_- Luis E. Sabini Fernández. Rebelión
¿Por qué los alemanes han tenido que explicitar su posición y su relación respecto del nazismo?
Indudablemente, porque el Tercer Reich ha perdido la 2ª G M (*). Como consecuencia, su población ha debido incluso soportar la sospecha generalizada de connivencia con el régimen nazi, en su momento indudablemente popular. Han sido incluso expuestos a teorías del tipo de las de Daniel Goldhagen sobre la impronta étnica en los comportamientos humanos (alemanes como “verdugos voluntarios” del nazismo).
Con el paso del tiempo y las peripecias, sobre todo las sufridas por los palestinos (pero no solamente), surge la pregunta de por qué los judíos no se ven precisados a definir su posición respecto de Israel. Porque Israel, que se iniciara como un golpe de mano, estilo pirata, aunque muy recubierto de amparos (por ejemplo, de las “Grandes Potencias” de la época), ha ido entrando en un vórtice de brutalización y violencia aun peor al de los momentos fundacionales. Y cada vez más impune.1
No se trata de hacer una comparación literal o exhaustiva entre Israel, bandera de la democracia occidental, y el Tercer Reich de triste memoria. Lo germano se considera nacional y lo judío es más ambivalente; puede ser religioso, idiomático o cultural, aunque con el Estado de Israel ha devenido cada vez más nacional.
Sin embargo, los judíos en general, y en particular los progresistas, llevan adelante su actividad social, política, intelectual, como si nada tuvieran que decir o que ver con lo que acontece en Israel.2
Lo cual, en términos puramente personales, es aceptable, pero considerado socialmente, pensando en vínculos de comunidad o de nacionalidad, incluso los tribunales, la responsabilidad es otra; rendir cuentas forma parte de cada uno, lo asuma o lo ignore. O haga como que lo ignora.
Si tal fue la situación con la realidad israelí, la de su surgimiento e implantación manu militari, la responsabilidad se acrecienta inconmensurablemente con la expansión del peso y el poder sionista en el mundo entero; pensemos en Sudán del Sur, Honduras, Colombia, Irak, Líbano, Siria, Irán, en el lado castigado del planeta, y en el Reino Unido y en general Europa y, fundamentalmente en EE.UU., el lado favorecido de ese mismo planeta…
La tesis presentada al principio es que los alemanes debieron, debían, incluso deben rendir cuentas porque perdieron la guerra mundial, porque salieron del círculo áulico de la humanidad y pasaron al de los que, precisamente, deben rendir cuentas.
A través de la consolidación del Estado de Israel como presunto estado soberano; algo no tan nítido si observamos el constructo político que llamamos Israel, que para algunos es “el portaaviones de EE.UU. en el Mediterráneo Oriental” (versión cada vez más obsoleta de la progresía occidental), para otros el quincuagésimo primer estado de la “Unión” con funciones particularmente directivas dentro de EE.UU., y para otros finalmente, parte de una entente que bien merece llamarse Triple por una configuración de poder combinado y mundial, entre elites del Reino Unido, Israel y EE.UU. (con sus City y Wall Street incluidas; no sabemos si Israel tiene un equivalente dentro de sus difusas fronteras; por internet no logramos captarlo).
La segunda y sobre todo, la tercera opción se perciben, por ejemplo, en la política de “Los 5 ojos” (que son 6) de la red Echelon.3
Como resultado de la 2ª G M, los judíos no necesitan rendir cuentas. Por suerte, existen judíos como los que mencionamos antes.4
Hay motivos para estos deslindes, estas tomas de posición. Porque nos encontramos en una situación más problemática, más ardua, que en otros momentos culturales pasados. Estamos cada vez más en el terreno de una policía del pensamiento.
Y eso, en sus dos variantes más conocidas; las dos con impronta israelí.
Por un lado, tenemos los desarrollos tecnológicos securitarios en los cuales Israel está a la vanguardia con intervenciones cada vez más sofisticadas para oír, ver, registrarlo… todo. Ya es mucho más que la pesadilla Echelon. Hay capacidad tecnológica para convertir, por ejemplo, todo celular, aun apagado, en micrófono y con alcance de muchos metros. Al lado de lo cual, los viejos sistemas de escucha telefónica resultan paleolíticos. El paisaje urbano, el interior de los vehículos de todo tipo, se van convirtiendo en escenarios de un teatro mundial, generalmente inconsciente, involuntario.5
Israel se ha especializado en la producción de tales dispositivos de omnicaptación.
Y al lado de esta tecnopolicía de vigilancia, arrecia otra policía del pensamiento… la de lo políticamente correcto.
Para su instauración, el sionismo ha desempeñado un papel primordial. Mediante la construcción de relatos como, por ejemplo, el de “Israel democrático” (tratándose de una sociedad racista y colonialista), o de los juicios de Nuremberg de 1946 como si hubiesen sido objetivos, o, por ejemplo, el culto a “El Holocausto”. Un historiador estadounidense, Norman Finkelstein, precisamente judío, por abordar esta última cuestión en su excelente La industria del holocausto (cuya tesis es que el suceso, así presentado, ‘tiene cierto parecido con la realidad, aunque remoto’), desde que puso en circulación el fruto de sus investigaciones ha sido despojado de sus cátedras universitarias en EE.UU. Finkelstein está sitiado laboralmente desde hace años mediante una conspiración de silencio.
Como resultado de esta guerra informacional, en la actualidad, ya tenemos leyes en países hipersensibles por sus antecedentes, como Francia o Alemania, que reputan antisemita cualquier crítica a Israel. Y consecuentemente, ya tenemos presos políticos por aplicación de tales leyes… seres humanos arrestados y encarcelados porque han planteado boicotear productos israelíes en tanto israelíes maltratan, hambrean y matan impunemente a palestinos. Boicotear, repare el lector, no dañarlos, no usar violencia.
Esa atroz asimetría contemporánea que resume tan bien Richard Falk al recordar los 15 años del Muro de 700 km. construido por los israelíes en 2004 dentro de los territorios bajo conquista: “fragmentando a las comunidades y vecindarios palestinos, dividiendo a los campesinos de sus tierras de cultivo, y constituyendo una recordatoria constante, ineludible, de la naturaleza de la opresión israelí.” 6
Si criticar a Israel deviene un acto antisemita, ¿adónde fue a parar el derecho a crítica o la libertad de cátedra, por ejemplo?
