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viernes, 19 de abril de 2024

_- "Quiero limpiar mi nombre antes de morir": la ingeniera estrella de Tesla que fue despedida cuando denunció a la compañía y demandó a Elon Musk por difamación

Cristina Balan

_- Cristina Balan denunció a Tesla y desde entonces ha estado luchando contra Elon Musk y su compañía en los tribunales.

Ha sido una lucha de una década y sigue buscando una disculpa pública, le dijo Balan a la BBC.

Ninguna otra entrevista sobre un gigante tecnológico me ha hecho llorar.

Pero hacia el final de nuestra llamada de Zoom, la exingeniera de Tesla se quitó dramáticamente la peluca y entre lágrimas me dijo que acababa de terminar su tratamiento contra el cáncer de mama.

Y ahora está luchando, como madre soltera, tanto por su vida como por su reputación. Es imposible no sentir su emoción.

"Quiero limpiar mi nombre. Ojalá Elon Musk tuviera la decencia de disculparse", es el mensaje de Balan para el jefe multimillonario de la empresa.

Pero lleva mucho tiempo esperando.

Hasta 2014, fue una estrella en ascenso dentro de la empresa de autos eléctricos de Estados Unidos.

En homenaje a su experiencia en ingeniería, las iniciales de Balan fueron grabadas en todas las primeras baterías del Tesla Model S.

Ella muestra con orgullo ante la cámara la caparazón de una batería.

Balan recuerda haber conversado con Musk en la fila del almuerzo en la cafetería del personal. Entonces, dice, estaba feliz y exitosa: vivía su sueño, después de crecer en Rumania con una pasión de toda la vida por los automóviles.

Pero después de expresar temores por la seguridad de los frenos de los vehículos Tesla, en 2014 perdió su trabajo.

Balan ganó un caso de despido injustificado, según informó la prensa estadounidense.

Pero después, en una larga declaración a los medios, Tesla afirmó que Balan había utilizado tiempo y recursos de la compañía para un proyecto personal secreto, lo cual dijo que era malversación de fondos, un delito en EE.UU.

Es algo que la mujer niega rotundamente.

Tesla nunca proporcionó ningún detalle sobre el presunto incidente, ni a ella ni en público, afirma. La compañía tampoco respondió a una solicitud de la BBC de información al respecto.

Balan acusa a Tesla de difamación.

Y aunque actualmente se encuentra en remisión del cáncer de mama en etapa 3B, su mayor preocupación es que tal vez no viva para ver el desenlace del proceso.

En última instancia, dice Balan, ha perseguido el caso obstinadamente durante tanto tiempo porque quiere demostrarle su inocencia a su hijo.

"Soy su héroe", declara."Soy la mamá que fabrica aviones y autos".

Y no quiere que él crezca creyendo que su madre era una ladrona.

Las siglas CB en una batería del Tesla Model S

Las siglas CB en una batería del Tesla Model S, en homenaje a las aportaciones de diseño de Cristina Balan. Balan compartió con la BBC varias comunicaciones entre ella y Tesla durante el tiempo que trabajó allí.

"Todo se fue al diablo cuando me di cuenta de que ocultaban algunos problemas críticos de seguridad", explica.

A Balan le preocupaba que los tapetes se curvaran debajo de algunos pedales (un defecto de diseño simple pero potencialmente letal) y dijo que los clientes se habían quejado.

"Si no puedes pisar el freno, otra persona, fuera del Tesla, puede resultar lesionada", afirma.

"Lo que dijeron simplemente fue: 'Nos damos cuenta de que los tapetes están mal, simplemente sáquenlos de los autos'".

Pero los gerentes rechazaron sus preocupaciones y se tornaron hostiles, señala Balan.

Entonces le envió un correo electrónico a Musk, quien había alentado directamente a los empleados a acudir personalmente a él si tenían alguna inquietud que pudiera afectar la reputación de Tesla.

"Le envié dos correos electrónicos", cuenta Balan. "Le envié uno antes de que saliera [de Tesla], diciéndole que todos estábamos amenazados”.

"Lo que yo pensaba era: 'Él quiere hacer lo correcto para Tesla'".

Pero el esfuerzo fracasó y Balan perdió su trabajo.

La BBC le presentó a Tesla esas afirmaciones, pero no recibió respuesta.

El sitio web de la compañía dice: "La seguridad es la parte más importante de cada Tesla. Diseñamos nuestros vehículos para que superen los estándares de seguridad".

Otro denunciante de Tesla, Lukasz Krupski, contó una experiencia similar, no relacionada, después de que envió un correo electrónico a Musk sobre preocupaciones por las condiciones laborales en la sede de Tesla en Noruega.

Y Balan señala que otros miembros del personal de Tesla quizás tienen "miedo de hablar".

Su caso eventualmente será escuchado en el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito de California, pero aún no hay fecha para ello.

Es su única oportunidad de reivindicación profesional, afirma Balan. "No quiero renunciar a mi carrera", señala.

"Y sé que, si no gano esto, no importa lo buena que sea. Todo el mundo mirará lo que Tesla dice [sobre mí], así que mi carrera se acabó. No quiero eso".

Elon Musk 

Pie de foto,Balan le expresó sus preocupaciones al director ejecutivo de Tesla, Elon Musk. El estilo de liderazgo de Musk es notoriamente inusual, pero algunos de quienes han trabajado para él dicen que obtiene resultados.

Dolly Singh, que trabajó en SpaceX para Musk entre 2008 y 2013, le dijo anteriormente a la BBC que es un "líder increíble".

"Si ese no fuera el caso, no estaría logrando las cosas que ha logrado", dijo en 2022. "Sí, es agotador trabajar para Elon. Pero creo que es un campo de entrenamiento como ningún otro".

El abogado estadounidense Gordon Schnell, de la firma Constantine Cannon, afirma que un número creciente de trabajadores del sector tecnológico se están convirtiendo en denunciantes.

Hay mucho en juego, porque los productos tecnológicos tienen "un impacto muy grande en el mundo", dice.

"Es algo que realmente afecta nuestras vidas", agrega.

