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lunes, 14 de julio de 2025

_- Marx y los Estados Unidos de América



_- El hecho de que el “marxismo” sea una teoría que luce proscrita en los Estados Unidos y que el “comunismo” inspire reacciones vitales de todo tipo en la historia contemporánea del país, ha impedido comprender lo que Karl Marx (1818-1883) significó para su sociedad.

Entre 1852-1862 Marx escribió como 500 artículos para el New York Tribune, uno de los periódicos de mayor circulación en el siglo XIX, entre los cuales también constan numerosos artículos de Friedrich Engels (https://t.ly/c-ROU). En esa década Marx estuvo dedicado a investigar a fondo el capitalismo (aún no escribía “El Capital”) y a estudiar una serie de acontecimientos europeos. Por eso, en el periódico se concentró en opinar sobre la situación en Francia después del golpe de Estado de Luis Bonaparte (1851), las luchas nacionales en Italia y Alemania, el papel del Imperio Austrohúngaro, la guerra de Crimea (1853-1856), la expansión neocolonial del imperialismo británico en la India y China (e Irlanda), al que denunció permanentemente. Desde su interés económico analizó la crisis de 1857, el papel de la banca y la especulación financiera, así como las dinámicas del mercado mundial.

En otros medios europeos, en cartas personales y en sus informes para la Asociación Internacional de Trabajadores (la Primera Internacional fundada en Londres, en 1864), incluso por haber dejado su colaboración con el NY Tribune, Marx escribió en forma extensa y detallada sobre la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) [https://t.ly/YnR7w ; https://t.ly/B9ZHG]. Siempre se ubicó a favor de la abolición de la esclavitud. Además, cuestionó a la burguesía inglesa por simpatizar con la Confederación esclavista y reaccionó contra Inglaterra que, por defender su dependencia del algodón del sur esclavista, estaba dispuesta a librar una guerra contra los estados de la Unión en el norte. La clase obrera inglesa luchó contra la política de la burguesía nacional a favor de los plantadores esclavistas de los EE.UU. y contra la posible intervención bélica de Inglaterra.

En noviembre de 1864 Marx dirigió una carta al presidente Abraham Lincoln en la cual, a nombre de la Primera Internacional, felicitaba su reelección en estos términos: “a Abraham Lincoln, hijo honrado de la clase obrera, le ha tocado la misión de llevar a su país a través de los combates sin precedente por la liberación de una raza esclavizada y la transformación del régimen social.” (https://t.ly/b6veR). Además, saludaba la abolición de la esclavitud como un hecho histórico, que marcaba las posibilidades de la futura liberación de las clases trabajadoras. Con esta orientación, el 12 de mayo de 1869 Marx también dirigió el “Mensaje a la Unión Obrera Nacional de los Estados Unidos” (fundada en 1866), a fin de respaldar su política de clase independiente (https://t.ly/C32ht) y expresar la solidaridad de la Primera Internacional, que llevaba una clara reivindicación de los derechos de los obreros negros y blancos, por la jornada de 8 horas y por los derechos laborales de las mujeres.

Como agudo y perspicaz estudioso de los temas de su tiempo, Marx igualmente abordó diversos aspectos de la economía y la sociedad estadounidense, como la expansión hacia el oeste, calificando como brutal y racista a la guerra contra los pueblos indígenas. Analizó el papel comercial de los EE.UU. en el mundo. Advirtió el desarrollo capitalista del país y la edificación de una democracia burguesa con estructuras más “igualitarias” (al menos entre blancos) frente a Europa y consideró que ese camino podía crear las condiciones favorables para el desarrollo del movimiento obrero autónomo, capaz de impulsar su liberación definitiva. En El Capital (1867) hay múltiples menciones de Marx a los EE.UU. Y resulta paradójico que mientras tenía a Rusia como una monarquía atrasada, consideraba a EE.UU. un estado social históricamente progresista, donde la esclavitud era su terrible mancha (https://t.ly/eX9KC).

El historiador norteamericano Andrew Hartman en su reciente libro Karl Marx in America (https://t.ly/Rdz55) permite comprender que han existido cuatro momentos en la historia de los EE.UU. en los cuales ha estado presente el pensamiento de Marx: primero, la “edad de oro” (1870-1900), con un marxismo influyente, que acompañó al surgimiento de los partidos socialistas de masas y a los partidos laboristas radicales; segundo, los años treinta del pasado siglo, cuando la crisis económica condujo al New Deal, surgió el Partido Comunista y Marx era leído con fervor; tercero, durante los años sesenta, en medio de la ampliación de los derechos civiles, el ascenso de las izquierdas y la oposición a la guerra en Vietnam, a pesar del macartismo; y cuarto, el que se verifica en la actualidad, tras la crisis de 2008 y otros procesos del presente. El autor tiene una frase concluyente: “As long as capitalism persists, Marx can not be killed”.

