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martes, 29 de julio de 2025

_- Qué vitaminas son fundamentales para la salud y qué alimento aporta la mayor variedad

Plato con kale

_-El kale -o col rizada- es una buena fuente de vitaminas.

El difunto y gran comediante australiano Barry Humphries (famoso por su personaje Dame Edna) habló una vez con humor sobre los beneficios para la salud del kale (o col rizada).

Solo un puñado, bromeó, contenía suficientes vitaminas, minerales y oligoelementos esenciales como para mantenerte sentado en el baño durante dos días enteros. Al parecer, no era lo suficientemente sabroso como para justificar una segunda ración.

En un mundo en el que los "superalimentos" se comercializan sin descanso por su supuesta capacidad para aportarnos todos los nutrientes que necesitamos, vale la pena preguntarse: ¿qué vitaminas son realmente esenciales?

Y, aparte de la col rizada (que, por cierto, me gusta bastante), ¿qué alimentos nos ayudan a cubrir nuestras necesidades diarias?

Vitamina A
Empecemos por lo más importante.

La vitamina A, también conocida como retinol, se encuentra en alimentos como los huevos, el pescado azul y los productos lácteos. Desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud de la piel y el sistema inmunológico.

Plato con huevos y otros alimentos 

Plato con huevos y otros alimentos

Fuente de la imagen,Getty Images

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Alimentos


La vitamina A, también conocida como retinol, se encuentra en alimentos como los huevos.

Pero probablemente sea más conocida por su contribución a la visión. La vitamina A se une a los pigmentos sensibles a la luz de las células de los conos y bastones de la retina, lo que ayuda a ver, especialmente en condiciones de poca luz.

La deficiencia de vitamina A, aunque poco común en los países ricos, puede provocar graves problemas de visión e incluso ceguera. Otra fuente de vitamina A es el betacaroteno, que se encuentra en frutas y verduras de colores vivos como las zanahorias, los pimientos, las espinacas y la calabaza.

El cuerpo convierte el betacaroteno en vitamina A, por lo que asociamos las zanahorias con la visión en la oscuridad.

Vitamina B
Las vitaminas B son una familia de ocho nutrientes diferentes, cada uno con su propio número y función.

La vitamina B1 (tiamina) ayuda al sistema nervioso y favorece la digestión. Las personas con alcoholismo crónico corren un riesgo especial de sufrir deficiencia, lo que puede provocar el síndrome de Wernicke-Korsakoff, un trastorno neurológico grave que afecta a la memoria y al movimiento.

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Las vitaminas B se encuentran en todo tipo de alimentos, desde legumbres y leguminosas hasta carne, pescado y lácteos.

La B2 (riboflavina) y la B3 (niacina) tienen funciones similares, mientras que la B9 (folato) y la B12 (cobalamina) son esenciales para la producción de glóbulos rojos. La falta de cualquiera de ellas puede provocar anemia.

El folato es especialmente importante al inicio del embarazo, ya que ayuda a prevenir defectos del tubo neural como la espina bífida. Por eso se recomienda a las personas embarazadas o que están intentando concebir.

Las vitaminas B se encuentran en todo tipo de alimentos, desde legumbres y leguminosas hasta carne, pescado y lácteos; una amplia familia de nutrientes en una gran variedad de alimentos.

Vitamina C
La vitamina C (ácido ascórbico) es la vitamina a la que recurrimos cuando nos sentimos mal, ya sea por un virus o por una resaca, y se la conoce como la vitamina "curativa" por una buena razón. Favorece la cicatrización de las heridas, ayuda a la reparación de los tejidos y contribuye al mantenimiento de los vasos sanguíneos y los huesos.

La deficiencia de vitamina C provoca escorbuto, una enfermedad que antes era común entre los marineros, con síntomas como fatiga, hematomas, depresión y enfermedades de las encías.

Cítricos 

Cítricos

Fuente de la imagen,Getty Images

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La vitamina C se encuentra principalmente en los cítricos.

Afortunadamente, la vitamina C se encuentra en muchas frutas y verduras diferentes, especialmente en los cítricos. Por eso, a los marineros británicos del siglo XIX se les daba limas para prevenir el escorbuto, lo que les valió el apodo de "limeys".

Vitamina D
La vitamina D es esencial para los huesos, los dientes y los músculos. Se puede absorber a través de la dieta, especialmente del pescado azul, los huevos y la carne, pero el cuerpo también la produce en la piel gracias a la luz solar.

