_- “Rodrigo Rato fue el paradigma de las puertas giratorias”
Enric Llopis
Rebelión
El fiscal Ferdinand Pecora acuñó el término “Banksters” en los años 30 del siglo pasado, cuando investigaba las prácticas de los banqueros que condujeron al crack de Wall Street. El periodista Ernesto Ekáizer hizo uso del vocablo en un artículo publicado en el diario El País, en abril de 2016, sobre el expresidente de Banesto, Mario Conde, y también durante la presentación de “El libro negro. La crisis de Bankia y las cajas” (Espasa, 2018) en el Centre La Nau de la Universitat de València. El libro de 744 páginas se subtitula “Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. El actual gobernador del banco central supervisor, Pablo Hernández de Cos, ha declarado que el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) pactado por el Gobierno del PSOE y Podemos – de 735 a 900 euros mensuales- castigará la creación de empleo. Hernández de Cos, que también ha alertado contra la “actualización” de las pensiones públicas respecto al IPC, percibe un sueldo mensual de más de 12.000 euros brutos.
Con independencia de las cifras oficiales,
Ekáizer señala que las ayudas públicas para rescatar el sistema financiero podrían sumar 300.000 millones de euros (cerca de un tercio del PIB español). Pero hoy la situación parece distinta. Con los datos de las entidades financieras, los seis principales bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter- han obtenido entre enero y septiembre unas ganancias de 13.229 millones de euros, un 12% más que el año anterior.
-El 26 de noviembre comenzó en la Audiencia Nacional el juicio por la salida a bolsa de Bankia; están acusadas 31 personas, entre ellas el expresidente de la entidad Rodrigo Rato (actualmente en prisión por el escándalo de las ‘tarjetas black’) y el exvicepresidente José Luis Olivas, para quienes la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado piden cinco y cuatro años de prisión respectivamente, por presunta estafa a los inversores. Asimismo está acusada la auditora externa Deloitte. En el libro cargas las tintas contra los organismos (públicos) reguladores…
No es que yo cargue las tintas, el libro se titula así:
“El libro negro. Cómo falló el Banco de España a los ciudadanos”. Trata del papel del Banco de España, que es el organismo regulador, autor de las normas contables y supervisor; y también de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en relación con la salida a bolsa de Bankia. Estas instituciones no desempeñaron su función de controlar, supervisar el mercado y velar por el cumplimiento de las normas. Por el contrario, lo que hizo el Banco de España fue diseñar las llamadas fusiones “frías” de las cajas de ahorro y la salida a bolsa de estas entidades. Resultó un fracaso notable.
-El Banco de España reconoce que, desde 2009, la “ayuda” pública directa (“apoyo de capital”) para el rescate de las entidades financieras suma 54.353 millones de euros, de los que sólo se habían recuperado 4.477 millones a finales de 2017.
Sólo el rescate de BFA-Bankia supuso 24.000 millones de euros. ¿En qué términos se produjo este fracaso?
No se trata de un fracaso “in vigilando”, lo que podría haber ocurrido. El problema radica en que
el Banco de España impulsó una política de expansión crediticia, entre 2000 y 2006, cuando desempeñaba el cargo de gobernador Jaime Caruana. Su sucesor,
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, continuó a partir de 2006 con esta política expansiva que alimentaba la “burbuja” inmobiliaria.
Ya
cuando hubo síntomas de crisis en Europa en 2007 –la suspensión de la cotización en los fondos de inversión de la banca BNP Paribas en Francia o la crisis bancaria en Inglaterra-, pero también de las hipotecas ‘subprime’ en Estados Unidos,
el Banco de España permaneció impasible.
Cuando estalló la crisis, la “burbuja” se pincha porque el mercado bancario internacional ya no presta más, ni renueva los préstamos a los bancos y cajas españoles.
El Banco de España diseña –para encubrir el fracaso de su política de expansión de los créditos- una “salida” que consiste en fusionar entidades, y además rebaja las exigencias de la normativa contable; la fusión más emblemática es la de las
siete cajas de ahorro que dieron lugar a Bankia, que salió a bolsa en julio de 2011 para ampliar capital.
-Sostienes que
los máximos organismos reguladores no sólo “enmascararon” el sistema de contabilidad y “maquillaron cadáveres”, sino que también se guiaron por “intereses de camarilla”.
¿En qué consistieron?
