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miércoles, 25 de enero de 2017

_--Ken Loach y Francesc Valls, Daniel Blake y Rosa.


_-Rosa Guevara Landa


_-Los del global-imperial nos amenazan por tierra, mar y aire si reproducimos sus artículos. La propiedad es la propiedad y todo lo demás son historias quiméricas de cinco estúpidos antisistema, vienen a sostener. Como sus amenazas no son en vano, dan duro con su puños de hierro y capital, no podemos reproducir en esta ocasión un artículo, excelente, del periodista Francesc Valls [FV] del pasado domingo 20 de noviembre en las páginas de su edición catalana.

Un resumen comentado. Vale la pena recordar algunas de sus consideraciones y reflexiones.

Rosa, recuerda FV, “la mujer de 81 años que hasta la madrugada del pasado lunes vivía en Reus, murió víctima de la burocracia y la ley del más fuerte”. La situación, señala, tiene cierto paralelismo con la planteada por Ken Loach en Yo, Daniel Blake. “La película explica cómo unos servicios públicos privatizados -esa entente cordial que inició el thatcherismo y continuó el blairismo- meten a un carpintero de Newcastle en un callejón sin salida”. Tanto en el caso inglés como en el catalán, prosigue, “se evidencia cómo la combinación de un Estado del bienestar destazado y en retirada y un voraz y amoral mercado arruina y acaba con vidas”. Quien dice catalán dice español en este caso y quien dice Thatcher y Blair dice, debe decir, González Gas-Gal (en algunas de sus etapas), Aznar y Rajoy, aparte, desde luego, de Pujol, Mas, CDC, Puigdemont y sus alrededores intresados. El amoral mercado remite, por supuesto, a las características generalizadas del sistema capitalista en prácticamente todas sus variantes. No irrumpió, pensando en términos generales, en los años 80 del siglo pasado. Desde luego que no, fue mucho antes.

Cataluña, recuerda oportunamente FV, “tiene su ley de Pobreza Energética surgida de una iniciativa legislativa popular”. De ahí surgió efectivamente, no de una iniciativa gubernamental. “El texto consta de dos partes: una suspendida por el Tribunal Constitucional y relativa a los desahucios y a la vivienda, y otra en vigor que tiene como objetivo ayudar a las personas que no pueden hacer frente a los recibos de agua, gas o electricidad”. Remarco: la segunda parte en vigor. Jordi Mir Garcia, un profesor y activista de la Pompeu, no ha dejado de recordarlo una y otra vez. En su libro, por ejemplo, sobre el 15M editado por el Topo. Aunque, insiste FV, “el relato soberanista argumenta que el Gobierno central impide con sus recursos al Constitucional que Cataluña combata la pobreza energética, esa no es toda la verdad”. No lo es.

Estamos, señala el periodista del global que no va de imperial, ante una conocida historia: “la política no dirige la economía. Todo se complementa y encaja: el gigantismo de las grandes compañías, la jibarización de lo público y las célebres puertas giratorias que tanto seducen a los políticos retirados”. En el colmo de la perversión, añade, “el eléctrico es un sector regulado. El Gobierno central es quien autoriza sobre el papel la subida de la factura de la luz, que en los últimos 10 años -hasta 2015- se ha incrementado en un 84%, según afirma la Alianza contra la Pobreza Energética”. De 100 a 184, nada menos, y en 10 años, 7 de ellos atravesados por una crisis galopante y una fuerte disminución del poder adquisitivo de los sectores más desfavorecidos. De más del 10% según algunas fuentes.

Ante el panorama descrito, ante esta subordinación de la políticas a las grandes corporaciones, un signo definitorio de nuestra supuesta postmodernidad, no es de extrañar, sostiene FV, “que el Ejecutivo de la Generalitat se encoja y solo haya impuesto 18 multas desde que la ley entró en vigor el año pasado: todas ellas por la cantidad mínima de 10.000 euros”. Todas ellas. En total, 180 mil euros. Calderrilla para poderes que generan beneficios millonarios. En este país, prosigue, “un 10% de la población tiene problemas para mantener sus hogares a una temperatura adecuada durante el invierno. Hay una ley aprobada y en vigor para defenderlos, pero ayuntamientos y movimientos sociales ven temor reverencial a la hora de aplicarla”. No les falta razón. ¿Por qué? Porque “consideran que desde la Generalitat se ha hecho escasa publicidad de los derechos que comporta para los ciudadanos. Y es que el giro de la vieja Convergència para pasar de business friendly a casual leftly va a trompicones”. Como decía Mark Twain refiriéndose a Estados Unidos, la cita desde luego es de FV, “en nuestro país poseemos tres dones divinos infinitamente preciosos, la libertad de expresión, la libertad de consciencia y la prudencia para no ejercer jamás ninguna de las dos. Por eso es destacable que el presidente Carles Puigdemont haya señalado como culpable apuntado, con nombre y apellidos, a la empresa suministradora de la anciana fallecida en Reus: Gas Natural”. Es destacable, desde luego, sin olvidar la presión ciudadano y esperando a ver en qué queda cuando pase un poco de tiempo. Sea como fuere, en la manifestación del pasado sábado 19 de noviembre en Barcelona (¡sin esteladas!), la ausencia de los grupos relacionados con Junts pel sí fue total. Cero absoluto. Una pancarta y cinco personas vinculadas a la ANC, para quedar bien y para que nada pueda decirse, fue toda su aportación. Esos temas no van con ellos ni con el secesionismo. Lo suyo es la construcción de un nuevo y justo país. ¡Ja ja, ja!

