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martes, 22 de octubre de 2024

Geoffrey Hinton, el ganador del Nobel de Física que renunció a Google y denunció los peligros de la inteligencia artificial para la humanidad

Retrato de Geoffrey Hinton

Fuente de la imagen,Getty Images

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El flamante ganador del Nobel de Física 2024 renunció el año pasado a su puesto en Google preocupado por la evolución de la tecnología que desarrolló.

Información BBC News Mundo 8 octubre 2024

El nombre de Geoffrey Hinton figura ahora junto al de Albert Einstein, Niels Bohr y Enrico Fermi en el selecto club de los científicos reconocidos con el Nobel de Física.

Al profesor emérito de la Universidad de Toronto (Canadá), de 76 años, le fue concedido este martes el galardón junto al catedrático de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), John Hopfield, por sus “descubrimientos e invenciones fundamentales que permiten el aprendizaje automático con redes neuronales artificiales”. En otras palabras, por ayudar a que las computadoras aprendan.

El científico ha sido apodado como "el padrino” de la inteligencia artificial" por sus investigaciones sobre la red neuronal, un sistema matemático y computacional que aprende habilidades mediante el análisis de datos.

Sin embargo, en los últimos tiempos el profesor británico-canadiense ha venido advirtiendo de los riesgos que supone para la humanidad la tecnología que él mismo ayudó a desarrollar.

Unas preocupaciones que lo llevaron a abandonar Google a mediados de 2023 y que ha reiterado nada más conocer el veredicto de la Real Academia Sueca de Ciencias.

Arrepentido

"No tenemos experiencia sobre lo que es tener cosas más inteligentes que nosotros", declaró Hinton, durante unas declaraciones que ofreció por teléfono durante la conferencia de prensa del Nobel.

"Va a ser maravilloso en muchos aspectos, en áreas como la atención médica", aseveró el informático nacido en Londres (Reino Unido).

No obstante, acto seguido indicó que "también tenemos que preocuparnos por una serie de posibles consecuencias negativas. En particular, la amenaza de que estas cosas se salgan de control".

Al renunciar a Google, Hinton abogó por ponerle freno al desarrollo de la inteligencia artificial.

"No creo que deban ampliar esto más hasta que hayan entendido si pueden controlarlo", dijo el catedrático, quien en 2018 ganó junto con dos de sus estudiantes el Premio Turing, conocido como el Nobel de computación.

Hinton alertó que mientras más avance esta tecnología más peligrosa se volverá e incluso podría rebelarse contra la humanidad, tal y como han planteado algunas películas como de Hollywood como "Terminator".

"Mira cómo era hace cinco años y cómo es ahora”, agregó el egresado de las universidades de Cambridge y de Edimburgo.

"En este momento, (los sistemas de inteligencia artificial) no son más inteligentes que nosotros, pero creo que pronto lo serán", aseguró en una entrevista con la BBC.

"Mi suposición es que, dentro de 5 o 20 años, habrá una probabilidad del 50% de que tengamos que afrontar el problema de que la inteligencia artificial intente tomar el control de nuestras vidas", advirtió.

¿Por qué impulsó una tecnología que ahora le preocupa? "Me consuelo con la excusa normal: si no lo hubiera hecho yo, lo habría hecho alguien más", dijo en una entrevista al diario estadounidense The New York Times.

Durante la presentación de los ganadores del Nobel de 2024Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,
Durante la presentación de los ganadores del Nobel de 2024

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,
El informático británico-canadiense fue galardonado junto al estadounidense John Hopfield.

¿Qué es verdad?
La posibilidad de que internet se llene con fotos, videos y textos falsos, y que el usuario promedio "ya no pueda saber qué es verdad" es la preocupación inmediata del galardonado.

Asimismo, Hinton calificó de “aterradores” los peligros que podrían producir la combinación entre chatbots que sean más inteligentes que los humanos y “malos actores”.

“Esto permitirá a los líderes autoritarios manipular a sus electores, cosas así”, indicó a la BBC.

Hinton aseguró que Google actuó "de forma muy responsable" y como un "buen administrador" de la inteligencia artificial hasta 2022, tomando la precaución de no lanzar productos que pudieran hacer daño.

Sin embargo, desde que Microsoft expandió su motor de búsqueda Bing con un chatbot, desafiando el negocio central de Google, se desató una carrera entre los gigantes tecnológicos que "podría ser imposible de detener", alertó.

Hinton aseguró que no renunció a Google para poder criticar la empresa, sino para poder expresar sus opiniones libremente.

"Me fui para poder hablar sobre los peligros de la inteligencia artificial sin considerar cómo afecta esto a Google", explicó.

Un hombre preocupado ante el computador Fuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,
Un hombre preocupado ante el computador

Fuente de la imagen,Getty Images

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La inteligencia artificial podría inundar internet con información falsa, difícil de detectar para los ciudadanos comunes, advirtió Hinton.

"Robots asesinos"

Otra de las inquietudes de Hinton es cómo la inteligencia artificial revolucionará el mercado laboral. En lugar de complementar a los humanos, podría reemplazarlos en innumerables oficios en los que se desempeñan tareas rutinarias.

"Quita el trabajo pesado", pero también "podría quitar más que eso", indicó.

Sin embargo, el verdadero temor del laureado es que las tecnologías en el futuro amenacen a la humanidad y se desarrollen armas verdaderamente autónomas, como "robots asesinos".

Los sistemas de inteligencia artificial "a menudo aprenden un comportamiento inesperado debido a la gran cantidad de datos que analizan", explicó.

"Las personas y las empresas permiten a los sistemas de inteligencia artificial no solo generar su propio código, sino también ejecutar ese código por su cuenta", prosiguió.

"Algunas personas creían en la idea de que estas cosas podían volverse más inteligentes que las personas. Pero la mayoría pensó que estaba muy lejos. Yo pensé que estaba muy lejos, que faltaban entre 30 y 50 años o incluso más. Obviamente, ya no pienso eso", admitió

Aunque se trata de una amenaza hipotética, Hinton vaticinó que la competencia entre Google, Microsoft y otros se convertirá en una carrera global sin regulaciones internacionales.

En esa ocasión el científico recordó que a diferencia de las armas nucleares, no hay forma de saber si las empresas o los países están trabajando en la inteligencia artificial en secreto.

La mayor esperanza de Hinton, quien es el 122 egresado de la Universidad de Cambridge en ganar un premio Nobel, es que los principales científicos del mundo colaboren para desarrollar formas para controlar esta tecnología.

lunes, 14 de octubre de 2024

_- Inteligencia artificial Ethan Mollick, analista: “Los estudiantes que usan la IA como muleta no aprenden nada”

Ethan Mollick
_- Ethan Mollick, profesor de la Universidad de Pensilvania (EE UU), acaba de publicar 'Cointeligencia. Vivir y trabajar con la IA' (Conecta).

El veterano profesor, que se ha convertido en una celebridad en redes sociales, publica un libro sobre cómo entender y usar mejor la inteligencia artificial en el día a día.

“No tengo ayuda ni nada. Me organizo yo solo y recibo como 800 mensajes al día. Me da miedo mirar mi lista de tareas”, dice Ethan Mollick (49 años) y profesor de la escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania (EE UU). Acaba de publicar Cointeligencia (Conecta), sobre cómo aprovechar mejor la inteligencia artificial en un uso cotidiano. A pesar de ello, la gestión de su agenda sigue siendo extremadamente complicada. Aunque recomienda usar la IA como acompañante para casi todo, también cree que debemos ir con cuidado. Gracias a su presencia en redes sociales, a su newsletter y sus comentarios cándidos, Mollick se ha convertido en uno de los más populares analistas y probadores de las nuevas herramientas de IA generativa.

Pregunta. ¿Cómo sienta ser un influencer de la IA?
Respuesta. Odio esa descripción. He estado en redes sociales desde hace mucho tiempo, y soy un compartidor compulsivo. Pero no acepto dinero de ninguna de las empresas de IA ni hago acuerdos de patrocinio. Hablo con ellas porque me parece interesante. Soy profesor con plaza fija, puedo decir lo que quiera. Es extraño ver a las empresas intentando manipularme al enseñarme sus cosas, pero no tengo la infraestructura de un influencer. Me preocupa que ese título mezcle todo. Hay una diferencia entre quienes son intelectuales públicos, investigadores y críticos. Sería mejor si tuviéramos más categorías distintas.

Los nuevos modelos de IA como ChatGPT persiguen la ‘superinteligencia’, pero no logran ser fiables ni en preguntas bobas

P. Recomienda pasar tres noches sin dormir para dominar la IA.
R. El consejo que mejor funciona del libro es que hay que pasar 10 horas con la IA y aplicarla a todo lo que haces. Por alguna razón, muy pocos dedican el tiempo necesario para entender estos sistemas.

P. No le gusta llamar muleta a la IA.
R. La muleta es un enfoque peligroso porque si dependemos de una muleta, dejamos de pensar. Los estudiantes que usan la IA como una muleta no aprenden nada. Impide pensar. En cambio, usar la IA como una cointeligencia es importante porque aumenta tus capacidades y también te mantiene involucrado.