Pero el consejo de Schnell, que se especializa en representar a denunciantes, es que hay que explorar todas las opciones posibles antes de hacer pública cualquier denuncia.

"Hay muchos canales protegidos en muchas industrias diferentes que un denunciante puede utilizar, en los que puede transmitir inquietudes confidenciales a las agencias gubernamentales apropiadas, las cuales son más adecuadas para abordar esas inquietudes", dice.

Información adicional de Philippa Wain.

jueves, 16 de noviembre de 2023

_- ELON MUSK. “Aún hay mierda que no funciona por eso”: cuando Elon Musk desenchufó los servidores de Twitter con una navaja.

_- El célebre periodista Walter Isaacson ha tenido acceso al magnate durante cientos de horas y personas de su entorno, para relatar en una biografía sus logros, pero también sus problemas mentales y familiares, sobre todo con una de sus 10 hijos: trans por culpa del “virus woke”.

Elon Musk, director general de Tesla y SpaceX, además de propietario de la red social X (antes Twitter), hace un gesto de triunfador en una conferencia en París el pasado junio.
Elon Musk, director general de Tesla y SpaceX, además de propietario de la red social X (antes Twitter), hace un gesto de triunfador en una conferencia en París el pasado junio.CHESNOT (GETTY IMAGES)
Elon Musk tiene una biografía definitiva con 52 años. Walter Isaacson, célebre biógrafo de genios como Steve Jobs, Albert Einstein o Leonardo da Vinci, ha publicado este martes su nuevo libro, titulado Elon Musk (disponible el 14 en España, editado por Debate). El magnate es hoy la persona más rica del mundo, dirige simultáneamente seis empresas que llenan titulares y tiene 10 hijos de tres mujeres. Además, tiene una influencia social enorme: su cuenta de X, antes Twitter, es la más seguida de la red social, de la que es propietario, y su peso es innegable en acontecimientos dispares como la guerra de Ucrania, la exploración espacial o la batalla por la libertad de expresión.

Musk dice que todavía no ha leído el libro. El estilo de Isaacson es poco combativo: deja que Musk se explique aunque muestra docenas de dramas y peleas de su personaje. Cuando Musk preguntó a Isaacson si quería escribirlo, el periodista le pidió a cambio horas de acceso directo a reuniones y momentos privados, y mantuvieron “docenas de entrevistas y charlas de madrugada”. Además, conversaciones con más de 100 personas que le rodean, entre ellas familiares, exmujeres y ejecutivos de sus empresas. El libro revela incontables nuevos detalles y pliegues de un personaje ya bien conocido y cuyo legado está aun por definir. En 2015 salió su primera biografía, pero más de la mitad de las 700 páginas del libro de Isaacson son sobre los últimos ocho años.

Estos son algunos de los fragmentos más reveladores de la nueva biografía de este “hombre-niño”, como lo define Isaacson.

Walter Isaacson, biógrafo: “Elon Musk tiene múltiples personalidades. A veces es divertido. A veces entra en ‘modo demonio”

1. Formación a puñetazos
Elon Musk nació y creció en Sudáfrica, de padres de origen británico y canadiense. Isaacson cuenta una infancia y adolescencia donde cada anécdota es una variante de violencia distinta. Siendo pequeño, un pastor alemán le mordió la espalda y Musk pidió que no mataran al perro, pero luego se enteró de que le pegaron un tiro. En otra ocasión, fue a un concierto con su hermano, Kimbal, vieron a un muerto con un cuchillo en el cerebro y pisaron su charco de sangre, que se les pegó en las zapatillas. Se narran campamentos de verano donde las peleas eran promovidas; una paliza en el colegio de la que aún se resiente décadas después o viajes al Reino Unido o Hong Kong, donde a los hermanos Musk preadolescentes les dejaban deambular solos por las calles.

“Tenía problemas para captar normas sociales”, escribe Isaacson. “La empatía no era algo natural y no tenía ni el deseo ni el instinto de ser conciliador. Como resultado, los matones se burlaban de él con regularidad, se le acercaban y le daban puñetazos. ‘Si nunca te han dado un puñetazo en la nariz, no tienes idea de cómo te afectará el resto de tu vida’, afirma [Musk]”.

Todas esas cicatrices reales son “menores”, añade Isaacson, comparadas con las que le infligió su padre, Errol. Al salir del hospital por la paliza que le dio un compañero, su padre aún le abroncó durante una hora. Kimbal, hermano de Elon, dice que es “el peor recuerdo” de su vida.

Isaacson logra hablar varias veces con Errol, que trata de justificarse con poco éxito: aplicó, admite, una “dictadura callejera extremadamente severa con sus hijos”. Los padres de Musk se divorciaron cuando él tenía 8 años, pero Elon pasó la adolescencia con su padre. Uno de los rumores más persistentes de esa etapa es que Errol tuvo participaciones en una mina de esmeraldas ilegal. Errol admite a Isaacson que traficó clandestinamente una temporada con piedras preciosas, pero nunca tuvo parte de una mina.

2. Aversión a la satisfacción
Musk ha tenido éxito. No solo tiene más dinero que nadie, sino que ha logrado revolucionar sectores como el coche eléctrico o la exploración espacial. Sin embargo, al contrario que otros en una situación similar como Bill Gates, Larry Page o Jeff Bezos, que han dado un paso al lado, Musk se lía en nuevos retos.

“El trastorno de estrés postraumático de su infancia también le inculcó una aversión a la satisfacción”, escribe Isaacson. ”’No creo que sepa cómo saborear el éxito y oler las flores’, dice Claire Boucher, artista conocida como Grimes, madre de tres de sus [10] hijos. ‘Creo que en la infancia le condicionaron a que la vida es dolor’. Musk está de acuerdo. ‘La adversidad me marcó’, dice. ‘Mi umbral del dolor se volvió muy alto”.

Musk no tuvo una infancia económicamente difícil, pero tampoco fue plácida. “Desarrolló una mentalidad de asedio que incluía la atracción, a veces el anhelo, por el drama, tanto en el trabajo como en las relaciones románticas”, escribe Isaacson. “Cuando se enfrentaba a retos tortuosos, la tensión a menudo lo mantenía despierto por la noche y le hacía vomitar. Pero también le dio energía. ‘Es un imán para el drama’, dice [su hermano] Kimbal”.

