Cuenta el periodista
Carmine Gallo, comunicador y columnista en
Forbes.com, que durante una reunión en París con un grupo de jóvenes empresarios, estos le comentaron que estaban realmente cansados de asistir a conferencias impartidas por oradores de la vieja escuela.
–¿De la vieja escuela? –les preguntó Gallo– ¿Y cuál es exactamente la nueva escuela?
– Ya sabes, la de
TED–respondieron.
Poco después, en Japón, donde el estadounidense impartía una charla, varias personas se le acercaron para decirle lo mucho que les gustaba el estilo norteamericano de comunicar.
–¿El estilo norteamericano? –repitió Gallo, levantando las cejas.
–Sí, ya sabe, como el de TED –sonrieron los nipones.
Carmine Gallo se percató de que, fuera donde fuera, todo el mundo hablaba de TED, una organización sin ánimo de lucro cuyas siglas significan Tecnología, Entretenimiento y Diseño, y que se dedica, tal y como dice su eslogan, a comunicar “ideas dignas de ser difundidas” (ideas worth spreading).
–Mmmm–, se dijo. Puede que TED sea una idea digna de ser explicada…
Así que Gallo se puso manos a la obra y el año pasado publicó Talk like TED: The 9 public-speaking secrets of the world’s top minds (Habla como TED: Los nueve secretos para hablar en público de las mentes más brillantes del mundo), considerado en EE UU uno de los mejores libros de 2014. El autor estudia la pericia de una serie de oradores que ha conseguido que los ciclos de conferencias iniciados en 1984 se hayan convertido en un referente internacional. Científicos, emprendedores, filósofos, músicos, líderes religiosos, filántropos, médicos, ingenieros, arquitectos, políticos, actores, escritores, fotógrafos, cocineros, economistas, activistas o periodistas. Los perfiles en TED son infinitos y en esa heterogeneidad reside su gran atractivo: todo está interconectado y el mundo está lleno de personas con ideas valiosas que aportar…, aunque no todos sepan comunicarlas.
El poder de la vulnerabilidad, de Brené Brown. Aquí.
¿Sabían que las charlas que se imparten en sus eventos anuales han sido traducidas a 90 idiomas y que algunas han sido visionadas on line hasta 20 y 30 millones de veces? En EE UU es muy común que los profesores utilicen las charlas TED como instrumentos educativos en clase. Lo que empezó como una tendencia de culto, hoy es un auténtico fenómeno de masas. Sin duda es un buen producto. Las conferencias son accesibles a todo el mundo y están impartidas de forma clara, concisa y amena. Pueden verse en cualquier momento y en casi cualquier idioma mediante subtítulos.
Esto ha sido posible gracias a otro gran acierto de su director, Chris Anderson, quien lanzó en 2009 el proyecto Abierto de Traducción para “llegar a esos 4.500 millones de personas en el planeta que no hablan inglés”. De momento, 15.000 voluntarios han realizado 50.000 traducciones en 104 idiomas. Toda una serie de atractivos que hacen que, según Carmine Gallo –que se dedicó a analizar 500 de las mejores charlas de TED, a entrevistar a los conferenciantes y asesorarse por conocidos neurocientíficos– la fórmula TED sea perfecta para nuestro cerebro humano. Sus charlas resultan tremendamente adictivas sin que representen –increíble, pero cierto– ningún peligro para la salud. Todo lo contrario.
¿Matan las escuelas la creatividad?, una charla del experto en
educación Ken Robinson. Aquí.