Al paso de las referencias que he realizado, en el NY Tribune Marx escribió sobre México (https://t.ly/F5273) para denunciar y rechazar el acuerdo entre España, Francia e Inglaterra para invadir el país a fin de controlar sus puertos y garantizar el pago de deudas a los tenedores de bonos. Se concretó en la intervención francesa (1861-1867) que instauró el imperio de Maximiliano, finalmente derrotado por Benito Juárez.

En todos estos escritos hay un singular comportamiento intelectual del Marx de mediados del siglo XIX que no ha sido bien resaltado: estaba plenamente desarrollada la idea de libertad humana, a partir de su comprensión de la historia concreta y del mundo de su tiempo. En sus escritos periodísticos y en sus grandes obras dejó en claro que la liberación de los trabajadores del dominio del capital era, finalmente, el camino para la libertad definitiva del ser humano.

Y este es un punto fundamental a considerar para hacer frente a la guerra contra el “marxismo cultural” que han lanzado neoliberales y libertarios anarcocapitalistas. Hablan de “superioridad moral” de sus tesis y se apropian de la idea de “libertad”. Pero ninguno de los teóricos de esas ideologías (Eugen von Bohm-Bawerk, Friedrich Hayek, Milton Friedman, George Stigler, Ludwig von Mises, Murray Rothbard, etc.) tiene una sola sílaba de condena al colonialismo, al imperialismo o a la subordinación de otros pueblos. Todos eran macartistas. Ninguno ha estado del lado de América Latina en sus luchas soberanistas e independentistas. Ninguno ha apoyado a los trabajadores, el sindicalismo o los movimientos sociales. Friedman, Hayek y Mises veían el dominio de EE.UU. como garantía del “orden liberal”. Friedman y Hayek defendieron y justificaron la dictadura terrorista de Pinochet en Chile.

La “libertad” para todos ellos es la libertad del mercado y de las empresas, es decir, del capital. Tienen en América Latina a seguidores que respaldan fanáticamente sus ideas, sostienen a gobiernos empresariales y oligárquicos como en Argentina o Ecuador, mientras se “libera” de impuestos a los ricos y se desmantelan derechos laborales y sociales. Pero frente a todos, a mediados del siglo XIX Marx dejó marcada la superioridad moral de la lucha por la libertad humana, que implica liberarse, finalmente, del poder del capital.

Blog del autor: https://www.historiaypresente.com/marx-y-los-estados-unidos-de-america/

lunes, 11 de mayo de 2015

Más Lorca. La muerte del escritor encarnó una derrota de la humanidad

“Quien salva una vida salva al universo entero”. Esa frase del Talmud, que refulge en la Medalla de los Justos, también nos remite a un reverso: “Quien mata una vida mata al universo entero”. Ese es el estremecimiento que sentimos cada vez que se nombra a Federico García Lorca. Su obra es un cuerpo que alberga todas las vidas y su muerte encarnó una derrota de la humanidad. Ese crimen vuelve y vuelve a visitarnos, a sacudir la amnesia, a la manera en que la historia maltratada alienta bajo la superficie del presente. La última revelación, la del informe de la policía franquista de 1965, aclara la intencionalidad política del crimen de Granada, su carácter de “crimen de crímenes”, de metáfora genocida. No hubo muerte “accidental” de Lorca. Una tarea prioritaria de los escribas franquistas fue desalmar el lenguaje. El documento habla de “confesión”. Lo que eso significa: sufrió tormento. Lorca fue un eccehomo. En él mataban a todo lo que odiaban. A la heterodoxia, pero también a la tradición de la risa y la libertad del pueblo. A la belleza, a la verdad y al alma íntima de las palabras. En Poeta en Nueva York hay una profecía: “Cuando se hundieron las formas puras / bajo el cri cri de las margaritas / comprendí que me habían asesinado (...) Ya no me encontraron. ¿No me encontraron? No. No me encontraron”.
La ONU ha vuelto a denunciar al Estado español por desentenderse de sus obligaciones con las víctimas y desaparecidos del franquismo.
Este mes de mayo se entregará en Nueva York el Premio Alba (Abraham Lincoln Brigade Archives) a los voluntarios de la Memoria Histórica. Podrán seguir así por un tiempo las tareas de las que se inhibe la inmoralidad vigente.
Tal vez Lincoln encuentre a Lorca.
 9 MAY 2015 
http://elpais.com/elpais/2015/05/08/opinion/1431085045_630156.html
Naciones Unidas reclama a España juzgar las desapariciones del franquismo.