En 2022, Musk vivía uno de los mejores momentos de su vida. Tesla y SpaceX crecían sin parar. Sus beneficios y fortuna, también. Pero no supo conformarse: “Necesito cambiar mi forma de pensar y dejar de estar en el modo crisis en el que he estado durante 14 años, o posiblemente la mayor parte de mi vida”, reconoce Musk a Isaacson.

“Mi salud mental va por rachas”, admite Musk a Isaacson en septiembre de 2022. “Es malo cuando existe una presión extrema. Pero si muchas cosas empiezan a marchar bien, tampoco es demasiado bueno para mi salud mental”. Apenas un mes después de esas palabras, Musk ejecutó su oferta para la compra de Twitter. Era un nuevo y enorme follón.

Según los cálculos de Isaacson, Musk dirige ahora seis compañías: “Tesla, SpaceX con su unidad [de satélites] Starlink, Twitter [ahora X], la Boring Company, Neuralink y xAI [la nueva competencia de OpenAI y DeepMind]”.

3. Twitter, el ‘virus woke’ y la hija trans
Musk fue en abril de 2022 unos días a descansar a Hawái, en una isla propiedad de Larry Ellison, fundador de Oracle. Musk iba con una novia con quien se ve a menudo, la actriz australiana Natasha Bassett. En lugar de desconectar estuvo cuatro días elucubrando si debía comprar Twitter.

De Hawái voló a Vancouver (Canadá), donde su entonces mujer Grimes le quería llevar a conocer a sus abuelos. Pero Musk estaba en “modo estrés” y le dejó en el hotel. Desde allí, mandó la oferta que acabó llevando a la compra de Twitter en octubre.

El cruce entre vida familiar o privada y grandes decisiones se repite otras veces. Musk tiene 10 hijos de tres mujeres: los gemelos Griffin y Xavier, los trillizos Kai, Saxon, Damian, con su primera mujer, Justine. Luego X, Y y Techno Mechanicus (que revela el libro por primera vez) con Grimes y los gemelos Strider Sekhar Sirius y Azure Astra Alice, que tuvo in vitro en 2021 con una ejecutiva de una de sus empresas, Shivon Zilis, que además es amiga de Grimes. Aunque parezca todo incomprensible, la lectura del libro hace pasar todo este jaleo de nombres y parejas como pequeños saltos en una increíblemente ajetreada vida, sin vacaciones seguidas desde 2001, cuando además cogió una malaria que casi le mata.

Su hijo Kai anunció a los 8 años que era vegetariano: “Para reducir mi huella de carbono”. El hijo que más se ha alejado de Musk es Xavier, cuyo nombre original venía de su personaje favorito de los X-Men. “Xavier tenía una voluntad fuerte y desarrolló un profundo aborrecimiento por el capitalismo y la riqueza”, escribe Isaacson. “Mantenían largas y amargas conversaciones, en persona y por mensajes de texto, en las que Xavier le expresaba repetidamente: ‘Te odio a ti y odio todo lo que representas’. Fue uno de los factores que hizo que Musk decidiera vender sus casas y vivir con menos lujo, pero, en su relación, tuvo poco efecto”.

Pero Xavierprovocó otras reacciones en su padre. A sus 16 años decidió transicionar a mujer y cambiarse el nombre, Jenna, y el apellido. Musk se enteró por un miembro de su seguridad. Este distanciamiento, escribe Isaacson, le ha provocado más dolor que “ninguna otra cosa en su vida desde que muriera su primer hijo, Nevada”, cuando era un bebé, de muerte súbita. Musk achacó al “virus woke” los cambios de Jenna. “Culpó en parte a la ideología que Jenna absorbía en Crossroads, la escuela privada progresista a la que iba en Los Ángeles. En su opinión, Twitter se había infectado con una mentalidad similar que suprimía las voces de derecha y antisistema”, dice Isaacson. La compra de Twitter era un modo de frenar la “infección woke”.

4. El “modo demonio”
“Musk está loco a veces”, dice Isaacson. Musk puede ser alguien encantador y gracioso. También odioso y terrible. Son conocidos sus capítulos de gritos e insultos contra empleados. El libro está repleto de ejemplos donde Musk trata a la gente que le rodea como objetos. “El feedback que doy a la gente es hardcore [una de sus palabras favoritas] y en su mayoría preciso, e intento no hacerlo de una manera ad hominem. Todos cometemos errores. A la física no le importan los sentimientos. Le importa si has construido el cohete correctamente”.

Grimes es quien da más detalles sobre las distintas caras de Musk: “Tiene numerosas mentes y muchas personalidades bastante distintas. Y se mueve entre ellas con mucha rapidez. De un momento a otro, sientes que el aire de la sala cambia y, de pronto, toda la situación se ha desplazado hacia otro de sus estados”, dice. “Mi versión favorita de E [Elon] es la que se apunta al Burning Man y es capaz de dormir en un sofá y comer sopa de sobre tan tranquilo”. El modo contrario es el “demonio”: “Es cuando se pone todo oscuro y se mete en el centro de su tormenta mental”. Su asperger y la terrible influencia de su padre son dos de los motivos apuntados para estos cambios.

5. La nueva peor época de su vida
En 2008, SpaceX se jugó su futuro en un cuarto lanzamiento de un cohete tras tres fracasos. En Tesla no había dinero para pagar los sueldos por la crisis global y problemas de costes internos. Ese año había sido descrito como el peor año de la vida de Musk.

Musk dice a Isaacson que 2018 fue aún peor. “Fue la época de mayor concentración de dolor que he tenido nunca. 18 meses de locura incesante [empezó en verano 2017]. Un sufrimiento aturdidor”.