Necesitaban ganar tiempo, pensaban que iban a recoger dinero en el mercado y que ello les permitiría capear el temporal mientras las cosas se aclaraban; pero partían de una idea equivocada:
la crisis no era una recesión clásica, sino la más importante tras la “gran depresión” de 1929.
Cuando empecé a trabajar sobre la cuestión en mi libro
“Indecentes. Crónica de un atraco perfecto” (2012), calificaba la situación como una especie de
homicidio por negligencia, temerario, por la política de expansión crediticia del Banco de España;
pero cuando idean la salida a bolsa con entidades que no están saneadas, ya no se trata de negligencia sino de una política consciente de encubrimiento.
El folleto informativo de la salida a bolsa de Bankia no reflejaba la totalidad de las cuentas ni el auténtico patrimonio de la entidad.
-Por otra parte,
¿consideras a Rodrigo Rato, ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno con José María Aznar, un ejemplo de las llamadas “puertas giratorias”?
Rato es el paradigma de las “puertas giratorias”, aunque no el único.
En 2003 Aznar decide que sea Rajoy, y no Rato, el aspirante a la presidencia del Gobierno. En junio de 2004 asumió el cargo de director gerente del FMI, responsabilidad a la que renuncia en 2007 antes de que venciera el mandato. Regresó a España y en 2008 fichó como presidente del consejo asesor de Criteria, holding industrial de La Caixa. También estuvo en el banco de inversión Lazard y en el consejo asesor internacional del Banco Santander (en enero de 2013 Telefónica también contrató al exdirigente del PP como consejero asesor en América Latina y Europa. Nota del entrevistador).
-Además de a Rato, en otros libros has investigados las figuras de Ruiz Mateos -“José maría Ruiz-Mateos, el último magnate” (1983)- y Mario Conde: “Banqueros de rapiña” (1994), Vendetta (1996) y “El farol. La primera condena de Mario Conde” (1997).
¿Qué similitudes hay entre los tres financieros?
Son personajes muy diferentes, que encarnan épocas distintas. A través de los 18 bancos de Rumasa, Ruiz-Mateos representa una época de expansión del crédito, de gran competencia en el mercado bancario por los depósitos; entonces había que subir los tipos de interés para atraer a los clientes. El accionista principal del holding Rumasa tenía algunos puntos en común con Mario Conde; para afirmar el dominio de Banesto en el mercado, Conde remuneró los depósitos entrando en competencia con el Banco Santander, pero se vio que no tenía fuelle. Sin embargo, Rato encarna otra historia. Es muy difícil separarlo del papel del Banco de España.
Rodrigo Rato accedió a la presidencia de Caja Madrid en 2010 por decisión de Rajoy, quién optó por él en lugar de por Ignacio González. El entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, apoyó a Rato para la presidencia de Caja Madrid.
-Julio Rodríguez López, miembro de Economistas frente a la Crisis y del Consejo Científico de ATTAC, recuerda que las antiguas cajas de ahorro están hoy integradas o han sido absorbidas por la banca; pero en 2007 representaban una dimensión equivalente a la mitad del sistema bancario español, a lo que se añadía la Obra Benéfico-Social (“El sistema Financiero español: de la crisis a una normalización gradual”, septiembre 2017).
¿Fue la crisis una coartada para que los bancos privados se hicieran con el “pastel” de las cajas?
La crisis no fue sólo de las cajas, sino del sistema financiero. La prueba está en que
CaixaBank (La Caixa convertida en banco, en 2011) adquiere Banca Cívica y, sobre todo, compra el Banco de Valencia por un euro después que esta entidad fuera saneada con miles de millones de euros de dinero público; la razón es que La Caixa necesitaba apoyos por la “puerta trasera”.
En 2011 el Banco Sabadell se quedó por un euro con Caja Mediterráneo (CAM), después que esta entidad tuviera unos saneamientos impresionantes. La razón es que el Banco Sabadell tampoco estaba en buena situación.
¿Y por qué “cae” el Banco Popular en junio de 2017? Fue un banco muy importante en el sistema financiero español, uno de los mejores bancos en los años 70, 80 y primeros 90 del siglo pasado. Los periodistas que cubríamos el sector financiero lo llamábamos el “Lamborghini” de la banca, todo el mundo quería fusionarse con el Banco Popular. Era un banco mediano, pero con una maquinaria extraordinaria en el área de la captación de depósitos. Además no se trataba de un banco de inversión, no hacía negocios raros.