En la mayor parte de los países de Europa ahora la historia del sionismo, la del nazismo, la del judaísmo están escritas. Definitivamente. Inamovibles. Reinvestigar, otorgar otro ángulo, otra información, ha pasado a ser delictivo.
Es la sustitución lisa y llana del conocimiento histórico por la versión oficial. El sueño −estalinista para unos, bíblico para otros− encarnado como revelación.
De ese modo, toda crítica a Israel es antisemita, investigar sobre las muertes de judíos a manos de nazis está fijado de antemano (p. ej., en 6 millones y las correspondientes indemnizaciones. Y a todos los que duden, tengan alguna observación, algún reparo, se los ubica en el campo “antisemita” (término impreciso si los hay, por cuanto “semita” no es un pueblo siquiera, sino una familia idiomática).7
Obviamente, la policía de pensamiento no se aplica sólo a salvaguardar la imagen de Israel. Veamos otro ejemplo, tan distinto: una estrella del rugby australiano, étnicamente originario de ese continente, cristiano evangelista −Israel Folau− condenó recientemente en un mensaje de Instagram a “homosexuales, adúlteros, mentirosos, fornicadores” asegurando que les esperaba el infierno… y fue expulsado de la federación de rugby australiana y segregado socialmente.
Considero sus opiniones deleznables, pero condenarlo por ellas, es muchísimo más grave.
La policía del pensamiento, vieja pesadilla de antiutopistas, está deviniendo realidad y el motor actitudinal para este ahogo de la libertad de pensamiento es llevado adelante a través de la sobresaturación de información y entretenimiento y la configuración de las mentalidades.
Calvino (Jean Calvin) aspiraba a conocer todos los pasos de sus conciudadanos, desde que se levantaban hasta que se acostaban. Para sujetarlos bíblicamente a la virtud. Su ciudad, Ginebra, contaba entonces –siglo XVI−con unos 23 mil habitantes.
La aspiración de ‘una policía de la virtud’. Hoy esa pesadilla se va concretando sobre miles de millones de seres humanos.
Notas
*. PD.:
Considero que no solo fue por perder la II GM, la causa de ese trato, sino que hubo más, como fue por la forma de realizar la guerra que llevó a cabo Alemania, con los nazis y su maquinaria de muerte a la cabeza. Fue, sobre todo, en la URSS, aunque no sólo, la guerra de aniquilación y exterminio, una invasión sin previa declaración de guerra, y sin ruptura previa del pacto de no agresión, como exige el Derecho Internacional, pacto que tanta crítica había supuesto para la URSS por la acusación de aliarse con los nazis (Pacto de no agresión Ribbentrop-Molotov,1939 unos días antes del comienzo de la guerra) y sin respeto a leyes de Ginebra, ni normas humanitarias de guerra ninguna. Se mataban a los prisioneros rendidos, si eran oficiales más rápido y expeditivo. Se mataron a pueblos enteros, mujeres, ancianos y niños incluidos. Se bombardeaba indiscriminadamente a la población civil, con el objetivo de sembrar el terror y paralizarlas. Y si los detenidos eran sindicalistas o miembros de partidos de izquierda, judíos o gitanos, eran aún métodos más crueles, a ellos los torturaban, los llevaban a campos de exterminio, los mataban a palizas, los ahorcaban en público para ejemplo...
Se realizaban crueles represalias sobre la población civil si ocurrían atentados contra alemanes. Se utilizaron millones de personas, hombres y mujeres como mano de obra esclava, con represalias, a la menor sospecha de indisciplina, boicot o resistencia, crueles y de asesinatos por ahorcamiento público, se mal alimentaban y sometían a horarios extenuantes y agotadores de más de 60 horas semanales a todos ellos. La fábrica de automóviles Wolsvagen, como ejemplo, creada en base a la confiscación de las propiedades y riquezas de los sindicatos alemanes por Hitler y entregada a "amigos" llegó a sobrepasar el 80% de trabajadores esclavos. Y lo peor, los responsables de esos crímenes nunca fueron juzgados.
Además, los anglo-americanos con sus bombardeos masivos de ciudades de noche y día, en las que prácticamente solo quedaban ancianos, mujeres y niños, trataron siempre de justificarlo por lo que llamaban "apoyo masivo de la población a Hitler y sus ideas", lo que sólo en parte fue verdad. Los bombardeos de ese tipo contra objetivos civiles, nunca pueden ser admitido dentro del Derecho de guerra y están condenados por los acuerdos de Ginebra. Siempre serán un ejemplo de crimen contra la humanidad y los derechos humanos.
A todo el pueblo alemán se le trató cruelmente como enemigo después de la guerra. Conforme pasó el tiempo y empujados por las circunstancias de la época y el que la gente se marchaba al este, aunque fuera para comer comida de rancho, lo que se ha ocultado, dada la miseria de la parte occidental, la política occidental dió un giro hacia Alemania al final del 47. A partir de ahí se buscó la colaboración de las antiguas autoridades, que en cuanto a los militantes de antiguos sindicatos socialdemócratas fue muy positivo, para reorganizar el país. En lo que concierne a la colaboración con la antigua gestapo y SS, fue muy lamentable, aunque la justificaran por la experiencia en la lucha contra la izquierda no socialista, dentro de los parámetros de la guerra fría. El enemigo pasó a ser todo lo que oliera a URSS o comunista... aunque con ello se sacrificara la verdad, la justicia y los derechos humanos. Un claro ejemplo de los expuesto es que, sobre el papel, se declaró ilegal a los grupos nazis y de extrema derecha junto al Partido Comunista alemán, pero la realidad es que se expulsó a todo funcionario afiliado al Partido y las instituciones se llenaron de antiguos nazis ocultos bajo capa de aparentes demócratas.
1 Algo que también había pasado con el nazismo; una política reactiva, beligerante y agresiva, que fue acentuando sus rasgos hasta llegar a persecuciones y castigos atroces contra sus enemigos y víctimas.
2 Con la excepción, claro está, de los judíos que se han desmarcado del proyecto sionista, a menudo con riesgo de sus posiciones y hasta de su vida.