En esos meses se juntan los problemas para producir suficientes coches en sus plantas, sus tuits falsos sobre un buceador pedófilo en un rescate de Tailandia, las dudas de los inversores sobre su fiabilidad como jefe de sus empresas y su foto fumando marihuana en el podcast de Joe Rogan. Tomaba decisiones sobre la marcha, cuenta Isaacson. “Al menos un 20% de ellas van a ser erróneas y después vamos a tener que alterarlas. Pero si no tomo decisiones, morimos”, reconoce el magnate.

6. No quería meterse en guerras
Cuando estalló la guerra de Ucrania, Rusia cortó las telecomunicaciones de Ucrania. Musk se ofreció a ayudar con Starlink, su empresa de satélites. Mandó miles de receptores a Ucrania. Su intención era la ayuda humanitaria. El libro de Isaacson revela por primera vez cómo Musk se negó a ampliar la cobertura de sus satélites para que Ucrania hiciera un ataque con drones contra la flota rusa en Crimea.

Este fragmento apareció antes de la publicación del libro y le llovieron las acusaciones a Musk de colaborar con Putin. Esta es su respuesta en el libro: “¿Cómo he acabado yo en esta guerra? Starlink no estaba destinado a implicarse en guerras. Era para que la gente pudiera ver Netflix y relajarse y conectarse online para hacer los deberes y cosas buenas y pacíficas, no ataques con drones”. Starlink acabó por crear una unidad militar que pudiera firmar contratos con el Pentágono.

7 ¿Y si cortamos este cable?
Otra expresión repetida de Musk es “zafarrancho”. Consiste en crear la sensación de urgencia extraordinaria poniendo plazos y objetivos imposibles. Hay varios pasajes en el libro donde se irrita al ver que casi nadie trabaja por la noche en algunas de sus plantas.

Isaacson describe una así: “Yo ya había visto a Musk sumirse en ese humor demoniaco antes, así que pude intuir lo que presagiaba. Como sucede con frecuencia —al menos dos o tres veces al año— estaba creciendo en su interior la compulsión de dar orden de zafarrancho, una erupción de actividad sostenida las 24 horas del día. El objetivo era darles un meneo a las cosas y ‘purgar la mierda del interior del sistema’, como dice él”.

En una variante de estos momentos en Twitter, Musk quiso trasladar servidores entre dos centros de datos para ahorrarse millones de dólares. Sus ingenieros le avisaron de que no era fácil ni rápido. Además era Navidad. Musk llamó a su gente de confianza y empezó a hacer aquello de los jefes obcecados: esto es más fácil de lo que parece. Muchas veces le ha salido razonablemente bien. Su modo de jugar con el riesgo sin red de protección es otro de los temas de su vida.

“Musk se volvió hacia su guardia de seguridad y le pidió que le prestase su navaja de bolsillo. Con ella, fue capaz de levantar una de las rejillas de ventilación del suelo, lo que le permitió forzar la apertura de los paneles. Él mismo se deslizó por debajo del suelo del servidor, utilizó la navaja para abrir un cuadro eléctrico haciendo palanca, desenchufó el servidor y esperó a ver lo que ocurría. No explotó nada. El servidor estaba listo para su traslado. A esas alturas, Musk estaba totalmente emocionado. Aquello era, exclamó con una sonora carcajada, como un remake de Misión imposible”.

En esta “operación”, están los problemas de estabilidad de Twitter meses después, como la desastrosa presentación de la candidatura del gobernador Ron DeSantis. Musk admitió a Isaacson que se había equivocado: “Aún hay mierda que no funciona por eso”, le dijo. Pero, añade Isaacson, “la aventura demostró a los empleados de Twitter que Musk iba en serio cuando hablaba de la necesidad de un sentido maniaco de la urgencia”.

8. La última gran preocupación
Musk ha levantado muchas más cosas: Neuralink o los robots humanoides Optimus. Pero su legado está por decidir. Cuando a Isaacson se le quejan por los tuits maleducados, carcas o ridículos de Musk, él dice variantes de esta frase: “Puede que no gusten ciertos aspectos de lo que tuitea, pero este año [2023] ha enviado hasta ahora más masa en órbita que todos los países y empresas juntos. Ha creado una empresa de coches que vale tanto como las siguientes nueve empresas automovilísticas juntas”. También, admite Isaacson, miente al prometer túneles futuristas o sistemas autónomos de conducción que nunca parecen llegar.

Parece increíble, además, que esa misma persona sea descrita luego de este modo: “Sus chistes solían estar llenos de referencias petulantes al 69 y diversos actos sexuales, fluidos corporales, hacer caca, tirarse pedos, fumar porros y otros temas que harían partirse de risa a un colegio mayor de universitarios fumados”.

Estos logros y ambigüedad pueden quedar pequeños ante lo que haga con la inteligencia artificial (IA). Al ritmo de Musk, en los próximos 20 años puede haber cambiado el foco de sus negocios e ideas. “No puedo quedarme sentado sin hacer nada”, dijo a Isaacson en una de sus últimas conversaciones en Austin (Texas) con uno de sus gemelos en el regazo. “La IA está a la vuelta de la esquina, me estoy preguntando si merece la pena dedicar tanto tiempo a pensar en Twitter. Probablemente podría convertirlo en la mayor institución financiera en el mundo. Pero tengo un número limitado de ciclos cerebrales y de horas al día”.

Isaacson le preguntó entonces por sus prioridades: llegar a Marte, le dijo, y “centrarme en que la IA sea segura”. Musk cree que la humanidad está en sus manos de genio. La épica del superhéroe le encanta. De momento ya tiene su libro.

domingo, 5 de marzo de 2023

¿Por qué los oligarcas engreídos rigen nuestro mundo?

Hace algunos años —creo que fue en 2015— recibí una lección rápida sobre lo fácil que es convertirse en una persona detestable. Era un orador invitado en una conferencia en São Paulo, Brasil, y mi vuelo de llegada se retrasó mucho. Los organizadores, preocupados de que no llegara a la hora de mi ponencia debido al tristemente célebre tráfico de la ciudad, hicieron arreglos para recogerme en el aeropuerto y llevarme directamente al techo del hotel en helicóptero.

Luego, cuando terminó la conferencia, había un automóvil esperando para llevarme de regreso al aeropuerto. Por un minuto me sorprendí pensando: “¿Qué? ¿Tengo que irme en coche?”.

