La receta de la Fundación Bofill para mejorar la educación: grupos reducidos en matemáticas y más apoyo a los alumnos rezagados
La entidad defiende en su anuario que para remontar los resultados hay que atajar las desigualdades y la pobreza infantil
No hay que ser catastrofistas, pero quedan muchas cosas por mejorar. Esta es la premisa del Anuario 2024 de la Fundación Bofill, entidad especializada en asuntos educativos, que destaca los avances y mejoras logradas en los últimos años, pero también los defectos y puntos débiles del sistema. El anuario asimismo recoge una lista de nueve puntos críticos del sistema, así como 10 medidas para mejorar la calidad de la enseñanza y remontar los resultados. “Los bajos resultados son una fatalidad. Cuando no se invierte pasan cosas y los datos lo evidencian”, ha resumido Ismael Palacín, director de la Fundación Bofill.
Entre los aspectos positivos, los expertos de la Bofill destacan que se ha empezado a revertir los malos resultados de los alumnos, el aumento de alumnos de FP y de las guarderías, el engrosamiento de la plantilla de profesorado y del personal educativo, el incremento del presupuesto de Departamento. “Los indicadores nos devuelven a la situación de 2008, hemos necesitado 15 años para volver al lugar donde partíamos antes de la crisis”, ha destacado Margarita León, catedrática en Ciencia Política de la UAB y codirectora del informe.
Pero, al mismo tiempo, quedan grandes asignaturas pendientes como es el bajo nivel educativo, el abandono escolar prematuro, la gestión de la gran diversidad en las aulas o la todavía insuficiente inversión en educación. También la segregación escolar, ya que el informe constata que en los últimos años sí han mejorado los índices en cuanto al reparto equitativo del alumnado de origen inmigrante, pero se mantiene igual el de los alumnos vulnerables por motivos socioeconómicos. “Las medidas no han sido lo suficientemente efectivas para reducir el problema allí donde la segregación residencial es más fuerte”, ha constatado Bernat Albaigés, investigador en el ámbito de la educación y codirector del informe.
En su anuario, la Bofill propone una decena de medidas para remontar los resultados, como por ejemplo que los alumnos rezagados cuenten con cuatro horas semanales de apoyo educativo, lo que supondría 3.200 nuevos maestros y 2.400 profesores de secundaria. Asimismo, considera sería conveniente hacer grupos reducidos en las clases de matemáticas en la ESO, teniendo en cuenta la especial dificultad que supone esta asignatura, tal y como ha reflejado el reciente informe internacional TIMSS, en que Cataluña se vuelve a colocar en el vagón de cola en esta materia.
Pero los expertos de la Fundación Bofill defienden que la mejora de los resultados y la lucha contra la pobreza infantil, así como la reducción de las desigualdades no son elementos disociados, y si no se corrigen estos últimos no se logrará mejorar el nivel educativo. “El alumnado vulnerable tiene más probabilidad de abandono, de repetir curso o no de rendir adecuadamente”, ha incidido León.
En este sentido, para mejorar la atención de los alumnos vulnerables, la fundación pide 600 nuevos profesores para poder ampliar las aulas de acogida, de las 1.300 actuales a 1.900. Asimismo, propone ampliar los recursos de los centros de más complejidad (con más concentración de alumnos vulnerables), tanto a nivel financiero como dotarlos de, como mínimo, cinco profesionales del ámbito de la atención social, sanitaria o psicopedagógica. También se pide crear unas 20.000 plazas de guarderías para que todos los alumnos puedan acceder a esta etapa educativa, que debería ser gratuita. El aumento progresivo de las becas comedor -hasta hacerlo gratuito-, igual que las actividades extraescolares son otras de las medidas que recoge el informe.
Convenio con la OCDE
La consejera de Educación, Esther Niubó, también ha admitido su preocupación por los resultados de Cataluña en el último informe TIMMS. “No podemos hacer una valoración positiva”, ha asegurado este miércoles durante la sesión de control al Govern en el Parlament. Niubó ha avanzado que “en los primeros días de enero” se firmará el convenio con la OCDE, el organismo que impulsa el informe PISA, para que sus expertos propongan medidas para mejorar el sistema educativo catalán. Paralelamente, ha añadido Niubó, su departamento trabaja en otras medidas como en dar estabilidad a las plantillas, se está planteando revisar la formación del grado de Magisterio, así como el máster habilitador para ser profesor de secundaria, y en diseñar un sistema de evaluación orientado para que los centros vean donde pueden mejorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario