La concesión del Nobel de la Paz a los activistas Kailash Satyarthi y Malala Yousafzai el viernes premia la lucha por la escolarización universal y los derechos de los niños. Satyarthi, de 60 años, trabaja para acabar con el trabajo infantil y liberar a los menores de la esclavitud. Malala, de 17, es una férrea defensora del derecho de todos a la educación, en especial de las niñas. Todavía hay 168 millones de niños trabajadores en el mundo, aunque la cifra se ha reducido desde los 246 millones que había en el año 2000. También se ha conseguido el 90,7% de escolarización en la primaria, pero aún quedan 60,7 millones de chavales fuera de las aulas.
“Los niños debe ir a la escuela y no ser explotados económicamente”, declaró Thorbjorn Jagland, el presidente del comité Nobel, al anunciar el galardón. “Es un prerrequisito para el desarrollo global y pacífico que se respeten los derechos de los niños y los jóvenes. En las zonas afectadas por conflictos en particular, la violación de niños lleva a la continuación de la violencia de generación en generación”, añadió.
No son sólo palabras. De acuerdo con el Banco Mundial “la educación es uno de los instrumentos más poderosos para reducir la pobreza y la desigualdad, y sienta las bases para un crecimiento económico sostenido”. Las cifras de los avances alcanzados en lo que va de siglo son impresionantes. De 655 millones de niños escolarizados en primaria en el año 2000 (el 84,5%) se ha pasado a 691 millones en 2010 (el 90,7%). Sin embargo, todavía quedan 60,7 millones fuera de las aulas, más de la mitad en el África Subsahariana y un quinto en el Sur de Asia, de donde proceden los dos premiados. La cifra se dispara hasta los 386,5 millones si se añade la secundaria.
... Lo que sí influye es la situación económica de las familias, que en muchas zonas del mundo no pueden permitirse renunciar a los ingresos que aportan los niños. De ahí las espeluznantes cifras que ha recogido la Organización Mundial del Trabajo, y que ayer mencionaba Jagland al anunciar el Nobel de la Paz. A pesar de que el número total de niños trabajadores se haya reducido un tercio desde el año 2000, quedan aún 168 millones de pequeños explotados, 85 millones de ellos en trabajos peligrosos. La mayoría, 78 millones, se concentra en Asia y el Pacífico, donde constituyen un 9,3% de la población infantil; pero, al igual que con la escolarización, es el África Subsahariana donde la incidencia es mayor, casi un 22% de sus niños trabajan (59 millones)... Fuente: El País.