_- El piloto y escritor, autor de 'El Principito', volaba de Córcega hacia Grenoble cuando los radares perdieron la pista de su aparato
El ministerio de Cultura de Francia ha confirmado hoy que los restos del avión hallados recientemente en aguas del Mediterráneo cerca de Marsella pertenecen al aparato en el que desapareció el 31 de julio de 1944 el escritor y piloto Antoine de Saint-Exupéry. El autor de El Principito sufrió supuestamente un accidente cuando se dirigía de Córcega a Grenoble a bordo de un caza de combate.
Saint-Exupéry, comandante de las Fuerzas Armadas Libres de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, viajaba a bordo de un caza Lightning P38 en una misión de reconocimiento para preparar el desembarco aliado en Provenza, cuando, poco después del mediodía, desapareció del radar.
El pasado otoño, los expertos identificaron una pieza de un P38 que había aparecido al este de la isla de Riou (islas de Marsella) como perteneciente al avión del escritor. En la misma estaba grabado el número 2734-L, que corresponde al número de serie del aparato en el que volaba Saint-Exupéry, según ha confirmado ahora el Departamento de Investigaciones Arqueológicas Submarinas (DRASSM).
Sigue vivo el misterio
Ya en 1998, un pescador encontró en la misma zona una pulsera en la que estaba grabado el sobrenombre del escritor Saint-Ex, el nombre de pila de su mujer, Consuelo, y el nombre del editor neoyorquino que publicó la primera edición de El Principito. Sin embargo no ha podido confirmarse plenamente la autenticidad de la joya.
Estos hallazgos no han aclarado el misterio que ha envuelto durante 60 años la muerte del escitror. Según el conservador jefe del patrimonio en el Drassm, Patrick Granjean, "el avión de Saint-Ex se hundió en los alrededores de Riou. No sabemos por qué. Y no lo sabremos probablemente jamás".
Además de El Principito, traducido a 118 lenguas y uno de los libros más vendidos del mundo, después de la Biblia y de El Capital de Carlos Marx, Saint-Exupéry escribió entre otras obras Vuelo Nocturno, Tierra de Hombres, Piloto de guerra o Correo del Sur.
https://elpais.com/cultura/2004/04/07/actualidad/1081288801_850215.html#:~:text=El%20ministerio%20de%20Cultura%20de,piloto%20Antoine%20de%20Saint%2DExup%C3%A9ry.
Mostrando entradas con la etiqueta El Principito. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta El Principito. Mostrar todas las entradas
viernes, 23 de agosto de 2024
_- El nuevo y enigmático vuelo del difunto Antoine de Saint-Exupéry
_- El 31 de julio de 1944, el avión que pilotaba el autor de 'El principito' desapareció en la costa de Francia. ¿Accidente o suicidio? Antes de partir dejó escrito: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica".
Las cosas que se pierden se vuelven importantes. Y si tardan mucho en aparecer, se transforman en una obsesión. El 31 de julio de 1944 se perdió, en algún punto de la costa de Francia, el avión de combate Lighning P38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, autor de algunos libros memorables como Correo del sur (1929) o Vuelo nocturno (1931) y, sobre todo, de El principito (1943), que, según parece, es el libro más vendido de todos los tiempos, tras la Biblia y El capital de Carlos Marx. Han pasado sesenta años desde que Saint-Exupéry despegó aquella mañana del aeródromo de Bastia, en la isla de Córcega, para llevar a cabo una misión que consistía en reconocer y fotografiar las defensas alemanas, como paso previo al desembarco aliado en la región de La Provenza, pero es como si no hubiera pasado un minuto, porque desde aquel primer día el narrador francés se convirtió en un mito, y su desaparición, en uno de los grandes misterios de la historia de la literatura. Saint-Exupéry se hizo indispensable en la misma medida en que se hizo enigmático.
Las cosas que se pierden se vuelven importantes. Y si tardan mucho en aparecer, se transforman en una obsesión. El 31 de julio de 1944 se perdió, en algún punto de la costa de Francia, el avión de combate Lighning P38 que pilotaba Antoine de Saint-Exupéry, autor de algunos libros memorables como Correo del sur (1929) o Vuelo nocturno (1931) y, sobre todo, de El principito (1943), que, según parece, es el libro más vendido de todos los tiempos, tras la Biblia y El capital de Carlos Marx. Han pasado sesenta años desde que Saint-Exupéry despegó aquella mañana del aeródromo de Bastia, en la isla de Córcega, para llevar a cabo una misión que consistía en reconocer y fotografiar las defensas alemanas, como paso previo al desembarco aliado en la región de La Provenza, pero es como si no hubiera pasado un minuto, porque desde aquel primer día el narrador francés se convirtió en un mito, y su desaparición, en uno de los grandes misterios de la historia de la literatura. Saint-Exupéry se hizo indispensable en la misma medida en que se hizo enigmático.
