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lunes, 24 de enero de 2011

El listo del Banco de España

Leo en El Público la carta abierta que Ignacio Escolar (una de la cincuenta personas mas influyentes de España según el periódico El Mundo) dirige a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, y no puedo menos que estar de total acuerdo.

El desgobernado gobernador se ha pasado la vida con la misma cantinela: recorte del gasto público, retraso de la edad de jubilación y moderación salarial. No se le conocen ni otras letras ni otras músicas. Y ahora nos enteramos que el Estado le ha tenido que prestar 12.000 millones de euros a las cajas de ahorros a través del fondo de rescate para paliar una negligencia del Banco que preside MAFO (Miguel Ángel etc.…) que no hizo su función de prevenir, alertar y atajar el estallido de la burbuja inmobiliaria. Y esto último no lo decimos ni Escolar ni yo, sino la mismísima Comisión Europea. ¿Recorte del gasto público?

Y eso que los españoles le pagamos al señor Ordóñez 165.000 euros al año para que haga su trabajo, que el solo entiende como aparecer en cada foro posible para dar sus tres y reiterativas recetas mágicas.Como consecuencia del desaguisado anterior el conjunto de las cajas de ahorro del país van a acometer un ERE colectivo que va a … ¡¡¡prejubilar!!! a 15.000 empleados desde no los 65 ni los 67 años por los que clama Ordóñez, sino desde los 55 años.

No se puede ser más inconsecuente, ni ineficaz a tan alto salario. Y es una desgracia común que tenemos en España. La de tener unos gobernantes y gobernadores muy por debajo de los gobernados. ¡Dios que buen vasallo, si tuviera buen señor! Se escribe en el Cantar del Mío Cid.

A veces uno tiene la impresión que son el mismo. Que no hay diferencia entre MAFO y Aznar, entre Zapatero y Mariano Rubio. Que son un mismo ectoplasma que nos ataca con diferentes caras y supuestas ideologías.

La marea los ha arrastrados a nuestras playas y tenemos que soportar sus cantinelas, su música celestial y la insoportable levedad de su ser.

No podemos consentir que esta gente nos venda la gloria y el castigo, al mismo tiempo. Como decía Carlos Cano de sus oportunistas aprendices del baile de sevillanas, “Que le den, que le den, que le vayan dando.”

Tomado del blog http://lucasleonsimon.wordpress.com/