Por cierto, en la vida real suelo desplazarme casi a todos lados en metro.

En fin, la lección que aprendí de mi momento de mezquindad fue que los privilegios corrompen y generan con mucha facilidad una sensación de que se tiene derecho a ellos. Y, con toda seguridad, parafraseando a lord Acton, los enormes privilegios corrompen enormemente, en parte porque los muy privilegiados por lo general están rodeados de personas que jamás se atreverían a decirles que se están comportando mal.

Por eso no me sorprende el espectáculo de autoinmolación de la reputación de Elon Musk. Fascinado, sin duda… ¿quién no está? Pero cuando un hombre inmensamente rico y acostumbrado no solo a obtener siempre lo que quiere, sino también a ser un ícono venerado, descubre que no solo está perdiendo su aura, sino que además se está convirtiendo en objeto de burlas masivas, por supuesto que reacciona fustigando de manera errática y, en el proceso, empeora aún más sus problemas.

La pregunta más interesante es por qué en la actualidad estamos regidos por ese tipo de personas. Claramente estamos viviendo en la era del oligarca engreído.

Como recientemente señaló Kevin Roose en el Times, Musk todavía tiene muchos admiradores en el mundo de la tecnología. No lo ven como alguien malcriado que hace pataletas, sino como alguien que entiende cómo se debe manejar el mundo, una ideología que el escritor John Ganz llama “bossism”, la creencia de que la gente poderosa no debería tener que dar explicaciones a la gente común y corriente, ni siquiera enfrentar sus críticas. Los adeptos de esa ideología obviamente tienen mucho poder, aun si ese poder todavía no protege a personas como Musk de ser abucheadas en público.

Pero ¿cómo es posible esto?

En realidad, no es una sorpresa que el progreso tecnológico y el creciente producto interno bruto no hayan creado una sociedad feliz e igualitaria. Desde que tengo memoria, tanto el análisis serio como la cultura popular han generado visiones pesimistas del futuro. Pero los críticos sociales, como John Kenneth Galbraith, y los escritores especulativos, como William Gibson, generalmente imaginaban distopías corporativistas que suprimían la individualidad, no sociedades dominadas por plutócratas ególatras y susceptibles que exhibían sus inseguridades a la vista del público.

Entonces, ¿qué sucedió?

Sin duda, parte de la respuesta es la gran concentración de la riqueza entre los más ricos. Antes del fiasco con Twitter, ya muchas personas comparaban a Elon Musk con Howard Hughes en el declive de sus últimos años. Sin embargo, la riqueza de Hughes, incluso calculada en dólares actuales, es trivial en comparación con la de Musk, aun tras la reciente caída de las acciones de Tesla. En términos más generales, los mejores cálculos disponibles afirman que la proporción de la riqueza total en manos del 0,00001 por ciento más rico hoy en día se ha multiplicado casi 10 veces con respecto a hace cuatro décadas. Además, es indudable que la inmensa riqueza de la superélite moderna ha generado mucho poder, incluido el poder de actuar como un niño malcriado.

Más allá de eso, muchos de los supermillonarios, que como clase solían ser en su mayoría reservados, ahora se han vuelto celebridades. El arquetipo del innovador que se enriquece mientras cambia el mundo no es nuevo; se remonta al menos hasta Thomas Edison. Pero las grandes fortunas construidas en el sector de la tecnología de la información convirtieron este relato en un culto en toda regla, repleto de tipos aspirantes a Steve Jobs o parecidos a él.

Sin duda, el culto al genio emprendedor ha jugado un papel importante en la debacle gradual de las criptomonedas. Sam Bankman-Fried de FTX no estaba vendiendo un producto real, ni tampoco se sabe que lo estén haciendo sus antiguos competidores que todavía no se han declarado en bancarrota: después de todo este tiempo, a nadie se le ha ocurrido un uso significativo en el mundo real para las criptomonedas que no sea lavado de dinero. Más bien, lo que Bankman-Fried vendía era una imagen: la del visionario con cabello desprolijo y vestimenta desaliñada que entiende el futuro como la gente normal no puede hacerlo.

Musk no está exactamente en la misma categoría. Sus compañías producen automóviles que en verdad se desplazan y cohetes que en verdad viajan. Pero las ventas y en especial el valor de mercado de sus empresas dependen, al menos en parte, de la fuerza de su marca personal, a la cual parece que no puede dejar de destrozar cada día.

Al final, Musk y Bankman-Fried podrían terminar haciendo un gran servicio público al empañar el mito del genio emprendedor, que tanto daño ha hecho. Pero, por ahora, las gracias de Musk en Twitter están degradando lo que se había convertido en un recurso útil, un lugar al que algunos de nosotros acudíamos para obtener información de personas que realmente sabían de lo que estaban hablando. Y parece cada vez más improbable que esta historia vaya a tener un final feliz.

¡Ah!, y si esta columna hace que me suspendan de Twitter —o si el sitio simplemente muere por la mala gestión—, pueden seguir en Mastodon algunas de las cosas en las que pienso, al igual que las opiniones de un número cada vez mayor de refugiados de Twitter.

Paul Krugman ha sido columnista de Opinión desde 2000 y también es profesor distinguido en el Centro de Graduados de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Ganó el Premio Nobel de Ciencias Económicas en 2008 por su trabajo sobre comercio internacional y geografía económica. @PaulKrugman

https://www.nytimes.com/es/2022/12/22/espanol/opinion/elon-musk-twitter-sam-bankman-ftx.html

domingo, 15 de enero de 2023

REDES SOCIALES El biógrafo de Elon Musk: “Para él, el caos es el procedimiento operativo estándar”.

Ashlee Vance, autor del libro más importante sobre la vida del hombre más rico del mundo, valora las primeras polémicas del magnate como propietario de la red social

En la tercera cita de Elon Musk con su segunda mujer, Riley Talulah, ya en la intimidad del hotel, le quiso enseñar sus cohetes. “Era escéptica, pero de verdad me enseñó vídeos de cohetes”, revela Talulah. En su primer encuentro, Musk había descartado a otras dos modelos en favor de Talulah porque “ella quería realmente hablar de cohetes y coches eléctricos, eso era lo interesante”, cuenta Musk a su biógrafo Ashlee Vance, periodista de Bloomberg y autor de Elon Musk. El empresario que anticipa el futuro, un libro publicado originalmente en 2015.