En verano, la mayoría de las personas obtienen suficiente vitamina D al estar al aire libre. Sin embargo, en los meses de invierno, la dieta y, si es necesario, los suplementos cobran mayor importancia.

La deficiencia es más común, especialmente en zonas con exposición solar limitada. Puede provocar huesos blandos y debilitados y síntomas como dolor óseo, fracturas y deformidades, incluida la clásica apariencia de piernas arqueadas. En los niños, esta afección se conoce como raquitismo; en los adultos, se denomina osteomalacia.

Vitamina E
A menudo pasada por alto, la vitamina E ayuda a proteger las células, favorece la visión y refuerza el sistema inmunológico. Se encuentra en los frutos secos, las semillas y los aceites vegetales, y suele ser fácil obtenerla en cantidades suficientes a través de una dieta variada.

Frutos secos

Frutos secos

Fuente de la imagen,Getty Images

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Los frutos secos son una gran fuente de vitamina E.

Vitamina F (más o menos)
En realidad no es una vitamina, la "vitamina F" es solo un apodo para dos ácidos grasos omega: el ácido alfa-linolénico (ALA) y el ácido linoleico (LA). Estas grasas esenciales favorecen el funcionamiento del cerebro, reducen la inflamación y ayudan a mantener la piel y las membranas celulares sanas.

Como técnicamente no son vitaminas, las dejaremos pasar discretamente.

Vitamina K
No, no te has perdido las vitaminas G a J: simplemente se les ha cambiado el nombre con el paso de los años. Pero la vitamina K es real y es fundamental para la coagulación de la sangre.

La vitamina K -que se obtiene a través de alimentos como las verduras de hoja verde y los cereales- es fundamental para la coagulación de la sangre.

Alimentos de hojas verdes

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Las deficiencias son más comunes en los niños y pueden provocar hematomas y hemorragias difíciles de detener. Los suplementos son eficaces y se administran después del nacimiento.

La mayoría de los adultos obtienen la cantidad suficiente a través de alimentos como las verduras de hoja verde y los cereales.

Y el ganador es...

Todas estas vitaminas son importantes, y todas se encuentran en una amplia variedad de alimentos cotidianos. Pero, ¿qué alimento proporciona la mayor variedad?

El kale, el pescado azul y los huevos ocupan los puestos segundo, tercero y cuarto. Pero el número uno es: el hígado.

Hígado

El hígado es tan rico en vitamina A que se recomienda consumirlo solo una vez a la semana para evitar la toxicidad. 

Hígado

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Sí, el hígado. Ese alimento que tanto temíamos de niños y que solía servirse demasiado cocido en los comedores escolares. Pero también es rico en vitaminas A, B, D y K.

De hecho, es tan rico en vitamina A que se recomienda consumirlo solo una vez a la semana para evitar la toxicidad por vitamina A, y no consumirlo en absoluto si se está embarazada. A veces, simplemente no se puede ganar.

*Dan Baumgardt es profesor, Escuela de Fisiología, Farmacología y Neurociencia, Universidad de Bristol.


sábado, 25 de junio de 2022

_- Una Europa desestabilizada por tres imperios vecinos

_- Mientras Europa calla o tartamudea, en estado de confusión, con "una sola voz", confundiendo sus motivos políticos con los de la OTAN, lo poco que queda de su "diferencia" y autonomía de pensamiento lo mantiene vivo Amineh Kakabaveh, diputada del parlamento sueco de origen kurdo-iraní, decididamente contraria a la entrada de Suecia en la Alianza Atlántica. Con su voto de abstención, salvó al gobierno de la [moción de] censura [contra el ministro de Justicia, Morgan Johansson].

Decidido a abandonar la histórica neutralidad sueca, con Magdalena Andersson, pero con una condición. Que Estocolmo no se pliegue al diktat del sultán turco que exige, para dar su consentimiento al ingreso de Suecia en la OTAN, la extradición de los exiliados kurdos a ese país (entre los que se encuentra la propia Amineh Kakabaveh), así como la renuncia de Estocolmo a apoyar a la resistencia kurda en Rojava contra la agresión turca y la política de aniquilación de Erdogan en el norte de Siria. El régimen de Ankara, en nombre de la seguridad, ocupa militarmente territorio extranjero, aunque, por el momento, en menor medida que la practicada por Putin, y sin embargo se prepara para una nueva ofensiva ante la indiferencia tolerante de las democracias occidentales.