P. ¿No es inevitable que la IA nos haga más vagos?
R. Las calculadoras también nos volvieron más flojos. ¿Por qué ya no hacemos cálculos a mano? Deberías ahora estar tomando notas a mano ahora en lugar de grabarme. Usamos la tecnología para tomar atajos, pero tenemos que ser estratégicos en cómo tomamos esos atajos.

P. ¿Por qué debemos acercarnos a la inteligencia artificial con una estrategia?
R. La IA hace tantas cosas que necesitamos poner límites a lo que no queremos ceder. Es una tecnología muy rara, de propósito general, lo que significa que afectará todo tipo de cosas y tendremos que ajustarnos socialmente. Hicimos un trabajo muy malo con el último gran ajuste social, las redes sociales. Esta vez tenemos que ser más reflexivos.

P. ¿Seremos capaces de hacerlo mejor que con las redes?
R. Lo que me da algo de esperanza con esta tecnología es que, al ser tan parecida a los humanos, es más natural trabajar con ella. Los humanos ya trabajamos con colegas inteligentes para resolver problemas. Será distinto si la IA se convierte en una especie de máquina-dios; pero al nivel actual, donde interactúas con esta cosa y tiene fallos, es donde puede ser útil que sea algo similar a un humano.

P. En el libro habla de las “cosas solo mías” en referencia a criar hijos y valores. ¿Hacerlo mejor esas cosas al margen de la IA?
R. Hay muchas decisiones morales y éticas. Yo no puedo ayudar mucho con eso, pero creo que tenemos que tomarlas. Con las redes sociales no tomamos suficientes decisiones sobre cómo queríamos usarlas. La gente y muchos libros ven la IA como algo que se nos impone, y las empresas están creando IA, pero en realidad no saben cómo se está usando o para qué es buena. Nosotros podemos tomar algunas decisiones sobre eso, y creo que la gente tiende a verlo como una decisión del gobierno o de las empresas, pero no es solo así.

P. La gente ya tiene parejas y asesores psicológicos hechos de IA.
R. Hemos vivido con una tecnología de propósito general muchos años: internet. Las redes sociales son solo un aspecto afilado de lo que internet ha hecho a la sociedad. Es solo una aplicación. Otras aplicaciones han sido las apps de citas o cómo compramos. Las implicaciones son profundas y amplias. Por ejemplo, con el modo de voz de la IA, yo no quiero ser su amigo, pero por algún motivo a la vez me veo justificándome y siendo cuidadoso cuando le hablo. Tendremos que adaptarnos. Confío en que podremos, pero la gente ya tiene conexiones con la IA. Otros tendrán conexiones casi religiosas con la IA y otros serán manipulados. Tenemos que reconocer que pasarán muchas cosas, buenas y malas; y cuanto más preparados estemos para ese cambio, mejor.

P. Usted ha escrito que “gran parte del valor del uso de la IA proviene de que la gente no sepa que la usas”. ¿Por qué tememos que los demás sepan que usamos IA?
R. En las organizaciones hay varias capas que vigilan si la gente usa IA. Una de ellas es que si uso IA para hacer mi trabajo, otros pensarán que soy brillante. No quieres que la gente sepa que en realidad no eres tan brillante, sobre todo porque la IA es muy buena en cosas como escribir correos empáticos, y sería raro que supieran que esa empatía viniera de una IA. Tampoco quieren mostrarlo porque tienen miedo de que te des cuenta de que su trabajo es redundante, o de que les pidan hacer más trabajo.

P. Recientemente ha escrito que algo empieza a cambiar con el nuevo modelo de OpenAI, ChatGPT-o1.
R. Acabé el libro hace un año. Necesité tener la suficiente visión para intuir hacia dónde iban las cosas. No me interesaba hacer predicciones de seis años o decir si la IA nos matará o salvará. Mi interés era cómo trabajar con esta cosa. Una de las cosas que menciono, pero que no era tan importante en la generación anterior de IA y que creo que sí será clave en el próximo año o dos, es esta idea de autonomía y agentes. Es el comienzo de una IA que realizará procesos de manera autónoma, sin nuestra ayuda. No creo que eso cambie fundamentalmente cómo trabajamos con la IA, pero quizá vayamos a modelos que vuelven y te hacen preguntas cuando tienen problemas. Hay algo valioso en que nos interroguen. Es algo que hacemos en todas las herramientas de IA que construimos para el aprendizaje: tiene que haber un ida y vuelta, y el modelo o1 no lo hace realmente. No pregunta. Eso es lo que me inquieta.

P. Le gustan los tutores individuales con IA para la educación. ¿Vamos hacia ahí, tras lo que usted llama “el apocalipsis de los deberes”?
R. El tutor con IA es una pieza del puzle en la transformación de la educación. He trabajado en educación interactiva antes de la IA generativa, y hay cosas sobre las aulas que sabemos con certeza que están cambiando, independientemente de la IA: las clases magistrales ya no son una buena idea. Es mejor el aprendizaje activo, donde los alumnos tengan que participar. Es mejor la personalización. En el aula suele participar un grupo pequeño de estudiantes y otros se pierden. No estamos enseñando correctamente. En cierto modo, las clases magistrales tienen su valor, no son un desastre. Tenemos una forma de enseñanza que ha evolucionado durante 200 años y está bien. El apocalipsis de los deberes nos da una oportunidad que no todos vamos a aprovechar, pero deberíamos repensar el aprendizaje.

P. ¿Cómo podremos aprovechar esa oportunidad?
R. Las aulas interactivas en lugar de las clases magistrales son una mejor manera de aprender. No las hemos adoptado porque es más fácil seguir dando charlas y deberes. Tenemos la oportunidad de ser más reflexivos, y los tutores de IA son parte de esa reflexión, porque ayudan a rellenar las brechas de conocimiento. El tiempo en clase debe aprovecharse para trabajar juntos en problemas. No podemos seguir haciendo lo que hacíamos antes.

P. ¿Cuáles son algunos de los mayores malentendidos sobre la IA?
R. La gente está dividida entre los que flipan con la IA y los que están nerviosos o ansiosos. Cada grupo tiene sus propios mitos. Para los que no la adoptan, uno de los mitos más grandes es que la IA no hace nada original y todo lo que obtienes es contenido copiado de otros. Y eso no es así. La IA se construye como un modelo físico complejo para todas las lenguas y utiliza esas reglas para crear material nuevo basado en su entrenamiento. Sí es original. Ese es uno de los grandes malentendidos. El otro es compararlo con Google. Es peor en las cosas que Google hace bien, pero mejor en muchas otras cosas que Google no hace.

P. Dice que los mejores expertos del futuro serán los que más aprovechen la IA. ¿La gente que espera para usar la IA comete un error?
R. Lo entiendo, es una tecnología inquietante. La gente se está volviendo loca. Prueban durante tres noches sin dormir y huyen aterrorizados. Se percibe como una amenaza esencial para muchas carreras. Creo que si eres un buen periodista, al principio piensas: “¡Oh, no!”, pero luego empiezas a ver cómo esto podría ayudar a hacer las cosas mejor que antes; y, al menos durante las próximas generaciones, no va a reemplazarte, aunque los tecnólogos digan que sí. Necesitamos separarnos del ruido de Silicon Valley. Por un lado, tienen toda la razón: es una tecnología milagrosa e increíble que emula el pensamiento; pero, por otro lado, ellos no entienden nada de nuestros trabajos.

miércoles, 22 de mayo de 2024

Los trabajos que por ahora están a salvo y no pueden ser realizados por la inteligencia artificial

Médica y paciente

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Pie de foto,Si bien un robot puede aparentemente proporcionar un diagnóstico más rápido, los pacientes seguirán queriendo que los humanos los guíen y eduquen.


Desde el comienzo de la revolución industrial, ha habido amenazas de que nuevas máquinas –desde telares mecanizados hasta microchips– usurparían los empleos humanos. En su mayor parte, los humanos han prevalecido.

Ahora, dicen algunos expertos, con la ubicuidad de la inteligencia artificial en el horizonte, la amenaza se está haciendo realidad: los robots realmente vienen a quitarnos algunos trabajos.

Un informe de 2023 de Goldman Sachs estimó que la IA capaz de generar contenido podría realizar una cuarta parte de todo el trabajo que realizan actualmente los humanos.

En la Unión Europea y Estados Unidos, señala además el informe, la automatización podría hacer que se pierdan 300 millones de puestos de trabajo. Y eso podría ser terrible, dice Martin Ford, autor de “Rule of the Robots: How Artificial Intelligence Will Transform Everything”. ("El gobierno de los robots: cómo la inteligencia artificial lo transformará todo".)

"No es sólo que esto le suceda a individuos, sino que podría ser bastante sistémico", sostiene. “Le podría pasar a mucha gente, potencialmente de forma bastante repentina, potencialmente a todas al mismo tiempo. Y eso tiene implicaciones no sólo para esos individuos, sino para toda la economía”.

Afortunadamente, no todo son malas noticias. Los expertos hacen sus advertencias con una salvedad: todavía hay cosas que la IA no es capaz de hacer, como tareas que involucran habilidades claramente humanas, como la inteligencia emocional y la capacidad de pensar fuera del marco establecido.

Y asumir roles que se centren esas habilidades podría ayudar a reducir las posibilidades de ser reemplazado.

