Las homenajeadas, que desde ahora cuentan con una escultura en relieve en unos jardines cercanos a la estación de Renfe del municipio, son las hermanas Emilia y Angelina Masachs, que fueron asesinadas el 10 de junio de 1944 cuando solo tenían 7 y 11 años respectivamente. La conocida como matanza de Oradour-Sur-Glane es una de las barbaries más oscuras del ejército nazi en Francia. Murieron 19 españoles, de los que solo tres, entre ellas las hermanas Masachs, han sido homenajeados en España.
A las 14.15 del 10 de junio de 1944 —mientras seguía la batalla de Normandía en la que las tropas aliadas liberaron la Europa Occidental de la ocupación alemana— centenares de soldados del ejército nazi entraron en Oradour-Sur-Glane con la intención de sembrar el terror y dar un aviso a la resistencia francesa. Agruparon a todos los vecinos en la plaza del mercado y separaron a hombres de mujeres y niños.
A los varones, los soldados nazis los llevaron a las afueras del municipio y a las mujeres y niños los encerraron en la iglesia. Lanzaron una granada de humo dentro del edificio que desencadenó el pánico. Las mujeres y niños que no murieron quemados o asfixiados fallecieron tiroteados cuando intentaban escapar de la iglesia. En el exterior, todos los hombres fueron fusilados por las tropas nazis. En total murieron 643 personas. Entre ellas 19 españoles, de los que 11 eran niños.
Los soldados alemanes agruparon los cadáveres, los cubrieron con cal y les prendieron fuego. También quemaron todos los edificios de Oradour-Sur-Glane. Tras acabar la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno francés de Charles de Gaulle decidió mantener las ruinas de la población como recuerdo de las atrocidades de la ocupación nazi. Hoy sigue siendo un lugar de memoria histórica y justo allí es donde, en 2016, David Ferrer, un profesor de inglés del instituto La Románica de Barberà del Vallès, descubrió que los nombres de los fallecidos no estaban escritos correctamente en diferentes lápidas esparcidas por el municipio.
Ferrer se obsesionó y comenzó una investigación que acabó resumida en el libro autoeditado Recuerda, españoles en la masacre de Oradour-Sur-Glane. Comprobó que muchos españoles estaban mal identificados, con apellidos mal escritos y datos incorrectos. Llegó a descubrir que faltaba una víctima, Ramona Domínguez (vecina de Montcada i Reixac) en el recuento de asesinados. “Gracias a archivos locales y a seguir cuadros familiares he descubierto los errores de identificación, he podido contactar con familiares y he constatado que solo José Serrano, con un mural en Purchena (Almería) y las Masachs con el acto de hoy [por este jueves] y otro que se hizo en Sabadell han sido homenajeadas”, explica a EL PAÍS Ferrer. “Espero que mi investigación sirva para dignificar la falta de memoria y constate que estas víctimas han sido ignoradas por la mayoría de administraciones”, concluye el investigador.
Al acto en Barberà acudieron familiares de las Masach. “Con actos como el de hoy quizás conseguimos que no vuelva a repetirse algo igual”, advertía una portavoz de la familia ante las autoridades municipales de Barberà del Vallès y la consejera de Justicia de la Generalitat, Lourdes Ciuró, que acudió por primera vez a un acto público
A las 14.15 del 10 de junio de 1944 —mientras seguía la batalla de Normandía en la que las tropas aliadas liberaron la Europa Occidental de la ocupación alemana— centenares de soldados del ejército nazi entraron en Oradour-Sur-Glane con la intención de sembrar el terror y dar un aviso a la resistencia francesa. Agruparon a todos los vecinos en la plaza del mercado y separaron a hombres de mujeres y niños.
A los varones, los soldados nazis los llevaron a las afueras del municipio y a las mujeres y niños los encerraron en la iglesia. Lanzaron una granada de humo dentro del edificio que desencadenó el pánico. Las mujeres y niños que no murieron quemados o asfixiados fallecieron tiroteados cuando intentaban escapar de la iglesia. En el exterior, todos los hombres fueron fusilados por las tropas nazis. En total murieron 643 personas. Entre ellas 19 españoles, de los que 11 eran niños.
Los soldados alemanes agruparon los cadáveres, los cubrieron con cal y les prendieron fuego. También quemaron todos los edificios de Oradour-Sur-Glane. Tras acabar la Segunda Guerra Mundial, el Gobierno francés de Charles de Gaulle decidió mantener las ruinas de la población como recuerdo de las atrocidades de la ocupación nazi. Hoy sigue siendo un lugar de memoria histórica y justo allí es donde, en 2016, David Ferrer, un profesor de inglés del instituto La Románica de Barberà del Vallès, descubrió que los nombres de los fallecidos no estaban escritos correctamente en diferentes lápidas esparcidas por el municipio.
Ferrer se obsesionó y comenzó una investigación que acabó resumida en el libro autoeditado Recuerda, españoles en la masacre de Oradour-Sur-Glane. Comprobó que muchos españoles estaban mal identificados, con apellidos mal escritos y datos incorrectos. Llegó a descubrir que faltaba una víctima, Ramona Domínguez (vecina de Montcada i Reixac) en el recuento de asesinados. “Gracias a archivos locales y a seguir cuadros familiares he descubierto los errores de identificación, he podido contactar con familiares y he constatado que solo José Serrano, con un mural en Purchena (Almería) y las Masachs con el acto de hoy [por este jueves] y otro que se hizo en Sabadell han sido homenajeadas”, explica a EL PAÍS Ferrer. “Espero que mi investigación sirva para dignificar la falta de memoria y constate que estas víctimas han sido ignoradas por la mayoría de administraciones”, concluye el investigador.
Al acto en Barberà acudieron familiares de las Masach. “Con actos como el de hoy quizás conseguimos que no vuelva a repetirse algo igual”, advertía una portavoz de la familia ante las autoridades municipales de Barberà del Vallès y la consejera de Justicia de la Generalitat, Lourdes Ciuró, que acudió por primera vez a un acto público