La compañía triplica la memoria del computador Eagle en un año y mantiene el plan de superar los 4.000 cúbits en 2022
“Un ordenador cuántico de 273 cúbits tiene más memoria que átomos el universo observable”, según Alberto Casas, investigador del CSIC y autor de La revolución cuántica (Ediciones B, 2022). El físico auguraba en su libro una inminente consecución de este hito, que ya se ha logrado. La multinacional IBM ha presentado este miércoles su nuevo procesador Osprey (águila pescadora), con el que ha alcanzado los 433 cúbits, más del triple de capacidad de la conseguida hace solo un año con el Eagle (127 cúbits) y una décima parte de la que esperan en 2025. Es un paso necesario para desarrollar ordenadores cuánticos efectivos, capaces de hacer cálculos prácticos a gran escala de forma robusta, sin errores.
La física clásica no explica nuestro mundo, aunque hasta ahora nos ha servido, en especial, en el ámbito macroscópico. La ciencia cuántica, que estudia la naturaleza y las interacciones a escala atómica y subatómica, comienza a aportar posibles explicaciones y mantiene dos vías que se entrecruzan: la teórica, que aspira a contestar a preguntas fundamentales, como qué es la materia oscura que conforma el universo, y la práctica, que quiere aplicar las leyes cuánticas a procesos como la computación para multiplicar exponencialmente la capacidad para estudiar y comprender la vida y todo lo que la rodea. Este último camino ha superado una nueva meta.
Un cúbit es la unidad mínima de computación cuántica y, a diferencia del bit convencional —el que se utiliza en la tecnología común—, no tiene solo dos valores (0 y 1), sino que puede tener estos o cualquier superposición de ellos. Si un superordenador actual puede hacer millones de operaciones con bites (el Summit de IBM es capaz de procesar más de 200.000 millones de cálculos por segundo), uno cuántico puede ejecutar trillones. De ahí la importancia de aumentar la capacidad de cúbits en los modelos en desarrollo y minimizar los errores que afectan a esta tecnología.
Este es uno de los logros de IBM, que mantiene su hoja de ruta para conseguir un computador cuántico efectivo. El hito anunciado este miércoles, que se ha conseguido con innovaciones en la programación (software) y en el hardware (elementos físicos o materiales de los ordenadores y sistemas informáticos), es la base para el futuro lanzamiento del Cóndor, que será el primer procesador cuántico universal de más de 1.000 cúbits. A este le seguirá el Kookaburra (Cucaburra), previsto para 2025 y que tendrá una capacidad de más de 4.000. Según el director ejecutivo de IBM, Arvind Krishna, este último computador “será capaz de ejecutar cálculos que precisarían de un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra”.
En esta carrera por la “ventaja cuántica”, término que hace referencia a desarrollos basados en esta física que superen a los computadores clásicos, también están compañías como Google o Rigetti.
Para alcanzarla, IBM no se centra solo en las propiedades cuánticas, sino que incluye también procesadores convencionales en función de su eficiencia frente a las tareas de computación. El objetivo es desarrollar un tejido de circuitos para distribuir los problemas complejos entre varios procesadores.
Quantum System Two
IBM
De esta forma, para triplicar la capacidad del Eagle (el procesador que superó la barrera de los 100 cúbits), el nuevo Osprey se incluye en un nuevo IBM Quantum System Two, un sistema modular y flexible para incorporar múltiples chips (circuitos integrados) conectados por un sistema de control. Este estará accesible en línea en el primer trimestre de 2023 y es determinante para desarrollar una arquitectura modular con comunicación cuántica —que aumenta la capacidad computacional— y con un sistema de nube híbrida que permite integrar flujos de trabajo cuánticos y clásicos. “Hemos finalizado cómo será el sistema desde una perspectiva de diseño y estamos trabajando para construirlo, ponerlo y demostrarlo el próximo año”, afirma Jay Gambetta, el físico que lidera el equipo del Centro de Investigación IBM Thomas J Watson para el desarrollo de la computadora cuántica.
Será la base del Crossbill, el primer procesador único hecho de múltiples chips, y del Flamingo, que incluirá enlaces de comunicación cuántica. Ambos desarrollos están previstos para 2024. Un año después, con la combinación de las dos tecnologías, se prevé presentar el Kookaburra, un sistema cuántico de tres procesadores y 4.158 cúbits que pretende abrir la puerta a superar la barrera de los 100.000 cúbits.
