Mostrando entradas con la etiqueta TDAH. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta TDAH. Mostrar todas las entradas

sábado, 11 de febrero de 2023

¿Tienes TDAH o solo eres una persona distraída?

¿Tienes alguno de estos hábitos?: cortar las etiquetas de la ropa. Recordar (y lamentar) conversaciones pasadas. Experimentas episodios de agotamiento y fatiga. Desconectarte de lo que pasa a tu alrededor cuando alguien está hablando. Concentrarte demasiado al trabajar en un proyecto. Emprender decenas de pasatiempos. Soñar despierto. Olvidar cosas.

Según TikTok, es posible que tengas un trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Videos sobre este padecimiento psiquiátrico proliferan en la aplicación de redes sociales, con la etiqueta #adhd, o #tdah, y más de 17.000 millones de vistas a la fecha. En muchos aparecen jóvenes que describen sus síntomas específicos (a veces sorprendentes), como una sensibilidad a molestias sensoriales pequeñas (como las etiquetas de la ropa) o parálisis TDAH, un tipo de procrastinación extrema. Después de ver estos videos, muchas personas que no recibieron el diagnóstico de TDAH en la niñez podrían cuestionar si quizá cumplen con los criterios como adultos.

Como la mayoría de los trastornos psiquiátricos, los síntomas del TDAH pueden variar en tipo y gravedad. Y muchos de ellos “son conductas que todo el mundo experimenta en algún momento dado”, explicó Joel Nigg, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón. Sin embargo, la clave para diagnosticar el padecimiento es “determinar si es grave o extremo”, y si interfiere en la vida de las personas, puntualizó. También es crucial que los síntomas hayan estado presentes desde la infancia.

Según expertos, esas sutilezas se pueden perder en las redes sociales. De hecho, un estudio publicado este año halló que más de la mitad de los videos sobre TDAH en TikTok eran engañosos. Si un video  (o artículo) te hace pensar que podrías tener TDAH sin un diagnóstico formal, a continuación, te decimos qué debes considerar.

¿Por qué no se suele diagnosticar el TDAH en adultos? 
Alrededor del cuatro por ciento de los adultos en Estados Unidos tienen suficientes síntomas para afirmar que tienen TDAH, pero solo un estimado de 1 de cada 10 recibe el diagnóstico y el tratamiento correspondiente. En comparación, a un nueve por ciento de los niños en Estados Unidos se les ha diagnosticado el trastorno, y tres cuartas partes han recibido medicamento o terapia conductual para tratarlo.

Uno de los motivos de la falta de diagnóstico en adultos es que cuando las personas piensan en el TDAH, suelen imaginar a un niño que no puede quedarse quieto y es problemático en el salón de clase, comentó Deepti Anbarasan, profesora clínica asociada de Psiquiatría en la Escuela Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York. Pero esos síntomas estereotípicos de hiperactividad solo están presentes en el cinco por ciento de los casos en adultos, señaló.

En cambio, síntomas como el olvido, la dificultad para concentrarse u organizarse y la procrastinación —que los expertos llaman TDAH inatento (a diferencia del TDAH hiperactivo)— son más comunes en adultos. “Con adultos, los problemas a menudo no son necesariamente de hiperactividad o impulsividad, sino más bien de funcionamiento ejecutivo”, aclaró Anbarasan. “Es más sutil”.

El TDAH también podría diagnosticarse erróneamente como otro trastorno psiquiátrico. Por ejemplo, es común que las personas con TDAH tengan problemas para regular sus emociones; pueden enojarse muy rápido o sufrir altibajos emocionales dramáticos. También pueden sentir un exceso de preocupación y ansiedad, a veces debido a los síntomas propios del TDAH. Como resultado, a muchos adultos se les pudo haber diagnosticado depresión o ansiedad cuando el problema de fondo era el TDAH.

¿Cómo se diagnostica el TDAH en adultos?
Existen tres preguntas principales que todo psiquiatra te hará para ayudar a determinar si lo que tienes es un nivel normal de falta de atención u olvidos momentáneos o si padeces TDAH. ¿Cuántos síntomas tienes? ¿Los has tenido desde la niñez? Y ¿afectan dos o más áreas de tu vida?