¿Qué sucedió aquel 31 de julio, a las 13.30, momento en el que el P38 desapareció de los radares del cuartel general norteamericano? ¿Fue derribado su avión por los nazis? ¿Se precipitó al vacío el creador de Tierra de hombres (1939) y Piloto de guerra (1942) a causa de una avería mecánica? ¿Tuvo un accidente? ¿Se suicidó? ¿No había dejado, acaso, antes de salir hacia su última misión, una nota en la que decía: "Si me derriban no extrañaré nada. El hormiguero del futuro me asusta y odio su virtud robótica. Yo nací para jardinero. Me despido, Antoine de Saint-Exupéry"?. ¿O quizá fingió su muerte y se fue a vivir a un lugar desconocido, alejado del mundo?. Todas esas teorías han hecho fortuna en los últimos sesenta años, unas más y otras menos, y contribuyeron a agrandar la leyenda de aquel narrador y soldado que una vez escribió: "La guerra no es una aventura, es sólo una enfermedad".
Los herederos de Saint-Exupéry se opusieron durante años a los intentos de rescatar el cuerpo del escritor de las aguas Acaba de identificarse una pieza del avión, la matrícula de la aeronave, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella. Ahora, acaba de identificarse una pieza del avión de Saint-Exupéry, en concreto la matrícula de la aeronave, con el número 2734, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella, que es justamente el punto donde en 1998 un pescador había encontrado en su red, envuelta en un tejido parecido el que se usaba para los uniformes de aviador del ejército aliado durante la II Guerra Mundial, una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres de "Antoine de Saint-Exupéry" y el de su mujer argentina, "Consuelo", así como la inscripción "Reynal and Hitchcock Inc. 3864thave. NY City USA", que corresponde a la dirección en Nueva York de los editores norteamericanos del novelista. A Consuelo Suncín, la había conocido en 1931, en Buenos Aires, y tras proponerle que le dejara enseñarle su ciudad a vista de pájaro, le juró en pleno vuelo que si no se casaba con él estrellaría el avión. Ella dijo sí, pero su vida matrimonial fue un infierno, lleno de peleas e infidelidades mutuas. A partir del hallazgo de la pulsera se intensificaron tanto la búsqueda de los restos del escritor como el debate sobre la conveniencia o no de rescatarlos. Varios barcos del buscador de tesoros submarinos Henri-Germain Delauze exploraron el área sin resultado alguno. No era la primera vez, porque en 1992 el Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer) había rastreado el litoral de Niza con varios submarinos, por encargo de una asociación internacional de seguidores del escritor. Pero, tras peinar con radares, sondas acústicas y otros ingenios modernos más de 100 kilómetros cuadrados de suelo submarino, los exploradores tuvieron que darse por vencidos. Las investigaciones se basaban, en aquella ocasión, en el testimonio de un muchacho de la localidad de Biot, cerca de Niza, que el día de la desaparición del autor de El principito escribió en su diario que, al mediodía, había visto estrellarse contra el agua un avión de guerra.
Ahora, sin embargo, parece que el avión de Saint-Exupéry ha sido al fin descubierto. La matrícula de la nave la encontró el submarinista Luc Vanrell en mayo del 2000, pero hasta octubre de 2003 no se consiguió la autorización conjunta de las autoridades y la familia para extraer los restos. No fue fácil, porque los herederos de Saint-Exupéry se negaron, durante los primeros años, hasta a reconocer los cadáveres que el Mediterráneo arrojaba a las playas de Niza y que mostraban alguna coincidencia con el escritor, y más adelante se enfrentaron a todos los intentos de recuperar su cuerpo de las aguas. Ahora, por fin, han permitido la búsqueda del avión, aunque no la de sus restos mortales, y el Departamento de Investigaciones Arqueológicas y Submarinas de Francia ha autentificado la placa que rescató Luc Vandell: sin duda, pertenece al avión del autor de Ciudadela.
Mover un muerto de sitio suele ser complicado, porque soluciona un misterio que quizás es más rentable o más atractivo dejar sin resolver; porque cambia el final de una historia, y con ello, en opinión de algunos, puede pervertirla; o, sencillamente, porque hay quienes piensan que es mejor dejar que las cosas sean como fueron. En España sucede algo muy parecido con la discusión sin fin sobre Federico García Lorca y su tumba anónima de Granada. El caso de Saint-Exupéry es, sin embargo, distinto: de lo que le hicieron los fascistas españoles a García Lorca se sabe casi todo, y por lo tanto hay aún muchas cosas que reparar, pero muy pocas por descubrir; de lo que sucedió con el escritor de Lyón no se sabe nada, absolutamente nada. En cualquier caso, su muerte heroica y enigmática le sienta bien al autor de El principito porque es un colofón inmejorable a una vida llena de aventuras que siempre estuvo relacionada, de uno u otro modo, con la aviación: primero había trabajado como piloto comercial para la empresa Aeropostales, pero en 1939 ingresó en la aviación francesa, llevando a cabo misiones peligrosas que le valieron tantas condecoraciones como heridas de guerra.