3 Fundada en 1948 por EE.UU., RU, Canadá, Australia y Nueva Zelandia, fue ampliada por única vez en 2004… con Israel.
4 Apenas como ejemplos: Marek Edelman, el bundista, sobreviviente polaco en los ’40 que se negó a aceptar una invitación de Israel, como “héroe judío” en los ‘50. O los miles de haredíes de Neturei Karta. Los investigadores e historiadores como Ilan Pappe, David Comedi, Gilad Atzmon y tantos otros que han roto con Israel y su geopolítica mundial, que con acierto ha definido el historiador Miguel Ibarlucía como “fascismo exitoso” (tesis doctoral).
5 En Argentina, Chacho Álvarez denunció esa técnica a fines de los ’80 o principios de los ‘90.
6 “Remembering the World Court Advisory Opinion on Israel’s Separation Wall After 15 Years, News; Analysis, Palestine, 12 jul. 2019.
7 Aunque en los últimos 20 años, la Academia de la Lengua Española se ha avenido a restringir el significado del término al de “contrario” o “ enemigo” de lo judío.
Blog del autor: https://revistafuturos.noblogs.org/
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jueves, 15 de agosto de 2019
sábado, 10 de octubre de 2015
Violentos y ladrones, pero más humanos que los nazis. Un historiador ruso rastrea a la División Azul española por la URSS y su impacto
Los españoles de la División Azul (DA) que, en apoyo de los invasores nazis, lucharon en tierras de la URSS de 1941 a 1943 fueron percibidos por los habitantes de las provincias rusas donde se acuartelaron -Nóvgorod y Leningrado- como más benignos que los alemanes y, a diferencia de estos, no se vieron involucrados en represalias masivas a la población, según el historiador Boris Kovalev, profesor de la Universidad Estatal de Nóvgorod.
Para su libro Voluntarios en una guerra ajena, dedicado a la DA, el investigador ha consultado los archivos provinciales de los servicios de Seguridad e Interior y el archivo central del ministerio de Defensa, además de entrevistar a una cincuentena de personas que habitaron en pueblos del territorio controlado por la DA a las orillas del lago Ilmén o en las riberas del río Vólkov, en la provincia de Nóvgorod, y en la de Leningrado.
Kovalev estudió también los diarios de los españoles caídos, la correspondencia incautada y más de 100 expedientes personales, entre transcripciones de interrogatorios de presos, desertores y tránsfugas, y actas de los procesos contra miembros de la DA. En conjunto, su obra presenta una visión polifacética del episodio histórico protagonizado por la Wehrmacht Alemana y los españoles que la siguieron a Rusia en una misión de solidaridad limitada que movilizó a más de 20.000 personas de diversos grupos, desde falangistas convencidos, voluntarios con motivaciones variadas, en gran parte económicas y de ascenso social, y una minoría deseosa de pasarse a la Unión Soviética.
El frio y el hambre dominan los testimonios de españoles y rusos. Desde Alemania, los españoles marcharon a pie por el oeste de la URSS en el verano de 1941. No tenían ropa de invierno y en los pueblos de la provincia de Nóvgorod donde tomaron posiciones ya en otoño se dedicaron a robar prendas de abrigo, desde pañuelos de lana de las campesinas a edredones, que se echaban sobre los uniformes cada vez más harapientos. También se apoderaban de las válenki, las botas de fieltro rusas, que arrebataban a vivos y a muertos. Espoleados por el frío, prendían fuegos que amenazaban con incendiar las modestas viviendas campesinas donde se alojaban.
Sin haberse bañado desde que salieron de Alemania, piojosos y hambrientos, los divisionarios abandonaban su mugrienta ropa interior y se llevaban todo lo que encontraban a su paso: gallinas, vacas, y hasta los gatos. Una anciana invitada por los divisionarios a comer lo que creía un conejo descubrió con horror que había degustado su propio gato, cuando buscó a éste para darle las sobras del banquete.
Soldados irascibles
Los recuerdos de los habitantes de la zona ocupada y las actas de la Comisión Estatal Extraordinaria (ChGK, en ruso, la institución creada por la URSS para investigar los crímenes de guerra de los ocupantes) indican que los españoles eran muy excitables y podían matar a alguien en una riña, como Fédor Morózov, el alcalde colaboracionista con los nazis en Nóvgorod, tiroteado por un soldado español al que empujó en un reparto de leche. La maestra Alexandra Ojapkina, en 1941 una niña de 12 años evacuada al pueblo de Shevélevo, calificaba a los divisionarios de “muy ladrones, pero no crueles y con cierta compasión por los habitantes locales”.
El mando soviético recibía informes de los interrogatorios, en los que se constataba que la moral de combate de la DA había mermado al aumentar las dificultades. Los españoles jugaban a las cartas por dinero y algunos pagaban a sus compañeros para que hicieran guardia por ellos. En la DA se dio una orden contra quienes se autolesionaban para evitar el frente. Uno de los presos, Juan Trias Diego, confirmó a los soviéticos que en la División se había fusilado a soldados por autolesionarse y que otros recibieron castigos tales como patrullar en calzoncillos o ser abandonado frente a las trincheras con un farol encendido. Los soldados se “perdían” cuando volvían al frente desde el hospital, por lo que el mando de la DA organizó el transporte en grupos vigilados por un oficial. El método no fue eficaz, a jugar por un caso en el que además del grupo desapareció también el oficial controlador.
En Chudovo, a 100 kilómetros de Leningrado, había dos campos de prisioneros de la Wehrmacht donde fueron exterminados más de 53.000 personas. Al iniciarse la retirada, el comandante del campo hizo formar a los prisioneros y pidió dar varios pasos al frente a quienes no se valían por sí mismos. Los 55 hombres que avanzaron, esperando que les facilitaran el transporte, fueron fusilados a la vista del resto. Chudovo estaba 40 kilómetros al norte de la zona controlada por la DA.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/05/actualidad/1444068649_594486.html
Para su libro Voluntarios en una guerra ajena, dedicado a la DA, el investigador ha consultado los archivos provinciales de los servicios de Seguridad e Interior y el archivo central del ministerio de Defensa, además de entrevistar a una cincuentena de personas que habitaron en pueblos del territorio controlado por la DA a las orillas del lago Ilmén o en las riberas del río Vólkov, en la provincia de Nóvgorod, y en la de Leningrado.