Las dos últimas son de particular utilidad para determinar si alguien recibirá el diagnóstico, comentó Craig Surman, psiquiatra que dirige el Programa de Investigación de TDAH en Adultos en el Hospital General de Massachusetts. Una vez que se responden estas preguntas, agregó, “se descartan varias personas”.

Una persona debe tener cinco de los nueve síntomas que aparecen en el manual oficial de diagnóstico psiquiátrico para definirse como TDAH inatento. A grandes rasgos, estos síntomas se clasifican en tres categorías: problemas de productividad o desempeño (procrastinar en el trabajo o dejar quehaceres sin terminar); memoria (perder con frecuencia tu teléfono o tus llaves u olvidar comprar la leche camino a casa); y organización de objetos y tiempo (tener una casa desordenada o llegar siempre tarde).

Estos síntomas deben afectar negativamente dos o más áreas de tu vida, como el trabajo, el hogar y las relaciones. Si tu casa es un desastre, pero tienes éxito en el trabajo y tu vida personal es abundante y satisfactoria, quizá no cumples con los criterios para el diagnóstico.

Los síntomas también debieron estar presentes desde antes de que tuvieras 12 años. En opinión de la mayoría de los terapeutas, el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, que comenzó cuando el niño (y su cerebro) era joven. Este aspecto es tal vez el más difícil de determinar, ya que las personas quizá recibieron ayuda o equilibraron sus síntomas con otras acciones sin darse cuenta. Por ejemplo, a lo mejor su padre o madre les proporcionaba recordatorios diarios para que terminaran la tarea y eso les ayudó a terminar la escuela.

“Es probable que hayan tenido el trastorno durante la mayor parte de su vida, pero aprendieron a lidiar con él de distintas maneras”, comentó Anbarasan. “Son personas que dejan todo por escrito o siguen una estructura al pie de la letra y dedican mucho tiempo y esfuerzo a organizarse”. Muchas personas no reconocen que algo anda mal hasta que las exigencias y responsabilidades de la edad adulta se acumulan y los sistemas que han estado usando empiezan a fallar.

Esto puede ser así sobre todo para las mujeres. Los niños tienen más o menos el doble de probabilidades de recibir el diagnóstico de TDAH en la infancia que las niñas porque, incluso en edades tempranas, los síntomas en las niñas suelen ser más de desatención que de hiperactividad por naturaleza. Como consecuencia, las niñas con TDAH pueden tener dificultades en la escuela o ser percibidas como soñadoras calladas, pero no se les diagnostica nada porque no son particularmente problemáticas en clase o en casa.

Si estás preocupado por tus problemas de atención pero no experimentaste síntomas de TDAH en la niñez, tus problemas podrían ser causados por otro problema médico o psicológico (eventos traumáticos o estresantes recientes, cambios en los patrones de sueño o uso de sustancias, otras afecciones psiquiátricas o incluso la aparición temprana de un trastorno neurodegenerativo) que podría confundirse con TDAH.

“Hay al menos una docena de afecciones psiquiátricas y cognitivas que pueden imitar al TDAH, así como una lista sustancial de condiciones médicas”, dijo Nigg. “Si alguien piensa que tiene TDAH, recomendaría que se hiciera un estudio completo”.

¿Qué opciones hay si recibes el diagnóstico?
La buena noticia es que el TDAH es bastante fácil de tratar. Los medicamentos estimulantes como el Ritalin (metilfenidato) o el Adderall (dextroanfetamina y anfetamina) sirven para ayudar a las personas a enfocar su atención. Otra clase de medicamentos, llamados agonistas alfa-2, desarrollados originalmente para tratar la hipertensión, a veces también se recetan para el TDAH. Estos medicamentos pueden ayudar a las personas a concentrarse sin muchos de los efectos secundarios desagradables de los estimulantes, como dificultades para dormir o falta de apetito.

Los tratamientos no farmacológicos, como el entrenamiento o la terapia conductual, también pueden ayudar. Estas técnicas ayudan a las personas a comprender cómo el TDAH afecta su vida diaria y les facilita estrategias para enfrentar esos problemas.

