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jueves, 11 de diciembre de 2014

Richard Gerver, asesor y experto en educación. “¿Por qué estudiamos asignaturas? Es una manera ridícula de parcelar el conocimiento”

“Los padres acabarán cuestionando las escuelas. La educación colaborativa ganará peso”

Richard Gerver (Londres, 1969) era un director de escuela más hasta que se puso al frente de la Grange Primary School, una de las peores de Reino Unido. Dos años después, el colegio se situó entre los primeros del país y se ponía como ejemplo de innovación en todo el mundo. Gerver se dedica hoy a asesorar escuelas a través de The International Curriculum Foundation, de la que es cofundador. También recorre el orbe hablando de su modelo de educación, basado en crear contextos reales en los que se mezclen varias disciplinas. Fue uno de los ponentes estrella del Congreso de Mentes Brillantes, organizado la semana pasada en Madrid por Ser Creativos.

Si le dieran plenos poderes para cambiar el sistema educativo de su país, ¿qué haría?
Empezaría por formular la pregunta fundamental: qué tipo de seres humanos queremos que sean nuestros hijos cuando hayan completado su educación. En esta discusión implicaría a educadores, pero también a emprendedores sociales, empresarios, ONG, líderes de pensamiento y, solo si fuera imprescindible, a políticos [risas]. Creo en el antiguo proverbio africano que dice que hace falta todo un pueblo para educar a un solo niño.

¿Qué forma tomaría su sistema?
Trataría de potenciar el desarrollo de las habilidades naturales de aprendizaje de los niños. Creo que los pequeños son aprendices avezados, tienen una increíble curiosidad natural. La mayor parte de conocimientos que adquiere una persona, como identificar las entonaciones vocales o interpretar expresiones faciales, acontece antes de que llegue al colegio. El actual sistema, que consiste en llevarles a unas aulas, inyectarles información y devolverles a sus casas, es insuficiente. El punto clave es cómo desarrollar y nutrir sus talentos naturales. Deben ser alumnos activos, no pasivos.

¿Qué competencias debe adquirir un alumno del siglo XXI?
Las esenciales son la colaboración, la solución de problemas, el espíritu emprendedor, perseguir intereses propios, tener espíritu crítico y desafiar las convenciones. El sistema debe preparar a los jóvenes para que se adapten a un mundo en constate cambio, para que sean más lanzados e independientes, que tengan más control sobre sus vidas y colaboren entre ellos para encontrar soluciones a los problemas.

¿Cambiaría, entonces, las asignaturas habituales?
¿Se ha preguntado alguna vez por qué estudiamos en base a asignaturas? Es una manera ridícula de compartimentar el conocimiento. El mundo real no funciona así. Habría que diseñar la manera en que la experiencia y el conocimiento de cada materia estuviesen mejor integrados. Los niños se desenvuelven mejor en entornos multitarea. Cuando juegan a las consultas médicas usan conocimientos de lengua, matemáticas y ciencias a la vez. Si el aprendizaje tiene lugar en ambientes ricos en contextos, nadie quedará realmente desconectado. Es importante que el componente experiencial gane peso frente al académico, que ahora mismo monopoliza la enseñanza.

¿Cómo encajan en este modelo los deberes y los exámenes?
Estamos en un punto en el que todo el mundo coincide en que necesitamos innovar y remodelar el sistema educativo, pero al mismo tiempo no dejamos de evaluar su rendimiento en base a métricas del siglo XIX. ¡Es ridículo! No me malinterprete: por supuesto que hay que evaluar continuamente el progreso de cada niño. Sería indicado medir el rendimiento también en función de cuán bien se desenvuelven los estudiantes en los valores y conocimientos trabajados, de cómo relacionan habilidades con intereses y de qué propósitos insertan en cada actuación.