Los herederos de Saint-Exupéry se opusieron durante años a los intentos de rescatar el cuerpo del escritor de las aguas Acaba de identificarse una pieza del avión, la matrícula de la aeronave, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella. Ahora, acaba de identificarse una pieza del avión de Saint-Exupéry, en concreto la matrícula de la aeronave, con el número 2734, al este de la isla de Diou, frente a las costas de Marsella, que es justamente el punto donde en 1998 un pescador había encontrado en su red, envuelta en un tejido parecido el que se usaba para los uniformes de aviador del ejército aliado durante la II Guerra Mundial, una pulsera de oro que llevaba grabados los nombres de "Antoine de Saint-Exupéry" y el de su mujer argentina, "Consuelo", así como la inscripción "Reynal and Hitchcock Inc. 3864thave. NY City USA", que corresponde a la dirección en Nueva York de los editores norteamericanos del novelista. A Consuelo Suncín, la había conocido en 1931, en Buenos Aires, y tras proponerle que le dejara enseñarle su ciudad a vista de pájaro, le juró en pleno vuelo que si no se casaba con él estrellaría el avión. Ella dijo sí, pero su vida matrimonial fue un infierno, lleno de peleas e infidelidades mutuas. A partir del hallazgo de la pulsera se intensificaron tanto la búsqueda de los restos del escritor como el debate sobre la conveniencia o no de rescatarlos. Varios barcos del buscador de tesoros submarinos Henri-Germain Delauze exploraron el área sin resultado alguno. No era la primera vez, porque en 1992 el Instituto Francés de Investigaciones para la Explotación del Mar (Ifremer) había rastreado el litoral de Niza con varios submarinos, por encargo de una asociación internacional de seguidores del escritor. Pero, tras peinar con radares, sondas acústicas y otros ingenios modernos más de 100 kilómetros cuadrados de suelo submarino, los exploradores tuvieron que darse por vencidos. Las investigaciones se basaban, en aquella ocasión, en el testimonio de un muchacho de la localidad de Biot, cerca de Niza, que el día de la desaparición del autor de El principito escribió en su diario que, al mediodía, había visto estrellarse contra el agua un avión de guerra.
Ahora, sin embargo, parece que el avión de Saint-Exupéry ha sido al fin descubierto. La matrícula de la nave la encontró el submarinista Luc Vanrell en mayo del 2000, pero hasta octubre de 2003 no se consiguió la autorización conjunta de las autoridades y la familia para extraer los restos. No fue fácil, porque los herederos de Saint-Exupéry se negaron, durante los primeros años, hasta a reconocer los cadáveres que el Mediterráneo arrojaba a las playas de Niza y que mostraban alguna coincidencia con el escritor, y más adelante se enfrentaron a todos los intentos de recuperar su cuerpo de las aguas. Ahora, por fin, han permitido la búsqueda del avión, aunque no la de sus restos mortales, y el Departamento de Investigaciones Arqueológicas y Submarinas de Francia ha autentificado la placa que rescató Luc Vandell: sin duda, pertenece al avión del autor de Ciudadela.
Mover un muerto de sitio suele ser complicado, porque soluciona un misterio que quizás es más rentable o más atractivo dejar sin resolver; porque cambia el final de una historia, y con ello, en opinión de algunos, puede pervertirla; o, sencillamente, porque hay quienes piensan que es mejor dejar que las cosas sean como fueron. En España sucede algo muy parecido con la discusión sin fin sobre Federico García Lorca y su tumba anónima de Granada. El caso de Saint-Exupéry es, sin embargo, distinto: de lo que le hicieron los fascistas españoles a García Lorca se sabe casi todo, y por lo tanto hay aún muchas cosas que reparar, pero muy pocas por descubrir; de lo que sucedió con el escritor de Lyón no se sabe nada, absolutamente nada. En cualquier caso, su muerte heroica y enigmática le sienta bien al autor de El principito porque es un colofón inmejorable a una vida llena de aventuras que siempre estuvo relacionada, de uno u otro modo, con la aviación: primero había trabajado como piloto comercial para la empresa Aeropostales, pero en 1939 ingresó en la aviación francesa, llevando a cabo misiones peligrosas que le valieron tantas condecoraciones como heridas de guerra.
Al comienzo de la II Guerra Mundial, y con su país ocupado por las tropas de Hitler, tuvo que exiliarse en Nueva York, donde escribió El principito. Pero después, siguiendo su impulso romántico, que unía la aviación, la defensa de la libertad y la literatura, y utilizando las influencias que le proporcionaban su doble prestigio de escritor y soldado, consiguió alistarse de nuevo, pese a su edad y su estado de salud. Hoy hace sesenta años que Antoine de Saint-Exupéry partió de Córcega para llevar a cabo su último cometido. ¿Qué ocurrió a la una y media de la tarde de aquel día? Tal vez la matrícula de su avión responda algunas preguntas. De momento, ya sabemos dónde cayó. Sólo queda saber por qué. (*)
jueves, 3 de agosto de 2023
Domesticar
– Buenos días -respondió cortesmente el principito
– Ven a jugar conmigo -le propuso el principito- ¡Estoy tan triste!
