Brett Wilkins
CounterPunch
Traducido del inglés par Rebelión por Sinfo Fernández
Aviones de combate de la coalición que lidera EE. UU. han estado machacando en las últimas semanas las zonas de las provincias de Deir Ezzor y al-Hasaka, en Siria, que aún se hallan bajo control de los militantes del Estado Islámico (EI), matando en el proceso, según las informaciones de que se dispone, a unos 100 civiles, entre ellos más de 30 niños. El grupo por los derechos humanos Amnistía Internacional publicó el pasado martes un informe muy duro acusando a EE.UU. de posibles crímenes de guerra durante la batalla para capturar la ciudad de Raqqa, que el pasado año era la capital de hecho del EI.
El más letal ataque aéreo reciente, que se produjo el 1 de mayo pasado, mató al menos a 24 civiles, incluyendo a 14 niños, cuando dormían en sus hogares del pueblo de al-Qasr. Los medios locales e internacionales informaron que las víctimas, entre las que había un bebé de tan sólo cinco meses, pertenecían a dos familias. De esas muertes se culpa tanto a la coalición que lidera EE.UU. como a Iraq, porque ambas fuerzas informaron de haber lanzado ese día ataques aéreos sobre la zona.
La ciudad de Baghuz, en Deir Ezzor, fue repetidamente bombardeada a lo largo de los meses de mayo y junio. El grupo de observación Airwars, con sede en el Reino Unido, y los medios locales informaron de la matanza de 12 civiles en un ataque perpetrado por EE.UU. el 10 de mayo; otros nueve residentes, incluidos tres niños, murieron asesinados en un ataque del 31 de mayo, y tres personas más el 4 de junio, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés), con sede en el Reino Unido.
Según se ha informado, en Hadaj, provincia de al-Hasaka, en las últimas semanas perdieron la vida 22 de sus residentes en tres bombardeos lanzados por la coalición liderada por EE.UU. Airwars y otros medios locales informaron de que cinco mujeres y cuatro niños habían muerto en un ataque del 12 de mayo, mientras Al Jazeera y otros medios y grupos de observación comunicaron que al menos ocho miembros de una única familia, cuatro niños entre ellos, murieron en un ataque dirigido por EE. UU. el 31 de mayo. SOHR informó de que un hombre y su esposa murieron en un bombardeo del a coalición del 2 de junio, y el Euphrates Post comunicaba que dos de los hijos de la pareja habían muerto también en el ataque.
Airwars y otros medios y fuentes informaron de diez civiles muertos en cinco series diferentes de bombardeos sobre al-Susa, en Deir Ezzor, entre el 16 de mayo y el 3 de junio. En la provincia de al-Hasaka, se informó de la muerte de ocho civiles, incluyendo una mujer embarazada y tres niños, cuando aviones de combate pertenecientes a la coalición liderada por EE.UU. o Iraq bombardearon su casa en el pueblo de al-Hamadi el 11 de mayo. Hasta 14 civiles, cinco de ellos niños, murieron en ataques con bombas de racimo, prohibidas internacionalmente, en el pueblo de al-Jazza el 4 de junio, según informes de los medios locales
Estos recientes informes de víctimas civiles causadas por ataques aéreos se han dado a conocer al mismo tiempo que Amnistía Internacional publicaba un informe titulado “‘Guerra de Aniquilación’: Cifras devastadoras de víctimas civiles, Raqqa, Siria”, en el que detalla lo que el grupo por los derechos humanos llama “potenciales crímenes de guerra”, que incluyen “ataques indiscriminados y desproporcionados” perpetrados por las fuerzas lideradas por EE. UU. que “mataron e hirieron a miles de civiles” durante los combates de 2017 para recuperar Raqqa de manos de los militantes islámicos. El título del informe es una referencia al anuncio hecho el pasado mayo por el Secretario de Defensa James “Perro Loco” Mattis de que EE. UU. estaba pasando de una guerra de “desgaste” a una guerra de “aniquilación”. Mattis menospreció las preocupaciones por los sirios inocentes atrapados entre las bombas de la coalición y las minas terrestres y francotiradores del EI, afirmando que en una lucha así “es ley de vida que haya víctimas civiles”.
La declaración de Mattis estaba en línea con las primeras promesas hechas en campaña por Donald Trump de “bombardear hasta reventarlos” a los combatientes del EI y “sacar a sus familias”, un crimen de guerra. Tras tomar posesión de su cargo, el presidente Trump relajó las normas de comportamiento destinadas a proteger la vida de los civiles, con resultados desastrosos no sólo en Siria e Iraq, sino también en Afganistán, Somalia y el Yemen.