Estarán de acuerdo en que con más de 1.600 charlas colgadas en la Red es muy difícil decidir cuáles han sido las mejores, pero la audiencia marca su propio ranking. En el indiscutible número uno está la presentación que impartió el experto en educación Ken Robinson, en 2006:
Cómo la escuela mata la creatividad, la cual ha tenido 31 millones de visionados. Le sigue la psicóloga social Amy Cuddy con
Tu lenguaje corporal modela como eres, impartida en 2012, que ha alcanzado 23 millones de visitas. Otros 20 millones de visionados tiene, por ahora, la
conferencia que Simon Sinek, experto en liderazgo, dio en 2010. Y 18 millones la de Brené Brown,
El poder de la vulnerabilidad, gracias a la cual, por cierto, Brown fue fichada por la mismísima Oprah Winter, la muy poderosa presentadora de televisión.
El exempleado de la CIA y la NSA ofrece una charla llamada Así es como recuperamos Internet Aquí.
Puede que estos nombres tan made in the USA no les digan demasiado, pero también hay muchas celebridades que han participado en este exitoso evento. Seguro que conoce a la mayoría: Steve Jobs, Bill Gates, Stephen Hawking o Edward Snowden (intervino mediante telepresencia, claro, ya que tras desvelar los secretos de espionaje de EE UU continúa fugitivo en Rusia desde 2013); Larry Page (cofundador de Google); los expresidentes estadounidenses Al Gore o Bill Clinton; los músicos Bono (U2) o Paul Simon (Simon & Garfunkel); la primatóloga Jane Goodall…
Réplicas locales
Pero lo que les estamos contando es solo la primera y fecunda parte de una historia que promete ser muy larga. Las charlas se propagan a gran velocidad en todo el continente americano, Europa e incluso en Asia, África y Oceanía. Y no solo a través de los visionados. También porque se están multiplicando a gran velocidad los denominados
eventos TEDx, iniciativas desarrolladas bajo su licencia para ayudar a las comunidades, organizaciones e individuos a conversar y ser partícipes del espíritu TED a nivel local. Una licencia totalmente gratuita que se otorga a cambio de cumplir una serie de requisitos con el fin de preservar la idea original. Ya se han celebrado en lugares tan dispares como La Habana, Ámsterdam, Río de la Plata, Hong Kong, Johanesburgo, Sidney, Saigón, Tesalónica, Casablanca, Papeete, islas Galápagos..., incluso en la prisión neoyorquina de Sing Sing.
Bill Gates y su charla Cómo los presupuestos del estado
están rompiendo las escuelas estadounidenses. Aquí.
Por supuesto, también en España proliferan las TEDx (programas de conferencias locales), tanto en grandes ciudades –el pasado 27 de febrero tuvo lugar un ciclo de siete conferencias en el TEDx del barrio madrileño de Mirasierra bajo el título
El cambio eres tú – como en otras poblaciones más pequeñas.
¿Se imaginan cuántas ideas para compartir, cuánto conocimiento expresado a través de un sistema completamente abierto? Esa debe ser quizá la mayor gloria de TED, hacer que las grandes ideas, las iniciativas más innovadoras y los sueños más esperanzadores puedan llegar, literalmente, a todo aquel que tenga acceso a Internet. Es, sin duda, la democratización total del conocimiento y la celebración de la creatividad y de la excelencia.
La iniciativa que TED está llevando a cabo, y muchas otras que están surgiendo en numerosos lugares de nuestro planeta, deberían recordarnos, una vez más, que el mundo, aunque algunos se empeñen en vendernos lo contrario, está lleno de gente admirable, útil e inmensamente sabia. Tenerlo claro nos permite vislumbrar un futuro más ilusionante porque, como reza un dicho hindú “la llama de la sabiduría quema por completo la escoria”. Encima, es divertido y no cuesta dinero. Desde 2005 la organización otorga cada año un premio de un millón de dólares a la persona que haya tenido una gran idea dirigida a cambiar el mundo. En 2014, lo ganó Charmian Gooch con un deseo muy contemporáneo: acabar con la corrupción. Gooch, al mando de
Global Witness desde 1993, trabaja para revelar quien está detrás de las sociedades anónimas de todo el planeta y desenmascarar a los personajes que mueven los hilos de estas corporaciones que, amparándose en su invisibilidad, financian guerras y cárteles de droga, saquean Estados o destruyen el medioambiente.