Kovalev estudió también los diarios de los españoles caídos, la correspondencia incautada y más de 100 expedientes personales, entre transcripciones de interrogatorios de presos, desertores y tránsfugas, y actas de los procesos contra miembros de la DA. En conjunto, su obra presenta una visión polifacética del episodio histórico protagonizado por la Wehrmacht Alemana y los españoles que la siguieron a Rusia en una misión de solidaridad limitada que movilizó a más de 20.000 personas de diversos grupos, desde falangistas convencidos, voluntarios con motivaciones variadas, en gran parte económicas y de ascenso social, y una minoría deseosa de pasarse a la Unión Soviética.
El frio y el hambre dominan los testimonios de españoles y rusos. Desde Alemania, los españoles marcharon a pie por el oeste de la URSS en el verano de 1941. No tenían ropa de invierno y en los pueblos de la provincia de Nóvgorod donde tomaron posiciones ya en otoño se dedicaron a robar prendas de abrigo, desde pañuelos de lana de las campesinas a edredones, que se echaban sobre los uniformes cada vez más harapientos. También se apoderaban de las válenki, las botas de fieltro rusas, que arrebataban a vivos y a muertos. Espoleados por el frío, prendían fuegos que amenazaban con incendiar las modestas viviendas campesinas donde se alojaban.
Sin haberse bañado desde que salieron de Alemania, piojosos y hambrientos, los divisionarios abandonaban su mugrienta ropa interior y se llevaban todo lo que encontraban a su paso: gallinas, vacas, y hasta los gatos. Una anciana invitada por los divisionarios a comer lo que creía un conejo descubrió con horror que había degustado su propio gato, cuando buscó a éste para darle las sobras del banquete.
Soldados irascibles
Los recuerdos de los habitantes de la zona ocupada y las actas de la Comisión Estatal Extraordinaria (ChGK, en ruso, la institución creada por la URSS para investigar los crímenes de guerra de los ocupantes) indican que los españoles eran muy excitables y podían matar a alguien en una riña, como Fédor Morózov, el alcalde colaboracionista con los nazis en Nóvgorod, tiroteado por un soldado español al que empujó en un reparto de leche. La maestra Alexandra Ojapkina, en 1941 una niña de 12 años evacuada al pueblo de Shevélevo, calificaba a los divisionarios de “muy ladrones, pero no crueles y con cierta compasión por los habitantes locales”.
El mando soviético recibía informes de los interrogatorios, en los que se constataba que la moral de combate de la DA había mermado al aumentar las dificultades. Los españoles jugaban a las cartas por dinero y algunos pagaban a sus compañeros para que hicieran guardia por ellos. En la DA se dio una orden contra quienes se autolesionaban para evitar el frente. Uno de los presos, Juan Trias Diego, confirmó a los soviéticos que en la División se había fusilado a soldados por autolesionarse y que otros recibieron castigos tales como patrullar en calzoncillos o ser abandonado frente a las trincheras con un farol encendido. Los soldados se “perdían” cuando volvían al frente desde el hospital, por lo que el mando de la DA organizó el transporte en grupos vigilados por un oficial. El método no fue eficaz, a jugar por un caso en el que además del grupo desapareció también el oficial controlador.
En Chudovo, a 100 kilómetros de Leningrado, había dos campos de prisioneros de la Wehrmacht donde fueron exterminados más de 53.000 personas. Al iniciarse la retirada, el comandante del campo hizo formar a los prisioneros y pidió dar varios pasos al frente a quienes no se valían por sí mismos. Los 55 hombres que avanzaron, esperando que les facilitaran el transporte, fueron fusilados a la vista del resto. Chudovo estaba 40 kilómetros al norte de la zona controlada por la DA.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/05/actualidad/1444068649_594486.html
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miércoles, 19 de junio de 2013
El partido socialista alemán Die Linke quiere ser "100% social"
La formación socialista Die Linke celebró el pasado fin de semana su congreso antes de los comicios de setiembre sin mayores discusiones. Los delegados dieron una imagen de unidad y se centraron en la campaña, manteniendo abierta la opción de formar un tripartito con el SPD y los Verdes para terminar con el Gobierno de la canciller Angela Merkel.
550 delegados de Die Linke (La Izquierda) se reunieron en la capital sajona de Dresde para aprobar el programa electoral. El lema de la convención es también la consigna de su campaña electoral: «100% social». Su candidato, Gregor Gysi, presidente del grupo parlamentario del Bundestag, ha fijado como meta conseguir un resultado «con dos dígitos». Hace cuatro años Die Linke superó el 11% de los votos pero ahora los sondeos lo sitúan entre seis y ocho puntos. Está por ver si el congreso mejorará sus perspectivas.
Los delegados hicieron lo suyo para que la armonía dominara en el encuentro ya que las pugnas internas desde 2009 transmitieron el riesgo de que el partido pudiera separarse en su bloque oriental, formado por aquellas personas originarias de la República Democrática Alemana, y el occidental, que aglutina a exsocialdemócratas, sindicalistas e integrantes de otras sensibilidades izquierdistas.
El hecho de que el congreso aprobase el programa electoral con solo cinco votos en contra muestra que la cúpula formada por los dos presidentes de partido, Katja Kipping y Bernd Riexinger, ha encontrado una forma de integrar a «reformistas» y «anticapitalistas» al menos hasta el 22 de setiembre, día de las elecciones generales.
En política social, Die Linke propone incrementar del 42 % al 53 % el impuesto sobre los sueldos altos y fiscalizar con el 75 % los ingresos superiores al millón de euros. También apuesta por una subida a las herencias y patrimonios altos. Y es que en la última década los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres.
Esa mayor presión fiscal supondría para las arcas del Estado 180.000 millones de euros, que servirían para incrementar la ayuda estatal para desempleados y otros necesitados de 382 a 500 euros mensuales y para financiar una pensión mínima de 1.050 euros. Los delegados acordaron también que el sueldo mínimo debería ser de 10 euros por hora y alcanzaría los 12 euros al terminar la legislatura en 2017. Otro aspecto es la proyectada abolición de los seguros privados de sanidad y sus sustitución por «un seguro para todos». Cada vez es mayor la diferencia entre los servicios médicos a los que un asegurado privado puede acceder mientras que se les niega a los clientes de los seguros estatales.