– No puedo jugar contigo -dijo el zorro- No estoy domesticado
– ¿Qué significa “domesticar”?
– Es una cosa demasiado olvidada -dijo el zorro- Significa “crear lazos”
– ¿Crear lazos?
– Si -dijo el zorro- para mí no eres todavía más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. No soy más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero, si me domesticas, tendremos necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo…
– Mi vida es monótona, cazo gallinas, los hombres me cazan. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Me aburro, pues, un poco. Pero, si me domesticas, mi vida se llenará de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra. El tuyo me llamará fuera de la madriguera, como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de tí. Y amaré el ruido del viento en el trigo…
El zorro calló y miró largo tiempo al principito.
– ¡Por favor… domestícame! -dijo
– ¿Qué hay que hacer? -dijo el principito
– Hay que ser muy paciente -respondió el zorro- Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en la hierba. Te miraré de reojo y no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Pero, cada día, podrás sentarte un poco más cerca…
Al día siguiente volvió el principito.
– Hubiese sido mejor venir a la misma hora -dijo el zorro- Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto; ¡descubriré el precio de la felicidad! Pero si vienes a cualquier hora, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios.
Así el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de la partida:
– ¡Ah!… -dijo el zorro- Voy a llorar
– Tuya es la culpa -dijo el principito- No deseaba hacerte mal pero quisiste que te domesticara…
– Si -dijo el zorro
– ¡Pero vas a llorar! -dijo el principito
Domesticar– Si -dijo el zorro
– Entonces, no ganas nada
– Gano -dijo el zorro-, por el color del trigo.
FRAGMENTO DE ” EL PRINCIPITO” (Capítulo XXI) – Antoine de Saint-Exupéry
sábado, 4 de abril de 2020
Por qué a veces debes dejar a una pareja que amas, y cómo se hace.
El amor no siempre puede con todo, y romper no es traumático por necesidad
JARA ATIENZA
16 MAR 2020 -
Tu relación va viento en popa, el amor es inagotable, te sientes invencible y la vida es maravillosa… hasta que una llamada de teléfono desata la tormenta. Te ofrecen una oferta de trabajo en el extranjero; "la oportunidad de mi vida", te dices, emocionado. Pero cuando compartes la buena nueva con tu pareja llega el primer golpe: su vida está aquí y no se plantea abandonar la ciudad. Tras el shock inicial comienza el segundo asalto, arbitrado por el desasosiego. ¿Qué va a pasar con mi relación? ¿Resistirá la distancia? ¿Será mejor dejarlo? Al final, son distintas versiones de un mismo planteamiento: ¿y si el amor no puede con todo?
A mature South Philippine dwarf kingfisher.Credit...Miguel David De Leon/Robert S. Kennedy Bird Conservancy
Resulta confuso, pero lo cierto es que hay situaciones que acaban provocando que dos personas rompan aunque se amen. Para Delfina Ramos, psicóloga y sexóloga del hospital HLA Mediterráneo, a veces la ruptura no solo es inevitable, sino que es necesaria: "Hay circunstancias que van desgastando la relación muy lentamente; cortar a tiempo, antes de que se vuelva dañina, puede ser la mejor manera de seguir manteniendo un vínculo con la otra persona, aunque sea de amistad". Y no hay que esperar a que lleguen las discusiones, basta con que exista un tira y afloja constante.
Si no se comparten expectativas, el camino se parte en dos
Ponía Antoine de Saint-Exúpery en boca de su principito que el amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar los dos en la misma dirección. La afirmación tiene matices, pero "si las expectativas o los proyectos vitales en los que se encuentra cada uno son incompatibles, es frecuente que una relación aparentemente fructífera se acabe", afirma Neus Córdoba, psicóloga especialista en pareja y familia, y directora de la clínica Instituto Klein.
Uno de los proyectos que ponen de manifiesto más diferencias es el de pasar de ser una pareja a una familia de tres, una decisión en la que puede haber diferencias importantes. Un ejemplo de manual, sacado de la cultura televisiva de los noventa, es el de las parejas más prometedoras de la icónica serie Friends: Mónica y Richard. Salvaron una diferencia de edad de 20 años y el hecho de que él era amigo del padre de ella, pero cuando hablaron de tener hijos se abrió una brecha insuperable.
En cuanto a las expectativas, una de las más problemáticas está en la alcoba. "La conexión sexual es tan importante hoy en día que, si algo falla, es frecuente que una pareja que se quiere se plantee romper", explica Córdoba. "Ya no hablamos de incompatibilidad en la práctica, sino de diferencias de libido", matiza la experta, quien reconoce que es uno de los conflictos más frecuentes que se tratan en las consultas. Al inicio de una relación el deseo y la actividad sexual suelen ser mayores, y van disminuyendo con el tiempo. El problema viene cuando uno piensa que se van a mantener siempre igual intensos porque, cuando la pasión disminuye, aumentan las discrepancias.
