_- Según la teoría del psicólogo inglés, esto explica por qué es probable que las personas que obtienen una puntuación alta en un tipo específico de prueba de inteligencia obtengan una similar en otros tests de inteligencia.
Un siglo después, expertos aseguran que esta misma tendencia también puede aplicarse para explicar la "malevolencia" o el "lado oscuro" de las personas.
Y también le pusieron nombre. Se trata del "factor D".
¿Puede la forma de tu cerebro afectar rasgos de tu personalidad?
Un nuevo test de personalidad: ¿con cuál de sus 4 categorías te identificas?
Una nueva investigación llevada a cabo por un equipo de psicólogos de Alemania y Dinamarca sugiere que características como el egoísmo, el rencor o el sadismo comparten un mismo denominador común.
Fin de las recomendaciones
Y aunque nos parezca mucho más habitual que una persona pueda ser egoísta antes que psicópata, lo cierto es que el estudio demuestra que todos los aspectos oscuros de la personalidad humana están estrechamente relacionados y se basan en una misma tendencia.
O en otras palabras: si tienes uno de estos rasgos, es muy probable que puedas desarrollarlos.
Según el estudio, el egoísmo comparte un mismo denominador común con otros rasgos oscuros como el rencor o el narcisismo.
Esto significa, según los investigadores, que si una persona exhibe un comportamiento malévolo específico (como el gusto por humillar a otros) tendrá una mayor probabilidad de participar también en otras actividades malévolas como hacer trampa, mentir o robar.
"Los rasgos oscuros tienen mucho más en común que lo que los diferencia. Y el conocimiento sobre este 'núcleo oscuro' puede jugar un papel crucial para los terapeutas que trabajan con personas con estos rasgos específicos", dijo Ingo Zettler, uno de los investigadores y profesor de psicología en la Universidad de Copenhague, en Dinamarca.
"Lo vemos, por ejemplo, en casos de violencia extrema, incumplimiento de normas, mentira y engaño en los sectores corporativos o públicos. Aquí, el conocimiento sobre el factor D de una persona puede ser una herramienta útil para evaluar la probabilidad de que la persona vuelva a delinquir o participe en conductas más dañinas", aseguró.
Anteponer nuestros objetivos
El factor D es "la tendencia general a maximizar la propia utilidad individual, sin tener en cuenta, aceptar o provocar de manera malintencionada la falta de utilidad para los demás, acompañada de creencias que sirven como justificaciones", cita el informe.
O dicho de otro modo, el factor D es el hábito de colocar nuestros propios objetivos e intereses antes que los de los demás, provocándonos en ocasiones placer por el hecho de lastimar a los otros.
Esta tendencia suele ir acompañada de excusas o justificaciones que sirven para evitarnos sentimientos de culpa o vergüenza.
El factor D es la tendencia a anteponer nuestros propios intereses a los de los demás.
En el estudio, que acaba de ser publicado en la revista científica Psychological Review, los investigadores preguntaron a más de 2.500 personas en qué grado se mostraban de acuerdo con afirmaciones como "A veces vale la pena sufrir un poco para ver a otros recibir el castigo que merecen" o" Sé que soy especial porque todos me lo dicen ".
También se preguntó a los participantes sobre su agresividad, impulsividad y comportamiento egoísta o poco ético.
Hace más de 100 años, Charles Spearman aseguró que la inteligencia se compone de un factor general: el llamado factor G.
La investigación demuestra que los rasgos oscuros en general pueden entenderse como ejemplos de un núcleo común, aunque pueden diferir en qué aspectos son predominantes (por ejemplo, el aspecto de justificaciones es muy fuerte en el narcisismo, mientras que el aspecto de la falta de utilidad provocada malévolamente es la característica principal del sadismo).
El factor D también está presente en el comportamiento asociado al rencor.
Según los expertos, su investigación demuestra cómo este factor D está presente en nueve de los rasgos oscuros de personalidad más estudiados:
Egoísmo: preocupación excesiva sobre la propia ventaja a expensas de la de los demás.
Maquiavelismo: actitud manipuladora e insensible y la creencia de que los fines justifican los medios.
Desconexión moral: estilo de procesamiento cognitivo que permite comportarse sin ética sin sentir angustia.
Narcisismo: excesivo ensimismamiento, un sentido de superioridad y una extrema necesidad de recibir atención de los demás.
Derecho psicológico: creencia recurrente de que uno es mejor que los demás y merece un mejor trato.
Psicopatía: falta de empatía y autocontrol, combinada con un comportamiento impulsivo.
Sadismo: deseo de causar daño mental o físico a otros para el propio placer o para beneficiarse a sí mismo.
Interés propio: deseo de promover y resaltar el propio estado social y financiero.