Respecto a la política exterior, Die Linke se ha mostrado muy cauto. De manera muy general aboga tanto por la retirada total de las Fuerzas Armadas alemanas de todas sus operaciones en el extranjero como por el cese de las exportaciones de armas. Dado que en los dos últimos años su cercanía a Cuba causó algunas informaciones tendenciosas y un debate interno muy fuerte, el partido se limita a solicitar que la UE abandone su Posición Común y que EEUU termine con el bloqueo a la isla. «Apoyamos la colaboración entre iguales y solidaria de países, como el ALBA en América Latina», señaló
El único punto de discordia, antes del congreso, provino de su expresidente, Oskar Lafontaine, quien cuestionó si determinados países de la zona euro deberían reintroducir sus monedas nacionales. «Aunque la Unión Monetaria Europea tiene grandes fallos de construcción, Die Linke no defiende el fin del euro» determinó el congreso, aprobando así el compromiso propuesto por Riexinger. Lafontaine, presente en el congreso, optó por callarse. Su compañera de partido y sentimental, Sahra Wagenknecht, vicepresidenta de Die Linke, criticó de forma general la gestión de crisis financiera de la UE. Para gobernar Die Linke tendría que formar un tripartito con el SPD y los Verdes pero ambos se resisten. La canciller Merkel sigue liderando las encuestas con el 41% de los votos, 17 puntos por delante del SPD. Los socialdemócratas han vuelto a escenificar la rivalidad entre su presidente, Sigmar Gabriel, y el candidato a canciller, Peer Steinbrück. La prensa de la derecha, empezando por el sensacionalista Bild, está preparando el terreno para reeditar la «gran coalición» de la CDU con el SPD.
Ambos partidos han copado el tema social, ofreciendo un tope para los alquileres en las ciudades, el sueldo mínimo y otros puntos que ya no son dominio único de Die Linke. El diputado Claus Roland reclamó desde las páginas del órgano oficial de su partido, «Neues Deutschland (ND)» «creatividad para descubrir nuevos nichos sociales».
Mientras la prensa alemana ha echado de menos la pugna entre las dos alas, el ND habla de un «triunfo de los reformistas» pero constata que «el congreso de Die Linke ha tranquilizado al partido pero no lo ha reconciliado». El resultado de 22-S será decisivo a este respecto.
Ingo Niebel. Gara.
Fuente:
http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130619/409057/es/El-partido-socialista-aleman-Die-Linke-quiere-ser-100-social
550 delegados de Die Linke (La Izquierda) se reunieron en la capital sajona de Dresde para aprobar el programa electoral. El lema de la convención es también la consigna de su campaña electoral: «100% social». Su candidato, Gregor Gysi, presidente del grupo parlamentario del Bundestag, ha fijado como meta conseguir un resultado «con dos dígitos». Hace cuatro años Die Linke superó el 11% de los votos pero ahora los sondeos lo sitúan entre seis y ocho puntos. Está por ver si el congreso mejorará sus perspectivas.
Los delegados hicieron lo suyo para que la armonía dominara en el encuentro ya que las pugnas internas desde 2009 transmitieron el riesgo de que el partido pudiera separarse en su bloque oriental, formado por aquellas personas originarias de la República Democrática Alemana, y el occidental, que aglutina a exsocialdemócratas, sindicalistas e integrantes de otras sensibilidades izquierdistas.
El hecho de que el congreso aprobase el programa electoral con solo cinco votos en contra muestra que la cúpula formada por los dos presidentes de partido, Katja Kipping y Bernd Riexinger, ha encontrado una forma de integrar a «reformistas» y «anticapitalistas» al menos hasta el 22 de setiembre, día de las elecciones generales.
En política social, Die Linke propone incrementar del 42 % al 53 % el impuesto sobre los sueldos altos y fiscalizar con el 75 % los ingresos superiores al millón de euros. También apuesta por una subida a las herencias y patrimonios altos. Y es que en la última década los ricos se han hecho más ricos y los pobres más pobres.
Esa mayor presión fiscal supondría para las arcas del Estado 180.000 millones de euros, que servirían para incrementar la ayuda estatal para desempleados y otros necesitados de 382 a 500 euros mensuales y para financiar una pensión mínima de 1.050 euros. Los delegados acordaron también que el sueldo mínimo debería ser de 10 euros por hora y alcanzaría los 12 euros al terminar la legislatura en 2017. Otro aspecto es la proyectada abolición de los seguros privados de sanidad y sus sustitución por «un seguro para todos». Cada vez es mayor la diferencia entre los servicios médicos a los que un asegurado privado puede acceder mientras que se les niega a los clientes de los seguros estatales.
Respecto a la política exterior, Die Linke se ha mostrado muy cauto. De manera muy general aboga tanto por la retirada total de las Fuerzas Armadas alemanas de todas sus operaciones en el extranjero como por el cese de las exportaciones de armas. Dado que en los dos últimos años su cercanía a Cuba causó algunas informaciones tendenciosas y un debate interno muy fuerte, el partido se limita a solicitar que la UE abandone su Posición Común y que EEUU termine con el bloqueo a la isla. «Apoyamos la colaboración entre iguales y solidaria de países, como el ALBA en América Latina», señaló
El único punto de discordia, antes del congreso, provino de su expresidente, Oskar Lafontaine, quien cuestionó si determinados países de la zona euro deberían reintroducir sus monedas nacionales. «Aunque la Unión Monetaria Europea tiene grandes fallos de construcción, Die Linke no defiende el fin del euro» determinó el congreso, aprobando así el compromiso propuesto por Riexinger. Lafontaine, presente en el congreso, optó por callarse. Su compañera de partido y sentimental, Sahra Wagenknecht, vicepresidenta de Die Linke, criticó de forma general la gestión de crisis financiera de la UE. Para gobernar Die Linke tendría que formar un tripartito con el SPD y los Verdes pero ambos se resisten. La canciller Merkel sigue liderando las encuestas con el 41% de los votos, 17 puntos por delante del SPD. Los socialdemócratas han vuelto a escenificar la rivalidad entre su presidente, Sigmar Gabriel, y el candidato a canciller, Peer Steinbrück. La prensa de la derecha, empezando por el sensacionalista Bild, está preparando el terreno para reeditar la «gran coalición» de la CDU con el SPD.