Como se puede abusar de los medicamentos estimulantes, la cuestión de cuándo y cómo tratar a las personas con TDAH puede ser complicado para los médicos. “Veo que algunos diagnósticos se centran en preguntas como ‘¿No son saludables por eso?’, pero eso es diferente a ‘¿Son improductivos por eso?’”, dijo Surman. Si alguien cumple con los criterios de diagnóstico, pero los síntomas no le causan mucha angustia y, en general, funciona bien día a día, Surman dijo que tiende a recomendar estrategias como el entrenamiento y la terapia conductual en vez de prescribir medicación.

Independientemente del plan de tratamiento que te recomienden, es importante que tomes el TDAH en serio. Si no se trata, puede conducir a un mayor riesgo de muerte prematura, ya sea por accidente o por suicidio. También es probable que las personas con el trastorno tengan problemas de carácter financiero, legal, de consumo de sustancias, comportamiento sexual peligroso y conducción insegura. Pero con tratamiento efectivo, esos riesgos pueden reducirse en gran medida.


domingo, 31 de octubre de 2021

_- Los trastornos que afectan al rendimiento escolar están infradiagnosticados: solo se detecta el 10% en la pública y el 30% en la concertada.

_- Un estudio del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona hace seguimiento durante 10 años a casi 7.000 alumnos entre 5 y 17 años y alerta de la necesidad de invertir más recursos en la detección del TDAH, la dislexia o la discalculia.

Los trastornos del neurodesarrollo que afectan al rendimiento académico ―TDAH (déficit de atención), dislexia, discalculia, disgrafía o dificultades de comunicación― están infradiagnosticados en el sistema educativo: solo se detectan el 10% de los casos en la escuela pública y el 30% en la concertada y privada. Por primera vez, un estudio en España, realizado por el servicio de psiquiatría de los hospitales Vall d’Hebron y Sant Joan de Déu (Barcelona), ha hecho seguimiento durante 10 años a casi 7.000 alumnos entre cinco y 17 años en 28 centros educativos de Cataluña para detectar y ofrecer tratamiento a los menores afectados. Según la muestra, el 18,3% de los estudiantes presenta algún tipo de trastorno ―según la clasificación internacional de la Asociación Americana de Psiquiatría, la prevalencia en la infancia se sitúa entre el 15% y el 20%―. De ellos, el 66% no habían sido diagnosticados antes de que comenzase el estudio.

¿Cuál es el origen de esa falta de detección? Miquel Casas, exjefe del servicio de psiquiatría del Vall d’Hebron y coautor del estudio Los factores psicobiológicos que influyen en el fracaso escolar, considera que se debe a la falta de recursos en los propios centros educativos y en los servicios de atención primaria de los centros de salud, en los que el único trastorno del neurodesarrollo que se trata es el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), para el que en muchas ocasiones se prescribe medicación. “Es muy común achacar el abandono escolar al perfil socioeconómico de las familias, pero hemos constatado que no se están diagnosticando estas alteraciones que, además, afectan a las relaciones sociales que mantienen esos niños, a su estado emocional, a su salud mental en la vida adulta e incluso a la pérdida del empleo”, explica Casas, que la semana pasada presentó los resultados de la investigación ante 40 docentes en un seminario organizado por la empresa tecnológica Qualite asy, entre otras.

Para realizar un diagnóstico, el proceso suele durar entre cuatro y seis horas. El equipo de psiquiatras y psicólogos de este programa repartió esas horas en tres días y valoró a los alumnos también en el aula, en el recreo, y analizó las interacciones con otros compañeros y con sus familias. “Estos trastornos multiplican por cinco la probabilidad de no ser competente en materias como matemáticas, lengua española y catalana o inglés”, señala Rosa Bosch, coordinadora del estudio y psicóloga del Sant Joan de Déu. Para conseguir que esas alteraciones tengan menos impacto, es importante, afirma Bosch, que se detecten y se traten antes de los 12 años. Una intervención temprana ha demostrado mejoras en el rendimiento académico, en el comportamiento y en la interacción social.