Aquí la canción por Leonard Cohen con la letra en inglés y español:

https://youtu.be/jWMOqVKHeSQ

Leonard Cohen compuso la música y la letra, adaptación en inglés, basándose en el poema “Pequeño vals vienés” de Federico García Lorca,

(after Lorca)
Now in Vienna there’s ten pretty women
There’s a shoulder where Death comes to cry
There’s a lobby with nine hundred windows
There’s a tree where the doves go to die
There’s a piece that was torn from the morning
And it hangs in the Gallery of Frost
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz with the clamp on it’s
 jaws
Oh I want you, I want you, I want you
On a chair with a dead magazine
In the cave at the tip of the lily
In some hallways where love’s
never been
On a bed where the moon has been sweating
In a cry filled with footsteps and sand
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take it’s broken waist in your hand
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz
With it’s very own breath of brandy and Death
Dragging it’s tail in the sea
There’s a concert hall in Vienna
Where your mouth had a thousand reviews
There’s a bar where the boys have stopped talking
They’ve been sentenced to death by the blues
Ah, but who is it climbs to your picture
With a garland of freshly cut
 tears?
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
Take this waltz it’s been dying
 for years
There’s an attic where children are playing
Where I’ve got to lie down with you soon
In a dream of Hungarian lanterns
In the mist of some sweet afternoon
And I’ll see what you’ve chained to your sorrow
All your sheep and your lilies of snow
Ay, Ay, Ay, Ay
Take this waltz, take this waltz
With it’s ‘I’ll never forget you, you know!’
This waltz, this waltz, this waltz, this waltz...
And I’ll dance with you in Vienna
I’ll be wearing a river’s disguise
The hyacinth wild on my shoulder,
My mouth on the dew of your thighs
And I’ll bury my soul in a scrapbook,
With the photographs there, and the moss
And I’ll yield to the flood of your
beauty
My cheap violin and my cross
And you’ll carry me down on your dancing
To the pools that you lift on your wrist
Oh my love, Oh my love
Take this waltz, take this waltz
It’s yours now. It’s all that there is
(basado en Lorca)
Ahora en Viena hay diez preciosas mujeres.
Hay un hombro sobre el que la muerte llora.
Hay un hall de entrada con novecientas ventanas.
Hay un árbol, al que las palomas van a morir.
Hay un trozo que fue separado de la mañana.
Y está colgado en la Galería del Hielo.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma este vals con la mordaza de sus mandíbulas.
Oh te quiero, te quiero, te quiero.
En una silla con una revista muerta.
En una cueva, con el trozo de un lirio.
En algunos pasillos donde el amor
nunca ha estado.
En una cama donde la Luna ha sudado.
En un sollozo lleno de pisadas y arena.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma su cintura rota en tu mano.
Este vals, este vals, este vals, este vals.
Con su aliento a brandy y a
muerte.
Arrastrando su sobra hacia el mar.
Hay una sala de conciertos en Viena
Donde tu boca fue mil veces comentada.
Hay un bar donde los chicos han dejado de hablar,
condenados a muerte por el blues.
Ah, pero ¿quién se sube a tu imagen
con una guirnalda de lágrimas recién cortadas?
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Toma este vals que ha estado muriendo durante años.
Hay un ático donde los niños están jugando.
¿Dónde tendré que acostarme contigo?
En un sueño de linternas húngaras
entre la niebla de una dulce tarde.
Y veré lo que has encadenado a tu
desdicha
Todas tus ovejas y tus lirios de nieve.
Ay, Ay, Ay, Ay
Toma este vals, toma este vals.
Con su “yo nunca te olvidaré, ya sabes”.
Este vals, este vals, este vals, este vals…
Y bailaré contigo en Viena
Llevaré un disfraz de río.
El jacinto silvestre en mi hombro.
Mi boca en el rocío de tus muslos.
Y enterraré mi alma en un libro de recuerdos,
con las fotografías allí y el moho.
Y me rendiré ante la inundación de tu belleza.
Mi violín barato y mi cruz.
Y tú me llevarás hacia abajo con tu baile,
a las piscinas que levantas en tu muñeca.
Oh mi amor, oh mi amor.
Toma este vals, toma este vals.
Es tuyo ahora. Es todo lo que hay.

lunes, 24 de junio de 2013

Las promesas rotas del PP o eran mentiras para que les votaran y después, una vez con el gobierno en el bolsillo, hacer lo que tenían planeado?






«El trabajo es anterior a, e independiente del capital. El capital es sólo el fruto del trabajo, y nunca hubiera existido si el trabajo no hubiera existido primero. El trabajo es superior al capital, y merece una más alta consideración» Abraham Lincoln. (12-02-1809/15-04-1865) Decimosexto Presidente de los EE.UU. y primero por el partido republicano

Enlaces a Lincoln en este blog.

Aunque parezca mentira, estas palabras han sido pronunciadas por Rajoy hace un rato y no por ningún economista de izquierdas: "Quisiera acabar con un mito muy extendido sobre el tamaño de la administración pública: España se sitúa entre los países de la eurozona con menor gasto público, un 43%, seis puntos menos que nuestro entorno". "Nuestro mayor problema es el desplome brutal de los ingresos".