Ambos partidos han copado el tema social, ofreciendo un tope para los alquileres en las ciudades, el sueldo mínimo y otros puntos que ya no son dominio único de Die Linke. El diputado Claus Roland reclamó desde las páginas del órgano oficial de su partido, «Neues Deutschland (ND)» «creatividad para descubrir nuevos nichos sociales».
Mientras la prensa alemana ha echado de menos la pugna entre las dos alas, el ND habla de un «triunfo de los reformistas» pero constata que «el congreso de Die Linke ha tranquilizado al partido pero no lo ha reconciliado». El resultado de 22-S será decisivo a este respecto.
Ingo Niebel. Gara.
Fuente:
http://gara.naiz.info/paperezkoa/20130619/409057/es/El-partido-socialista-aleman-Die-Linke-quiere-ser-100-social
viernes, 14 de junio de 2013
Alemanes
El Tribunal Constitucional alemán discute si el Banco Central Europeo puede seguir comprando bonos. Como dijera que no, la habríamos liado un poco.
El 27 de septiembre de 2011 se consumó un asalto, con nocturnidad y alevosía, contra la voluntad de los españoles, al cambiarse la Constitución utilizando triquiñuelas legales. El texto inviolable, el votado en 1978, se cambió para satisfacer las exigencias de Bruselas, una capital europea que es, en realidad, una sucursal de la Alemania de Merkel.
Ese día, el texto del artículo 135 pasó a decir que los pagos de los intereses de los créditos para financiar la deuda se deberían hacer con la prioridad absoluta. Lo cierto es que no se hizo el cambio con ningún afán de que quedara en el limbo de las interpretaciones.
Los tenedores de deuda española, o sea, entre otros los bancos y cajas alemanas, tienen una garantía superior: aquí se puede estar hundiendo el mundo, se pueden morir de hambre niños, pero en cuanto haya un euro se tiene que ir primero a los que han comprado deuda. Prioridad absoluta.
Ahora, el Tribunal Constitucional alemán discute si el Banco Central Europeo puede seguir comprando bonos. Como dijera que no, la habríamos liado un poco.
La potente diplomacia española no se ha dado cuenta, vistos los antecedentes, de que hay solución para eso. Podemos imaginar a José Manuel García Margallo, acompañado por Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, llegar una noche a Berlín, reunir a la CDU, al SPD y los liberales y decirles: “esto lo cambian ahora mismo”. Si no tienen la suficiente seguridad en sí mismos, que se hagan acompañar por el verbo fácil de María Dolores de Cospedal y de Carlos Floriano.
Asunto zanjado: si el Tribunal Constitucional alemán tiene dudas, se le cambia la Constitución para que las pierda. Si ya se hizo aquí, se puede hacer allí, ¿no?
Según los responsables del cambio de septiembre de 2011, España ganó credibilidad aquel día de septiembre. Dejemos a los alemanes que también ellos la consigan.
Fuente: Jorge M. Reverte, El País.
El 27 de septiembre de 2011 se consumó un asalto, con nocturnidad y alevosía, contra la voluntad de los españoles, al cambiarse la Constitución utilizando triquiñuelas legales. El texto inviolable, el votado en 1978, se cambió para satisfacer las exigencias de Bruselas, una capital europea que es, en realidad, una sucursal de la Alemania de Merkel.
Ese día, el texto del artículo 135 pasó a decir que los pagos de los intereses de los créditos para financiar la deuda se deberían hacer con la prioridad absoluta. Lo cierto es que no se hizo el cambio con ningún afán de que quedara en el limbo de las interpretaciones.
Los tenedores de deuda española, o sea, entre otros los bancos y cajas alemanas, tienen una garantía superior: aquí se puede estar hundiendo el mundo, se pueden morir de hambre niños, pero en cuanto haya un euro se tiene que ir primero a los que han comprado deuda. Prioridad absoluta.
Ahora, el Tribunal Constitucional alemán discute si el Banco Central Europeo puede seguir comprando bonos. Como dijera que no, la habríamos liado un poco.
La potente diplomacia española no se ha dado cuenta, vistos los antecedentes, de que hay solución para eso. Podemos imaginar a José Manuel García Margallo, acompañado por Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, llegar una noche a Berlín, reunir a la CDU, al SPD y los liberales y decirles: “esto lo cambian ahora mismo”. Si no tienen la suficiente seguridad en sí mismos, que se hagan acompañar por el verbo fácil de María Dolores de Cospedal y de Carlos Floriano.
Asunto zanjado: si el Tribunal Constitucional alemán tiene dudas, se le cambia la Constitución para que las pierda. Si ya se hizo aquí, se puede hacer allí, ¿no?
Según los responsables del cambio de septiembre de 2011, España ganó credibilidad aquel día de septiembre. Dejemos a los alemanes que también ellos la consigan.
Fuente: Jorge M. Reverte, El País.
viernes, 22 de febrero de 2013
Berlín, al que "Manqua Finessa" en cantidad, entra "como un elefante en una cacharrería" en la campaña italiana. Il cavalieri, con el populismo que le caracteriza, lo utiliza a su favor astutamente y se ríe de las advertencias alemanas a los italianos sobre votar a Berlusconi
Los políticos alemanes se suman, así torpemente, a la estrategia del Cavaliere
Alarmado ante el ascenso de Silvio Berlusconi en las encuestas, Berlín entra en la campaña italiana con torpes declaraciones de toda una serie de políticos que favorecen más que perjudican al Cavaliere. Berlín parece no entender que lo mejor que podría hacer en la actual situación italiana sería callarse. En lugar de eso se alecciona a los italianos sobre cómo votar.
Cuando Berlusconi se está presentando ante el público italiano como el político audaz que desafía el diktat teutón, la simplona racionalidad de los políticos alemanes no entiende el juego y entra al trapo con una ingenuidad asombrosa. En su primario juego anti-tedesco, todo le suma a Berlusconi, que fue un aventajado alumno de ese diktat cuando estaba en el gobierno. El futbolista Mario Balotelli, que marcó dos goles contra Alemania descalificándola en el mundial, ha sido fichado por su AC Milan. Mientras ese Mario hizo “llorar dos veces” a los alemanes, ha dicho, el “otro Mario” (Monti) les hace llorar.