Que Europa no pronuncie una palabra contra un "autócrata" (el calificativo no es exclusivo de Putin) que exige a un país soberano el apoyo a sus propias políticas represivas es ya una miserable cochinada. Pero, en las antípodas de la límpida postura de Kakabaveh, también registramos la oportunista cesión de Ursula von der Leyen, que está dispuesta a liberar la financiación de la UE destinada a Varsovia, a cambio de un compromiso sobre la autonomía del poder judicial que es una risible caricatura del Estado de Derecho, en un país que está a punto de establecer un registro policial de embarazos. Mientras, Víctor Orbán se permite, además de abastecerse de petróleo ruso, sacar de la lista de sancionados a uno de los principales pilares del régimen de Putin: Kiril, el patriarca homófobo, zarista y belicista. La Unión Europea nunca había caído tan bajo.

Es la Europa de los "von" frente a la Europa de los exiliados y partidarios de la democracia y los derechos humanos. La Europa que subvenciona a la dictadura de Ankara para descargar la carga de los exiliados y los migrantes, proporcionando así al régimen de Erdogan un poderoso instrumento de chantaje y una masa de maniobra para emplear en sus objetivos expansionistas.

Y es unas Europa moribunda, cuya retórica sobre los "valores" es inversamente proporcional a la práctica cínica y oportunista que la caracteriza. Sin escatimar fuerzas políticas. Empezando por la conversión belicosa de los Verdes alemanes. Este despojo a merced de los acontecimientos, la Unión Europea, se ve asediada, para permanecer a este lado del Atlántico, por al menos tres nostalgias imperiales, todas ellas traducidas más o menos directamente en políticas activas. La primera es, evidentemente, la rusa, destinada a recuperar la hegemonía sobre el este de Europa y dejar de subordinar su propio proceso de acumulación a modelos, formas y "maneras" de origen occidental. Moscú se despide de Europa, demasiado atlántica, para construirse un espacio autónomo y autoritario dentro del caos de la globalización. Sin embargo, el atajo hacia la guerra muestra lo accidentado, improbable y cargado de riesgos imprevisibles que es este camino.

El segundo es el otomano. La Turquía de Erdogan ha dejado de llamar a la puerta de la UE y de mostrar sus constreñidas credenciales democráticas para llevar a cabo su propia política de poder en el Mediterráneo, desde Siria hasta Libia y el Mar Egeo. Cada vez más similar a la Rusia de Putin, con la que cultiva intensas relaciones y favores mutuos. Gracias a su pertenencia a la OTAN y a su decisiva posición geográfica, aprovecha la guerra de Ucrania para ocupar un papel central, consolidar el carácter autoritario del régimen y ampliar su esfera de influencia. En el colmo de la prepotencia, se siente con derecho a dictar leyes a Suecia y Finlandia.

La tercera, que puede parecer hasta folclórica, más aún cuando se manifiesta en las destartaladas actuaciones de Boris Johnson, en el júbilo de las onzas, yardas, pulgadas y pintas, es la británica. Pero no debe tomarse a la ligera. Londres está desarrollando su propia política en Europa del Este, muy distinta de la europea, e impulsa una escalada bélica en Ucrania que tiende a forzar y desbordar la relativa cautela de la Unión, acreditándose como un socio más fiable, asertivo y solidario en muchos países del antiguo bloque soviético, con la intención apenas velada de suplantar la engorrosa presencia alemana que dominó la escena durante los años de Kohl y Merkel. Cada vez está más claro que el Brexit no fue sólo una salida de la UE, sino el inicio de una política contra ella (como demuestra la creciente discriminación de los ciudadanos de la UE). Incluso desde el punto de vista ideológico, se puede esperar que esta separación conflictiva provoque graves daños.

El hecho de que el Viejo Continente esté debilitado y desestabilizado por las ambiciones imperiales que lo rodean, alimentadas poderosamente por la guerra, puede que no le desagrade a Washington, pero es una apuesta temeraria y no sería la primera vez que los Estados Unidos calculan mal, de Vietnam a Afganistán. Y esta vez podría costarles mucho más caro.

Licenciado en Filosofía, ha desarrollado el grueso de su carrera periodística en el diario “il manifesto”. Ha sido director editorial de Manifestolibri y director de la revista mensual “Global Magazine”. Entre sus libros se cuentan “La libertà dei postmoderni” (Manifestolibri, 2004), “Moderato sarà Lei” (con Marco D¨Eramo, Manifestolibri, 2008),” o “Al mercato delle illusioni. Lo sfruttamento del lavoro voluntario” (Manifestolibri, 20016).

Fuente:
il manifesto, 9 de junio 2022
Traducción:Lucas Antón