Algún anónimo, sin embargo, se ha dado por aludido y le ha enviado un correo amenazante. Le dio siete días para disculparse, el plazo ha pasado: “Y sigo vivo”. Está tranquilo porque, aunque posiblemente el anónimo sea un psicópata, nadie sabe dónde vive y nunca va a la redacción del periódico The Guardian, para el que trabaja. “Solo soy vulnerable cuando voy al Starbucks a por mi desayuno y podría tirarle el café y salir corriendo”, bromea.
Le gusta trabajar en casa porque se declara introvertido. “La idea de trabajar en una oficina llena de gente me horroriza”, confiesa. Cree que su timidez es una ventaja para ser periodista, porque es bueno pasar un cierto “sufrimiento” para hablar con alguien. Él lo ha sentido en los dos años que ha pasado entrevistando a psicópatas en centros médicos y en despachos de grandes empresas. El resultado tiene un tono humorístico a pesar de la gravedad de su tesis: “Ellos dirigen el mundo”. Se hace de rogar para dar un nombre. “Con el libro enseño a identificarlos y que la gente se atreva a husmear en los corredores del poder para identificarlos”. Finalmente, entre un bocado a sus mejillones y otro al atún de la periodista, se lanza: “Berlusconi sería un prototipo”.
No tener remordimientos, no sentir empatía, ser un manipulador, tener un ego inflado o mentir de manera patológica son algunos de los 20 rasgos —para ser psicópata hay que cumplir al menos 16— que, según Ronson, caracterizan a los líderes empresariales y políticos. Pero ¿cómo han llegado a dominar el mundo? “Porque el sistema capitalista premia ciertas características del psicópata. Por eso, mucha gente actúa sin escrúpulos aunque no lo sean”. Con las manos en constante movimiento sobre su plato para el pan, que ha utilizado para comer sus raciones, Ronson desvela que al escribir el libro ha descubierto la solución a una de las grandes preguntas de la vida. “¿Por qué el mundo es como es? La respuesta son los psicópatas”. “Son los causantes de la crisis financiera”, añade en otro momento.
Pero, afortunadamente, esta revelación no ha resuelto todas sus dudas. “¿Por qué los españoles... Leer más aquí, ALEJANDRA AGUDO, El País, 2 ABR 2012