El problema del ruido
Pero para aprovechar la ventaja computacional del cúbit hay que sortear un difícil problema. Las superposiciones cuánticas de estados que permiten los trillones de combinaciones y, por lo tanto, la casi infinita capacidad de computación son muy sensibles al medio ambiente. Cualquier mínima circunstancia del entorno (temperatura, ruido electromagnético o vibración) degrada las superposiciones y genera errores.
Jian-Wei Pan, el mayor experto en computación de China, afirma que “construir un ordenador cuántico prácticamente útil y tolerante a los fallos es uno de los grandes desafíos para el ser humano”. “El obstáculo más formidable es la presencia de ruido e imperfecciones. Necesitamos usar la corrección de errores cuánticos y operaciones tolerantes a fallos para superar el ruido y escalar el sistema”, asegura.
Procesador IBM Quantum Osprey.
IBM
Una de las fórmulas para paliar esta desventaja es crear entornos donde se minimicen las interacciones con el medio ambiente, como enfriar los sistemas a una temperatura cercana al cero absoluto (-273 ºC). Pero también se pueden abordar los errores una vez que se producen, aplicando sistemas, como el Qiskit Runtime Primitives que incorpora el Osprey presentado este miércoles. Este desarrollo es un entorno de sistemas clásicos y cuánticos que aumenta la velocidad y calidad de la computación. Además, se suma Dynamic Circuits, un modelo alternativo de construcción de circuitos para la corrección de errores cuánticos. IBM prevé incorporar nuevos sistemas de supresión y mitigación de fallos con el fin de ayudar a los desarrolladores del programa fundamental del sistema operativo (kernel) a administrar el ruido y subsanar errores.
Frente a las alternativas materiales, Qiskit Runtime Primitives permite llevar a la programación las soluciones frente al ruido, por lo que facilita, según la compañía, que “los usuarios incorporen la computación cuántica en sus flujos de trabajo y se acelere el desarrollo de aplicaciones cuánticas”.
Oliver Dial, jefe de arquitectura de hardware cuántico en IBM, cree que no están muy lejos de conseguir minimizar el ruido: “En los próximos dos años, podremos hacer algo que nadie ha hecho antes. Es un desafío. Si podemos proporcionar una estimación libre de ruido observable, estaremos en el rango donde podemos comenzar a resolver problemas interesantes con nuestros clientes”.
De esta forma, según IBM, la carrera cuántica que se afianza no exigirá disponer de un ordenador de esta tecnología, sino que un desarrollador podrá incorporar a sus programas determinadas funcionalidades y operaciones de cálculo cuántico que se ejecutarán en la nube y que se integrarán con fluidez en aplicaciones que aunarán la nueva tecnología y la existente.
Un computador de 4.000 cúbits será capaz de ejecutar cálculos que precisarían un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra
Arvind Krishna, director ejecutivo de IBM
Alejandro González Tudela, investigador científico en el Instituto de Física Fundamental del CSIC, cree que las posibilidades de la computación cuántica son extraordinarias y que muchas de ellas aún están por descubrir. Uno de los campos de aplicación serán, en su opinión, “las cuestiones de muchos cuerpos, con muchos elementos que interaccionan entre ellos y que son difíciles de resolver en ordenadores clásicos”. Dos ejemplos serían la simulación de moléculas o el desarrollo de nuevos materiales, campos con una dimensión exponencial inalcanzable para los sistemas tradicionales.
La inteligencia artificial (IA) y, en especial, las redes neuronales, las que intentan emular al cerebro humano, también se beneficiarán de esta tecnología para clasificar, analizar y extraer patrones y conocimiento de imágenes, palabras o conceptos de cualquier tipo de lenguaje en cualquier área. En este sentido, IBM, cuenta con un sistema capaz de interpretar el lenguaje de la química para predecir el resultado más probable de una determinada reacción.
Esta convergencia entre bits, redes neuronales y cúbits es la base tecnológica de una nueva era de descubrimientos y de un futuro revolucionario de innovaciones tanto para la ciencia como para las empresas e instituciones.
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viernes, 2 de diciembre de 2022
jueves, 27 de octubre de 2022
_- IBM elimina 13.000 puestos de trabajo
_- El gigante de la computación IBM anunció que piensa recortar 13.000 empleos en todo el mundo, el equivalente al 4% de su fuerza laboral, como parte de una reestructuración dirigida a impulsar los ingresos de la empresa.
