Mostrando entradas con la etiqueta Rocío Jurado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rocío Jurado. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de enero de 2012

Carta de Jean-Luc Mélenchon y Oskar Lafontaine a los trabajadores europeos

Durante años han estado dando cada vez más poder al sector financiero con un balance catastrófico: han sacrificado el medio ambiente, el paro se ha multiplicado, los trabajadores están cada vez más explotados y empobrecidos, los bancos han secuestrado a la economía real.

Ahora, con la excusa de la crisis que ellos mismos han provocado, los gobiernos europeos quieren proseguir y empeorar las políticas de austeridad. Presionados por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy, han decidido redactar un nuevo tratado que robaría definitivamente a los pueblos europeos el derecho a decidir libremente su presupuesto y supondría la imposición de la austeridad. No entra dentro de sus planes consultar a los pueblos europeos su opinión sobre un texto tan fundamental. Se trata de una huida hacia delante, hacia la Europa de la austeridad. Europa no puede construirse sin los pueblos ni contra los pueblos. Por ello, exigimos la convocatoria de un referéndum sobre este tratado en nuestros países.

Sarkozy y Merkel quieren aplicar en toda Europa la desastrosa Agenda 2010 que ha degradado tan cruelmente la situación de los trabajadores alemanes. Su objetivo consiste en incrementar la competencia entre los trabajadores europeos para armonizar a la baja los derechos que habían convertido a Europa en la región más avanzada socialmente. Esta estrategia enfrenta de forma deliberada a los pueblos europeos. Sarkozy y Merkel no han dudado en echar más leña al fuego del nacionalismo y la xenofobia, a pesar del riesgo que esto conlleva de reabrir nuevas heridas. Los amigos de Merkel hablan de obligar a los griegos a vender sus islas. Sarkozy califica de caramelos envenenados a los nuevos miembros de la Zona Euro. Estas provocaciones buscan un chivo expiatorio para desviar la atención de los trabajadores, para que no culpen de la crisis a sus verdaderos responsables: los bancos, el sector financiero y los gobernantes que han cedido su poder a los mercados. Hacemos un llamamiento a todos los trabajadores para que se resistan con todas sus fuerzas a este retroceso de la civilización europea.

Os pedimos que no caigáis en la trampa que amenaza la paz en Europa. Mantenernos todos juntos, y en concreto conservar la amistad entre el pueblo alemán y el francés, es una condición indispensable para salvaguardar la paz en toda Europa.

Pero, ¿cómo garantizar la paz en Europa ? La paz no se declara por decreto: se construye mediante la cooperación entre los pueblos, al servicio de todas las personas. La paz no es compatible con el arrogante dominio de dos jefes de gobierno europeos sobre todos los demás. La paz tiene que basarse en una política al servicio del interés general europeo. Ha llegado la hora de gobernar para satisfacer las necesidades y las aspiraciones de la mayoría de la población, los trabajadores europeos: reparto de la riqueza, defensa y ampliación del derecho a la jubilación, recuperación de los servicios públicos, erradicación de la precariedad, lucha implacable contra la pobreza y las desigualdades, transición ecológica...

Trabajadores europeos: ¡no os resignéis! El sector financiero no puede enfrentarse a los pueblos que luchan. La verdadera riqueza es fruto del trabajo humano. Si se movilizan, los trabajadores europeos pueden acabar con las orgías financieras y comenzar a construir por fin un mundo más justo y humano.

Traducido por Elvira Hdez.
Fuente: http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article1023