Trabajos "protegidos"

"Creo que en general hay tres categorías que estarán relativamente protegidas en el futuro previsible", dice Ford. "La primera serían trabajos que sean genuinamente creativos: no estás haciendo un trabajo convencional o simplemente reorganizando cosas, sino que realmente estás generando nuevas ideas y construyendo algo nuevo".

Gente trabajando.

Gente trabajando

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Pie de foto,
Algunos trabajos están relativamente protegidos porque requieren habilidades típicamente humanas. 

Eso no significa necesariamente que todos los trabajos que se consideran “creativos” sean seguros. De hecho, aspectos como el diseño gráfico y los roles relacionados con las artes visuales pueden estar entre los primeros en desaparecer.

Los algoritmos básicos pueden ordenar a un robot que analice millones de imágenes, lo que permite a la IA dominar la estética al instante.

Pero hay cierta seguridad en otros tipos de creatividad, dice Ford: “en la ciencia, la medicina y el derecho... personas cuyo trabajo consiste en idear una nueva estrategia legal o de negocios. Creo que allí va a seguir habiendo un lugar para el ser humano”.

La segunda categoría protegida, continúa, son los trabajos que requieren relaciones interpersonales sofisticadas. Ford se refiere a enfermeras, consultores empresariales y periodistas de investigación.

Estos son trabajos, afirma, “en los que se necesita un conocimiento muy profundo de la gente. Creo que pasará mucho tiempo antes de que la IA tenga la capacidad de interactuar de forma tal que realmente construya relaciones”.

La tercera zona segura, dice Ford, “son trabajos que realmente requieren mucha movilidad, destreza y capacidad para resolver problemas en entornos impredecibles”. Muchos oficios (pensemos en electricistas, plomeros, soldadores y otros trabajos similares) entran en esta categoría.

"Este es el tipo de trabajos en los que te enfrentas a una situación nueva todo el tiempo", añade. 

“Probablemente sean los más difíciles de automatizar. Para automatizar trabajos como este, necesitarías un robot de ciencia ficción. Necesitarías el C-3PO de Star Wars”.

Aspectos que se automatizarán

Si bien es probable que los humanos permanezcan en empleos que caen dentro de esas categorías, eso no significa que esas profesiones estén totalmente protegidas del crecimiento de la IA.

De hecho, señala Joanne Song McLaughlin, profesora asociada de economía laboral en la Universidad de Búfalo, EE.UU., la mayoría de los empleos, independientemente de la industria, tienen aspectos que probablemente serán automatizados por la tecnología.

Personal de limpieza

Personal de limpieza

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Los trabajos que requieren una gran movilidad tienen más probabilidades de estar protegidos de la automatización. 

"En muchos casos, no existe una amenaza inmediata para los puestos de trabajo", afirma, "pero las tareas cambiarán". Los trabajos humanos se centrarán más en las habilidades interpersonales, continúa Song McLaughlin.

“Es fácil imaginar que, por ejemplo, la IA detectará cánceres mucho mejor que los humanos. En el futuro, supongo que los médicos utilizarán esa nueva tecnología. Pero no creo que se reemplace todo el papel del médico”.

Aunque un robot puede aparentemente hacer un mejor trabajo a la hora de encontrar el cáncer, afirma, la mayoría de la gente seguirá queriendo que sea un médico (una persona real) quien les informe sobre ello.

Esto es cierto para casi todos los trabajos, añade, por lo que desarrollar esas habilidades específicamente humanas podría ayudar a las personas a aprender a hacer su trabajo junto con la IA.

“Creo que es inteligente pensar realmente: '¿qué tipo de tareas dentro de mi trabajo serán reemplazadas o serán mejor realizadas por computadora o IA? ¿Y cuál es mi habilidad complementaria?’”.

Song McLaughlin pone como ejemplo a los cajeros de banco, que alguna vez tuvieron que ser contadores de dinero muy precisos. Ahora esa tarea se ha automatizado, pero todavía hay un lugar para el cajero.

“La tarea de contar dinero quedó obsoleta debido a una máquina”, afirma. “Pero ahora, los cajeros están más centrados en conectarse con los clientes y presentar nuevos productos. La habilidad social se ha vuelto más importante”.

Cajera

Cajera

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El trabajo de cajero está ahora más centrado en desarrollar la relación con los clientes. 

Es importante señalar, dice Ford, que una educación avanzada o un puesto bien remunerado no es una defensa contra el avance de la IA. "Podríamos pensar que una persona con un trabajo administrativo ocupa un lugar más alto en la estructura que alguien que se gana la vida conduciendo un coche", señala.

“Pero el futuro del empleado administrativo está más amenazado que el del conductor de Uber, porque todavía no tenemos coches autónomos, pero la IA ciertamente puede escribir informes. En muchos casos, los trabajadores más educados se verán más amenazados que los trabajadores menos educados. Piensa en la persona que trabaja limpiando habitaciones de hotel: es muy difícil automatizar ese trabajo”.

En resumen, buscar roles en entornos dinámicos y cambiantes que incluyan tareas impredecibles es una buena manera de evitar la pérdida de empleos a causa de la IA. Al menos por un tiempo.

martes, 5 de marzo de 2024

EDUCACIÓN TRIBUNA. El mejor profesor de matemáticas del mundo, solo para ti

Un chico resuelva un problema matemático en la pizarra
Un chico resuelva un problema matemático en la pizarra.
La inteligencia artificial va a ser una ayuda inestimable para mejorar la enseñanza de esta materia y los profesores tienen que entender que no es ninguna amenaza ni para ellos ni para sus alumnos.

El daño que puede hacer un mal profesor de matemáticas es incalculable. Literalmente: no se puede calcular. Lo que llamamos ansiedad matemática, o miedo a las matemáticas, tiene menos de ansiedad que del más puro, simple y desesperante aburrimiento. El niño y la niña aprenden disciplinadamente a multiplicar matrices, intersectar conjuntos y derivar funciones, pero no entienden una palabra de lo que están haciendo, de qué significa eso, para qué vale, por qué es una forma de pensar de extraordinaria elegancia y eficacia.

Para que los alumnos entiendan los conceptos matemáticos fundamentales, se interesen por ellos y los incorporen a su caja de herramientas para el futuro, hace falta un buen profesor, quizá incluso un gran profesor. Pero claro, ¿cómo se hace eso? Tu cuadro docente no puede estar compuesto por medallas Fields (uno de los galardones más prestigiosos de las matemáticas) y premios Abel  (considerado el Nobel de las matemáticas). Tienes que obrar el prodigio con los recursos humanos que tienes al alcance, que son gente normal con una formación media. Entonces ¿qué hacemos?
 
Respuesta: usar las neuronas, amigos. Las nuestras y las de las máquinas. La inteligencia artificial va a ser una ayuda inestimable para mejorar la enseñanza de las matemáticas, del lenguaje y de todo lo demás. Y los profesores tienen que entender que las máquinas no son ninguna amenaza ni para ellos ni para sus alumnos, sino que están aquí para ayudarles a ambos.

Mientras la atmósfera social se carga de un rechazo a la inteligencia artificial no muy reflexivo, a veces casi religioso, los expertos están proponiendo ideas muy interesantes para introducir las máquinas en las aulas. Mi favorita es la personalización, y voy a intentar explicar por qué.

Como todos los mocosos, aprendí en el colegio a operar con matrices, esos rectangulitos con filas y columnas de números que se pueden sumar, restar, multiplicar y manipular de varias formas. Los chavales aprendíamos esos procedimientos como si fueran una verdad revelada, pasábamos el examen si había suerte y nos poníamos a otra cosa. Aquello me sirvió más o menos para lo mismo que memorizar la lista de los reyes godos: para nada. Instruir a los niños para que se comporten como calculadoras humanas es inútil y dañino. El saber ocupa lugar, y conviene reservar nuestra memoria siempre escasa para cosas más importantes que esos sudokus insustanciales.

Ya era un adulto con entradas en la frente, cuando por fin pude entender de qué iba todo eso, y darme cuenta de lo fascinante, profundo y creativo que resulta ese arte de jugar con las matrices, álgebra lineal en la jerga. Y esa epifanía se debió a mi buena fortuna de descubrir a Gilbert Strang, el mejor profesor de matemáticas del mundo.

Strang, un pionero de la educación en línea, había grabado sus clases de álgebra lineal en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) sus clases de álgebra lineal en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), y las había colgado en la web de la universidad. No era más que el tipo explicando el tema a sus alumnos tiza en mano sobre la pizarra, pero de pronto, de alguna manera, allí se hacía la luz y el entendimiento se abría paso entre la espesura de mi infancia.

Es tan fácil como eso. Basta con tener al mejor profesor del mundo en tu aula. Antes era imposible, pero ahora está al alcance de cualquier escuela urbana o rural. Y ahora demos un paso más. Strang me fue bien a mí, pero seguro que otros alumnos y otros profesores tendrán otras preferencias, otras necesidades, lagunas, demandas de explicación adicional o de volver a la primera casilla sobre algún punto que se te atasca. Ahí es donde la inteligencia artificial puede aportar unos recursos educativos personalizados y muy valiosos.

