Graham Greene, Luis Buñuel, Federico García Lorca, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, Albert Einstein, Anna Turbau, Ramón y Cajal, Cristina García Rodero, Borges, Isabel Coixet o Mike Oldfield. Todos, además de Zweig, tienen un sitio en la exposición Detrás do espello (Detrás del espejo), abierta desde este martes y hasta el 11 de junio en el Museo Gaiás de la Cidade da Cultura de Santiago. “Es el fruto de más de un año de investigación. Todos estos autores, además de compartir su fascinación por Galicia, son más que simples viajeros o aventureros: han aportado algo a nuestro patrimonio cultural”, destaca el escritor, músico, productor y director audiovisual Antón Reixa, comisario de la muestra.
Detalle del diario del escritor Stefan Zweig.
ÓSCAR CORRAL
El periodista y gestor cultural Xosé Luis Canido es coautor con Reixa de la exposición. Está convencido de que Lorca se hizo poeta en Galicia. “Llegó por primera vez en 1916 siendo músico y, tras leer a Rosalía [de Castro], escribió su primer libro, Impresiones y Paisajes”. El autor granadino llegó a escribir una especie de confesión. Contaba que el paisaje gallego se había apoderado de él, que lo había convertido en “poeta de la alta hierba”: “Me sentí poeta gallego y una imperiosa necesidad de hacer versos”. La muestra revive al artista 85 años después de su muerte con una grabación de 15 segundos en la que se le ve paseando entre risas por Vigo con su grupo teatral La Barraca.
Detrás del realismo mágico de Gabriel García Márquez se esconde también un sello galaico. El colombiano visitó Galicia en 1983, justo después de recibir el Nobel, y desveló que fue de su abuela originaria de estas tierras de quien aprendió “la manera de contar”. Tras ese viaje, en un artículo en EL PAÍS titulado Viendo llover en Galicia, Gabo aupó al Obradoiro a su cima mundial de las plazas más hermosas -hasta entonces el puesto era de la italiana Siena- y proclamó su amor por el lacón, un manjar que cató, sin saber siquiera su nombre, en los fogones de la anciana gallega que lo crió. Aquella mujer habitaba, según él, “un mundo sobrenatural donde todo era posible”.
Una obra del fotógrafo Ton van Vliet.
ÓSCAR CORRAL
A Graham Greene el vínculo con Galicia le llegó a través de la meditación y el vino. Atesoró dos grandes amigos gallegos: el teólogo Leopoldo Durán y el gaiteiro y viticultor Antonio Nogueiras. El novelista británico conoció a este último durante sus estancias en el monasterio de Oseira (San Cristóbal de Cea-Ourense), un lugar en el que buscó refugio durante varios veranos, de 1973 a 1989. Entre sus muros escribió Monsignor Quixote, obra en la que inmortalizó a Nogueiras como Don Diego. Pese a que ni siquiera hablaban el mismo idioma, con él se sentaba cada tarde a ver pasar la vida en una bodega cercana al cenobio cisterciense.
Así acabó la melodía de un afilador de Ourense en un disco de Miles Davis
El marco temporal de la muestra organizada por la Consellería de Cultura va de 1917 a 2020. Arranca con el fotógrafo francés George Chevalier, que el mismo año de la Revolución Rusa plasmó las más antiguas imágenes en color que se conservan de Galicia. Su mecenas, el banquero Albert Kahn, le financió a Chevalier una campaña por el planeta para que plasmara con su cámara el mundo que se desvanecía con la Primera Guerra Mundial. El territorio gallego fue una de las zonas elegidas. Las fotos que ahora se pueden ver en el museo de la Cidade da Cultura las custodia el parisino Museo Albert Kahn de Boulonge-Billancourt.
Hubo dos premios nobel que difundieron las bondades de Galicia por el mundo. Ahí está la promoción internacional que el científico Santiago Ramón y Cajal hizo en 1906 al certificar y recomendar las aguas medicinales de Cabreiroá, en Verín (Ourense), y que obligó a crear una línea de transporte entre el balneario y la costa para trasladar a los extranjeros que llegaban en barco para probarlas. “Riqueza de colores y puesta de sol en Vigo, incomparable”, anotó en su diario Albert Einstein en 1925 tras presenciar el crepúsculo sobre las islas Cíes desde la cubierta de un trasatlántico.
Una mujer frente a dos fotografías de la exposición.
ÓSCAR CORRAL
La música ocupa un lugar importante en la muestra del Museo Gaiás. Una de las historias más sorprendentes es la del capador y afilador José María Rodríguez, vecino de Nogueira de Ramuín (Ourense), y de cómo una de las melodías que él interpretó con el chiflo en 1952 para el musicólogo Alan Lomax acabó en un disco de Miles Davis. La Alborada de Vigo se convirtió en el arranque de The Pan Piper, del album Sketches of Spain del célebre trompetista de jazz. Rodríguez recibió por aquel hito 200 pesetas, dinero con el que emigró a Venezuela y montó una tienda de fotografía. Más profunda fue la huella que dejó el mítico grupo folk Luar na Lubre en Mike Oldfield. “La exposición va de nuestra identidad como sociedad y pueblo, porque no la confeccionamos solo nosotros, sino también los demás”, concluye Canido.
https://elpais.com/espana/2023-03-07/genios-impactados-por-galicia-del-crepusculo-que-noqueo-a-einstein-al-fantasma-nazi-que-se-le-aparecio-a-zweig.html