El director financiero de la compañía, Mark Loughridge, declaró que la mayoría de los puestos se perderán en Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña.
"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países", señaló.
Loughridge agregó que los despidos significarán un ahorro entre US$300 y US$500 millones para la segunda mitad del año entrante.
Menos ganancias
El anuncio se produjo pocas semanas después de que IBM reportó menos ingresos de lo esperado en el primer trimestre del año.
"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países" Mark Loughridge, director financiero de IBM
Cuando se dieron a conocer los resultados, Loughridge advirtió que se haría necesario efectuar una "reestructuración considerable".
Algunos analistas señalaron que la amenaza de recortes afectó el desempeño de la empresa.
Según Laura Conigliaro, analista de Goldman Sachs, "las ventas europeas parecieron estar especialmente alteradas por los rumores que corrieron en las semanas finales del trimestre".
Para terminar con la incertidumbre, IBM señaló que planea realinear sus operaciones y su estructura organizativa en Europa con el fin de reducir la burocracia en países de poco crecimiento.
Se espera que la mayor parte de los recortes en Europa se apliquen con la metodología del retiro voluntario.
El director financiero de la compañía, Mark Loughridge, declaró que la mayoría de los puestos se perderán en Francia, Alemania, Italia y Gran Bretaña.
"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países", señaló.
Loughridge agregó que los despidos significarán un ahorro entre US$300 y US$500 millones para la segunda mitad del año entrante.
Menos ganancias
El anuncio se produjo pocas semanas después de que IBM reportó menos ingresos de lo esperado en el primer trimestre del año.
"No es un secreto que ha sido un período de condiciones económicas flojas en Europa y otros países" Mark Loughridge, director financiero de IBM
Cuando se dieron a conocer los resultados, Loughridge advirtió que se haría necesario efectuar una "reestructuración considerable".
Algunos analistas señalaron que la amenaza de recortes afectó el desempeño de la empresa.
Según Laura Conigliaro, analista de Goldman Sachs, "las ventas europeas parecieron estar especialmente alteradas por los rumores que corrieron en las semanas finales del trimestre".
Para terminar con la incertidumbre, IBM señaló que planea realinear sus operaciones y su estructura organizativa en Europa con el fin de reducir la burocracia en países de poco crecimiento.
Se espera que la mayor parte de los recortes en Europa se apliquen con la metodología del retiro voluntario.
El País
lunes, 18 de febrero de 2019
IBM 'dealt directly with Holocaust organisers'
Author says US firm had control of Polish subsidiary
Oliver Burkeman in New York
@oliverburkeman
Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT First published on Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT Shares 929 Newly discovered documents from Hitler's Germany prove that the computer company IBM directly supplied the Nazis with technology which was used to help transport millions of people to their deaths in the concentration camps at Auschwitz and Treblinka, a controversial Holocaust expert claims in a new edition of book published later this week.
Edwin Black, whose book IBM and the Holocaust was published in hardback last year, says new evidence set out in the paperback version shows that executives at the firm's New York headquarters directly controlled a Polish subsidiary which leased punch-card machines used to "calculate exactly how many Jews should be emptied out of the ghettos each day" and to transport them efficiently on railways leading to the camps.
When the Nazis invaded Poland, Black wrote in the Jerusalem Post, "IBM New York established a special new subsidiary called Watson Business Machines," after its then- president, Thomas Watson. "IBM's new Polish company's sole purpose was to service the Nazi occupation during the rape of Poland." Watson Busi ness Machines even operated a punch-card printing shop over the street from the Warsaw Ghetto, the paperback claims.
Advertisement In the earlier edition of Black's book, the connection between the US headquarters of IBM and its European operations was more sketchy, tracing the supply of machines to a German subsidiary that had been seized by the Hitler government.
The paperback provides the first evidence that the company's dealings with the Nazis were controlled from its New York headquarters throughout the second world war.
Mr Black quotes Leon Krzemieniecki, the last surviving per son involved in the Polish administration of the rail transportation to Auschwitz and Treblinka, as saying that he "knew they were not German machines... The labels were in English...
"The person maintaining and repairing the machines spread the diagrams out sometimes. The language of the diagrams of those machines was only in English."