Los cuatro pasos de la ruptura
No todo son proyectos o expectativas. Otro de los factores a tener en cuenta es que, al contrario de lo que se suele pensar, una relación no siempre es cosa de dos. Para Córdoba, la presión social influye tanto en una ruptura como las costumbres sexuales. "Cuando tus amigos o tu familia no aceptan a la otra persona, te ves obligado a elegir entre la relación y la red social, y muchas veces lo segundo se sitúa por encima del amor", cuenta. Sí, aquellos que te quieren a veces pueden estar saboteando tu relación.
Según el psicólogo Miguel Hierro, las diferencias socioeconómicas también acostumbran a ser un factor determinante. "Que uno tenga un estatus social más alto, venga de una familia con más recursos o de una fuerte tradición religiosa puede generar que el entorno condene la relación, y que uno de ellos acabe por ser más fiel a su grupo de origen o de amigos que a su amor", detalla.
¿Romper significa que ya no le quieres? Ni sí ni no. Lo que está claro para Hierro es que hay un choque de prioridades. Están los que ponen primero el amor y quienes colocan el trabajo, el dinero, el poder o la familia por encima. En todo caso, actuar bajo una motivación egoísta puede tener una justificación: "Si sientes que tu relación es perjudicial de alguna manera no tiene sentido que continúes con ella", recuerda el especialista. ¿Pero cómo dejar a la persona a la que quieres para que sea lo menos traumático posible para los dos? Y si tú eres la parte perjudicada, ¿cómo se supera una ruptura cuando el amor perdura?
Asegúrate de que es realmente lo que quieres
Los especialistas coinciden en que el primer paso es hacer algo de introspección. ¿Tengo motivos de peso? A veces, serenarse y buscar una perspectiva lo más objetiva posible ayuda a aclarar las ideas. Para Hierro, imaginarnos cómo sería nuestra vida sin la otra persona puede darnos algunas respuestas. Pero de nada sirve si bloqueamos las emociones o no somos honestos con nosotros mismos… y con el otro.
Dialogar siempre es lo primero
Hay que quemar cartuchos antes de romper. Discutir las posibles concesiones puede convertirse en el último chaleco salvavidas. Eso sí, el acuerdo puede no llegar. En esos casos, "lo mejor es tratar de romper sin resentimientos y decir: no hemos llegado a una solución común, pero el amor siempre ha estado ahí y con eso me quedo", aconseja Neus Córdoba.
Negociar los términos de la ruptura
Una vez tomada la decisión de que conviene poner punto final, llega quizá la parte más complicada: pactar los términos de la ruptura. Alcanzar un acuerdo no es sencillo y tampoco existe una receta mágica. Es más, los expertos difieren sobre si es recomendable dejarse de verse por un tiempo o seguir manteniendo el contacto: uno puede convertirse en un apoyo para esos momentos o desaparecer y dejar que la expareja pase su periodo de duelo. El problema viene cuando se da un duelo ambiguo, en el que hay una "ausencia presente". Este término se refiere, por ejemplo, a cuando tu pareja ya no está contigo pero te sigue llegando información (por ejemplo, a través de amigos comunes) que le hace seguir estando presente de alguna manera. En estos casos, tratar de cortar el vínculo en ambientes como las redes sociales, al menos al principio del duelo, suele dar mejor resultado que intentar ignorar la ausencia presente.
Aceptar el cambio
Sobre todo cuando todavía están los buenos sentimientos de por medio, es común afrontar la ruptura como un fracaso. Es un error. Para Córdoba, la mejor manera de superar esta situación consiste en "abandonar esa metáfora bélica y traumática asociada a las rupturas y ver la situación como un cambio en la vida". Delfina Ramos va un paso más allá: "Es bueno cerrar una relación reconociendo qué es lo que ha aportado el otro y pudiendo agradecérselo. De lo contrario, nos llenaríamos de una energía psíquica que no nos dejaría cerrar del todo la relación y, seguramente, tampoco empezar una nueva", señala.
https://elpais.com/elpais/2020/03/16/buenavida/1584340360_096221.html
JARA ATIENZA
16 MAR 2020 -
Tu relación va viento en popa, el amor es inagotable, te sientes invencible y la vida es maravillosa… hasta que una llamada de teléfono desata la tormenta. Te ofrecen una oferta de trabajo en el extranjero; "la oportunidad de mi vida", te dices, emocionado. Pero cuando compartes la buena nueva con tu pareja llega el primer golpe: su vida está aquí y no se plantea abandonar la ciudad. Tras el shock inicial comienza el segundo asalto, arbitrado por el desasosiego. ¿Qué va a pasar con mi relación? ¿Resistirá la distancia? ¿Será mejor dejarlo? Al final, son distintas versiones de un mismo planteamiento: ¿y si el amor no puede con todo?