¿Por qué “cae” el Banco Popular si el sistema financiero español era, como dijo Zapatero en 2008, el más sólido del mundo?
-En mayo de 2012 Rodrigo Rato dimitió como presidente de Bankia, y propuso como máximo responsable de la sociedad a José Ignacio Goirigolzarri -actual presidente de Bankia-, quien a su vez cesó como consejero delegado del BBVA, en 2009, con una pensión vitalicia de 69 millones de euros.
¿Cómo se fraguó la renuncia de Rato en Bankia?
Precipitaron su “caída” en una operación muy calculada y controlada. Quien se ocupó de ello fue el exministro de Economía, Luis de Guindos. Rato se convirtió en presidente de Caja Madrid – después, de Bankia- porque se trataba de una persona muy conocida internacionalmente y, para sacar la entidad a bolsa, se necesitaba a alguien de estas características. Pero éste va a ser también el motivo de su “caída”. Porque si uno elimina a alguien como Rato, del PP, y que ha sido vicepresidente económico con Aznar, le está demostrando a los mercados financieros, al BCE y al FMI, que es independiente y no defiende a los suyos. El Gobierno de Rajoy estaba entonces, a mediados de 2012, muy atemorizado ante la posibilidad de un rescate “completo” de la economía española. Y en este punto hay una leyenda.
-¿En qué sentido?
En el caso de España nunca se planteó un “rescate completo” al estilo de Grecia, Portugal o Irlanda, ya que se hubieran necesitado 500.000 millones de euros. Es lo que afirma Luis de Guindos en su libro “España amenazada” (2016). Nadie estaba dispuesto a poner esa cantidad. La versión oficial del Gobierno de Rajoy es que sí hubo un “rescate” bancario, en junio de 2012. Si se hubiera producido el “rescate completo”, puede que hubieran tenido que “rescatar” después a Italia, ya que seguramente los mercados habrían apuntado contra este país. En abril de 2012 el FMI publicó un informe en el que señalaba los problemas de diez bancos españoles (la mayoría de ellos habían recibido ayudas públicas), y especialmente de Bankia. Es entonces cuando se precipita la “caída” de Rato y de Bankia. Fue la manera de hacer un “rescate” (bancario) a medida.
-En los test publicados por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) en noviembre, se menciona que el Banco Santander, BBVA, CaixaBank y Banco Sabadell mostraron “un grado de resistencia considerable, con niveles de capital satisfactorios en escenarios adversos”.
¿Son rigurosas estas pruebas? ¿Es real la situación atribuida al Banco Santander y el BBVA?
Son bancos básicamente sanos, aunque tienen sus problemas. El día que se suspendió la cotización de
las acciones del Banco Popular (junio de 2017), el valor de la acción se situaba en 30 céntimos de euro, lo que suponía una valoración del banco en bolsa de más de mil millones de euros; sin embargo, con el informe que hizo la auditora Deloitte, se lo vendieron al Santander por un euro, lo que fue un regalo.
Esto significa que el Banco Santander también tenía alguna necesidad.
¿Los “stress test”?
En el caso de Bankia describieron una situación que no existía, como después se demostró (“Ninguna entidad española requiere aumentar su capital como consecuencia de las pruebas de resistencia de la EBA”, sostenía una nota informativa del Banco de España, de julio de 2011. Nota del entrevistador).
-Por último,
¿qué aspecto destacarías de la nacionalización de Bankia (el estado controla actualmente el 61% del accionariado)?
El inspector de cabecera del Banco de España en Bankia antes y durante la salida a bolsa de la entidad,
José Antonio Casaus, explicó a las autoridades del banco central supervisor que la operación de salida a bolsa de Bankia resultaría un fracaso y terminaría en una nacionalización de pérdidas; tendría que hacerse algo distinto, buscar una entidad nacional o extranjera para que absorbiera o se fusionara con Bankia pues,
de lo contrario, seríamos los contribuyentes quienes acabaríamos pagando.
Pero el jefe del grupo de inspectores del Banco de España en Bankia, Pedro Comín (que llegaría a ser director general adjunto de Supervisión del Banco de España), elevó un informe a la Comisión Ejecutiva del banco central en la que sostenía que no pasaba nada, que debía apoyarse la salida a bolsa.