During the war, Mr Black says, a senior IBM representative from New York travelled to Berlin to meet a Czech IBM executive and arrange for the lease payments on the Hollerith card machines to be transmitted via Switzerland to New York.
To the book says the Czech was in a position to send income from the machines leased in Poland through Geneva to IBM in New York.
Robert Wolfe, a researcher on Mr Black's team who was formerly in charge of Nazi documents in the US national archives, said the new details would silence detractors.
"The word has gotten out, and a lot of people still alive are supplying information that they didn't have the context to understand before," he told Reuters. "For those who have complained the proof is not there, this leaves little room for deniability."
The first edition of IBM and the Holocaust prompted a group of death-camp survivors to launch a legal action against IBM, but it was dropped in case it might delay other compensation payments to the victims of the Nazi regime.
Much of compensation process has now been completed, raising the possibility that the paperback may revive the legal proceedings.
"This negates all the excuses," Malcolm Hoenlein, a vice-president of the conference of presidents of major Jewish organisations, said.
"IBM has to look at what its role should be in light of these revelations."
The company, now based in Armonk in upper New York state, has not denied the role of its subsidiaries in aiding the Nazis' management of the Holocaust, preferring to suggest that it should not be held responsible for the actions of companies of which the Third Reich had seized control.
It is not entirely clear that IBM's New York executives knew the ultimate use to which their machines were being put.
But Mr Black cites numerous examples of stories in US newspapers at the time which he says should have left IBM in no doubt about the nature of the Nazis' murderous activities in Poland.
The new book's claim that "IBM recovered all its Polish profits and machines" after the German surrender is likely to be among the most incendiary of its allegations.
"We have seen no proof of that," IBM told the Guardian yesterday. "Facts which had been known for many years were used as the basis of allegations in the first book, and they seem to be used in similar fashion in the paperback. We're not convinced that there are any new findings here."
Since you’re here…
… we have a small favour to ask. More people are reading the Guardian than ever but advertising revenues across the media are falling fast. And unlike many news organisations, we haven’t put up a paywall – we want to keep our journalism as open as we can. So you can see why we need to ask for your help. The Guardian’s independent, investigative journalism takes a lot of time, money and hard work to produce. But we do it because we believe our perspective matters – because it might well be your perspective, too.
The Guardian is editorially independent, meaning we set our own agenda. Our journalism is free from commercial bias and not influenced by billionaire owners, politicians or shareholders. No one edits our Editor. No one steers our opinion. This is important because it enables us to give a voice to the voiceless, challenge the powerful and hold them to account. It’s what makes us different to so many others in the media, at a time when factual, honest reporting is critical.
If everyone who reads our reporting, who likes it, helps to support it, our future would be much more secure. For as little as €1, you can support the Guardian – and it only takes a minute. Thank you.
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IBM 'trató directamente con los organizadores del Holocausto'
Autor dice que firma estadounidense tenía control de filial polaca
Oliver Burkeman en Nueva York
@oliverburkeman
Viernes, 29 de marzo de 2002 12.42 GMT Publicado por primera vez el viernes, 29 de marzo de 2002 12.42
Acciones de GMT 929
Documentos recientemente descubiertos en la Alemania de Hitler demuestran que la compañía informática IBM suministró directamente a los nazis la tecnología que se utilizó para ayudar a transportar a millones de personas a su muerte en la concentración. campamentos en Auschwitz y Treblinka, un controversial experto en Holocausto afirma en una nueva edición de un libro publicado más adelante esta semana.
Edwin Black, cuyo libro IBM y el Holocausto se publicó en tapa dura el año pasado, dice que las nuevas pruebas presentadas en la versión de bolsillo muestran que los ejecutivos de la sede de la empresa en Nueva York controlaban directamente una filial polaca que arrendaba máquinas de tarjetas perforadas utilizadas para "calcular exactamente cuántos judíos deben ser vaciados de los guetos cada día "y para transportarlos eficientemente en los ferrocarriles que llevan a los campamentos.
Cuando los nazis invadieron Polonia, Black escribió en el Jerusalem Post: "IBM New York estableció una nueva subsidiaria especial llamada Watson Business Machines", después de su entonces presidente, Thomas Watson. "El único propósito de la nueva empresa polaca de IBM era servir a la ocupación nazi durante la violación de Polonia". Las máquinas de negocios de Watson incluso operaban un taller de impresión de tarjetas perforadas en la calle desde el Ghetto de Varsovia, afirma el libro de bolsillo.
En la edición anterior del libro de Black, la conexión entre la sede de IBM en los EE. UU. Y sus operaciones en Europa era más incompleta, ya que el suministro de máquinas se debía a una subsidiaria alemana que había sido tomada por el gobierno de Hitler.
El libro de bolsillo proporciona la primera evidencia de que las relaciones de la compañía con los nazis fueron controladas desde su sede en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial.
El Sr. Black cita a Leon Krzemieniecki, el último superviviente involucrado en la administración polaca del transporte ferroviario a Auschwitz y Treblinka, diciendo que "sabía que no eran máquinas alemanas ... Las etiquetas estaban en inglés ...
"La persona que mantiene y repara las máquinas difunde los diagramas a veces. El lenguaje de los diagramas de esas máquinas era solo en inglés".
Durante la guerra, dice Black, un alto representante de IBM de Nueva York viajó a Berlín para reunirse con un ejecutivo checo de IBM y organizar que los pagos de arrendamiento en las máquinas de tarjetas Hollerith se transmitieran a través de Suiza a Nueva York.
Según el libro, el checo estaba en condiciones de enviar ingresos de las máquinas arrendadas en Polonia a través de Ginebra a IBM en Nueva York.
Robert Wolfe, un investigador del equipo del Sr. Black que anteriormente estaba a cargo de los documentos nazis en los archivos nacionales de Estados Unidos, dijo que los nuevos detalles silenciarían a los detractores.
"Se corrió la voz y muchas personas que aún viven están proporcionando información que antes no tenían el contexto para entender", dijo a Reuters. "Para aquellos que se han quejado de que la prueba no está allí, esto deja poco espacio para la negación".
La primera edición de IBM y el Holocausto impulsó a un grupo de sobrevivientes del campo de la muerte a iniciar una acción legal contra IBM, pero se retiró en caso de que pudiera retrasar otros pagos de compensación a las víctimas del régimen nazi.
Gran parte del proceso de compensación ya se ha completado, lo que plantea la posibilidad de que el libro en rústica pueda reactivar los procedimientos legales.
"Esto niega todas las excusas", dijo Malcolm Hoenlein, vicepresidente de la conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías.
"IBM tiene que ver cuál debe ser su papel a la luz de estas revelaciones".
La compañía, ahora radicada en Armonk en el estado de Nueva York, no ha negado el papel de sus subsidiarias en ayudar a los nazis en la gestión del Holocausto, prefiriendo sugerir que no debería ser responsable de las acciones de las compañías de las cuales el Tercero Reich había tomado el control.
No está del todo claro que los ejecutivos de IBM en Nueva York supieran el uso final que se les daba a sus máquinas.
Pero el Sr. Black cita numerosos ejemplos de historias en periódicos de los Estados Unidos en el momento que, según él, deberían haber dejado a IBM sin ninguna duda sobre la naturaleza de las actividades asesinas de los nazis en Polonia.
La afirmación del nuevo libro de que "IBM recuperó todas sus ganancias y máquinas polacas" después de la rendición alemana probablemente se encuentre entre las más incendiarias de sus acusaciones.
"No hemos visto ninguna prueba de eso", dijo IBM a The Guardian ayer. "Los hechos que se conocían desde hace muchos años se utilizaron como base de las acusaciones en el primer libro, y parecen usarse de manera similar en el libro de bolsillo. No estamos convencidos de que haya nuevos hallazgos aquí".
Author says US firm had control of Polish subsidiary
Oliver Burkeman in New York
@oliverburkeman
Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT First published on Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT Shares 929 Newly discovered documents from Hitler's Germany prove that the computer company IBM directly supplied the Nazis with technology which was used to help transport millions of people to their deaths in the concentration camps at Auschwitz and Treblinka, a controversial Holocaust expert claims in a new edition of book published later this week.
Edwin Black, whose book IBM and the Holocaust was published in hardback last year, says new evidence set out in the paperback version shows that executives at the firm's New York headquarters directly controlled a Polish subsidiary which leased punch-card machines used to "calculate exactly how many Jews should be emptied out of the ghettos each day" and to transport them efficiently on railways leading to the camps.
When the Nazis invaded Poland, Black wrote in the Jerusalem Post, "IBM New York established a special new subsidiary called Watson Business Machines," after its then- president, Thomas Watson. "IBM's new Polish company's sole purpose was to service the Nazi occupation during the rape of Poland." Watson Busi ness Machines even operated a punch-card printing shop over the street from the Warsaw Ghetto, the paperback claims.
Advertisement In the earlier edition of Black's book, the connection between the US headquarters of IBM and its European operations was more sketchy, tracing the supply of machines to a German subsidiary that had been seized by the Hitler government.
The paperback provides the first evidence that the company's dealings with the Nazis were controlled from its New York headquarters throughout the second world war.
Mr Black quotes Leon Krzemieniecki, the last surviving per son involved in the Polish administration of the rail transportation to Auschwitz and Treblinka, as saying that he "knew they were not German machines... The labels were in English...
"The person maintaining and repairing the machines spread the diagrams out sometimes. The language of the diagrams of those machines was only in English."
During the war, Mr Black says, a senior IBM representative from New York travelled to Berlin to meet a Czech IBM executive and arrange for the lease payments on the Hollerith card machines to be transmitted via Switzerland to New York.
To the book says the Czech was in a position to send income from the machines leased in Poland through Geneva to IBM in New York.
Robert Wolfe, a researcher on Mr Black's team who was formerly in charge of Nazi documents in the US national archives, said the new details would silence detractors.
"The word has gotten out, and a lot of people still alive are supplying information that they didn't have the context to understand before," he told Reuters. "For those who have complained the proof is not there, this leaves little room for deniability."
The first edition of IBM and the Holocaust prompted a group of death-camp survivors to launch a legal action against IBM, but it was dropped in case it might delay other compensation payments to the victims of the Nazi regime.
Much of compensation process has now been completed, raising the possibility that the paperback may revive the legal proceedings.
"This negates all the excuses," Malcolm Hoenlein, a vice-president of the conference of presidents of major Jewish organisations, said.
"IBM has to look at what its role should be in light of these revelations."
The company, now based in Armonk in upper New York state, has not denied the role of its subsidiaries in aiding the Nazis' management of the Holocaust, preferring to suggest that it should not be held responsible for the actions of companies of which the Third Reich had seized control.
It is not entirely clear that IBM's New York executives knew the ultimate use to which their machines were being put.
But Mr Black cites numerous examples of stories in US newspapers at the time which he says should have left IBM in no doubt about the nature of the Nazis' murderous activities in Poland.
The new book's claim that "IBM recovered all its Polish profits and machines" after the German surrender is likely to be among the most incendiary of its allegations.
"We have seen no proof of that," IBM told the Guardian yesterday. "Facts which had been known for many years were used as the basis of allegations in the first book, and they seem to be used in similar fashion in the paperback. We're not convinced that there are any new findings here."
Since you’re here…
… we have a small favour to ask. More people are reading the Guardian than ever but advertising revenues across the media are falling fast. And unlike many news organisations, we haven’t put up a paywall – we want to keep our journalism as open as we can. So you can see why we need to ask for your help. The Guardian’s independent, investigative journalism takes a lot of time, money and hard work to produce. But we do it because we believe our perspective matters – because it might well be your perspective, too.
The Guardian is editorially independent, meaning we set our own agenda. Our journalism is free from commercial bias and not influenced by billionaire owners, politicians or shareholders. No one edits our Editor. No one steers our opinion. This is important because it enables us to give a voice to the voiceless, challenge the powerful and hold them to account. It’s what makes us different to so many others in the media, at a time when factual, honest reporting is critical.
If everyone who reads our reporting, who likes it, helps to support it, our future would be much more secure. For as little as €1, you can support the Guardian – and it only takes a minute. Thank you.
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IBM 'trató directamente con los organizadores del Holocausto'
Autor dice que firma estadounidense tenía control de filial polaca
Oliver Burkeman en Nueva York
@oliverburkeman
Viernes, 29 de marzo de 2002 12.42 GMT Publicado por primera vez el viernes, 29 de marzo de 2002 12.42
Acciones de GMT 929
Documentos recientemente descubiertos en la Alemania de Hitler demuestran que la compañía informática IBM suministró directamente a los nazis la tecnología que se utilizó para ayudar a transportar a millones de personas a su muerte en la concentración. campamentos en Auschwitz y Treblinka, un controversial experto en Holocausto afirma en una nueva edición de un libro publicado más adelante esta semana.