A mature South Philippine dwarf kingfisher.Credit...Miguel David De Leon/Robert S. Kennedy Bird Conservancy
Resulta confuso, pero lo cierto es que hay situaciones que acaban provocando que dos personas rompan aunque se amen. Para Delfina Ramos, psicóloga y sexóloga del hospital HLA Mediterráneo, a veces la ruptura no solo es inevitable, sino que es necesaria: "Hay circunstancias que van desgastando la relación muy lentamente; cortar a tiempo, antes de que se vuelva dañina, puede ser la mejor manera de seguir manteniendo un vínculo con la otra persona, aunque sea de amistad". Y no hay que esperar a que lleguen las discusiones, basta con que exista un tira y afloja constante.
Si no se comparten expectativas, el camino se parte en dos
Ponía Antoine de Saint-Exúpery en boca de su principito que el amor no consiste en mirarse el uno al otro, sino en mirar los dos en la misma dirección. La afirmación tiene matices, pero "si las expectativas o los proyectos vitales en los que se encuentra cada uno son incompatibles, es frecuente que una relación aparentemente fructífera se acabe", afirma Neus Córdoba, psicóloga especialista en pareja y familia, y directora de la clínica Instituto Klein.
Uno de los proyectos que ponen de manifiesto más diferencias es el de pasar de ser una pareja a una familia de tres, una decisión en la que puede haber diferencias importantes. Un ejemplo de manual, sacado de la cultura televisiva de los noventa, es el de las parejas más prometedoras de la icónica serie Friends: Mónica y Richard. Salvaron una diferencia de edad de 20 años y el hecho de que él era amigo del padre de ella, pero cuando hablaron de tener hijos se abrió una brecha insuperable.
En cuanto a las expectativas, una de las más problemáticas está en la alcoba. "La conexión sexual es tan importante hoy en día que, si algo falla, es frecuente que una pareja que se quiere se plantee romper", explica Córdoba. "Ya no hablamos de incompatibilidad en la práctica, sino de diferencias de libido", matiza la experta, quien reconoce que es uno de los conflictos más frecuentes que se tratan en las consultas. Al inicio de una relación el deseo y la actividad sexual suelen ser mayores, y van disminuyendo con el tiempo. El problema viene cuando uno piensa que se van a mantener siempre igual intensos porque, cuando la pasión disminuye, aumentan las discrepancias.
Los cuatro pasos de la ruptura
No todo son proyectos o expectativas. Otro de los factores a tener en cuenta es que, al contrario de lo que se suele pensar, una relación no siempre es cosa de dos. Para Córdoba, la presión social influye tanto en una ruptura como las costumbres sexuales. "Cuando tus amigos o tu familia no aceptan a la otra persona, te ves obligado a elegir entre la relación y la red social, y muchas veces lo segundo se sitúa por encima del amor", cuenta. Sí, aquellos que te quieren a veces pueden estar saboteando tu relación.
Según el psicólogo Miguel Hierro, las diferencias socioeconómicas también acostumbran a ser un factor determinante. "Que uno tenga un estatus social más alto, venga de una familia con más recursos o de una fuerte tradición religiosa puede generar que el entorno condene la relación, y que uno de ellos acabe por ser más fiel a su grupo de origen o de amigos que a su amor", detalla.
¿Romper significa que ya no le quieres? Ni sí ni no. Lo que está claro para Hierro es que hay un choque de prioridades. Están los que ponen primero el amor y quienes colocan el trabajo, el dinero, el poder o la familia por encima. En todo caso, actuar bajo una motivación egoísta puede tener una justificación: "Si sientes que tu relación es perjudicial de alguna manera no tiene sentido que continúes con ella", recuerda el especialista. ¿Pero cómo dejar a la persona a la que quieres para que sea lo menos traumático posible para los dos? Y si tú eres la parte perjudicada, ¿cómo se supera una ruptura cuando el amor perdura?
Asegúrate de que es realmente lo que quieres
Los especialistas coinciden en que el primer paso es hacer algo de introspección. ¿Tengo motivos de peso? A veces, serenarse y buscar una perspectiva lo más objetiva posible ayuda a aclarar las ideas. Para Hierro, imaginarnos cómo sería nuestra vida sin la otra persona puede darnos algunas respuestas. Pero de nada sirve si bloqueamos las emociones o no somos honestos con nosotros mismos… y con el otro.
Dialogar siempre es lo primero
Hay que quemar cartuchos antes de romper. Discutir las posibles concesiones puede convertirse en el último chaleco salvavidas. Eso sí, el acuerdo puede no llegar. En esos casos, "lo mejor es tratar de romper sin resentimientos y decir: no hemos llegado a una solución común, pero el amor siempre ha estado ahí y con eso me quedo", aconseja Neus Córdoba.
