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miércoles, 17 de abril de 2013

"Soy nieta del holocausto -nazi y hago escrache. Ese es el titulo de una carta que leemos hoy en ElDiario.es a raíz de las polémicas declaraciones la Secretaria General del PP Dolores de Cospedal calificando de "nazismo puro" los escraches.

Soy nieta del holocausto nazi y hago escrache

Clara Valverde. eldiario.es

Señora de Cospedal,

Su afirmación de que los ciudadanos que hacemos escrache somos como los nazis es muy ofensiva y una seria falta de respeto. Si no ha estudiado la historia de Europa del siglo XX le animo a hacerlo sin demora. Pero primero quiero que conozca los nombres de algunos de mis familiares que fueron asesinados (la mayoría gaseados) por los nazis: Kürt Gefäll de 38 años; Elsa Gefäll, de 63 años; Rosa Gefäll, de 72 años; Matilde Gefäll, de 67 años; mi tío abuelo Anton Gefäll, de 49 años; mi bisabuela Pauline Feil, ciega de 88 años, y mi tía abuela Hermina “Mina” Gefäll, de 66 años, que cuidaba de su madre Pauline en su pequeño piso de Viena.

Tengo una postal de julio de 1942 que la tía Mina consiguió mandar a su hermano, mi abuelo, Willy Gefeall, que vivía en Madrid, desde el Centro de Detención de Viena antes de ser deportada al campo de concentración de Izbica, en Polonia, donde fue asesinada. En la postal dice: “Querido Willy, aquí hace frío y niebla. No te preocupes sobre adónde nos van a llevar. Ya te mandaremos noticias en cuanto lleguemos. Con cariño, Mina”. Obviamente, mi abuelo no recibió más postales de sus hermanos o de su madre.

Lo que sí hizo mi abuelo fue dedicar los últimos años de su vida, desde su despacho en la oficina de patentes donde trabajaba en Madrid, a falsificar pasaportes y sacar a judíos de Europa por Portugal a Estados Unidos. Sin que lo supiera nadie, ni su propia familia. Durante esos años en Madrid, mi abuelo Willy recibió numerosas visitas de la Gestapo, de la unidad que Hitler tenía en Madrid colaborando con Franco. La Gestapo no pudo demostrar las actividades de mi abuelo que vivía en el privilegiado barrio de Salamanca y que estaba casado con mi abuela, que creía que Franco era la salvación para España.

Los ciudadanos que hacemos escrache llevamos años dedicados a frenar las injusticias y el aumento de las desigualdades que su partido y otros llevan a cabo contra los ciudadanos más indefensos y con menos recursos: los recortes y cambios en las políticas de sanidad y educación (que afectan en especial a los inmigrantes, a los que se quita el acceso a la sanidad), la alta tasa de paro -que es el resultado directo de las “reformas” laborales-, los jóvenes que se tienen que ir a otros países a encontrar trabajo, los grandes dependientes que ya no reciben ayuda para sus cuidados básicos, el alto porcentaje de niños desnutridos, la gente que se está quedando sin casa (una familia cada 15 minutos) y mucha gente que se está suicidando por desesperación.

Ante esta situación de desmantelamiento de la sociedad que ustedes están llevando a cabo, que algunas personas peguemos una pegatina en la puerta de su casa es, en realidad, un gesto demasiado discreto.

Cuando decida usted leer la historia de Europa, le recomiendo que preste especial atención a las políticas del Tercer Reich, partido que fue elegido democráticamente, antes del holocausto y, como creo que usted es católica, la próxima vez que vaya a la iglesia, le pido que encienda una vela en honor a Mina, a Pauline, a Rosa y a tantas personas más.
Fuente: http://www.eldiario.es/catalunyaplural/nieta-holocausto-nazi-hago-escrache_6_121847818.html
(Entrevista a Clara Valverde en el programa La Ventana de Cadena SER tras la publicación de su carta en eldiario.es):

martes, 2 de abril de 2013

Pataleo. Se han mostrado tan recalcitrantemente sordos con la Ley Hipotecaria que yo diría que se han ganado a pulso que les peguen unos cuantos gritos en el portal

Vamos a ver: ¿llueven meteoritos ardientes de los cielos y el Papa se funde en un abrazo con el Antipapa, y nosotros nos preocupamos de los escraches? Me he puesto apocalíptica porque usar la realidad me parecía aún más duro, o sea: ¿estamos hasta las cejas de financiaciones ilegales, ERE corruptos, políticos y banqueros rapiñadores, y nosotros nos preocupamos de los escraches? A mí, por el contrario, cada día me admira más la moderación de la sociedad española, la capacidad de aguante de los ciudadanos y lo poco que recurren a la violencia, sufriendo tantos lo mucho que sufren (eso sí, lo he dicho y lo repito: si consiguen desmantelar del todo la sanidad pública veremos correr sangre, porque con la salud de tus hijos no se juega). La gente es buena, en fin, y lo es pese a la contumaz cerrazón de nuestros dirigentes. Ni el PSOE ni el PP hicieron nada por paliar la carnicería de los desahucios; si algo se mueve ahora es gracias a la presión popular. No es de extrañar que el 81% de los españoles confíe en las plataformas sociales para solucionar este drama, mientras que en el PP solo confía un 11% y en el PSOE, un 10%. Se han mostrado tan recalcitrantemente sordos con la Ley Hipotecaria que yo diría que se han ganado a pulso que les peguen unos cuantos gritos en el portal. Sí, es cierto, el escrache puede derivar en esa cosa tan atroz e inadmisible que es el matonismo y el linchamiento. Pero creo que la mejor forma de fomentar esta deriva es demonizando las protestas populares. Limitemos las broncas a la acera de enfrente, sin aporrear puertas (no hay que asustar niños) y desde luego sin violencia: es lo justo y también lo más útil, porque, si no, perderán apoyos populares. Pero que no me digan que, después de tantos años sin que nadie responda, la gente no tiene por lo menos derecho al pataleo. Rosa Montero. Fuente: El País.