A partir de ahora, cada alumno puede inventar a su Gilbert Strang, diseñar a su profesor de matemáticas perfecto. El miedo a los robots no nos lleva a ningún lado. Si no puedes vencerlos, únete a ellos. Es por el bien de los niños, amigo.

domingo, 18 de febrero de 2024

_- ChatGPT llegó hace un año a las aulas, ahora los profesores no quieren librarse de él.

_- La inteligencia artificial generativa supuso un terremoto educativo en todos los niveles. Rectores y docentes comparten cómo han integrado el bot en sus clases

Rectores y docentes comparten cómo han integrado el bot en sus clases.

Cuando los alumnos del Máster de Tecnología Aplicada a la Educación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU) reciben su primera clase, el profesor empieza con una pregunta a ChatGPT. “¿La inteligencia artificial va a reemplazar a los docentes?”, teclea en el programa. La respuesta, inmediata y breve, es la misma en cada sesión: “No, siempre y cuando estén actualizados y formados”, contesta de forma escrita el bot conversacional. Una capa de asombro se extiende en el aula. A Francisco Recio-Muñoz, quien dirige este posgrado, le parece la contestación que dibuja con mayor precisión el futuro.

Esta semana se ha cumplido un año desde el aterrizaje de ChatGPT 3.5. Su poder conversacional y generativo le valieron la definición de tecnología revolucionaria. En cinco días alcanzó el millón de descargas, un hito nunca antes conseguido en tan poco tiempo por ninguna otra aplicación. El programa es capaz de generar textos coherentes y de entender y procesar el lenguaje natural en distintos contextos. En el ámbito educativo, posee una destreza notable para escribir código informático o para completar un ensayo universitario y podría aprobar el examen de selectividad, aunque por los pelos.

El debate sobre su prohibición parece estar superado. La conversación ahora se ha trasladado a cómo sacar el mayor potencial de esta tecnología en el aula. Para algunos profesores representa un desafío, otros ven con recelo su avance y cada vez más asumen que no podrían volver a dar clase sin el programa.
El profesor de la Universidad de Navarra (UNAV) Francesc Pujol, experto en ChatGPT, esta semana.El profesor de la Universidad de Navarra (UNAV) Francesc Pujol, experto en ChatGPT, esta semana.
Francesc Pujol (53 años) pertenece a este último grupo. El profesor en Liderazgo e Innovación en la Universidad de Navarra exige a sus alumnos en los últimos minutos de cada sesión que le realicen una pregunta “relevante” a ChatGPT de acuerdo al temario revisado durante clase. Después evalúa la respuesta que les devuelve el bot. “Si han hecho una buena pregunta significa que han entendido bien la clase”, explica el profesor, que más tarde las puntúa.

Pujol considera necesario que los estudiantes universitarios se gradúen con nociones básicas en el uso de inteligencia artificial (IA) generativa. “Mi misión es que los alumnos aprendan a pensar para el ámbito profesional. Los resultados ya no van a ser importantes, sino las preguntas. Hay que aprender a formular bien preguntas que nos lleven a escenarios nuevos donde se produzcan distintos tipos de reflexiones. Pero el programa solo me da respuestas buenas cuando le hago preguntas buenas. ¿Y de dónde salen? De entender mejor los problemas que nos rodean”, reflexiona el profesor. “Las empresas no van a esperar medio año a que se formen en inteligencia artificial; buscan personal que sepa aplicarla ya”, resalta.
Germán Ruipérez, fotografiado este jueves junto al rectorado de la UNED en Madrid.Germán Ruipérez, fotografiado este jueves junto al rectorado de la UNED en Madrid
Como él, otros docentes se han visto obligados a adaptar los criterios y las actividades de evaluación. Es el caso de Isidro Navarro (52 años), profesor de arquitectura en la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), que asegura que la llegada de ChatGPT ha supuesto una revolución en sus clases. Gracias a la herramienta de inteligencia artificial generativa DALL-E, los estudiantes son capaces de recrear espacios urbanos o edificios con rapidez, cuando antes este proceso requería “días o semanas”. Germán Ruipérez, catedrático de Lingüística Alemana en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), coincide en la necesidad de adaptación. “Las pruebas de evaluación continua, consistentes en redactar un texto o un resumen, han caído en picado”, comparte.
Imágenes generadas por inteligencia artificial para clases de arquitectura del profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya, Isidro Navarro.Imágenes generadas por inteligencia artificial para clases de arquitectura del profesor de la Universitat Politècnica de Catalunya, 
Tanto en el ámbito legal como en el educativo, la sensación es que se ha ido un par de zancadas por detrás de esta tecnología desde su lanzamiento. El auge exponencial durante los primeros meses de ChatGPT abrió el debate en Europa sobre hasta qué punto había que regularizarlo. Italia dio el primer paso a finales de marzo de este año, cuando bloqueó su uso por incumplir la normativa de protección de datos y por carecer de filtros para verificar la edad de los menores. Aunque la prohibición se levantó. A finales de mayo, una ristra de expertos en inteligencia artificial alertaron sobre el “peligro de extinción” que supone esta tecnología para la humanidad.

Persiste la sensación de que el alumnado ha tomado rápidamente la delantera. Pujol lo constató mientras impartía un seminario a 200 alumnos de instituto. Les preguntó cuántos de ellos hacían uso de la herramienta y se levantaron prácticamente todos los brazos. Por ello, Ruipérez opina que ha pillado en fuera de juego a los docentes. “Es una revolución que ha venido de abajo arriba”, comenta el catedrático de Lingüística Alemana.

Los institutos toman las riendas

Serxio Gómez, de 44 años, es profesor de Tecnología en un instituto de A Coruña y habla convencido del potencial de ChatGPT. “Es una herramienta valiosísima que puede servir como un guía o un asesor y para tener un borrador inicial en las actividades y ofrecerles ideas creativas”, relata Gómez. Una visión que comparte Beatriz Méndez (49 años), profesora de Tecnología en el IES Rego de Trabe de Culleredo en la misma ciudad, que empezó a usarlo en marzo de este año para temas de programación. “La parte tediosa de escribir código se ha reducido”, comenta Méndez.

Ambos profesores gallegos coinciden en que el éxito de su uso radica en enseñar al alumnado a utilizarlo como un apoyo más, y no para “copiar y pegar” la información que ofrece. En el caso de Gómez, a principio de curso pactó un contrato con su alumnado en el que él les permitía hacer uso de ChatGPT en sus trabajos a cambio de que los estudiantes presentaran un documento explicando qué instrucciones le habían dado y para qué parte del trabajo lo habían usado. Todos firmaron.
 
Serxio Gómez, profesor de Tecnología en el Instituto Eusebio da Guarda (A Coruña), esta semana.Serxio Gómez, profesor de Tecnología en el Instituto Eusebio da Guarda (A Coruña), esta semana
Un aspecto en el que coinciden tanto profesores de instituto como de universidad es en la reducción de la carga de trabajo. Por ejemplo, en la preparación de clases, como comenta la gallega Méndez, o para la programación de las actividades del centro. Ruipérez estima que su trabajo de una semana se ha reducido “a una décima parte”.

La calculadora ha sido una metáfora recurrente en varios de los entrevistados en este reportaje para comparar el miedo a la introducción de ChatGPT. “Cuando se empezó a utilizar, se hablaba de que iba a limitar la capacidad del alumnado para hacer operaciones, y ahora es una herramienta más”, recuerda el profesor de Tecnología Serxio Gómez. También Ruipérez la menciona. A la gallega Méndez no le preocupa o, al menos, “no más que cuando llegó Google”. Ella apunta a la utilidad que puede tener para “atender la diversidad del alumnado”. Una idea con la que concuerda el catedrático emérito de Sociología Mariano Fernández Enguita. “ChatGPT puede actuar como un tutor para los estudiantes menos equipados. Es mejor que nada”, comenta.
Beatriz Méndez, profesora en el IES Rego de Trabe en Culleredo (A Coruña), esta semana.Beatriz Méndez, profesora en el IES Rego de Trabe en Culleredo (A Coruña), esta semana.
Formación del profesorado
Otra de las preocupaciones es la formación del profesorado. En la Universidad Complutense de Madrid se han ido desplegando cursos, según explica el rector de la institución, Joaquín Goyache, para preparar a los docentes. “Estamos desarrollando un programa para 50 formadores, uno por cada facultad”, anuncia, aunque admite que el proceso no llegará a completarse este año, sino que seguirá durante el siguiente. Esta lentitud preocupa a algunos profesores que opinan que la universidad necesita acelerar el paso para ponerse al día con este tipo de herramientas tecnológicas.

Gutmaro Gómez, profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, considera que en el mundo educativo “no todos están acostumbrados a innovar”. “Ven cierto recelo con los cambios tecnológicos, como si los alumnos fueran a usar estas herramientas solo para copiar y no para estudiar”, reclama, y defiende que su clase de Historia Contemporánea “debería empezar a impartirse en aulas de informática”. El docente, que tiene a su cargo alrededor de 200 estudiantes de grado, también ha empezado a usar en sus clases DALL-E para recrear momentos bélicos y generar mapas antiguos.
Gutmaro Gómez, historiador en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense en Madrid, esta semana.Gutmaro Gómez, historiador en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense en Madrid, esta semana.