¿Cuánto tiempo llevaría completar este cambio de modelo?
Yo soy optimista, porque los niños son colaborativos por naturaleza y las nuevas tecnologías son, en mi opinión, muy buenas para su desarrollo. Cuando yo era pequeño, la idea de poder hablar con un niño ruso parecía ridícula. Hoy mi hijo juega y se comunica con niños de todo el globo con su consola. Creo que dentro de no mucho los padres desafiarán la propia idea de llevar a sus hijos a la escuela, apostando por modelos de educación colaborativa y online. Puede que las escuelas se queden obsoletas antes de lo que creemos. Nuestros hijos son unos consumidores muchísimo más complejos de lo que nosotros éramos a su edad. También son mucho más incontrolables. Hoy en día, si no les gusta algo, lo cambian.
Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2014/11/21/sentidos/1416590076_394799.html
Más: Roger Schank: “Lo que nos enseñan en la escuela no nos sirve en la vida real”

sábado, 5 de diciembre de 2009

Una forma de entender la educación: "En Busca de Líderes de Educación"

(BOB HERBERT 5-12-2009)

(En este artículo del NYT se da cuenta del nuevo doctorado creado en la Universidad de Harvard, para formar a futuros directores de Educación, en el se habla de forma muy parecida a los cientos de artículos que se publican en nuestro país sobre “la crisis” de la educación y las diferentes propuestas de soluciones o alternativas. Más que una coincidencia con el artículo en sí lo aporto por el hecho de considerar crucial la educación y denuncia del atraso en las evaluaciones internacionales (PISA) a que son sometidas las escuelas americanas como las españolas).

Para mí, la mayor crisis de seguridad nacional en los Estados Unidos es la crisis en la educación. Resultamos nuevas generaciones de americanos que son silbidos en juegos de vídeo y pueden ser capaces de piar 24 horas por día, pero no están en ninguna parte cerca listos a enfrentarse con los grandes desafíos del siglo veintiuno.

Un niño americano abandona la escuela secundaria cada 26 segundos. En algunos distritos urbanos grandes, sólo la mitad de los estudiantes alguna vez se gradúa. De los alumnos que logran pasar la escuela secundaria, sólo aproximadamente un tercio está dispuesto a pasar a un college (primer grado de la Universidad) de cuatro años.

No es ningún secreto que los jóvenes americanos marchan mal en la escuela, cuando a la vez el logro intelectual en el mundo cada vez más globalizado es más importante que nunca. Las pruebas internacionales han mostrado a alumnos americanos que se sitúan muy detrás sus iguales en muchos otros países industrializados, y esto empeorará si las reformas de educación radicales a gran escala no son puestas en marcha pronto...

Pero entre ahora y la mitad del siglo (que está más cercano de lo que usted podría pensar) tales jóvenes ocuparan probablemente un lugar alguna vez más importante entre los ciudadanos americano. Hacia 2050, el porcentaje de blancos entre los habitantes se calcula que disminuirá desde el 67 por ciento de hoy al 51.4 por ciento. Se espera que la presencia de negros e hispanos entre los habitantes dentro de medio siglo sea enorme, con el crecimiento sobre todo agudo entre Hispanos. Si América debe mantener su posición de mando en el mundo y proporcionar una calidad de vida de primera clase para sus ciudadanos aquí en casa, el logro educativo de jóvenes americanos a través de los estudios tiene que mejorar el camino perdido.

Lo anterior está en la atmósfera que ha producido que la Escuela de Graduado de Harvard de la Educación cree un nuevo doctorado dirigido a la gestión de la educación. Este es el primer nuevo doctorado ofrecido por la escuela en 74 años. El curso, de tres años, será con matrícula gratis e impartido en colaboración con miembros de otras facultades, la Escuela de Negocio de Harvard y la Escuela de Gobierno Kennedy de Harvard. La idea es formar a nuevos líderes dinámicos que ofrezcan creatividad, rigor intelectual y la profesionalidad que es necesaria para ayudar a transformar la educación pública en los Estados Unidos.

Cuando mencioné como los estudiantes americanos están siendo dejados atrás académicamente por sus iguales en muchos otros países, dijo la Sra. McCartney, “pienso que da miedo. No tenemos currículos (estándares) nacionales, que es algo en lo que Arne Duncan trabaja.” Sr. Duncan es el Secretario estadounidense de Educación.

Los estudiantes emplearán el tercer año del programa doctoral en “un trabajo de campo” en alguna organización o agencia — dicen, un distrito escolar urbano grande o grupo educativo — para obtener la experiencia práctica. Los funcionarios escolares compararon este aspecto del programa a una práctica médica. En vez de hacer una disertación (un trabajo teórico), los estudiantes dirigirán un proyecto de reforma de educación en ese tercer año.

(Ver el original en el New York Times) Traducido se ve dando clik en el titular.