domingo, 8 de mayo de 2011

Por qué la política de recortes de gasto y empleo público es un error

En varios artículos publicados en SistemaDigital.es he ido desgranando las causas de la escasa recuperación económica que radica, en parte, en las políticas de austeridad que está siguiendo el gobierno español bajo la presión de la Unión Europea (y muy en especial del gobierno alemán de la canciller Merkel) así como del Fondo Monetario Internacional. Estas políticas de austeridad están equivocadas y están perjudicando la recuperación económica española que necesita precisamente unas políticas contrarias a las que se están siguiendo, con una expansión muy notable del gasto público, orientado sobre todo a la creación de empleo. No existe conciencia en los establishments políticos y mediáticos del país de que el mayor problema económico y social que tiene España es el desempleo. Si España tuviera el porcentaje de la población adulta que trabaja en los servicios público del estado del bienestar (tales como sanidad, educación, vivienda pública, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios a personas con dependencia, entre otros) que tiene Suecia, 25% (en lugar del 9% actual), España tendría casi cinco millones más de trabajadores en tales servicios de los que tiene ahora. Como consecuencia no habría desempleo en nuestro país, que actualmente supera los cuatro millones. El elevado desempleo en España está basado, en parte, en el escaso desarrollo de su estado del bienestar que no está proveyendo suficiente empleo público.
Por otra parte, este desempleo contribuye enormemente a la falta de demanda, responsable de la escasa recuperación de la economía española. Esta creación de empleo debería financiarse con el aumento de la carga impositiva y de su progresividad, eliminando los recortes de impuestos que se han ido aplicando en los últimos quince años y que han beneficiado predominantemente al 20% de la población de renta superior. España es el país de la UE-15 que tiene menos ingresos al estado, solo un 34% del PIB, comparado con un 44% para el promedio de la UE-15 y un 54% en Suecia. Si España tuviera la carga fiscal que tiene Suecia, el estado español ingresaría 200.000 millones de euros más de los que ingresa ahora, con los cuales podría corregir las enormes insuficiencias del estado del bienestar, además de eliminar el desempleo y estimular la demanda, el mayor problema que tiene la economía española.
De lo que las autoridades económicas parecen no darse cuenta es que la causa del estancamiento económico es la falta de demanda que ha empeorado todavía más con el crecimiento del desempleo. Para entender esta situación, tenemos que entender que la burbuja inmobiliaria fue el motor del crecimiento económico español durante estos años anteriores al inicio de la crisis. España construyó muchas más viviendas de las que el país necesitaba a unos precios desorbitados que exigieron un enorme endeudamiento de las familias. El precio de las viviendas (por metro cuadrado) creció nada menos que un 106% desde que se estableció el euro, en 1999, hasta el 2007. Los salarios (el precio real del trabajo) crecieron solo un 8%. La enorme distancia entre estos precios de la vivienda (que aumentaron espectacularmente, muy por encima del aumento de los costes de producción) y los salarios requería un enorme endeudamiento, financiado predominantemente por la banca española, pero también por la banca alemana y en menor grado por la francesa. Tal endeudamiento les dio enormes beneficios.
Cuando la burbuja inmobiliaria estalló las familias quedaron en una situación dificilísima, en parte consecuencia de la excesiva protección que tiene la banca versus el ciudadano hipotecado. Pero, desde el punto de vista de la economía, un grave problema era y continúa siendo que el mercado de la vivienda, además de colapsarse, no se está reavivando. Es característico de un sistema especulativo monopolístico que tal mercado no exista, es decir el mal llamado mercado inmobiliario no funciona como mercado. A pesar de que hay un millón de viviendas vacías, el precio de la vivienda ha bajado solo un 18% desde 2007, el inicio de la crisis. Tal como apunta Wolfgang Münchau en el Financial Times (en su artículo “A complacent Europe must realise that Spain will be next” (11/04/2011)), esta situación está llevando a una situación insostenible. Según Münchau el precio de la vivienda debería bajar un 30% más a fin de reavivar el mercado, un elemento central de la recuperación. Es más, debido a que el precio de las hipotecas, en la medida que baje el precio, sobrepasará el precio de la vivienda, se crearán grandes desfalcos y crisis bancarias y de las cajas de ahorros, acentuando todavía más la falta de demanda y el desempleo. Como bien escribe Daniel Gross en su artículo “Europe’s Subprime Quagmire”, el excesivo poder de la banca (y escaso poder del usuario de la banca) ha creado un desmesurado endeudamiento y gran escasez de la demanda. Y este poder de la banca dificulta también resolver el problema, pues aunque la persona hipotecada haya perdido la vivienda, la deuda le imposibilita recuperar la demanda.
Creerse que el mercado en si resolverá este problema es de una ingenuidad muy costosa. A no ser que el estado intervenga, sustituyendo esta enorme escasez de demanda mediante el gasto público la situación no mejorará. Y a no ser que el estado actúe más activamente creando empleo y garantizando el crédito, mediante medidas mucho más progresistas (como el establecimiento de bancas públicas), no habrá recuperación económica. Vicenç Navarro. Sistema Digital. (Foto del autor; Vista de Badajoz desde el Puente Viejo)