Este verano, el Parlamento Europeo acordó por amplia mayoría abrir las discusiones para sacar adelante una Ley de Inteligencia Artificial, cuya previsión es que se apruebe antes de que termine el año. La Conferencia de Rectores de las Universidades (CRUE) también está preparando un manual de prácticas responsables para el uso de la inteligencia artificial a nivel universitario. Así lo confirma Daniel Crespo, rector de la Universitat Politècnica de Catalunya. “Debemos hacer un esfuerzo para que nuestros alumnos sean usuarios expertos en el uso de esta tecnología”, subraya Crespo, que rechaza la idea de que las universidades impartan un curso especializado y general para el uso de la inteligencia artificial y aboga porque cada una de las asignaturas moldee el uso por su cuenta. 

Daniel Crespo, en su despacho del rectorado de la Universidad Politécnica de Cataluña.Daniel Crespo, en su despacho del rectorado de la Universidad Politécnica de Cataluña.

Las universidades en línea tampoco quiere quedarse atrás. Eva María Giner, rectora de la VIU, mira con preocupación la llegada de ChatGPT, pero afirma que es mejor actuar con asertividad para que sea una herramienta de apoyo para mejorar el trabajo de docentes y alumnos. “En esta universidad ya es una herramienta vital para mejorar los procesos de evaluación”, comparte Giner.

“Lo que vemos hoy en ChatGPT es la peor versión de lo que tendremos en cinco años”, resuelve Pujol, de la Universidad de Navarra. En la VIU, 600 estudiantes de edades variopintas, que serán futuros profesores o que ya han iniciado este camino, se preparan para liderar la transformación en el aula a través del máster que ofrece la institución. “Son ellos quienes nos piden que les indiquemos cómo usar ChatGPT. No se quieren quedar atrás”, zanja Recio-Muñoz. El director del programa cree que primero los docentes deben entender qué implica la innovación en el aula. “Aunque la transformación sea tecnológica, es un proceso de socialización y de comprensión interna de cada profesor”, sentencia.
 
Eva María Giner, rectora de la Universidad Internacional de Valencia, en una fotografía tomada en la sede esta semana.Eva María Giner, rectora de la Universidad Internacional de Valencia, en una fotografía tomada en la sede esta semana.

lunes, 20 de marzo de 2023

ChatGPT y el método socrático.

La inteligencia artificial se incorporará también al aula, porque ninguna tecnología que sea útil ha dejado de utilizarse

Mientras los docentes se esfuerzan por desarrollar métodos de enseñanza capaces de incorporar las nuevas tecnologías y capturar la atención de unos alumnos cada vez más saturados de estímulos, la tecnología avanza a una velocidad que deja obsoletas las innovaciones antes incluso de que lleguen a implantarse. El pasado 30 de noviembre la compañía Open AI, creada en 2015, lanzó al mundo su ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial basado en los modelos neuronales del lenguaje, capaz de hacer de forma autónoma y en cuestión de segundos un resumen perfecto de un informe, traducir un texto, construir un soneto, redactar una noticia o crear un cuento.

Esta nueva herramienta ha generado grandes expectativas. En cinco días logró más de un millón de usuarios y está siendo la gran novedad tecnológica de este año. Las prestaciones que ofrece suponen un salto más disruptivo del que en su momento fueron los motores de búsqueda. El acceso rápido a cualquier información depositada en la red permitió un gran salto en todos los trabajos relacionado con el conocimiento. ChatGPT va más allá. No se limita a ofrecer, como hace Google, una relación de accesos a webs y datos que luego hay que valorar, ordenar, relacionar e interpretar. La propia herramienta hace ese trabajo.

Es cierto que todavía tiene importantes limitaciones, entre ellas que no es capaz de distinguir lo que es verdadero de lo que es falso, si está bien presentado, y que la información que ahora maneja es la producida hasta 2021, pero como recordaba el investigador Michael Wooldridge, del Instituto Alan Turing de Londres, harían falta mil vidas humanas para poder leer todos los textos que tiene introducidos en el sistema. Si en sus primeros pasos ofrece unos resultados tan espectaculares, en un lenguaje tan natural, qué no será cuando tenga acceso a la última información disponible en la red y mejore sus programas de autoaprendizaje.

Todo esto va a tener un impacto enorme en todos los ámbitos relacionados con el conocimiento, pero especialmente en el aula. En los procesos de aprendizaje. Si disponemos de calculadora, ¿para qué aprender a dividir o dedicar tiempo a hacer ejercicios de cálculo? Con el ChatGPT se planteará el mismo viejo dilema, pero aplicado a todo lo que se puede aprender. Hasta ahora, el reto de los docentes era enseñar a los alumnos a buscar en Internet. A discernir entre las fuentes fiables de las que no lo son. A saber interpretar los datos obtenidos y utilizarlos de forma rigurosa y creativa.

Cualquier profesor puede ahora averiguar si el trabajo de un alumno es un mero corta y pega. Basta con hacer una búsqueda en Google para descubrir un plagio. Con ChatGPT va a ser prácticamente imposible discernir de dónde procede la información. Porque todo lo que crea es un trabajo original… hecho a demanda. Y puede utilizar el lenguaje de una forma más precisa, rápida y con más gracia que muchos estudiantes. Y con el tiempo, podrá hacerlo también de forma más creativa.

Todo esto simplifica el acceso a la información, pero complica la enseñanza y el aprendizaje. Al final, la inteligencia artificial se incorporará también al aula, porque ninguna tecnología que sea útil ha dejado de utilizarse. Pero habrá que saber manejarla y es posible que al final del camino, todas estas innovaciones nos conduzcan, paradójicamente, de vuelta a la oralidad. Será la única forma de evaluar. Que el alumno utilice las herramientas que quiera y pueda para buscar la información, pero que sea capaz de explicar el resultado. En persona y de viva voz. Eso llevará a poner más énfasis en la pregunta y en las consecuencias de la respuesta, que en la tecnología. Se trata de incorporar la inteligencia artificial en el aula como una extensión de nuestro cerebro, y utilizar la propia inteligencia, como siempre, para cuestionar las respuestas y resolver los dilemas que se nos presenten. Larga vida al método socrático.

https://elpais.com/sociedad/2023-01-16/chatgpt-y-el-metodo-socratico.html

viernes, 2 de diciembre de 2022

COMPUTACIÓN CUÁNTICA. Nuevo hito cuántico: IBM alcanza con el nuevo procesador Osprey los 433 cúbits, más capacidad que el número de átomos del universo.

La compañía triplica la memoria del computador Eagle en un año y mantiene el plan de superar los 4.000 cúbits en 2022

“Un ordenador cuántico de 273 cúbits tiene más memoria que átomos el universo observable”, según Alberto Casas, investigador del CSIC y autor de La revolución cuántica (Ediciones B, 2022). El físico auguraba en su libro una inminente consecución de este hito, que ya se ha logrado. La multinacional IBM ha presentado este miércoles su nuevo procesador Osprey (águila pescadora), con el que ha alcanzado los 433 cúbits, más del triple de capacidad de la conseguida hace solo un año con el Eagle (127 cúbits) y una décima parte de la que esperan en 2025. Es un paso necesario para desarrollar ordenadores cuánticos efectivos, capaces de hacer cálculos prácticos a gran escala de forma robusta, sin errores.

La física clásica no explica nuestro mundo, aunque hasta ahora nos ha servido, en especial, en el ámbito macroscópico. La ciencia cuántica, que estudia la naturaleza y las interacciones a escala atómica y subatómica, comienza a aportar posibles explicaciones y mantiene dos vías que se entrecruzan: la teórica, que aspira a contestar a preguntas fundamentales, como qué es la materia oscura que conforma el universo, y la práctica, que quiere aplicar las leyes cuánticas a procesos como la computación para multiplicar exponencialmente la capacidad para estudiar y comprender la vida y todo lo que la rodea. Este último camino ha superado una nueva meta.

Un cúbit es la unidad mínima de computación cuántica y, a diferencia del bit convencional —el que se utiliza en la tecnología común—, no tiene solo dos valores (0 y 1), sino que puede tener estos o cualquier superposición de ellos. Si un superordenador actual puede hacer millones de operaciones con bites (el Summit de IBM es capaz de procesar más de 200.000 millones de cálculos por segundo), uno cuántico puede ejecutar trillones. De ahí la importancia de aumentar la capacidad de cúbits en los modelos en desarrollo y minimizar los errores que afectan a esta tecnología.

Este es uno de los logros de IBM, que mantiene su hoja de ruta para conseguir un computador cuántico efectivo. El hito anunciado este miércoles, que se ha conseguido con innovaciones en la programación (software) y en el hardware (elementos físicos o materiales de los ordenadores y sistemas informáticos), es la base para el futuro lanzamiento del Cóndor, que será el primer procesador cuántico universal de más de 1.000 cúbits. A este le seguirá el Kookaburra (Cucaburra), previsto para 2025 y que tendrá una capacidad de más de 4.000. Según el director ejecutivo de IBM, Arvind Krishna, este último computador “será capaz de ejecutar cálculos que precisarían de un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra”.

En esta carrera por la “ventaja cuántica”, término que hace referencia a desarrollos basados en esta física que superen a los computadores clásicos, también están compañías como Google o Rigetti.

