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Y por último: los españoles tienden a pensar que una Grecia fuera del euro supondría algo peor incluso para Europa que para la propia Grecia. Y, en proporción de tres a uno, no dudan sobre lo negativo que para nuestro país sería, tanto a corto como a largo plazo, quedar fuera de la moneda común europea. Si hay algo, en todo este conjunto de datos, que pueda llamar la atención es, sencillamente, la enorme serenidad y sensatez que transmiten. La misma, por cierto, con que hasta ahora nuestra ciudadanía está sabiendo hacer frente a una crisis cuyo final no se avizora, para la que nadie parece contar con recetas fiables, y para la que no existe, ni aquí ni fuera, un liderazgo claro. Los españoles -y la ingente cantidad de datos de opinión obtenidos en estos últimos meses lo prueban de forma exhaustiva- no han perdido, en las actuales circunstancias, ni los nervios, ni los modales, ni las virtudes cívicas básicas. Reconocen, con admirable y común sensatez, por encima de sus afinidades ideológicas, donde están las culpas y a quién hay que asignarlas; reclaman explicaciones; y, todo lo más, solicitan algo tan irreprochablemente legítimo y democrático como que las instituciones correspondientes tomen cartas en el asunto. ¿Cómo no admirar tamaño ejemplo de cordura ciudadana en medio de tanto tacticismo, miopía y desconcierto por parte de quienes deberían, en estos tiempos turbios y turbulentos, ejercer ese liderazgo social, moral y político que tan clamorosamente brilla por su ausencia? ¿Cómo no compartir, para el caso de nuestra ciudadanía, el anónimo lamento referido al buen Ruy Díaz: “Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”.
JOSÉ JUAN TOHARIA, El País, 2 JUN 2012. José Juan Toharia es presidente de la empresa Metroscopia.
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