“Cuánto más pequeño es el niño, más plástico es el cerebro, y más fácil resulta introducir cambios. Uno de los problemas más graves de detectarlo ya en la adolescencia es que al trastorno de origen se suman problemas de autoestima o ansiedad”, añade. El hecho de que ese alumno haya interiorizado mensajes como que “no sirve para estudiar”, o que es “un vago” o “no se esfuerza” acaban dañando la imagen que tiene de sí mismo. “Un caso que se repite es el del alumno al que diferentes profesores le han dicho durante años que no cumple... cuando llega a los 14 o 15 años empieza a faltar al instituto”, cuenta.

Aunque en la última década en países como Estados Unidos se ha cuestionado si existe un sobrediagnóstico de TDAH entre menores de 18 años, el doctor Casas asegura que en España hasta ahora era una hipótesis que no se ha conseguido demostrar con datos. “Nuestro estudio ha analizado un volumen importante de escolares y por primera vez se ha comprobado que sucede lo contrario: el infradiagnóstico es patente”.

Terapia privada
Yolanda Rodríguez, de 48 años, tiene tres hijas y la mediana, que ahora tiene 17 años, entró en el programa a los nueve. “En el colegio me decían que era una niña vaga, que no quería hacer nada y que tenía un mal comportamiento. Mira que me moví para que la miraran y nadie detectó nada de forma oficial”, cuenta la madre, que es monitora de una escuela. Fueron los especialistas del Vall d’Hebron los que le diagnosticaron TDAH y dislexia. “Desde pequeña me di cuenta de que le costaba la memoria a corto plazo, por ejemplo olvidaba que la había mandado a por un vaso de agua, y luego era muy impulsiva, un viaje de coche con ella sin medicar era demasiado agitado para toda la familia”. Cristina, su hija, toma medicación desde los nueve. En el centro de salud la ven una vez al mes y le ofrecían consulta con un psicólogo una vez cada dos meses. “Es insuficiente. Pagamos unos 250 euros al mes por cuatro sesiones de terapia que le vienen muy bien para socializar, y otros 100 euros a una profesora particular que la ayuda con técnicas de estudio”. Ahora cursa una FP en técnico de atención a la dependencia.

“La psicopedagoga de su colegio, un público, la vio dos veces y nos dijo que podría tener dislexia, en ese momento y ante la falta de tratamiento acudimos a la privada”, relata. Otra de las conclusiones del estudio es que dentro del 6% de los niños que sí fueron diagnosticados oficialmente antes de participar en la investigación, la mayoría eran varones con problemas de conducta visibles y alumnos de la concertada y la privada. En el curso 2019-2020, el 67,1% de los 8,2 millones de alumnos de enseñanzas no universitarias se matricularon en centros públicos, el 25,5% en la concertada y el 7,4% en la privada.

“En las chicas pasa más desapercibido”, explica Rosa Bosch. De acuerdo con la información que Bosch y su equipo recopilaron, los equipos de asesoramiento psicopedagógico con los que cuentan los centros no disponen de efectivos suficientes para atender todos los casos y se dedican a los más graves. “En primaria acuden al colegio una vez por semana para hacer valoraciones y seguimiento, y la experta en pedagogía terapéutica y la logopeda que sí están no pueden atenderlos a todos”, zanja.

Bosch cree que al final el tratamiento depende del nivel socioeconómico de las familias. “Es como una ortodoncia, sin dinero no lo vas a poder hacer”. El colegio Pins del Vallès, en Sant Cugat del Vallés, con casi 500 alumnos, es uno de lo que ha participado en el proyecto. Su directora, Marta Aliart, lo confirma: “El equipo terapéutico se centra en los casos más evidentes y en el sector privado los precios son altos, la prueba cuesta unos 300 euros”. Aliart cuenta que en primero de primaria ya pueden aparecer sospechas cuando un niño se distrae con facilidad o muestra una conducta más disruptiva de lo habitual. “Es muy importante la comunicación entre el especialista y las maestras, ya que les dan pautas para trabajar de manera diferente”.