Negociar los términos de la ruptura
Una vez tomada la decisión de que conviene poner punto final, llega quizá la parte más complicada: pactar los términos de la ruptura. Alcanzar un acuerdo no es sencillo y tampoco existe una receta mágica. Es más, los expertos difieren sobre si es recomendable dejarse de verse por un tiempo o seguir manteniendo el contacto: uno puede convertirse en un apoyo para esos momentos o desaparecer y dejar que la expareja pase su periodo de duelo. El problema viene cuando se da un duelo ambiguo, en el que hay una "ausencia presente". Este término se refiere, por ejemplo, a cuando tu pareja ya no está contigo pero te sigue llegando información (por ejemplo, a través de amigos comunes) que le hace seguir estando presente de alguna manera. En estos casos, tratar de cortar el vínculo en ambientes como las redes sociales, al menos al principio del duelo, suele dar mejor resultado que intentar ignorar la ausencia presente.
Aceptar el cambio
Sobre todo cuando todavía están los buenos sentimientos de por medio, es común afrontar la ruptura como un fracaso. Es un error. Para Córdoba, la mejor manera de superar esta situación consiste en "abandonar esa metáfora bélica y traumática asociada a las rupturas y ver la situación como un cambio en la vida". Delfina Ramos va un paso más allá: "Es bueno cerrar una relación reconociendo qué es lo que ha aportado el otro y pudiendo agradecérselo. De lo contrario, nos llenaríamos de una energía psíquica que no nos dejaría cerrar del todo la relación y, seguramente, tampoco empezar una nueva", señala.
https://elpais.com/elpais/2020/03/16/buenavida/1584340360_096221.html
jueves, 12 de abril de 2018
sábado, 14 de diciembre de 2013
Educar es crear vínculos. Encuentro del Pricipito con el Zorro. ¿Qué es domesticar?
El Pricipito, A. Saint Exupery
XXI
Entonces apareció el zorro:
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada.
Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
http://dessinemoiunmouton.org/
petitsprinces.com
fasej.org
lesailesdupetitprince.fr
lepetitmonde.com
lepetitprince.asso.fr
Igor Shamraev, asociación rusa ayuda a niños en dificultades.
XXI
Entonces apareció el zorro:
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada.
Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
http://dessinemoiunmouton.org/
petitsprinces.com
fasej.org
lesailesdupetitprince.fr
lepetitmonde.com
lepetitprince.asso.fr
Igor Shamraev, asociación rusa ayuda a niños en dificultades.
viernes, 7 de junio de 2013
El Principito, Valentín Fuster y su libro, "El círculo de la motivación".
Es una cuestión de disciplina —me decía más tarde el Principito—.
Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.
Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs, cuando se les distingue de los rosales, a los cuales se parecen mucho cuando son pequeñitos.
Es un trabajo muy fastidioso pero muy fácil.
«Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos»
«Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado»
«El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante»
«Esta es la caja. El cordero que quieres está dentro». Imaginación es lo que se necesita para ver lo que hay dentro, la caja es una alusión a la imaginación que los adultos ya no suelen usar.
Los baobabs: son los problemas, hay que solucionarlos antes que sean demasiado complicados, es la moraleja que nos deja el autor, cuando nos alerta: «¡Niños, atención a los baobabs!». Los niños somos nosotros. Hay que tener disciplina, cuidado, estar atento siempre para diferenciar lo bueno de lo malo y actuar en consecuencia.
Los volcanes: tareas comunes del día a día, no son un problema como los baobabs, son simplemente cosas que hay que hacer para que todo vaya bien, y hay que hacerlo aunque no nos guste, aquí se vuelve a hacer hincapié en la disciplina.
El zorro personaje medular de la historia, quien le hace ver al principito la esencia, pero también las dificultades y costos de la amistad.
XI
El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:
-¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! -Gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito.
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.
-¡Buenos días! -dijo el principito-. ¡Qué sombrero tan raro tiene!
-Es para saludar a los que me aclaman -respondió el vanidoso. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.
-¿Ah, sí? -preguntó sin comprender el principito.
-Golpea tus manos una contra otra -le aconsejó el vanidoso.
El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero.
"Esto parece más divertido que la visita al rey", se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.
A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.
-¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? -preguntó el principito.
Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.
-¿Tú me admiras mucho, verdad? -preguntó el vanidoso al principito.
-¿Qué significa admirar?
-Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.
-¡Si tú estás solo en tu planeta!
-¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!
-¡Bueno! Te admiro -dijo el principito encogiéndose de hombros-, pero ¿para qué te sirve?
Y el principito se marchó.
"Decididamente, las personas mayores son muy extrañas", se decía para sí el principito durante su viaje.
Antoine de Saint-Exupéry, El Principito
Leer aquí El Principito
Una introducción al libro de Fuster aquí.
Cuando por la mañana uno termina de arreglarse, hay que hacer cuidadosamente la limpieza del planeta.
Hay que dedicarse regularmente a arrancar los baobabs, cuando se les distingue de los rosales, a los cuales se parecen mucho cuando son pequeñitos.