Musk no solo usaba los coches eléctricos para ligar cuando ya había invertido millones de dólares en Tesla, una empresa que los fabrica. Ya lo hacía cuando tenía 18 años y acababa de llegar a Canadá desde su Sudáfrica natal. “Creo que la segunda frase que salió de su boca fue ‘pienso mucho en los coches eléctricos’. Entonces me miró y me dijo, ‘¿tú piensas mucho en los coches eléctricos?’”, dice Christie Nicholson, que conoció al joven Musk en una fiesta y mantuvieron la amistad.

El foco exacerbado y obsesivo en sus intereses vitales y empresariales es constante en la vida de Musk. Desde joven le ha interesado mucho internet (fundó X.com, que está en el origen de Paypal y los pagos seguros en la red), los cohetes (SpaceX) y los coches eléctricos (Tesla). Su interés por las redes sociales y Twitter puede parecer nuevo desde fuera, pero es probable que Musk le haya dedicado muchas horas y crea, como escribió a los anunciantes, que Twitter no es solo una red social, sino una “plaza pública digital” imprescindible para el futuro de la humanidad.

“Según algunos mensajes que hemos intercambiado, creo que está bastante estresado”, dice su biógrafo Vance por teléfono a EL PAÍS. Desde el anuncio oficial de la compra de Twitter, el pasado 27 de octubre, Musk ha despedido a miles de empleados, ha abierto la puerta al regreso de Donald Trump, ha causado el caos con decisiones poco pensadas y ha provocado entre sus críticos el vaticinio del fin de Twitter y un pequeño éxodo a Mastodon y otras redes.

¿Es todo esto un gran problema para Musk? Probablemente, no. “Es una situación extraordinaria, pero para Elon tener sus empresas en caos es un procedimiento operativo estándar, tiene práctica”, dice Vance. “También debo decir que si nada funciona y Twitter se desploma y pierde los 44.000 millones de dólares, no diré que no le importaría, pero es quizá la única persona en la Tierra a quien no le destruiría la vida. Está dispuesto a jugársela y podría vivir sea cual sea el resultado”, añade.

Musk tiene otros proyectos en marcha cuyos resultados están en duda o en camino: el hyperloop, la conducción automática de Tesla y sus robots Optimus, o los chips en el cerebro de Neuralink. Los éxitos indiscutibles de Paypal, SpaceX y Tesla no son los únicos hitos de su carrera.

Un gran misterio de estas primeras semanas con Musk frente de Twitter es cómo puede sobrevivir la compañía con 2.700 empleados, más del 50% menos de los que tenía en octubre. Hay varias posibles respuestas, observando tanto lo que ocurre hoy en Silicon Valley como echando un vistazo al pasado de Musk en SpaceX y Tesla. Otras empresas tecnológicas están despidiendo a empleados. El cofundador de Twitter, Jack Dorsey, admitió haber hinchado en exceso la plantilla. Musk tenía pinta de saberlo y de igualmente haber apostado fuerte: “Le están subestimando. Se dice mucho que está perdiendo a todos estos ingenieros”, dice Vance. “Se subestima cuánta gente solo protesta por el hecho de que Elon esté ahí y se subestima su capacidad de contratar a gente con talento”, añade. Ya hay ejemplos de ingenieros que se ponen a disposición de Musk con pruebas complejas, como arreglar el buscador de Twitter:

Hay, para Vance, una diferencia sustancial entre Twitter y sus otros dos negocios: SpaceX y Tesla: “Sus dos empresas las construyó con el tiempo. Tienen visiones muy claras sobre qué son y hacia dónde se dirigen. El comportamiento de Musk es algo más tolerado porque están acostumbrados a su estilo. Aun así, es increíblemente duro con algunas personas y las despide de manera horrible”, explica. Pero ahora ha llegado a Twitter siendo ya el hombre más rico del mundo y el mayor usuario de la red, y el interés que levanta es distinto: “En Twitter acaba de tirarse en paracaídas con su gestión y es obviamente impactante para todos en la empresa y los que están fuera de ella”, añade.

En Tesla y SpaceX hay varios ejemplos de su comportamiento y ética de trabajo. En sus cientos de entrevistas, Vance cuenta en el libro algunos casos notables. “Una persona que trabaja 16 horas al día termina siendo mucho más eficaz que dos personas que trabajan ocho horas”, escribe Vance en la biografía a propósito de un caso concreto. “Ese trabajador no debe celebrar reuniones, ni llegar a consensos o poner al día a otras personas. Simplemente, sigue trabajando y trabajando y trabajando. El empleado ideal de SpaceX es alguien como Steve Davis, el director de proyectos avanzados de SpaceX. ‘Ha estado trabajando 16 horas al día todos los días durante años’, dijo Brogan [otro empleado de SpaceX]. ‘Hace más cosas que 11 personas trabajando juntas’”.

Los fines de semana son también un obstáculo para Musk: “Cuando llegó, le hice notar lo impresionante que era que tanta gente trabajara un sábado”, escribe Vance. “Musk vio la situación bajo una luz diferente, quejándose de que cada vez menos personas trabajaban los fines de semana. ‘Nos hemos vuelto jodidamente blandos’, respondió Musk. ‘Voy a enviar un correo electrónico. Somos jodidamente blandos’”. ¿El nacimiento de un hijo? Importa menos que la empresa: “Un empleado [de Tesla] se perdió un evento para presenciar el nacimiento de su hijo. Musk le envió un correo electrónico diciendo: ‘Eso no es excusa. Estoy extremadamente decepcionado. Debes averiguar dónde están tus prioridades. Estamos cambiando el mundo y cambiando la historia, y te comprometes o no’”. Vance cita las palabras del receptor del correo, pero en este caso no pudo ver el mensaje original enviado por Musk.