En el centro de neuropsicología Proyecto 3, en Madrid, el 90% de los niños que acuden están matriculados en la concertada o la privada. Nerea González, la coordinadora y una de las neuropsicólogas, certifica que cuando la detección del trastorno es temprana los resultados son visibles a corto plazo. “Hacemos ejercicios que persiguen que las conexiones neuronales funcionen de manera diferente, son entrenamientos en capacidades que les permiten mantener su atención durante más tiempo”. Los que llegan de secundaria suelen ser casos más complejos, con problemas de conducta y con conflictos familiares. “Suelen requerir más tiempo”, cuenta Nerea. Detrás de estos tratamientos hay un equipo de psicólogos, terapeutas ocupacionales, neuropsicólogos y logopedas.

https://elpais.com/educacion/2021-10-14/los-trastornos-que-afectan-al-rendimiento-escolar-estan-infradiagnosticados-solo-se-detecta-el-10-en-la-publica-y-el-30-en-la-concertada.html

lunes, 27 de mayo de 2013

León Eisenberg, el descubridor del déficit de atención confesó antes de morir que es un trastorno ficticio

Siete meses antes de morir, el famoso psiquiatra estadounidense Leon Eisenberg, que descubrió el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), afirmó que se trata de "un ejemplo de enfermedad ficticia". > Esta afirmación, hecha por el destacado médico, fue publicada por el semanario alemán 'Der Spiegel'.

Los primeros intentos de explicar la existencia de este trastorno fueron llevados a cabo en los años 30. En aquel momento, los médicos que trataban a niños con un carácter inquieto y con dificultad para concentrarse les diagnosticaban el síndrome posencefálico, pese a que la mayoría de esos niños nunca habían tenido encefalitis.

Fue precisamente Leon Eisenberg quien en los años 60 volvió a hablar de dicho trastorno. En el año 1968 incluyó la enfermedad en el 'Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales', DSM.

Uno de los principales logros de Eisenberg fue conseguir que la gente creyera que el TDAH tiene causas genéticas. El sentimiento de culpa de los padres desaparece de esa forma al pensar que el niño ha nacido así y el tratamiento con medicamentos se menos cuestionable. Sin embargo, pocos meses antes de su muerte, confesó que lo que debería hacer un psiquiatra infantil es tratar de establecer las razones psicosociales que pueden provocar determinadas conductas, un proceso que lleva tiempo por lo que "prescribir una pastilla contra el TDAH es mucho más rápido".

Después de estas revelaciones se puede mencionar otro estudio realizado por la psicóloga estadounidense Lisa Cosgrove. Según esta profesional, de los 170 miembros del grupo que trabaja con el "Manual de los trastornos mentales", (El famoso DSM, va por la V edición) el 56% tenía una o más relaciones financieras con empresas de la industria farmacéutica.

Texto completo en: http://actualidad.rt.com/ciencias/view/95483-psiquiatra-descubrio-tdah-enfermedad-ficticia

En su última entrevista , siete meses antes de su muerte por cáncer de próstata a la edad de 87 años, se distanció de su indiscrección juvenil.

Un hombre alto y delgado, con gafas y tirantes en 2009 abrió la puerta de su apartamento en la Plaza de Harvard para un café. Según dijo nunca había pensado que su idea sería tan popular. “El TDAH es un ejemplo de enfermedad inventada”, dijo Eisenberg. “La predisposición genética para el TDAH está completamente sobrevalorada”.

La psiquiatría infantil debe determinar más detalladamente las razones psicosociales que pueden conducir a problemas de conducta, dijo Eisenberg. ¿Hay peleas con los padres, la madre y el padre viven juntos, hay problemas en la familia? Estas preguntas son muy importantes, pero lleva mucho tiempo responderlas, dijo Eisenberg, quien agregó con un suspiro: “es más rápido prescribir una píldora”.

Como dije, no sé alemán, pero la palabra que aparece en el texto original (“fabrizierte”) se traduce como fabricado o manufacturado. Y, la verdad, si el psiquiatra quería decir “sobrediagnosticado” podría haber utilizado otra palabra.

Tal como se deduce del texto, Eisenberg murió en 2009, de modo que no se trata de una noticia de última hora. A pesar de que se había jubilado en 1993, continuaba siendo profesor emérito de la escuela de medicina de Harvard, y colaboraba con la edición de algunas revistas de psicología y psiquiatría.