Es un trabajo muy fastidioso pero muy fácil.
«Solo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos»
«Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado»
«El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante»
«Esta es la caja. El cordero que quieres está dentro». Imaginación es lo que se necesita para ver lo que hay dentro, la caja es una alusión a la imaginación que los adultos ya no suelen usar.
Los baobabs: son los problemas, hay que solucionarlos antes que sean demasiado complicados, es la moraleja que nos deja el autor, cuando nos alerta: «¡Niños, atención a los baobabs!». Los niños somos nosotros. Hay que tener disciplina, cuidado, estar atento siempre para diferenciar lo bueno de lo malo y actuar en consecuencia.
Los volcanes: tareas comunes del día a día, no son un problema como los baobabs, son simplemente cosas que hay que hacer para que todo vaya bien, y hay que hacerlo aunque no nos guste, aquí se vuelve a hacer hincapié en la disciplina.
El zorro personaje medular de la historia, quien le hace ver al principito la esencia, pero también las dificultades y costos de la amistad.
XI
El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:
-¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! -Gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito.
Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.
-¡Buenos días! -dijo el principito-. ¡Qué sombrero tan raro tiene!
-Es para saludar a los que me aclaman -respondió el vanidoso. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.
-¿Ah, sí? -preguntó sin comprender el principito.
-Golpea tus manos una contra otra -le aconsejó el vanidoso.
El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero.
"Esto parece más divertido que la visita al rey", se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.
A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.
-¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? -preguntó el principito.
Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.
-¿Tú me admiras mucho, verdad? -preguntó el vanidoso al principito.
-¿Qué significa admirar?
-Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta.
-¡Si tú estás solo en tu planeta!
-¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!
-¡Bueno! Te admiro -dijo el principito encogiéndose de hombros-, pero ¿para qué te sirve?
Y el principito se marchó.
"Decididamente, las personas mayores son muy extrañas", se decía para sí el principito durante su viaje.
Antoine de Saint-Exupéry, El Principito
Leer aquí El Principito
Una introducción al libro de Fuster aquí.
Etiquetas:
admiración,
admirar,
alabanzas,
Antoine de Saint-Exupery,
El Principito,
la motivación,
motivación,
solidaridad,
talento,
tutor,
Valentín Fuster,
vanidoso
jueves, 10 de febrero de 2011
El Principito
A LÉON WERTH
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una excusa seria: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede entender todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene mucha necesidad de ser consolada. Si todas estas excusas no son suficientes, quiero dedicar este libro al niño que este señor ha sido. Todas las personas mayores fueron primero niños. (Pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria:
A LÉON WERTH CUANDO ERA NIÑO
Leer más aquí.
Aquí el original en francés: Le Petit Prince.
Aquí en inglés: The Little Prince.
Aquí en portugués: O Pequeno Príncipe.
Aquí en alemán: Der Kleine Prinz.
This work is in the public domain in Canada, but may still be copyrighted in the USA and some countries in Europe. It is the responsibility of the user to determine whether the works are in the public domain in his or her respective country.
Cette œuvre est dans le domaine public au Canada, mais encore soumis aux droits d’auteur dans certains pays, notamment en Europe et/ou aux États-Unis. Les téléchargements sont faits sous votre responsabilité.
Esta obra es de dominio público en Canadá, donde está el servidor, pero podría encontrarse todavía bajo copyright en Estados Unidos y/o ciertos países de Europa. Es responsabilidad del usuario determinar si las obras se encuentran en el dominio público en su país.
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una excusa seria: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona mayor puede entender todo, hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene mucha necesidad de ser consolada. Si todas estas excusas no son suficientes, quiero dedicar este libro al niño que este señor ha sido. Todas las personas mayores fueron primero niños. (Pero pocas lo recuerdan). Corrijo entonces mi dedicatoria:
A LÉON WERTH CUANDO ERA NIÑO
Leer más aquí.
Aquí el original en francés: Le Petit Prince.
Aquí en inglés: The Little Prince.
Aquí en portugués: O Pequeno Príncipe.
Aquí en alemán: Der Kleine Prinz.
This work is in the public domain in Canada, but may still be copyrighted in the USA and some countries in Europe. It is the responsibility of the user to determine whether the works are in the public domain in his or her respective country.
Cette œuvre est dans le domaine public au Canada, mais encore soumis aux droits d’auteur dans certains pays, notamment en Europe et/ou aux États-Unis. Les téléchargements sont faits sous votre responsabilité.
Esta obra es de dominio público en Canadá, donde está el servidor, pero podría encontrarse todavía bajo copyright en Estados Unidos y/o ciertos países de Europa. Es responsabilidad del usuario determinar si las obras se encuentran en el dominio público en su país.
Etiquetas:
Antoine de Saint-Exupery,
Der Kleine Prinz,
El Principito,
Le petit Prince,
León Werth,
O Pequeno Príncipe,
Saint-Exupery,
The little Prince
Suscribirse a:
Entradas (Atom)