La tragedia de Rosa, concluye FV, “ha permitido conocer que la Generalitat no puede hacer cumplir la ley a pesar de las 25 reuniones que ha mantenido con las grandes compañías eléctricas”, al contrario de lo que ha sucedido con otro servicio fundamental (el del agua). Desde Gas Natural se aduce, les sonará el argumento, “que la ley no ha sido desarrollada con el reglamento previsto”. Sin embargo, el punto es más que importante, “el pasado mes de octubre la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa)... recurrió a los tribunales para impugnar el protocolo”. En cualquier caso, y este es también el punto, “antes de proceder al corte del suministro por impago, la letra de la ley catalana obliga a las compañías a comunicarlo a la Administración. En el fondo del debate está quién se hace cargo de la factura, que se liquidaría con un 1,5% de los beneficios de Endesa, Gas Natural e Iberdrola”. El dinero, siempre, en el puesto de mando. No la vida, y menos de gentes como Rosa.

Es cierto, admite FV, “que las empresas suministradoras facilitan a través de sus páginas web o telefónicamente bonos para ayudar a los clientes que se encuentren en situación de pobreza”, pero, como sabemos todos, “el acceso para los posibles beneficiarios de esas medidas no es fácil por razones culturales: requiere moverse con soltura en la red”. El ejemplo de Daniel Blake de Loach. En cambio, la cara ocultada, “cualquier beneficiario de un bono lo pierde automáticamente si él mismo o alguien de su unidad familiar accede a un contrato, aunque apenas supere el centenar de euros mensuales”. En el caso Rosa, Gas Natural dice desconocer “su situación de vulnerabilidad”. ¿Se lo creen? Yo no, no les creo nunca. Mienten por sistema. En su cosmovisión, la verdad es asunto de estúpidos y de cretinos. No tiene nunca el color del dinero.

“Rosa murió en silencio. La pobreza la mató sin que las alarmas, esta vez, despertaran a nadie”. Son las palabras finales de FV. Las hago mías. a continuación el enlace al original de El País...

Daniel Blake, en Reus.
La tragedia de Rosa ha permitido conocer que la Generalitat no puede hacer cumplir la ley de pobreza energética a pesar de las 25 reuniones que ha mantenido con las grandes compañías eléctricas

viernes, 2 de diciembre de 2016

El lado oscuro, crematístico y criminal de las pseudociencias

Rosa Guevara Landa

La última: estas prácticas [de fraude], ¿pueden ocasionar males en las sociedades más allá del mal en sí, por engaño, que representan?

Claro, dan alas a todos aquellos charlatanes que reniegan de la Ciencia y su método, y contaminan las conciencias con creencias y supersticiones muy peligrosas.

Alfredo Cano Maldonado (2016)

Tomo pie en un artículo de Javier Salas del pasado sábado 27 de febrero [1]. Sirva lo siguiente como preámbulo:

Creer que la Tierra está inmóvil en el centro de Universo, sin rotar los días impares y deslumbrada permanentemente por una música cósmica similar al concierto para clarinete de Mozart y a la obertura del Tannhäuser wagneriano es una creencia falsa pero, en principio y así de entrada, para nuestra vida cotidiana es inocua. No causa grandes males, más allá del alejamiento de la verdad, en las sociedades humanas; no genera inexorablemente peligrosas prácticas muy dañinas para nuestra vida.

Pero no todas las falsas creencias son así, no todas son de este tipo.

No es la primera vez qué pasa; debería ser la última. No hay que idealizar ninguna práctica humana. Tampoco la ciencia por supuesto, cuyas limitaciones conocemos (aunque en muchos campos sea lo mejor que tenemos, lo mejor que hemos sido capaces de conseguir). No lo sabemos todo y no todo lo que creemos saber está suficientemente justificado. Pero sabemos que muchos supuestos saberes que se presentan como tales, son cuentos nada inocentes, malos e interesados cuentos con efectos muy negativos. Algunas de esos efectos saben a muerte, a maldito baile de muertos.

Cualquier alerta es poca. Las pseudociencias, sobre todo en campos de la salud pública y en casos de gravedad, nos jugamos mucho en este caso, son un ámbito en el que toda cautela es insuficiente. Concienciar y concienciarnos es tarea de cada día y de cada una de nosotras. El principio de precaución se impone: pensemos, consultemos, informémonos bien, estemos atentos a lo que nos cuentan, no nos desesperemos, no nos debemos dejar llevar por el dolor y la falta de esperanza.