¿Se van los empleados? Fichamos más
En X.com un grupo de ejecutivos se llevó a una parte sustancial de la plantilla porque estaban en desacuerdo con la gestión de Musk: “Terminó con una empresa fantasma y un puñado de empleados leales. ‘Después de todo, recuerdo estar sentada con Elon en su oficina”, dijo Julie Ankenbrandt, una de las primeras empleadas de X.com que se quedó. ‘Había un millón de leyes para impedir que ocurriera algo como X.com, pero a Elon no le importaba. Simplemente, me miró y dijo: ‘Creo que deberíamos contratar a más personas’”.

“Musk se quejó de que cada vez menos personas trabajaban los fines de semana. ‘Nos hemos vuelto jodidamente blandos”
Otro modo de subestimar la tozudez de Musk es su relación con el fracaso. En 2008, los cohetes no despegaban y fabricar un Tesla a tiempo parecía un sueño. Con la crisis estaba a punto de perder todo el dinero que había ganado tras la venta de Paypal a eBay. Su mujer entonces, Riley Talulah, recuerda su desesperación. “Un día hubo 50 artículos sobre cómo moriría Tesla”, recuerda Kimbal Musk, hermano de Elon. Hoy el riesgo es mucho mayor en términos absolutos, pero el imperio de Musk no depende de Twitter. Aun así, no se permite fracasos.

Vance cita a Jeff Heilman, uno de los primeros empleados de la primera empresa de Musk, Zip2, de servicios de internet. “‘Elon tenía ese impulso de que esto, fuera lo que fuera, tenía que hacerse y que si no lo hacía, fallaría su oportunidad’, dijo Heilman. ‘Eso es lo que veían los inversores de riesgo: que estaba dispuesto a apostar su existencia en la construcción de esta plataforma’. Musk en realidad le dijo lo mismo a un inversor: ‘Mi mentalidad es la de un samurái. Preferiría cometer harakiri antes que fallar’”.

Más allá del fracaso, una de las distinciones de Musk es cómo reinvierte buena parte del dinero que logra en sus nuevos proyectos. En los años más difíciles de SpaceX y Tesla, cuando aún vivía con su primera mujer, Justine, le dijo esto a Antonio Gracias, amigo e inversor en sus empresas: “‘Las cosas empezaban a ir mal con Justine, pero aún estaban juntos’, dijo Gracias. ‘Durante esa cena, Elon me dijo: ‘Gastaré mi último dólar en estas empresas. Si tenemos que mudarnos al sótano de los padres de Justine, lo haremos’”.

¿Es de derechas?
Una polémica persistente con Musk, que ha crecido desde su compra de Twitter, es si es de derechas. “Creo que es una estupidez”, dice Vance. “Algo de esto lo ha provocado él mismo con las cosas que dice y tuitea, pero la gente tiene que entender que la mayor parte del tiempo está bromeando solo para tocar las narices. No es un fascista radical ni nada por el estilo. Es bastante racional y sus lealtades políticas tienden a cambiar según la forma en que el gobierno trata a sus empresas en cada momento. Es excéntrico y le encantan los follones, pero en mi opinión no es de extrema derecha, no lo creo”.

Las vacaciones “te matan”
Musk estuvo a punto de morir en un viaje a África con Justine. Pilló un tipo de malaria grave y se la descubrieron tarde a la vuelta. Musk pasó 10 días difíciles en la unidad de cuidados intensivos. Tardó seis meses en recuperarse. Perdió 20 kilos durante la enfermedad. “Estuve muy cerca de morir”, dijo Musk a Vance. “Esa es mi lección para las vacaciones: las vacaciones te matarán”.

https://elpais.com/tecnologia/2022-11-23/el-biografo-de-elon-musk-para-el-el-caos-es-el-procedimiento-operativo-estandar.html

viernes, 14 de octubre de 2016

Tesla busca empleados en España. El fabricante de coches eléctricos ofrece puestos de trabajo en Madrid y Barcelona

Tesla busca empleados en España. Las ofertas de trabajo, publicadas en su página en Reino Unido, dejan entrever una posible apertura de centros de mantenimiento de coches tanto en Madrid como en Barcelona. También buscan especialistas en Lisboa. Entre los perfiles que piden se encuentran responsables de instalar los supercargadores, el equivalente a las gasolineras pero con un menor tiempo de carga comparado con los enchufes de otros fabricantes. También se demandan asesores de ventas, personal de marketing o especialistas de producto, capaces de hacer demostraciones de uso tanto en carretera como en la tienda.

Tesla, la firma de coches eléctricos de alta gama fundada por Elon Musk, quiere llegar a Europa de una manera más activa. Su campo de pruebas, por el momento, han sido los países nórdicos. Con respecto a España, siempre han alegado de modo no oficial que presenta un marco legal inestable y poco beneficioso para su sistema de carga. En California, el estado más preocupado por las energías renovables y el medio ambiente, junto con la factura del consumo de luz de cada mes se incluye un folleto con las bondades del coche eléctrico y se invita a instalar un cargador específico el hogar.

Tesla Europa reitera que estas ofertas de empleo no significan que vaya abrir de manera inmediata y que, por ahora, no hay nada que anunciar. Sin embargo, antes del desembarco en México siguieron este mismo patrón. Es previsible que antes tengan que bregar con las autoridades y el resto de fabricantes de coches. Uno de los puntos de fricción más marcados tiene que ver con los puntos de venta. Tesla tiene una cadena de tiendas propias, con un sistema muy parecido al de Apple, en el que se puede probar, configurar y adquirir un coche. Son todas de su propiedad. No tienen concesionarios y el precio es el mismo si se compra en la tienda o a través de Internet, que es como se suelen tramitar la mayoría de los pedidos.

Por el momento, Tesla ofrece dos modelos de coche, el Model S, el Model X. También ha presentado ya el Model 3, cuyo precio es más asequible, desde 35.000 dólares, y está previsto que llegue al mercado en 2017. Se espera que las entregas se hagan efectivas en menos de 18 meses.

