó a sus países.

10 - En el prefacio escrito para la nueva edición de la ‘La CIA y la guerra fría cultural’, usted recuerda el modo en que realizó la investigación. Habla de la época en que hizo la investigación documental (en primavera y verano, con un calor terrible) y de momentos de euforia, y aprovecha para comentar que ‘estos hallazgos accidentales constituyen un poderoso argumento a favor de la importancia de la investigación primaria por encima de la investigación online’. Usted escribió este libro en 1999.

¿Ha cambiado mucho el método de investigación periodística?
-Vivimos en un tiempo en que las épocas pueden ser contadas por semanas o incluso días. Además, existe una especie de amnesia voluntaria que hace que las acciones y decisiones tomadas por los responsables políticos y los grupos de presión pueda ser rápidamente olvidadas. Pero creo que ahora, igual que cuando yo escribí el libro, la Historia debe tener el derecho a sacarnos del olvido, y el periodismo tiene la responsabilidad de hacer eso. Tiene el tiempo y los recursos necesarios para investigar el poder, actuando como un freno contra los abusos. Sin embargo, hay que reconocer que hoy quedan pocos espacios para fomentar el tipo de periodismo que acabó dictando la verdad sobre el Watergate.

Más de Maruja Torres. http://www.marujatorres.com/2012/el-arte-abstracto-y-la-cia/

Un comentario. Aracne:
Cómo me alegro de encontrar por aquí la mención a ese libro de la Stonor Saunders, que también para mí hace años, fue una revelación. Directrices duraderas de la CIA, en el Arte, la Política, la moral pública: “el sujeto se mueve en la dirección que uno quiere`por razones que piensa son propias”.
Esa Tesis Doctoral se basa en el 25% del material desclasificado… El día que esté el 50 o el 100 % nos llevaremos grandes sorpresas, no solo sobre Cuba y las Artes…
Claro que sin necesidad de esa documentación, nuestro gran Josep Renau ya decía cosas parecidas, basadas en su propia experiencia. Si podéis encontrarlo os sugiero un librillo (de solo 75 págs.) editado por “Debate”, en el 2002: J. Renau, “Arte contra las élites”.

Son tres artículos. El primero: “Significación de la obra de arte como objeto del mercado artístico”.
El tercero: Función del fotomontaje. Homenaje a John Hearffieldt.
Aunque solo sea por rendir homenaje a Renau, habría que leerlo. No estamos tan sobrados de puntos de apoyo…

Tomado del blog de Marcos Ordoñez:
La primera noticia que tuve de la relación entre la CIA y el expresionismo abstracto fue, si no recuerdo mal, hará unos diez años, cuando la historiadora Frances Stonor Saunders publicó Who Paid the Piper? CIA and the Cold War, también conocido como The Cultural Cold War - The CIA and the World of Arts and Letters, que apareció en 1999 (aquí fue editado por Debate dos años más tarde: La CIA y la guerra fría cultural) y donde se detallaba, entre otros asuntos, la financiación y promoción de la obra de Pollock, Rothko, Motherwell, etc, entre 1950 y 1967 a través del Congress for Cultural Freedom y las grandes exposiciones del "New American Painting", como Masterpieces of the Twentieth Century (1952) y Modern Art in the United States (1955) en varias capitales europeas.

Donald Jameson, ex-funcionario de la agencia, fue el primero en admitir esa intención del gobierno americano, pese a la oposición inicial del presidente Truman, que había dicho "Si esto es arte, yo soy un hotentote". Por su parte, en declaraciones a The Independent, Jameson afirmó que "Nosotros inventamos el expresionismo abstracto".

Ayer, leyendo Notas para Silvia, uno de los muchos y espléndidos dietarios de Josep Pla, me encontré con esta entrada:
"Cronológicamente, el arte abstracto ha coincidido con estos años de la guerra fría, y lo que le ha dado una gran importancia es el interés, sobre todo crematístico, que ha tenido en Estados Unidos, en Nueva York, concretamente. Es extraño que nadie haya remarcado que al considerar Rusia que el arte de su régimen era el realismo en su forma más verista, los Estados Unidos tenían que imponer un arte completamente diferente, por no decir opuesto. La política y la religión siempre han sido factores decisivos de las cuestiones artísticas".

Este texto, originalmente escrito en catalán, pertenece a las entradas del mes de agosto de 1962.
Es cosa cierta que Pla tenía una intuición portentosa para muchos asuntos. ¿O tenía unas fuentes de información realmente privilegiadas?