Para alcanzarla, IBM no se centra solo en las propiedades cuánticas, sino que incluye también procesadores convencionales en función de su eficiencia frente a las tareas de computación. El objetivo es desarrollar un tejido de circuitos para distribuir los problemas complejos entre varios procesadores.

Quantum System Two
IBM

De esta forma, para triplicar la capacidad del Eagle (el procesador que superó la barrera de los 100 cúbits), el nuevo Osprey se incluye en un nuevo IBM Quantum System Two, un sistema modular y flexible para incorporar múltiples chips (circuitos integrados) conectados por un sistema de control. Este estará accesible en línea en el primer trimestre de 2023 y es determinante para desarrollar una arquitectura modular con comunicación cuántica —que aumenta la capacidad computacional— y con un sistema de nube híbrida que permite integrar flujos de trabajo cuánticos y clásicos. “Hemos finalizado cómo será el sistema desde una perspectiva de diseño y estamos trabajando para construirlo, ponerlo y demostrarlo el próximo año”, afirma Jay Gambetta, el físico que lidera el equipo del Centro de Investigación IBM Thomas J Watson para el desarrollo de la computadora cuántica.

Será la base del Crossbill, el primer procesador único hecho de múltiples chips, y del Flamingo, que incluirá enlaces de comunicación cuántica. Ambos desarrollos están previstos para 2024. Un año después, con la combinación de las dos tecnologías, se prevé presentar el Kookaburra, un sistema cuántico de tres procesadores y 4.158 cúbits que pretende abrir la puerta a superar la barrera de los 100.000 cúbits.

El problema del ruido
Pero para aprovechar la ventaja computacional del cúbit hay que sortear un difícil problema. Las superposiciones cuánticas de estados que permiten los trillones de combinaciones y, por lo tanto, la casi infinita capacidad de computación son muy sensibles al medio ambiente. Cualquier mínima circunstancia del entorno (temperatura, ruido electromagnético o vibración) degrada las superposiciones y genera errores.

Jian-Wei Pan, el mayor experto en computación de China, afirma que “construir un ordenador cuántico prácticamente útil y tolerante a los fallos es uno de los grandes desafíos para el ser humano”. “El obstáculo más formidable es la presencia de ruido e imperfecciones. Necesitamos usar la corrección de errores cuánticos y operaciones tolerantes a fallos para superar el ruido y escalar el sistema”, asegura.

Procesador IBM Quantum Osprey. IBM
Una de las fórmulas para paliar esta desventaja es crear entornos donde se minimicen las interacciones con el medio ambiente, como enfriar los sistemas a una temperatura cercana al cero absoluto (-273 ºC). Pero también se pueden abordar los errores una vez que se producen, aplicando sistemas, como el Qiskit Runtime Primitives que incorpora el Osprey presentado este miércoles. Este desarrollo es un entorno de sistemas clásicos y cuánticos que aumenta la velocidad y calidad de la computación. Además, se suma Dynamic Circuits, un modelo alternativo de construcción de circuitos para la corrección de errores cuánticos. IBM prevé incorporar nuevos sistemas de supresión y mitigación de fallos con el fin de ayudar a los desarrolladores del programa fundamental del sistema operativo (kernel) a administrar el ruido y subsanar errores.

Frente a las alternativas materiales, Qiskit Runtime Primitives permite llevar a la programación las soluciones frente al ruido, por lo que facilita, según la compañía, que “los usuarios incorporen la computación cuántica en sus flujos de trabajo y se acelere el desarrollo de aplicaciones cuánticas”.

Oliver Dial, jefe de arquitectura de hardware cuántico en IBM, cree que no están muy lejos de conseguir minimizar el ruido: “En los próximos dos años, podremos hacer algo que nadie ha hecho antes. Es un desafío. Si podemos proporcionar una estimación libre de ruido observable, estaremos en el rango donde podemos comenzar a resolver problemas interesantes con nuestros clientes”.

De esta forma, según IBM, la carrera cuántica que se afianza no exigirá disponer de un ordenador de esta tecnología, sino que un desarrollador podrá incorporar a sus programas determinadas funcionalidades y operaciones de cálculo cuántico que se ejecutarán en la nube y que se integrarán con fluidez en aplicaciones que aunarán la nueva tecnología y la existente.

Un computador de 4.000 cúbits será capaz de ejecutar cálculos que precisarían un ordenador tradicional de casi el tamaño de la Tierra
Arvind Krishna, director ejecutivo de IBM

Alejandro González Tudela, investigador científico en el Instituto de Física Fundamental del CSIC, cree que las posibilidades de la computación cuántica son extraordinarias y que muchas de ellas aún están por descubrir. Uno de los campos de aplicación serán, en su opinión, “las cuestiones de muchos cuerpos, con muchos elementos que interaccionan entre ellos y que son difíciles de resolver en ordenadores clásicos”. Dos ejemplos serían la simulación de moléculas o el desarrollo de nuevos materiales, campos con una dimensión exponencial inalcanzable para los sistemas tradicionales.

La inteligencia artificial (IA) y, en especial, las redes neuronales, las que intentan emular al cerebro humano, también se beneficiarán de esta tecnología para clasificar, analizar y extraer patrones y conocimiento de imágenes, palabras o conceptos de cualquier tipo de lenguaje en cualquier área. En este sentido, IBM, cuenta con un sistema capaz de interpretar el lenguaje de la química para predecir el resultado más probable de una determinada reacción.

Esta convergencia entre bits, redes neuronales y cúbits es la base tecnológica de una nueva era de descubrimientos y de un futuro revolucionario de innovaciones tanto para la ciencia como para las empresas e instituciones.

sábado, 18 de junio de 2022

_- La mejor manera de explicar la Guerra Fría es hablando de ajedrez. Entrevista a Leontxo García


_- Ajedrez y ciencia. Ajedrez y pedagogía. Ajedrez y geopolítica. ¿Sabías que el juego de peones, inventado hace siglos, es hoy el mejor campo de experimentación de la inteligencia artificial? ¿Sabías que en España estamos a la vanguardia del uso pedagógico del ajedrez en la escuela? De todo esto y más, hablamos con Leontxo García (Irún, 1956), periodista especializado de ajedrez del diario El País, un mito de la comunicación de este deporte. Viajero incansable, recorre el mundo formando maestros en ajedrez educativo (más de 30.000, lleva) y divulgando los beneficios pedagógicos del juego que muchos consideran un arte. Autor del libro Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas (Crítica), Leontxo García me confiesa cuál es la pieza del tablero que más le gusta: “El peón, porque sólo puede ir hacia delante. Y, si llega a su fin, puede convertirse en reina. Premio a su tenacidad”. La entrevista la realizó Txema Seglers. 

Hondarribia, una tarde de verano de 1976. Tienes 16 años. Llueve y un amigo te propone ir a un club de ajedrez que han abierto en Irún. Movido por la curiosidad, te asomas por el club y, de repente, quedas maravillado. ¿Qué hechizo se produjo allí dentro?

Definir la magia es muy difícil y, de hecho, me he preguntado muchas veces por qué el ajedrez me atrajo tanto. Aquella tarde se produjo el hechizo: quizás por el hecho de ver a las personas de aquel club cómo disfrutaban pensando o quizás porque el ajedrez me mostró a la perfección la cita “Sólo sé que no sé nada”, de Sócrates. Allí dentro, todos los días, yo aprendía cosas nuevas y todo se convirtió en un nuevo reto, cada vez más fascinante. Por eso, imagino, tres años después, fui campeón absoluto de Guipúzcoa.

¿No había nadie de tu familia que jugara al ajedrez? ¿El padre? ¿La madre? ¿Un tío?

No, en casa no había ningún jugador más.

¿Y cómo pasas de ser campeón absoluto de Guipúzcoa a ser el periodista con más prestigio en el mundo del ajedrez detentor de un estilo muy personal? ¿Cómo fueron tus inicios periodísticos?

En San Sebastián se editaba la revista Jaque, y el director me pedía crónicas de los torneos en los que yo jugaba. Y en el año 83 pasa una de esas oportunidades que sólo aparecen una vez en la vida: la semifinal en Londres del torneo de candidatos con los duelos Kasparov-Korchnoi y Smislov-Ribli. Como en Londres yo tenía amigos y, por tanto, cama donde dormir, llamé al diario Deia de Bilbao para ofrecerme como enviado especial. Como les salgo baratísimo, me dicen que sí. Y entonces, cuando estoy en el avión en dirección a Londres, surge el momento clave.

¿Cuál?

Me entra el pánico, me asusto. Me pregunto: Leontxo, pero ¿Dónde te has metido, si tú hasta ahora sólo has escrito para aficionados de ajedrez? ¿Qué vas a hacer ahora? Yo me imaginaba un hipotético lector sentado en la cafetería del pueblo, hojeando el diario mientras desayuna, y que, cuando llegara a la sección de deportes y leyera fútbol, pelota vasca o tenis, no pasara de largo el artículo de ajedrez. ¿Cómo podía hacer que el lector se detuviera en mi crónica? Si me ponía a hablar de la defensa siciliana, mal rayo. Mientras pensaba todo esto con angustia, llego a Londres y me voy directo al hotel donde se alojan los jugadores. Y mientras curioseo por los pasillos, de repente, contemplo la escena que me enciende la bombilla para el resto de mi carrera profesional: en un rincón veo a los miembros del equipo de Kasparov hablando amistosamente con los otros miembros del equipo de Korchnoi, que era el traidor a la patria soviética, el disidente huido de la URSS. Lo que yo estaba viendo estaba prohibido por la ley soviética. Escribí la crónica con el título: “En el ajedrez sí que hay distensión este-oeste”. Y yo me dije: "Leontxo, ese es el camino". Y así en los 39 años posteriores.