Aunque Tesla es, por ahora, un fabricante de coches, su misión fundacional es otra: “Acelerar la transición en todo el mundo hacia una energía sostenible”.

http://economia.elpais.com/economia/2016/10/10/actualidad/1476120175_767930.html?rel=lom

sábado, 4 de febrero de 2012

Tesla, un visionario

Todos los genios incomprendidos, con perdón por la redundancia, merecerían la segunda oportunidad que el ángel concedió a James Stewart en Qué bello es vivir: mostrarle cómo sería el mundo si él no hubiera existido. No para impedir que se tiren por un puente, como en la película de Frank Capra, sino para que se mueran sabiendo que tenían razón. Después de una vida entera aguantando a los beocios, esa tiene que ser la mejor versión para genios del descanse en paz al que todos aspiramos.

El ángel de Capra tuvo que hilar fino con el personaje de Stewart, que al fin y al cabo era un banquero y había arruinado a medio pueblo, con perdón otra vez por la redundancia. Su trabajo habría sido mucho más fácil con los genios de verdad. Cervantes y Shakespeare, Galileo y Newton, Van Gogh y Picasso nunca destacaron por su modestia, ciertamente, pero hasta ellos se quedarían boquiabiertos si pudieran ver lo que significan para nosotros, si pudieran saber que sin ellos la literatura, la ciencia y el arte no solo serían muy distintos, sino también mucho peores.

Con ninguno, sin embargo, lo habría tenido el ángel más fácil que con Nikola Tesla, inventor de la bobina de inducción que inauguró la era de la radio, artífice del sistema de transmisión que nos lleva la energía eléctrica a casa, descubridor de un principio extraordinariamente simple, eficaz y versátil -como todas las grandes ideas- en el que se basan nuestros motores eléctricos y casi cualquier otra cosa que lleve un enchufe. No hace falta un ángel para imaginar un mundo sin Tesla. Basta un apagón... 

jueves, 30 de junio de 2011

El visionario que acertó

La autobiografía de Nikola Tesla retrata a un genio ensombrecido por Edison y erigido en icono de la cultura popular.

Pocas veces alguien con un sitio tan claro en las enciclopedias ha sido a la vez tan claramente un personaje de novela. Y de película, cómic y videojuego. Ese alguien es Nikola Tesla, un físico serbio nacido en Croacia en 1856 y emigrado a Estados Unidos que terminó prestando su apellido a la unidad de inducción magnética (el tesla), además de ser reconocido en todo el mundo como el hombre que consiguió domesticar la corriente alterna -a través del motor de inducción polifásico- y en su país de adopción como el inventor de la radio. Este último reconocimiento le llegó cuando el Tribunal Supremo decretó que Marconi se había basado para su trabajo en las patentes desarrolladas por Tesla.

El hecho de que la justicia dictara su fallo en 1943, cuando el científico serbocroata llevaba meses muerto, es solo un ejemplo de lo que el futuro destinaba a su figura. Pese a que sus inventos permitieron iluminar grandes ciudades, enviar la electricidad a miles de kilómetros por primera vez o construir la primera gran central hidroeléctrica del mundo -en las cataratas del Niágara-, su nombre ha quedado ensombrecido por el de Thomas Alva Edison, con el que Tesla llegó a colaborar. El encuentro y desencuentro entre ambos lo cuenta este último en Mis inventos, el texto autobiográfico que, junto al ensayo El problema de aumentar la energía humana, integra ahora el volumen Yo y la energía, traducido por Cristina Núñez Pereira, publicado por Turner y acompañado por una larga y apasionante introducción del periodista y escritor Miguel Ángel Delgado.

"En este volumen hay dos libros: el de Tesla y el de Miguel Ángel Delgado", dijo ayer en la sede madrileña del Círculo de Lectores José Manuel Sánchez Ron. El físico y miembro de la Real Academia Española abrió el acto enseñando un paquete comprado en unos grandes almacenes. Contenía la versión en muñeco de algunos de los grandes héroes de la ciencia y la técnica modernas. Allí entre, Darwin, Madame Curie o Einstein estaba Tesla. El propio Sánchez Ron reconoció que cuando lo vio en la tienda se preguntó: "¿Qué hace este aquí?". Era su manera de reconocer el lugar fronterizo de "un visionario que acertó", un genio que "lo tenía todo para no prosperar como hombre de empresa". Ese "todo" del que habla Sánchez Ron fueron un cuerpo, una personalidad y una inteligencia extremas: de dos metros de altura y políglota desatado -declaró haber estudiado 12 lenguas y llegó a manejarse en no menos de seis-, conjugaba su afán de notoriedad con una misantropía enfermiza que le llevó a mantenerse célibe durante toda su vida y que por momentos le impedía incluso dar la mano a la gente. Amén de rechazar el ofrecimiento de colaboración como ayudantes sin sueldo de futuros premios Nobel de Física. Eso, no obstante, no evitó que el gran mundo frecuentara su laboratorio neoyorquino: de la actriz Sarah Bernhardt a su gran amigo Mark Twain. Un hombre que ha fascinado a escritores como Paul Auster o Thomas Pynchon, que lo han convertido en personaje de sus novelas, o a cineastas como Jim Jarmusch o Christopher Nolan.

Convertido en icono pop, Tesla se ha asomado en los últimos años en cómics, discos, videojuegos y series de televisión, de House a Los Simpson. Ese es uno de los muchos Tesla. El otro es el de la leyenda que empezó a fraguarse el día que murió en la habitación 3327 del hotel New Yorker. El mito dice que el FBI habría recogido sus papeles, que, por supuesto, permanecen en secreto.

A Miguel Ángel Delgado no le hace gracia la teoría conspiranoica porque podría reducir a caricatura a uno de los grandes genios de la historia de la humanidad. Él prefiere subrayar que fue uno de los primeros en "preocuparse por cosas que preocupan mucho ahora, pero nada en su tiempo": la necesidad de explotar energías limpias e inagotables frente a la dependencia del petróleo, el peligro nuclear o la atención a la ecología. Y, por supuesto, "las posibilidades que ofrece la transmisión inalámbrica de electricidad". El futuro parece suyo; el presente, también. La historia, todavía no.