Tu lenguaje corporal modela quién eres, de Amy Cuddy. Aquí.
Un millón para el mejor
En la edición de 2013, el premiado fue alguien con un perfil muy diferente: el educador hindú Sugata Mitra, cuyo sueño es construir una escuela en la nube –escuela virtual– en la que los niños se enseñen unos a otros. Mitra comprobó tras interesantes experimentos (colocó un ordenador en una pared de un barrio muy pobre de Nueva Delhi y vio con cámara oculta cómo los niños aprenden por sí mismos, si están motivados por la curiosidad y el interés de los compañeros), que niños oriundos de aldeas remotas que jamás habían tocado un ordenador, no solo son capaces de apañárselas para manejarlo, sino que se esfuerzan en aprender inglés para entender cómo funcionan los videojuegos.
Cómo los grandes líderes inspiran a la acción, de Simon
Sinek. Aquí.
En 2010, por poner un tercer ejemplo muy distinto, el galardonado fue el mediático cocinero Jamie Oliver. ¿Su sueño? Revolucionar el mundo de la comida con el fin de animar a los niños y a las familias a alimentarse de forma saludable y a luchar contra la obesidad, una de las lacras del siglo XXI. Un montón de premiados y un montón de buenísimas ideas que pueden conocer al detalle en la web de TED.
Las importancia de las actitudes. Aquí.
Cómo ser un conferenciante al estilo TED
CARMINE GALLO
1. Libere al experto apasionado que hay en su interior: la pasión y el dominio del tema son las bases para una presentación extraordinaria.
2. Cuente tres historias personales y conecte con el cerebro y el corazón del público. Haga que sus oyentes empaticen.
3. Practique, interiorice su discurso y conviértalo en una charla con amigos.
4. Ofrezca a su público algún dato nuevo e inesperado que sacuda sus ideas y ayude a que vean el mundo con ojos nuevos.
5. Brinde a los espectadores un momento asombroso que provoque una respuesta emocional intensa, de alegría, miedo o sorpresa.
6. Utilice el sentido del humor para que el público baje la guardia. Ojo: sea divertido, pero no se haga el gracioso.
7. No se extienda: 18 minutos es un lapso lo bastante largo para contar algo importante, pero no tanto como para aburrir.
8. Otorgue protagonismo a la imagen: una idea se capta mejor añadiendo algún impacto visual. Y olvide las listas…
9. Muéstrese tal y como es. Sea auténtico, abierto o vulnerable si se tercia. Debe resultar cercano.
Algo de historia
La iniciativa surgió hace 31 años, cuando el arquitecto y diseñador gráfico Richard Saul Wurman organizó, en 1984, el primer evento TED en Monterey, California. Descubrió al mundo los CDs, el ‘e-book’ y los gráficos en 3D. Pero, a pesar del interés que suscitó, a Wurman los números no le cuadraron. Seis años más tarde, y acompañado de Harry Marks, salió bien. Desde entonces, TED organiza tres eventos anuales fijos –TEDConference, TEDActive yTEDGlobal– y otros ocasionales. Sus cuarteles están en Nueva York y Vancouver, desde donde se selecciona gente con buenas ideas capaz de comunicarlas en 18 minutos para brindar al público “un viaje intelectual y emocional”, según Chris Anderson, al mando de TED desde 2000.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/09/24/buenavida/1443090443_828182.html
Nota para ver los subtítulos en español, si aparecen en inglés:
En la barra inferior del vídeo aparece un recuadro con puntos suspensivos, ... señala con el ratón y aparecerá un listado de idiomas, selecciona el español. También se puede hacer cambiando el enlace. Donde pone, al final del mismo, el signo igual y "en" se sustituye por "es" y se vuelve a actualizar la navegación.