En 2007 publicó un artículo sobre el TDAH titulado when “ADHD” was “the brain-damaged child”. En él relata cómo en los años 40 y 50 del siglo XX, los niños con síntomas de TDAH eran calificados como niños con disfunción cerebral, etiqueta que posteriormente se convirtió en la de disfunción cerebral mínima.

También narra cómo él y Mike Rutter defendieron la inclusión de un síndrome hipercinético en la segunda edición del DSM (1969). Me imagino que de ahí viene lo de calificarle como “descubridor del TDAH”, que. según él mismo dice, ya estaba bastante descubierto (aunque se le llamaba con otros nombres) en 1947, cuando se graduó en la facultad de Medicina. Por cierto, esa calificación despoja de sus méritos al señor Rutter.

El resto del artículo relata cómo el TDAH, que era un trastorno poco frecuente se ha convertido en un problema que afecta a casi el 8% de los niños de Estados Unidos, con el consiguiente aumento de las prescripciones de fármacos estimulantes.

Pero a donde quiero llegar es al final, donde escribe:
¿Ha habido un cambio real en la prevalencia? Si es así, ¿por qué? ¿O por primera vez se está detectando a niños que habían pasado desapercibidos? Se trata de cuestiones importantes y merecen una investigación sistemática. ¿Acaso no es el momento de que el NIMH y la FDA insten a los investigadores, facultativos y epidemiologistas a realizar una investigación sistemática a gran escala sobre asuntos de gran importancia para la salud infantil de América?

En dos años, Eisenberg pudo cambiar de opinión de que existe un grupo de niños que presenta una constelación de síntomas comunes a los que actualmente se llama TDAH, y que puede haber un abuso en la aplicación de ese diagnóstico (todo ello bastante documentado en el artículo de 2007) a pensar que no existe tal trastorno, de modo que cualquier diagnóstico de TDAH es claramente incorrecto. El caso es que ya no podemos preguntarle con cual de las dos posturas se siente más cómodo.

¿He aclarado algo?
Considero que existe una diferencia muy notable en la forma de plantear el problema en el artículo de 2007, y en la entrevista de 2009: Eisenberg era un científico, y en el artículo apoya sus afirmaciones en datos obtenidos de estudios epidemiológicos. Incluso cuando detecta anomalías en los datos, lo que hace es sugerir la necesidad de que se investiguen. En cambio, en la entrevista de 2009 hace una afirmación bastante contundente, pero no da ninguna explicación, o si la dio, el periodista la omitió al redactar su artículo.

Por ahí sale otro hilo, por si alguien quiere tirar de él. Resulta poco probable que el educado Eisenberg, que prepara café al periodista que va hasta su casa a hablar con él se limite a decir una pocas frases. Me imagino que la entrevista fue bastante más larga, y que existe más material.

Por último, como estudioso de la comprensión del lenguaje (mi especialidad es esa, no el TDAH), no puedo dejar de percibir una contradicción en el texto de la entrevista. Es la que se produce cuando intengo encajar las siguientes ideas:

a) El TDAH es un ejemplo de enfermedad inventada. Por lo tanto es TDAH solo existe como una construcción social.
b) La predisposición genética para el TDAH está sobrevalorada. Por lo tanto, existe una predisposición genética a la que se da demasiada importancia.
De lo anterior se deduciría que el TDAH, que sería una construcción social, tendría una predisposición genética real, aunque se le está dando demasiada importancia a esa predisposición. Omito intencionadamente los comentarios a la interesante propuesta de hacer una valoración del contexto familiar del niño con supuesto TDAH. No es porque lo considere irrelevante, sino, al contrario, creo que no podría tratar el tema con brevedad porque le van a salir ramificaciones por todos los lados. La entrada que publiqué hace unos días (¿Qué sabemos sobre las causas del TDAH?) contiene información interesante sobre eso y sobre la influencia de la predisposición genética.

Ahí dejo esa información por si a alguien le sirve. Yo, de todo esto me quedo con la recomendación de Eisenberg de que si algo no está claro que se investigue seriamente, y con los datos que se obtengan intentemos aclararlo.
https://youtu.be/pd5sU27u6Hc?list=PLQyYRcm1SLNkvezv6QzzYA9pTPwjH9GXj