Con el discurso a ese nivel, el ministro de exteriores alemán, Guido Westerwelle, irrumpe en el terreno de juego, siguiendo la estela del comisario europeo, Olli Rehn, que abrió la serie declarando a Berlusconi “no fiable”. Pero Rehn no es alemán. Con sus declaraciones contra el magnate italiano Westerwelle y los suyos actúan como majorettes en la fiesta de Berlusconi. “Naturalmente no tomamos parte en la campaña electoral italiana, pero sea quien sea el que forme el nuevo gobierno estamos a favor de que prosiga la línea proeuropea y las necesarias reformas”, dice Westerwelle. Italia es, dice el ministro, “el país clave para la superación de la crisis de deuda europea”.
“Italia necesita una dirección política que pueda conectar con el futuro y Berlusconi no sirve para eso”, ha dicho el presidente de la comisión de exteriores del Bundestag, Ruprecht Polenz, del partido de Merkel. La canciller, que ya se pilló los dedos durante la campaña francesa rompiendo una lanza por Sarkozy, guarda silencio. Incluso si en Francia no había entonces un resentimiento ante el rudo protagonismo alemán en la eurocrisis, aquella fue una torpeza que difícilmente repetirá Merkel ahora.
En pleno Stalingrado de la eurocrisis, cuando la recesión europea amenaza con degenerar en una espiral de reducción de la recaudación de impuestos, aumento de los costes presupuestarios del desempleo e incremento de la deuda -no “pese al ahorro”, como exclaman extrañados muchos comentaristas alemanes, sino precisamente a causa del asfixiante ahorro- Berlín teme que las elecciones italianas consagren un vuelco.
Con el magnate de nuevo en el gobierno, Italia rompería con la política de estabilidad lo que podría tener consecuencias “muy serias” para el euro, dice el portavoz de política presupuestaria del partido de Merkel (CDU), Norbert Barthle.
Las declaraciones de políticos alemanes sobre la campaña electoral italiana y su rechazo a Berlusconi, “no expresan tutela”, explica una angelical editorial del Sudddeutsche Zeitung. Simplemente, “se ofrece a los italianos una información que podría ayudarles a tomar su decisión electoral”, añade. El problema es que nadie garantiza que esta indicación alemana sobre cómo votar “correctamente” en Italia, no abone el populismo de Berlusconi.
El Cavaliere, que fue echado del gobierno por una patada de Angela Merkel y su comparsa Sarkozy en octubre de 2011, ya ironiza sobre sus rivales, Bersani y Monti, como los “candidatos alemanes”. Pero en Berlín se desconoce el más simple abecedario de la sensibilidad nacional en los estados europeos.
Dato
Enfermedad Francesa. Con un retroceso de tres décimas de punto en el último trimestre, la mitad del retroceso alemán, Francia continua siendo presentada en Berlín como el “enfermo de Europa”, pese a que la economía francesa, más diversificada y con una mayor demanda interna, tiene algunas ventajas sobre el modelo exportador alemán.
Rafael Poch. La Vanguardia
Alarmado ante el ascenso de Silvio Berlusconi en las encuestas, Berlín entra en la campaña italiana con torpes declaraciones de toda una serie de políticos que favorecen más que perjudican al Cavaliere. Berlín parece no entender que lo mejor que podría hacer en la actual situación italiana sería callarse. En lugar de eso se alecciona a los italianos sobre cómo votar.
Cuando Berlusconi se está presentando ante el público italiano como el político audaz que desafía el diktat teutón, la simplona racionalidad de los políticos alemanes no entiende el juego y entra al trapo con una ingenuidad asombrosa. En su primario juego anti-tedesco, todo le suma a Berlusconi, que fue un aventajado alumno de ese diktat cuando estaba en el gobierno. El futbolista Mario Balotelli, que marcó dos goles contra Alemania descalificándola en el mundial, ha sido fichado por su AC Milan. Mientras ese Mario hizo “llorar dos veces” a los alemanes, ha dicho, el “otro Mario” (Monti) les hace llorar.
Con el discurso a ese nivel, el ministro de exteriores alemán, Guido Westerwelle, irrumpe en el terreno de juego, siguiendo la estela del comisario europeo, Olli Rehn, que abrió la serie declarando a Berlusconi “no fiable”. Pero Rehn no es alemán. Con sus declaraciones contra el magnate italiano Westerwelle y los suyos actúan como majorettes en la fiesta de Berlusconi. “Naturalmente no tomamos parte en la campaña electoral italiana, pero sea quien sea el que forme el nuevo gobierno estamos a favor de que prosiga la línea proeuropea y las necesarias reformas”, dice Westerwelle. Italia es, dice el ministro, “el país clave para la superación de la crisis de deuda europea”.
“Italia necesita una dirección política que pueda conectar con el futuro y Berlusconi no sirve para eso”, ha dicho el presidente de la comisión de exteriores del Bundestag, Ruprecht Polenz, del partido de Merkel. La canciller, que ya se pilló los dedos durante la campaña francesa rompiendo una lanza por Sarkozy, guarda silencio. Incluso si en Francia no había entonces un resentimiento ante el rudo protagonismo alemán en la eurocrisis, aquella fue una torpeza que difícilmente repetirá Merkel ahora.
En pleno Stalingrado de la eurocrisis, cuando la recesión europea amenaza con degenerar en una espiral de reducción de la recaudación de impuestos, aumento de los costes presupuestarios del desempleo e incremento de la deuda -no “pese al ahorro”, como exclaman extrañados muchos comentaristas alemanes, sino precisamente a causa del asfixiante ahorro- Berlín teme que las elecciones italianas consagren un vuelco.
Con el magnate de nuevo en el gobierno, Italia rompería con la política de estabilidad lo que podría tener consecuencias “muy serias” para el euro, dice el portavoz de política presupuestaria del partido de Merkel (CDU), Norbert Barthle.
Las declaraciones de políticos alemanes sobre la campaña electoral italiana y su rechazo a Berlusconi, “no expresan tutela”, explica una angelical editorial del Sudddeutsche Zeitung. Simplemente, “se ofrece a los italianos una información que podría ayudarles a tomar su decisión electoral”, añade. El problema es que nadie garantiza que esta indicación alemana sobre cómo votar “correctamente” en Italia, no abone el populismo de Berlusconi.
