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domingo, 28 de agosto de 2016

Carmen Bohórquez, la fuerza de la Filosofía

Fernando Buen Abad Domínguez

Rebelión/Universidad de la Filosofía.
   Cientos de metas filosóficas (inimaginables para muchos) han sido alcanzadas por Carmen Bohórquez con el aliento de la situación revolucionaria floreciente en Venezuela. Ha logrado, por ejemplo, poner en pié por más de una década, Foros de Filosofía Internacionales que encuentran a pensadores de todo el mundo debatiendo (y aprendiendo) en las plazas públicas, las ideas revolucionarias del pueblo Venezolano. Es gestora de esa experiencia única que ha logrado desplegar durante un día, y en todo el país, la discusión de temas filosóficos para la acción inmediata.

Carmen Bohórquez ha logrado amasar prestigio intelectual planetario para el “Premio Libertador al Pensamiento Crítico” y ha conseguido ser ella misma el “alma Mater” de la “Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad” bajo la inspiración y mandato de los comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez más el apoyo de cientos de mujeres y hombres expertos en las más diversas tareas de la ciencia, de las artes y de la política. Y eso no es todo.

Carmen es autora de uno de los estudios más sobresalientes sobre Francisco de Miranda y, con su empeño y compromiso, ha sido artífice de actos político-académicos en Venezuela -y en el mundo- para destacar el papel de Miranda en los procesos de independencia de la Patria Grande y en el valor de su vigencia. Carmen ha sido partícipe central, también, de la iniciativa presidencial que consiguió identificar al rostro del Libertador Simón Bolívar, basado en los adelantos científicos más notables y en la voluntad semiótica más soberana de Hugo Chávez.

Carmen ha escrito y publicado cuanto ensayo y cuanta declaración han sido necesarios para estimular el conocimiento de la Historia y el conocimiento de la Filosofía indispensables en la profundización de la Revolución Socialista de Venezuela y en su victoria definitiva. No es una académica “neutra”, no es una funcionaria decorativa, no es una intelectual “contemplativa”. Carmen Bohórquez es una inspiración y es un ejemplo de ética, de claridad y de trabajo. Lo saben bien quienes han colaborado con ella, sus estudiantes y sus amigos. No sobra recordar cómo ha sabido sumar los talentos de cientos de personas que son y han sido colaboradores suyos.

A Carmen Bohórquez le profesan respeto de camaradas líderes, políticos y científicos de todo el mundo, de muchos frentes y ámbitos no sólo por su inteligencia deslumbrante sino, también, por su calidad humana forjada en la militancia y en la fidelidad revolucionaria más probada y más promisoria. No tiene Carmen una mirada complaciente ni obsecuencias de ocasión. Es un torbellino crítico al que nada ni nadie se le escapa, jamás, y suele ser expresión de sus afectos el regalo fraterno de su crítica honda y serena. Eso deben recordarlo siempre sus amigos y los no tanto. En su cuerpo pequeño y en su paso pausado sólo habitan fortalezas de gigantes. Nadie se engañe.

Sólo así es posible la obra que Carmen Bohórquez ha desarrollado para la “Batalla de las Ideas” que es la praxis misma y en donde ella es un comandante fundamental y extraordinario. La mesura de sus palabras y la suavidad de sus exposiciones no es más que notificación de fuerzas en lucha que forjan el temple de una mujer entregada a transformarse, ella misma, con el vértigo de los cambios revolucionarios. Le duelen los tropiezos y le duelen los errores, le duelen los olvidos y le duelen las postergaciones… es así de tiempo completo y es de ese calibre su compromiso de lucha. Habrá que buscar mucho, realmente mucho, para encontrar una mujer que hubiere sido capaz de hacer todo lo que Carmen Bohórquez ha conquistado en el intenso período revolucionario del que ha sido forjadora y producto.

Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar, en cantidad y en calidad, que sin ego y sin manipulación, con afecto y con solidaridad rigurosa convocara a cientos de filósofos, artistas y lideres sociales del mundo para hacerlos entender a Venezuela y convencerlos de imbricarse -como aprendices del pensamiento y de la lucha revolucionaria de su pueblo- en la tarea de pensar y hacer juntos. Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar capaz de realizar la logística descomunal que implica movilizar a un país entero en la acción de filosofar todos al calor de las agendas socialistas de la Revolución Bonita.

Habrá que buscar mucho para encontrar un caso similar empeñado sistemáticamente en estimular y premiar el pensamiento crítico de sus pares, hacerlos sentir importantes para la humanidad y trataros como, seguro en no pocos casos, jamás los han tratado en sus propios países. De esa estatura humana y militante es Carmen Bohórquez. No hay que olvidarlo. Eso se debe a la interpretación objetiva que Carmen hizo del mandato recogido de Simón Bolívar y de Francisco de Miranda y se debe también a la asimilación que hizo del mandato de Fidel y de Chávez para consolidar herramientas de conciencia capaces de demostrar la anchura intelectual de los revolucionarios y la profundidad ontológica de su ser socialista. La cosa es que Carmen Bohórquez es de esa estirpe.

Esto no es una “apología”. Difícilmente se puede sintetizar lo que en la práctica abarca tantos frentes y tantos logros. Esto no es una “apología”, no es un halago, se trata de hacer visible la fuerza y la lucha, la seriedad y la sistematicidad que suelen ser escasas en muchos frentes. No es una “apología” y eso permite ahogar en su saliva los cuchicheos de los aviesos y las detracciones de no pocos parásitos. Para decirlo suavemente. No es una “apología” porque Carmen Bohórquez no la necesita ni la aceptaría.

Todo el trabajo realizado por Carmen Bohórquez implica frentes donde la Revolución tiene abiertas “de par en par” las puertas, por ejemplo, de la investigación histórica y filosófica. Está sobre la mesa la agenda completa de la “Batalla de las Ideas” donde el pensamiento revolucionario tiene mucho por producir y divulgar, en lo mediato y en lo inmediato. La agenda de Paz y de Justicia para los pueblos, la revolución económica que ha de poner las riquezas en manos de quienes la producen, la superación definitiva del capitalismo, el estudio y actualización de la Historia que nos alimenta futuro y, en suma, todos los temas y las acciones necesarias para salvar a la humanidad de los horrores del capitalismo con la fuerza del socialismo… todas están y han estado en la obra y en la lucha de Carmen Bohórquez.
En los hechos.

Blog del autor:

http://fbuenabad.blogspot.com/