Rencor: disposición para causar daño o destruir a otros, incluso si uno mismo se daña en el proceso.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-45685775
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martes, 23 de octubre de 2018
sábado, 7 de abril de 2012
El periodista británico Jon Ronson, señala en un libro a algunos políticos como desequilibrados y afirma que “El capitalismo premia rasgos del psicópata”
Se revuelve el pelo con las manos constantemente y manosea el tenedor antes de que lleguen las tres tapas que ha pedido para comer. “Soy muy nervioso, me preocupo mucho por todo. Eso significa que no soy un psicópata”. Jon Ronson (1967), escritor y periodista británico, presenta en España su último libro, ¿Es usted un psicópata?, en el que señala a las altas esferas políticas y empresariales como tales. “Y no hablo de nadie con quien no me haya reunido”.
Algún anónimo, sin embargo, se ha dado por aludido y le ha enviado un correo amenazante. Le dio siete días para disculparse, el plazo ha pasado: “Y sigo vivo”. Está tranquilo porque, aunque posiblemente el anónimo sea un psicópata, nadie sabe dónde vive y nunca va a la redacción del periódico The Guardian, para el que trabaja. “Solo soy vulnerable cuando voy al Starbucks a por mi desayuno y podría tirarle el café y salir corriendo”, bromea.
Le gusta trabajar en casa porque se declara introvertido. “La idea de trabajar en una oficina llena de gente me horroriza”, confiesa. Cree que su timidez es una ventaja para ser periodista, porque es bueno pasar un cierto “sufrimiento” para hablar con alguien. Él lo ha sentido en los dos años que ha pasado entrevistando a psicópatas en centros médicos y en despachos de grandes empresas. El resultado tiene un tono humorístico a pesar de la gravedad de su tesis: “Ellos dirigen el mundo”. Se hace de rogar para dar un nombre. “Con el libro enseño a identificarlos y que la gente se atreva a husmear en los corredores del poder para identificarlos”. Finalmente, entre un bocado a sus mejillones y otro al atún de la periodista, se lanza: “Berlusconi sería un prototipo”.
No tener remordimientos, no sentir empatía, ser un manipulador, tener un ego inflado o mentir de manera patológica son algunos de los 20 rasgos —para ser psicópata hay que cumplir al menos 16— que, según Ronson, caracterizan a los líderes empresariales y políticos. Pero ¿cómo han llegado a dominar el mundo? “Porque el sistema capitalista premia ciertas características del psicópata. Por eso, mucha gente actúa sin escrúpulos aunque no lo sean”. Con las manos en constante movimiento sobre su plato para el pan, que ha utilizado para comer sus raciones, Ronson desvela que al escribir el libro ha descubierto la solución a una de las grandes preguntas de la vida. “¿Por qué el mundo es como es? La respuesta son los psicópatas”. “Son los causantes de la crisis financiera”, añade en otro momento.
Pero, afortunadamente, esta revelación no ha resuelto todas sus dudas. “¿Por qué los españoles... Leer más aquí, ALEJANDRA AGUDO, El País, 2 ABR 2012
Algún anónimo, sin embargo, se ha dado por aludido y le ha enviado un correo amenazante. Le dio siete días para disculparse, el plazo ha pasado: “Y sigo vivo”. Está tranquilo porque, aunque posiblemente el anónimo sea un psicópata, nadie sabe dónde vive y nunca va a la redacción del periódico The Guardian, para el que trabaja. “Solo soy vulnerable cuando voy al Starbucks a por mi desayuno y podría tirarle el café y salir corriendo”, bromea.
Le gusta trabajar en casa porque se declara introvertido. “La idea de trabajar en una oficina llena de gente me horroriza”, confiesa. Cree que su timidez es una ventaja para ser periodista, porque es bueno pasar un cierto “sufrimiento” para hablar con alguien. Él lo ha sentido en los dos años que ha pasado entrevistando a psicópatas en centros médicos y en despachos de grandes empresas. El resultado tiene un tono humorístico a pesar de la gravedad de su tesis: “Ellos dirigen el mundo”. Se hace de rogar para dar un nombre. “Con el libro enseño a identificarlos y que la gente se atreva a husmear en los corredores del poder para identificarlos”. Finalmente, entre un bocado a sus mejillones y otro al atún de la periodista, se lanza: “Berlusconi sería un prototipo”.
No tener remordimientos, no sentir empatía, ser un manipulador, tener un ego inflado o mentir de manera patológica son algunos de los 20 rasgos —para ser psicópata hay que cumplir al menos 16— que, según Ronson, caracterizan a los líderes empresariales y políticos. Pero ¿cómo han llegado a dominar el mundo? “Porque el sistema capitalista premia ciertas características del psicópata. Por eso, mucha gente actúa sin escrúpulos aunque no lo sean”. Con las manos en constante movimiento sobre su plato para el pan, que ha utilizado para comer sus raciones, Ronson desvela que al escribir el libro ha descubierto la solución a una de las grandes preguntas de la vida. “¿Por qué el mundo es como es? La respuesta son los psicópatas”. “Son los causantes de la crisis financiera”, añade en otro momento.
Pero, afortunadamente, esta revelación no ha resuelto todas sus dudas. “¿Por qué los españoles... Leer más aquí, ALEJANDRA AGUDO, El País, 2 ABR 2012
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