El Cavaliere, que fue echado del gobierno por una patada de Angela Merkel y su comparsa Sarkozy en octubre de 2011, ya ironiza sobre sus rivales, Bersani y Monti, como los “candidatos alemanes”. Pero en Berlín se desconoce el más simple abecedario de la sensibilidad nacional en los estados europeos.
Dato
Enfermedad Francesa. Con un retroceso de tres décimas de punto en el último trimestre, la mitad del retroceso alemán, Francia continua siendo presentada en Berlín como el “enfermo de Europa”, pese a que la economía francesa, más diversificada y con una mayor demanda interna, tiene algunas ventajas sobre el modelo exportador alemán.
Rafael Poch. La Vanguardia
domingo, 6 de enero de 2013
Miles de jubilados alemanes, obligados a emigrar porque sus pensiones no les permiten vivir en su país
El año pasado había más de 7.100 pensionistas alemanes instalados en asilos húngaros. Otros 3.000 han decidido pasar sus últimos años en asilos afincados en la República Checa. Las estadísticas oficiales indican que, además, hay otros 600 'refugiados' en Eslovaquia. Y varios centenares repartidos entre España, Grecia y Ucrania. La mayoría de ellos, según explica un reportaje del periódico británico The Guardian, contra su voluntad; no tienen dinero para quedarse en Alemania.
Las pensiones recibidas, en muchos casos, no dan para cubrir los costes de un asilo alemán, dice el rotativo británico. Quedarse en Alemania alcanzada una determinada edad y dependencia cuesta, de media, entre los 2.900 euros y los 3.400 euros al mes. El problema es que estos precios no parecen destinados a reducirse en el corto plazo. Y entre eso y una población cada vez más envejecida, los expertos temen que el número de ‘exiliados’ no pare de crecer en los próximos años.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) están visiblemente molestas con la situación. El término “deportación inhumana”, utilizado por algunas de ellas, no puede evitar compararse con tiempos más oscuros para el país, aunque el argumento más recurrente para tratar de remodelar el sistema que cuida, supuestamente, de los ancianos del país es el de que no se puede tratar de esta manera a las personas que construyeron la Alemania moderna, el actual motor económico de Europa, tras la devastación dejada por la II Guerra Mundial.
Pero la crisis del sistema que pretende cuidar de los mayores en Alemania no es ninguna novedad. Por el contrario, parece un problema crónico. Sin embargo, durante los últimos años se habían tapado agujeros gracias a la llegada masiva de inmigrantes del Este europeo, que ejercían de mano de obra (no muy cara) y podían cubrir, de este modo, vacantes sin que los centros tuviesen que aumentar los precios.
El drama va más allá de la irresponsabilidad nacional, que es la bandera que ondean desde el ‘think tank’ de carácter social Sozialverband Deutschland (VdK, por sus siglas en alemán). Hay casos concretos realmente tristes. Algunos los expone la Sociedad de Alzheimer alemana: “En particular, las personas con demencia pueden encontrar dificultades a la hora de orientarse estando inmersos en otra cultura y en una lengua completamente diferente, porque muchos viven en un mundo anclado al pasado, basado en memorias de sus épocas más tempranas”.
Por su parte, los griegos ironizan sobre la situación. Al ser su país uno de los destinos mencionados por el reportaje del diario inglés, algunos periodistas helenos ya han manifestado la posibilidad de que el Gobierno que lidera el conservador Antonis Samarás, que cuenta con el beneplácito de la canciller germana, Angela Merkel, gracias a su predisposición a adoptar las medidas de austeridad dictadas en Berlín, se dedique de ahora en adelante a construir una industria basada en el cuidado de los ancianos alemanes. Podría ser esa, quizá, la salida de la crisis económica que atraviesa el país mediterráneo. B. B.
Fuente: http://www.elboletin.com/index.php?name=internacional¬icia=67310
Las pensiones recibidas, en muchos casos, no dan para cubrir los costes de un asilo alemán, dice el rotativo británico. Quedarse en Alemania alcanzada una determinada edad y dependencia cuesta, de media, entre los 2.900 euros y los 3.400 euros al mes. El problema es que estos precios no parecen destinados a reducirse en el corto plazo. Y entre eso y una población cada vez más envejecida, los expertos temen que el número de ‘exiliados’ no pare de crecer en los próximos años.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) están visiblemente molestas con la situación. El término “deportación inhumana”, utilizado por algunas de ellas, no puede evitar compararse con tiempos más oscuros para el país, aunque el argumento más recurrente para tratar de remodelar el sistema que cuida, supuestamente, de los ancianos del país es el de que no se puede tratar de esta manera a las personas que construyeron la Alemania moderna, el actual motor económico de Europa, tras la devastación dejada por la II Guerra Mundial.
Pero la crisis del sistema que pretende cuidar de los mayores en Alemania no es ninguna novedad. Por el contrario, parece un problema crónico. Sin embargo, durante los últimos años se habían tapado agujeros gracias a la llegada masiva de inmigrantes del Este europeo, que ejercían de mano de obra (no muy cara) y podían cubrir, de este modo, vacantes sin que los centros tuviesen que aumentar los precios.
El drama va más allá de la irresponsabilidad nacional, que es la bandera que ondean desde el ‘think tank’ de carácter social Sozialverband Deutschland (VdK, por sus siglas en alemán). Hay casos concretos realmente tristes. Algunos los expone la Sociedad de Alzheimer alemana: “En particular, las personas con demencia pueden encontrar dificultades a la hora de orientarse estando inmersos en otra cultura y en una lengua completamente diferente, porque muchos viven en un mundo anclado al pasado, basado en memorias de sus épocas más tempranas”.
Por su parte, los griegos ironizan sobre la situación. Al ser su país uno de los destinos mencionados por el reportaje del diario inglés, algunos periodistas helenos ya han manifestado la posibilidad de que el Gobierno que lidera el conservador Antonis Samarás, que cuenta con el beneplácito de la canciller germana, Angela Merkel, gracias a su predisposición a adoptar las medidas de austeridad dictadas en Berlín, se dedique de ahora en adelante a construir una industria basada en el cuidado de los ancianos alemanes. Podría ser esa, quizá, la salida de la crisis económica que atraviesa el país mediterráneo. B. B.
Fuente: http://www.elboletin.com/index.php?name=internacional¬icia=67310
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