¿Por qué el ajedrez tiene tanta carga simbólica y es una metáfora del poder? Por ejemplo, hablemos de la geopolítica como un tablero de ajedrez y tú mismo, cuando explicas los grandes duelos de la historia, explicas el trasfondo político de las partidas.

El ajedrez es boxeo mental, es la lucha encarnizada entre dos mentes, donde la suerte apenas existe. Por ejemplo, para un profesor de historia no existe una manera más eficaz de explicar la Guerra Fría que explicando el combate Spasski-Fischer, justo cuando el botón rojo de la guerra nuclear estaba a punto de ser pulsado. ¿Qué había de más simbólico que el ajedrez para describir la tensión entre Spasski, el héroe soviético de un país donde el ajedrez es mucho más que un deporte, y Fischer, el joven rebelde excéntrico y autodidacta de Estados Unidos? Por eso, el duelo fue primera página en todos los periódicos del mundo.

¿Qué alegoría podemos hacer hoy sobre Putin y el ajedrez?
Con la agresión de Ucrania, Putin viola un principio muy importante del ajedrez establecido hace cien años por Aron Nimzowitsch: “La amenaza vale más que su ejecución”. Si Putin se hubiera quedado en el terreno de la amenaza y de la negociación, en realidad habría tenido razón; porque, incluso si Putin fuera el presidente más demócrata del mundo, nunca podría aceptar que Ucrania fuera miembro de la OTAN y cortar el paso de Rusia hacia el mar Negro y, por tanto, hacia el Mediterráneo. Los otros puertos de Rusia están en el Ártico, casi impracticables por el hielo, o Vladivostok, más arriba de Japón. Moralmente, la agresión de Putin es imperdonable, y desde la lógica racional, inexplicable, porque, como te decía, podría tener razón en el terreno de la amenaza y, sin embargo, ahora se ha convertido en un criminal de guerra.

Putin tenía y tiene tres grandes opositores: Boris Nemtsov, Aleksei Navalni y el legendario jugador de ajedrez Gari Kaspárov. El primero murió. El segundo, encarcelado. ¿Y Kaspárov?

En 2013, Kaspárov recibe una información confidencial: quieren asesinar a uno de los tres. Él decide irse de Moscú hacia Nueva York con su esposa y sus hijos; y toma una decisión muy difícil: irse sin su madre, con la que tenía una relación fuerte, vital, por la niñez huérfana del jugador. Kaspárov lo calcula bien, porque en el 2015 asesinan a Nemtsov y luego envenenan a Navalni.

El propio Kasparov protagoniza el duelo más épico jamás visto cuando se enfrenta contra la computadora Deep Blue: la creatividad del cerebro humano contra la fuerza bruta de la máquina. Tú estabas allí.

En los años noventa a todos nos gustaba que una máquina nos hiciera la declaración de la renta; pero nos estremecía que un ordenador ganara el campeón del mundo de ajedrez. No hablo de miedo, sino de terror, de auténtico pánico. Y Kaspárov se convirtió en el estandarte del género humano contra las máquinas. No exagero. Sólo hay que recordar a los titulares de prensa de los periódicos de Estados Unidos, o los anuncios de la calle en Nueva York que decían: “¿Será capaz este hombre de salvar el género humano?”. Incluso un hecho inédito describe la épica del duelo: Kaspárov, que jugaba bajo la bandera rusa contra el operador de IBM que traducía las jugadas de la computadora Deep Blue con bandera estadounidense, recibía el apoyo incondicional del público estadounidense. Nunca visto: ¡los americanos querían que ganara un ruso!

Ésta es buena. Más allá del juego, este duelo sirvió para investigar sobre la inteligencia artificial (IA).

Sí. Los padres de la informática, Claude Shannon y Alan Turing, a finales de los años cuarenta, llegan separadamente a la misma conclusión: que el ajedrez es el mejor campo de experimentación para la IA. El número de partidas diferentes en un tablero de ajedrez es mayor que el número de átomos que hay en el universo entero conocido. Hablamos de un 1 seguido con 123 ceros. Para la mente humana, esa cifra se aproxima al concepto de infinito; pero, por una máquina, se convierte en finita y, por tanto, manejable. Shannon y Turing concluyeron que, si lograban que una máquina ganase un campeón de ajedrez, el proceso científico sería tan complejo y rico que podrían aplicar todo el aprendizaje en otros campos. Y tenían razón, aunque tardaron más de lo que suponían: unos 50 años.

¿En qué campos se aplicó todo lo aprendido?
Ámbitos como el de la ciencia molecular, la fabricación de medicamentos complejos, la previsión meteorológica, las finanzas, la planificación de la agricultura, cuestiones medioambientales, etc. Pero todavía queda lo más impactante: gracias a lo aprendido en el ajedrez, se ha logrado el mayor avance en la historia de la biología: descifrar el comportamiento de las proteínas, esenciales para la vida. Los mayores expertos aseguraban que tardaríamos siglos, pero sólo hemos tardado 25 años.

Si una máquina calcula millones de jugadas en un segundo, ¿por qué fue tan difícil que los ordenadores ganaran los grandes campeones de ajedrez que carecen de la fuerza bruta de la máquina?

Una computadora, en una fracción de segundo, comprende que una dama vale 10 y un peón 1. Pero, en ajedrez, aparecen muchas excepciones y, en una gran cantidad de posiciones, la dama no vale 10 y, en cambio, un peón puede ser muy importante si, por ejemplo, domina casillas vitales. Un niño de seis años esto lo entiende en un minuto por puro sentido común. Pero, ¿Cómo programas el sentido común en una máquina? La computadora sólo entiende un lenguaje de ceros y unos; por eso, posee una fuerza sucia descomunal. El mayor éxito fue cuando los informáticos consiguieron programar en una máquina algo parecido a la intuición humana; es decir, que la computadora comprendiese el valor relativo de las piezas y fuese capaz de sacrificarlas para conseguir al final de la partida un ataque ganador. Esto fue un prodigio.

¿Quieres decir que no sacrificaba una pieza mediante un cálculo preciso y perfecto?
Exacto, lo hacía por vía intuitiva, porque eso le daba un ataque fuerte. Pero el concepto de ataque fuerte es etéreo para una máquina, no para una persona. Cuando programaron esta intuición, los ordenadores ya empezaron a jugar mejor que el campeón del mundo de ajedrez.

Tiene ironía: la computadora gana si se asemeja a nosotros. Y entonces, ¿Qué nos queda a los humanos?
La belleza del juego, que en ajedrez es hija del error. Tú y yo hacemos una partida, yo me equivoco y tú encuentras una combinación brillante que te da la victoria. Los ordenadores procesan jugadas interesantes desde una perspectiva técnica. A nosotros nos queda la belleza.

¿En qué pueden ayudar el ajedrez en la vida cotidiana?
En muchas cosas. Primero, en pensar con coherencia. Hoy, en los países más avanzados entre comillas, de vida rápida y estresante, la gente piensa cada vez menos. Suma el mal uso de las redes, la basura producida por los canales de televisión (mucha en horario infantil) y la desigualdad creciente en muchos países. Entonces, ¿Qué es mejor que un juego que instala en tu mente el hábito de pensar? Ante una situación, un proyecto o un problema, lo primero que debes hacer es pensar. Además, el ajedrez también desarrolla mucho la calidad de la autocrítica. El ajedrez es un juego sin árbitros y, si pierdes, no puedes culpar a nadie de tu derrota.

Importante, sí.

Te digo otra: el pensamiento flexible, vital hoy en día en el siglo XXI. En los últimos 25 años, el mundo ha cambiado más que en ningún otro período de la historia de la humanidad. Y cambiará más. La mitad de nuestros niños de los países avanzados ejercerán profesiones que todavía no existen, que requerirán tecnología todavía no inventada. El ajedrez desarrolla mucho la capacidad de adaptarte rápidamente a una realidad cambiante, porque, durante una partida, el reloj pierde segundos y un movimiento plantea una nueva relación entre las piezas. Son procesos cerebrales que automatizas y trasladadas a tu vida.

Las matemáticas, la música y el ajedrez son los tres ámbitos que más niños prodigio han dado. Tú en tu libro señalas también el valor de la inteligencia emocional en el ajedrez educativo.

Sí, es un tipo de inteligencia importantísima en la pedagogía del siglo XXI. He dicho antes que el ajedrez es boxeo mental, pero también es una lucha de emociones. Tienes que controlarlas durante la partida e intentar conocer las de tu contrincante para saber cómo jugar.

De hecho, hablas del ajedrez como el deporte más violento de todos y que por eso hay que dominar las emociones aún más.

