domingo, 17 de junio de 2012

¿Qué hará Alemania si hoy en Grecia la dignidad triunfa sobre el miedo en las urnas? La Ley Weidmann

¿Qué hará Alemania si hoy en Grecia la dignidad triunfa sobre el miedo en las urnas? La respuesta es obvia: aplicará la “Ley Weidmann”. Pero, ¿por qué dignidad? ¿Acaso votar a la izquierda de Syriza es “digno”, mientras que hacerlo por la derecha de Nea Demokratía es miedo? El asunto no tiene nada que ver con izquierda y derecha, sino con algo anterior y más básico: con principios, con coherencia y lógica política. Con lo que se entiende por “soberanía nacional”.

Es un pulso entre dignidad y miedo porque fue la casta de Pasok y Nea Demokratía la que gobernó alternativamente el pastel griego de los últimos treinta años. Ahora que tal pastel, una mezcla de clientelismo, corruptela y neoliberalismo perfectamente integrada en la política y en los negocios de Berlín y Bruselas, ha estallado, lo lógico es castigar a esa casta y auditar sus deudas. Es una cuestión de dignidad nacional. Sin embargo, ¿cómo hacerlo si tal castigo supone ser castigado a su vez con el inmediato cierre del crédito europeo y la perspectiva de una expulsión del euro? Esa es la reflexión que conduce al voto del miedo con el que los irlandeses han sancionado una enormidad llamada “pacto fiscal”. Así pues, ¿vencerá la dignidad al miedo? Si eso ocurre, no lo duden, el gobierno alemán aplicará la “Ley Weidmann”.

Jens Weidmann es el presidente del Bundesbank, del que el Banco Central Europeo (BCE), con sede en Francfort, es sucursal. Entre unos y otros regulan el humor de los mercados por la vía de inyectar o no dinero. Son, por así decirlo, los dueños de la prima de riesgo. Weidmann, ex consejero económico y financiero de Angela Merkel, es el que dijo que pagar por la deuda intereses del 6% y el 7% “no es ningún drama” y que incluso puede resultar hasta saludable.

“El BCE no está dispuesto a ocasionarles grandes pérdidas a los especuladores con compras masivas de bonos y considera que la presión de los mercados de bonos sobre los gobiernos es positiva”, explica el diario económico neoliberal alemán Handelsblatt. La lentitud del BCE por actuar cuando los países están con el agua al cuello no es atribuible a la ignorancia, explica, sino a una “intención”. “La presión de los mercados de bonos propiciada políticamente es lo que induce a los parlamentos díscolos a aceptar” lo inaceptable. Felipe González ilustró la situación hablando de carreras de galgos: cuando parece que el galgo va a alcanzar a la liebre mecánica, alguien le da un impulso y la distancia, con el bono alemán, vuelve a aumentar. La “Ley Weidmann” tiene que ver con esto. Si alguien cuestiona ese rescate de los bancos internacionales expuestos en Grecia que se llama “rescate de Grecia”, será castigado. España también.

En un gesto de gallardía, Mariano Rajoy se atrevió el 2 de marzo a invocar la soberanía nacional al anunciar unilateralmente la reducción del objetivo de déficit español. “Intolerable, es la apariencia de rebelión lo que cuenta, los mercados castigan eso inmediatamente”, dijo en privado un miembro del directorio del BCE. A los pocos días la liebre se disparaba y el interés del bono español sufría. La situación se ha repetido en junio.

“España no será rescatada, no puede serlo, es demasiado grande para un rescate”, “los hombres de negro no vendrán”, dijo el presidente del gobierno y su ministro de Hacienda, que en las Cortes pronunció un digno, “ya está bien, ¡hombre!”. Pero la Ley Weidmann es inexorable: tras haber pasado por el tubo de las “reformas estructurales”, España, “debe hacer más esfuerzos en esa línea, debe mejorar su competitividad junto con la reforma del sector bancario”, declaró Weidmann al Handelsblatt el domingo pasado. Días después la prima de riesgo batía récords. “El euro está en peligro”, decía la carta de Rajoy al BCE, pero “¿donde está escrito que no se puede vivir con intereses del 6%”, Weidmann dixit...

...Creen, sinceramente, que con todo ello contribuyen a la “construcción europea”, pero en realidad esta insensata insolidaridad autoritaria es un derribo en toda regla.
Rafael Poch. La Vanguardia.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/berlin/?p=287

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