Edwin Black, cuyo libro IBM y el Holocausto se publicó en tapa dura el año pasado, dice que las nuevas pruebas presentadas en la versión de bolsillo muestran que los ejecutivos de la sede de la empresa en Nueva York controlaban directamente una filial polaca que arrendaba máquinas de tarjetas perforadas utilizadas para "calcular exactamente cuántos judíos deben ser vaciados de los guetos cada día "y para transportarlos eficientemente en los ferrocarriles que llevan a los campamentos.
Cuando los nazis invadieron Polonia, Black escribió en el Jerusalem Post: "IBM New York estableció una nueva subsidiaria especial llamada Watson Business Machines", después de su entonces presidente, Thomas Watson. "El único propósito de la nueva empresa polaca de IBM era servir a la ocupación nazi durante la violación de Polonia". Las máquinas de negocios de Watson incluso operaban un taller de impresión de tarjetas perforadas en la calle desde el Ghetto de Varsovia, afirma el libro de bolsillo.
En la edición anterior del libro de Black, la conexión entre la sede de IBM en los EE. UU. Y sus operaciones en Europa era más incompleta, ya que el suministro de máquinas se debía a una subsidiaria alemana que había sido tomada por el gobierno de Hitler.
El libro de bolsillo proporciona la primera evidencia de que las relaciones de la compañía con los nazis fueron controladas desde su sede en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial.
El Sr. Black cita a Leon Krzemieniecki, el último superviviente involucrado en la administración polaca del transporte ferroviario a Auschwitz y Treblinka, diciendo que "sabía que no eran máquinas alemanas ... Las etiquetas estaban en inglés ...
"La persona que mantiene y repara las máquinas difunde los diagramas a veces. El lenguaje de los diagramas de esas máquinas era solo en inglés".
Durante la guerra, dice Black, un alto representante de IBM de Nueva York viajó a Berlín para reunirse con un ejecutivo checo de IBM y organizar que los pagos de arrendamiento en las máquinas de tarjetas Hollerith se transmitieran a través de Suiza a Nueva York.
Según el libro, el checo estaba en condiciones de enviar ingresos de las máquinas arrendadas en Polonia a través de Ginebra a IBM en Nueva York.
Robert Wolfe, un investigador del equipo del Sr. Black que anteriormente estaba a cargo de los documentos nazis en los archivos nacionales de Estados Unidos, dijo que los nuevos detalles silenciarían a los detractores.
"Se corrió la voz y muchas personas que aún viven están proporcionando información que antes no tenían el contexto para entender", dijo a Reuters. "Para aquellos que se han quejado de que la prueba no está allí, esto deja poco espacio para la negación".
La primera edición de IBM y el Holocausto impulsó a un grupo de sobrevivientes del campo de la muerte a iniciar una acción legal contra IBM, pero se retiró en caso de que pudiera retrasar otros pagos de compensación a las víctimas del régimen nazi.
Gran parte del proceso de compensación ya se ha completado, lo que plantea la posibilidad de que el libro en rústica pueda reactivar los procedimientos legales.
"Esto niega todas las excusas", dijo Malcolm Hoenlein, vicepresidente de la conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías.
"IBM tiene que ver cuál debe ser su papel a la luz de estas revelaciones".
La compañía, ahora radicada en Armonk en el estado de Nueva York, no ha negado el papel de sus subsidiarias en ayudar a los nazis en la gestión del Holocausto, prefiriendo sugerir que no debería ser responsable de las acciones de las compañías de las cuales el Tercero Reich había tomado el control.
No está del todo claro que los ejecutivos de IBM en Nueva York supieran el uso final que se les daba a sus máquinas.
Pero el Sr. Black cita numerosos ejemplos de historias en periódicos de los Estados Unidos en el momento que, según él, deberían haber dejado a IBM sin ninguna duda sobre la naturaleza de las actividades asesinas de los nazis en Polonia.
La afirmación del nuevo libro de que "IBM recuperó todas sus ganancias y máquinas polacas" después de la rendición alemana probablemente se encuentre entre las más incendiarias de sus acusaciones.
"No hemos visto ninguna prueba de eso", dijo IBM a The Guardian ayer. "Los hechos que se conocían desde hace muchos años se utilizaron como base de las acusaciones en el primer libro, y parecen usarse de manera similar en el libro de bolsillo. No estamos convencidos de que haya nuevos hallazgos aquí".
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