Un ejemplo reciente de los desastres a los que estoy apuntado:

1.“Papá, me he equivocado". Es Julián Rodríguez quien la pronuncia. Repite lo que le dijo Mario, su hijo de 21 años. Poco antes de morir.

2.Mario abandonó el tratamiento médico de su leucemia para abrazar una terapia recomendada por alguien que aseguraba y asegura ser capaz de curar el cáncer con vitaminas. Insisto: aseguraba. Muchos, en el caso de Mario, hubiéramos podido caer.

3.El calvario de Mario duró seis terribles meses. Falleció en julio de 2014.

4.Las ganancias de los “aseguradores de falsas creencis”: Julián Rodríguez calcula que el curandero le costó 4.000 euros en tratamientos a su familia

5. Julián ha decidido luchar para que nadie más vuelva a pasar por lo que él y su hijo fallacido han pasado. “Dos semanas después de que muriera Mario ya había declarado la guerra contra los curanderos que se aprovechan de las tragedias de la gente y su falta de conocimientos médicos: "Es tan doloroso saber que tuvo una oportunidad tan clara de salvarse”. Añade: “A mi hijo lo ha matado la incultura científica".

6.Su primera batalla: denunciar al curandero que apartó a Mario del tratamiento que podría haberle sanado. La Audiencia Provincial de Valencia le acaba de dar la razón. Exige al juez , un juez “que inicialmente desestimó la denuncia”, que reabra el caso para procesar al falso médico "como mínimo, por un delito de intrusismo". Los magistrados/as consideran, con razón, “que este pseudoterapeuta, que se presenta como experto en "medicina natural y ortomolecular", debe responder por fingir que es capaz de curar el cáncer con sus recomendaciones”.

7.Según el médico que trataba a Mario, el farsante no sólo le convenció para que se negara a un trasplante y a darse la quimio: “le prescribió un tratamiento que interfería en su recuperación con elementos contraproducentes, como hongos y alcohol”. A Mario hubo que intervenirle en el intestino por una infección

8.El padre de Mario ha creado una asociación para proteger a los enfermos "de los mensajes de estos estafadores", luchando contra la difusión de mensajes contrarios a la ciencia médica que, por supuesto, mantiene debates, no existe una opinión oficial o guiada desde esferas transnacionales. . Sus primeros objetivos: evitar que los charlatanes vendan sus servicios en espacios públicos o con el aval de instituciones académicas. También ofrecer información contrastada sobre la verdad de las pseudoterapias.

9.El trabajo que tienen por delante es monumental: los charlatanes cuentan con importantes plataformas de difusión en la red. Discoverysalud, por ejemplo, promociona sin tapujos estas pseudoterapias. Aparece mencionado “en el escrito de la Audiencia, porque esta web promocionó el falso tratamiento contra el cáncer del curandero”. Se presentaba como médico aunque no tenga el título: la Generalitat de Valencia le retiró el cartel de su consulta.

10. Julián Rodríguez calcula que su hijo tomaba unas 25 pastillas al día por encargo del denunciado.

11..Alrededor del 13% de los españoles, según un estudio del CIS, prefiere aquellas medicinas mal llamadas “alternativas”, aquellas que están fuera del sistema sanitario por no haber probado su utilidad.

12. Julián se exalta al relatar que los centros de pseudoterapias proliferan de forma imparable, ante la "pasividad de las autoridades sanitarias".

El farsante, el “terapeuta” acusado, José Ramón Llorente, se presenta como experto en "medicina natural y ortomolecular". Ese fue el cartel que le retiró la Consellería de Sanitat tras confirmar que no tiene titulación en Medicina. Es presidente de la Asociación Española de Nutrición Ortomolecular. La llamada terapia ortomolecular se basa en el uso de altas cantidades de vitaminas y es considerada una pseudomedicina porque no existe evidencia científica de que funcione.

Llorente asegura que Mario abandonó el tratamiento por miedo a la quimioterapia y que tomó la decisión antes de acudir a su consulta. Con sus palabras: "Si se equivocó, se equivocó él".

Añade que solo le prescribió un tratamiento para mejorar sus condiciones bioquímicas: "No curo enfermedades, capacitamos al organismo para potenciar su recuperación. Y si se cura del cáncer, perfecto".

No es así, comenta Salas. Se pueden encontrar vídeos en los que defiende que la vitamina C “cura el cáncer y que la quimioterapia entorpece ese supuesto proceso”.

Su defensa: afirma que se limitaba a divulgar esa idea, que según él funciona. Pillado con las manos en el desastre afirma que él no le propone ese tratamiento a la gente que acude a su oficina.

Vale la pena insistir. Toda cautela es poca sobre todo en momentos de desesperación, cuando nadie nos puede asegurar nada. Sabemos que no hay garantías totales de cura en todos los casos pero sí que “algunas alternativas” son falsas, cuentos repletos de mentiras. De mentiras criminales difundidas sin ningún miramiento.

Notas

[1] http://elpais.com/elpais/2016/02/24/ciencia/1456341289_969832.html



Las pseudociencias ¡vaya timo! Mario Bunge