Sí, porque un jugador de fútbol u otro deportista puede desahogar la tensión gritando, corriendo o saltando; pero, en el ajedrez, como mucho, puedes pasear por el escenario y poco más. Toda la tensión se acumula durante cuatro o cinco horas sobre el tablero y es necesario saber gestionarla. Primero, identificar las emociones y, después, comprender cuándo sientes angustia; o si estás demasiado confiado; o si tienes miedo al rival, si eres muy o poco prudente, etc. Todo el universo de las emociones está en juego durante una partida.

¿Y qué es lo que mejor funciona en materia educativa?
El uso interdisciplinario y transversal del ajedrez. Por ejemplo, la geometría, las matemáticas o el álgebra se explican de una manera eficaz y divertida con el ajedrez, y sin que el profesor tenga que saber jugar. La inteligencia emocional es transversal en todo el plano educativo y así los niños aprenden jugando con ellos.

¿Y cómo estamos en materia educativa?
España está a la vanguardia mundial de ajedrez educativo, a partir de lo que yo llamo el “milagro del 11 de febrero de 2015”, cuando todo el Congreso de los Diputados por unanimidad apoyó al ajedrez como herramienta educativa. En 2018, 10 de las 17 comunidades autónomas ya habían introducido el ajedrez en los horarios lectivos, de las cuales cinco lo están haciendo muy bien. Cataluña es una. De hecho, ha recibido la etiqueta de modelo de buenas prácticas para el resto del mundo.

¿Y cómo valoran los propios maestros y educadores el ajedrez educativo?
Cuando se dan cuenta de que el ajedrez funciona tan bien de forma transversal e interdisciplinaria, llegan a la conclusión de que el juego debe tener su propia hora lectiva, con objetivos pedagógicos apropiados a cada etapa, sea infantil, primaria o secundaria. Y es muy importante hacerlo así.

En comparación con los hombres, ¿por qué hay tan pocas mujeres jugadoras de ajedrez? Es un misterio analizado a lo largo de la historia del ajedrez. Señalas que existen dos grandes teorías avaladas por estudios científicos sobre esta cuestión: la primera afirma que las mujeres están menos dotadas para ámbitos cuantitativos (matemáticas, física, ingeniería…). La segunda, que ambos sexos nacen con el mismo potencial intelectual, pero que, por circunstancias socioculturales (discriminación social), muchas mujeres no se dedican a dichos ámbitos.

Es una pregunta importante, sí. ¿Por qué por cada mujer que juega al ajedrez, hay entre 7 y 14 hombres? ¿Y por qué ocurre esto en un deporte donde la fuerza bruta no sirve para nada? El ajedrez, en la inmensa mayoría de los países, tiene un sello de masculinidad. Según algunos estudios científicos, hay diferencias entre un cerebro masculino y uno femenino: existen porque las hormonas son diferentes. Lo que no se sabe es hasta qué punto son distintas. Sin embargo, hay que investigar más y, desde una perspectiva rigurosamente científica, dejar abierta la posibilidad de que un sexo esté más capacitado que otro para determinadas actividades, y al revés. Ahora bien, ante tu pregunta, yo diría que es más por una razón educativa que genética.

Tú lo expresas con una frase: las mujeres, si quieren, pueden jugar tan bien como los hombres; pero, normalmente, no quieren.

Es un hecho (otra cosa es explicarlo) que, cuando se llega a la pubertad, el número de niñas que abandonan el ajedrez es muy grande, más que el de niños. Y ocurre justo cuando existe la explosión hormonal propia de la edad. Para la mayoría de niños de esta edad, convertirse en lo mejor en alguna actividad suele ser una prioridad. En cambio, para la mayoría de niñas de esa edad, no lo es. Suelen tener otras prioridades como, por ejemplo, ampliar su círculo social.

Tú haces una lista de las grandes jugadoras de la historia del ajedrez y entre ellas destacas Judit Polgar, la más importante, considerada la mejor jugadora de ajedrez de la historia, la única mujer que ha conseguido estar entre los 10 primeros jugadores de la clasificación mundial.
Exacto. Judit Polgar y sus hermanas, también grandes jugadoras de ajedrez, tuvieron pubertad, una enorme inundación de progesterona en los cerebros y, en cambio, no dejaron de jugar al ajedrez. Y, además, lograron resultados impresionantes.

Cuentas una escena de cómo Judit Polgar sembraba el pánico entre los grandes jugadores de ajedrez. Y cómo éstos se extrañaban de ver a una mujer compitiendo por el campeonato mundial.

Yo fui educado en la España franquista, y, cuando jugaba torneos internacionales y me enfrentaba a una mujer, yo sentía una presión enorme que yo mismo me infundía, como si por la educación que yo había recibido fuera inconcebible perder con una mujer. Me duró poco, porque, al igual que el nacionalismo se cura viajando, el machismo, también. En una dosis mayor o menor, el machismo es universal. Y, en ajedrez, más aún, porque siempre ha sido un mundo muy masculino, con pocas mujeres. La irrupción de Judit Polgar fue una revolución total en los torneos de élite. Ella era capaz de ganar incluso al campeón del mundo. Por último, cuando los grandes jugadores se acostumbraron, la aceptaron como uno más del grupo, pero duró algunos años.

Hablemos de la famosa serie Gambito de dama. Una jugadora de ajedrez como protagonista. Ha generado mucho interés por el ajedrez.
En Gambito de dama hay aspectos positivos, pero hay algo que no me gusta: la protagonista no pierde ni una sola partida hasta que la gana el campeón estadounidense. Esto es absolutamente imposible por muy grande que sea tu talento, incluso si eres el mejor jugador de la historia. Es imposible que nadie gane hasta que pierdes con el campeón. Ofrece un mensaje muy negativo, especialmente para niños.

¿Cuál?
Vivimos en una sociedad en la que parece que si pulsas un botón consigues lo que quieres. Es muy importante enseñar a los niños que cuantas más veces caigan, más veces se levantarán y más habrán aprendido de estas caídas. Si no subrayamos este mensaje, crearemos una sociedad de personas muy blandas. A veces me invitan a torneos de niños y cuando quieren que hable, antes de jugar, les digo que algunos de ellos estarán muy contentos cuando ganen, y otros, muy tristes cuando pierdan. Pero, en ajedrez, contrariamente a otros deportes, la suerte no influye, y que si pierden se pregunten por qué han perdido. Así, habrán aprendido algo útil para la próxima partida y, sobre todo, para la vida, fuera del ajedrez.

Hablemos de ajedrez y salud. Para disfrutar de los beneficios del ajedrez, ¿no es necesario ser un profesional, ¿verdad?
Hay dos planos distintos que se confunden. Muchas personas piensan que el ajedrez es para gente muy inteligente. Es un pensamiento erróneo, ya que equipara a un profesional del maratón con una persona a la que le gusta correr a veces. Lo mismo ocurre con el ajedrez. Hay un proverbio hindú que dice que el ajedrez es un mar inmenso, donde un mosquito bebe y un elefante se baña. Para disfrutar del ajedrez, basta con ser un mosquito; no es necesario ser un elefante.

¿Qué beneficios tiene la práctica del ajedrez en materia de salud?
Hay suficientes evidencias científicas que permiten afirmar que la práctica frecuente de ajedrez a lo largo de la vida ralentiza el envejecimiento cerebral y, por tanto, el alzhéimer o la demencia senil. España tiene la segunda esperanza de vida más alta después de Japón y quizás hacia el año 2040 será aún más alta. Nuestros abuelos ya habían asumido que era necesario realizar ejercicio físico. Pero, ahora, comprendemos que también debemos practicar alguna gimnasia mental, y el ajedrez, no es la única, pero sí la mejor según la ciencia.

¿Por qué al ajedrez, metáfora de la inteligencia, considerado por muchos un juego, un deporte e incluso un arte, le ha faltado visibilidad?
Al ajedrez les ha pasado igual que al balonmano. El balonmano tenía raíces escandinavas y eslavas, y no se cuidó su marketing. El ajedrez era una pasión popular en la URSS, pero sin ningún interés por la imagen y la comunicación. Ahora, esto ha cambiado. Cuando el joven Magnus Carlsen, actual campeón del mundo, firmó un contrato con la marca de ropa juvenil G-Star, tuvo que realizar sesiones fotográficas, entrevistas, fiestas, etc. Y esto ha llevado al ajedrez a ámbitos donde antes no habían llegado.

Por cierto, una curiosidad para acabar: las aperturas en el ajedrez son los primeros movimientos de una partida. Hay un montón, algunas muy famosas como la apertura italiana, la española, la escocesa, etc. Pero existe también la apertura catalana. ¿Es buena para jugar?
Sí. La apertura española y la catalana están entre las más antiguas y todavía están vigentes, de las más utilizadas hoy en día. De la española, hace cuatro siglos, y de la catalana, más de cien años. Son dos concepciones diferentes del ajedrez que muestran su época. La defensa española tiene que ver con la época romántica y lo más importante es hacer jaque mate al rey, lo más rápido posible. En cambio, la apertura catalana es un bombardeo: en lugar de ocupar el centro con los peones desde el minuto uno, presionas el centro del tablero de lejos e invitas a tu rival a tomar el centro para atacarle después.

Leontxo García Periodista y divulgador del ajedrez 

Traducción: Josep M. Gil