El 6 de junio de 2017, justo una semana después del anuncio de Mattis, EE.UU. y sus aliados locales y fuerzas internacionales lanzaron la quinta y última fase de la campaña para expulsar al EI de Raqqa. Como siempre, los oficiales estadounidenses dijeron que iban a combatir con “la campaña aérea más precisa de la historia”, una afirmación que se repitió textualmente durante la destrucción simultánea de Mosul, en Iraq, donde más de 9.000 civiles murieron cuando EE. UU. y las fuerzas de la coalición lo bombardearon todo para abrirse camino hacia la victoria. Sin embargo, la realidad sobre el terreno proyectaba una historia completamente diferente.
“Las proclamas de la coalición afirmando que su campaña aérea de precisión permitía bombardear al EI para sacarlo de Raqqa causando muy pocas víctimas civiles no se mantienen en pie”, afirma el nuevo informe de Amnistía. “En Raqqa, sobre el terreno, fuimos testigos de un nivel de destrucción que no se puede comparar a nada de lo que hemos visto en décadas de cubrir el impacto de las guerras”. Continuaba así:
“Lo que arrasó la ciudad hasta los cimientos y mató e hirió a tantos civiles fue el uso repetido de armas explosivas por parte de la coalición liderada por EE. UU. en zonas pobladas donde sabían que había civiles atrapados. Incluso las armas de precisión son sólo tan precisas dependiendo del objetivo elegido”.
El informe recoge la experiencia de cuatro familias de Raqqa que perdieron a 90 de sus miembros, incluyendo 39 en una misma familia, a causa de los ataques aéreos y de artillería lanzados por la coalición liderada por EE.UU. El Pentágono declaró que durante la batalla se dispararon alrededor de 30.000 rondas de artillería, que pueden tener un margen de error de unos 100 metros. En zonas urbanas densamente pobladas, los resultados son devastadores.
“Los que se quedaron, murieron, y los que intentaron escapar, murieron… estábamos atrapados”, recordaba Munira Hashis, superviviente de un ataque aéreo, quien finalmente logró escapar con sus niños caminando cuidadosamente sobre la sangre de las personas que habían muerto a causa de las minas del EI mientras huían delante de ella.
Una de las partes más duras del nuevo informe ataca a EE.UU., a las Fuerzas Democráticas Sirias y a otros combatientes aliados por aniquilar a familias enteras durante las horas finales de la batalla, poco antes de garantizar el paso seguro de los combatientes del EI para salir de la ciudad.
Según el observatorio local Raqqa Está Siendo Masacrada Silenciosamente, el ataque final de la coalición sobre Raqqa causó la muerte de 1.873 civiles y heridas a muchos miles más. El grupo dijo que alrededor de 450.000 residentes tuvieron que escapar de la ciudad y convertirse en desplazados mientras las fuerzas de la coalición destruían alrededor del 90% de aquella, incluyendo miles de casas, ocho hospitales, más de cuarenta escuelas y casi treinta mezquitas. Los investigadores de la ONU de los crímenes de guerra condenaron en julio pasado la “sobrecogedora” pérdida de vidas inocentes causada por los “excesivos” ataques aéreos estadounidenses.
Airwars estima que es probable que, desde que empezó la campaña contra el EI en septiembre de 2014, los bombardeos y ataques de artillería de EE. UU. y la coalición hayan matado a un mínimo de 6.321 civiles sirios e iraquíes. Las estimaciones del número de civiles asesinados durante los más de 16 años de guerra liderada por EE.UU. contra el terrorismo oscilan entre un mínimo de cientos de miles a más de 1,3 millones de civiles.
Desde los ataques nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, Japón, en agosto de 1945, el ejército de Estados Unidos ha matado, con creces, a más civiles inocentes que cualquier otra fuerza armada del mundo.
Brett Wilkins es editor especial de noticias relativas a EE. UU. en Digital Journal. Vive en San Francisco y sus trabajos se centran en cuestiones de justicia social, derechos humanos y guerra y paz.
https://www.counterpunch.org/2018/06/08/us-led-strikes-kill-100-syrian-civilians-as-amnesty-reports-potential-war-crimes-in-raqqa/
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=243033
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sábado, 16 de junio de 2018
domingo, 15 de abril de 2018
_- Washington no tenía permiso de ONU ni pruebas del uso de armas químicas por parte del Gobierno. Reacciones de rechazo mundial al ataque de EE.UU. a Siria.
_- Desde 2014 EE.UU. ha realizado varios acciones en contra de Siria. El viernes la ofensiva lanzada, también por Reino Unido y Francia, combinó ataques aéreos y misiles proyectados desde buques.
Naciones del mundo han repudiado el nuevo ataque de Estados Unidos contra Siria, perpetrado el viernes en coordinación con Reino Unido y Francia.
- "El pueblo sirio es un pueblo de paz, es un pueblo trabajador, no es un pueblo que quiera la guerra", resaltó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
- Protestan en Estados Unidos contra ataque aéreo en Siria
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