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viernes, 10 de marzo de 2023

Cómo dominar el aburrimiento.

Encontrar la raíz de nuestra falta de inspiración puede ayudarnos a decidir mejor cómo pasamos el tiempo, dicen los expertos.

Al menos una vez cada fin de semana, alguno de mis hijos —los cuales tienen 8 y 11 años— viene hacia mí arrastrando los pies y gimiendo: “Estoy aburriiiiidooooo. No hay nada qué hacer”. Cuando les recuerdo todo lo que podrían hacer (leer un libro, desarrollar algún proyecto artístico, tocar el piano), me fulminan con la mirada como si acabara de pedirles que hicieran 150 lagartijas y luego se van caminando con los hombros caídos.

Desde luego, esto no solo le ocurre a los niños. Durante los confinamientos por la pandemia que parecían no terminar nunca, muchos adultos estadounidenses dijeron sentirse aburridos. Es posible que el aburrimiento también esté contribuyendo a la falta de compromiso que muchos estadounidenses sienten en el trabajo hoy en día. Algunas investigaciones sugieren que, en fechas recientes, los adolescentes también se han sentido más aburridos que antes.

El aburrimiento no es nada bueno, pero puede ser una fuente de información útil. “Surge cuando hacemos cosas que no nos parecen ni interesantes ni satisfactorias y nos lleva a querer hacer otra cosa”, señaló Andreas Elpidorou, un filósofo de la Universidad de Louisville que estudia las emociones y la concientización.

Las investigaciones revelan que el aburrimiento puede surgir por muchas razones y que saber cuál es su origen puede ayudarnos a tomar mejores decisiones sobre la manera en que invertimos nuestro tiempo o, al menos, para replantear nuestras actividades de tal modo que sean más gratificantes. Aquí enumeramos algunas recomendaciones para que la ciencia del aburrimiento funcione para ti.

Entiende la causa
Erin Westgate, una investigadora de la Universidad de Florida, ha pasado años investigando diversos detonantes del aburrimiento y descubrió que este aparece en unas cuantas situaciones.

En primer lugar, podemos sentirnos aburridos cuando estamos en una situación en la que no somos capaces de prestar atención porque la actividad que estamos realizando es demasiado fácil o demasiado difícil. “Para que podamos poner nuestra atención en algo y mantenerla, es necesario que exista un equilibrio entre las exigencias cognitivas y los recursos cognitivos”, explicó Westgate. En otras palabras, las exigencias de la actividad tienen que coincidir con lo que nuestro cerebro pueda aportar.

Es común que cuando lo que estamos haciendo nos parece demasiado fácil, no logremos concentrarnos y esta falta de atención origine aburrimiento. Es posible que esto suceda cuando tu hijo hace que juegues con él una vez más algún juego de mesa, o “cuando estás en una reunión donde tu jefe habla del mismo tema por enésima vez y tú simplemente te desconectas”, señaló Karen Gasper, una psicóloga de la Universidad Estatal de Pensilvania que estudia la manera en que los sentimientos influyen en la vida de las personas.

También podemos sentir aburrimiento cuando lo que estamos haciendo nos parece difícil y abrumador; por ejemplo, cuando tenemos que redactar un memorando del trabajo y no sabemos por dónde empezar. De igual manera, es posible que nos aburramos “cuando estamos viendo una película que tiene una trama muy complicada y simplemente nos perdemos”, comentó Gasper.

Asimismo, tal vez nos sintamos aburridos cuando no creemos que alguna actividad tenga mucho sentido. Es común que cuando las actividades no coinciden con nuestros objetivos o valores nos hagan sentir aburridos y frustrados.

Y luego, por supuesto, están las situaciones en las que no estás haciendo nada y te sientes apático y aburrido, algo que a veces les pasa a mis hijos (¡y a mí!) cuando tenemos tiempo libre. Westgate dijo que sospecha que esto sucede porque en esos momentos no tenemos una meta en la cabeza y eso nos hace sentir perdidos e incómodos.

Si sientes desinterés, Westgate recomendó repasar las causas que explicarían qué es lo que incita tu aburrimiento. ¿Lo que estás haciendo es muy difícil o muy fácil? ¿Te parece que es un sinsentido? ¿No sabes qué hacer contigo mismo? En su experiencia, dijo, la gente es capaz de determinar con facilidad cuál de estos factores es la causa del problema.

Modifica una tarea fácil o difícil
A continuación, haz algo para resolver el problema. Esto dependerá de la situación y de la flexibilidad a tu disposición. La mejor solución cuando estás aburrido es dejar de hacer lo que estás haciendo y hacer otra cosa. Pero la escuela, el trabajo y el cuidado de los demás a menudo requieren que hagamos tareas aburridas repetidamente. Para empeorar la situación, cuando sentimos que no podemos controlar nuestras acciones la falta de autonomía puede empeorar el aburrimiento, dijo Westgate. Un estudio clásico encontró que la gente que escuchaba clases aburridas de manera obligatoria sentía que el tiempo avanzaba más lentamente que quienes habían elegido escucharlas.

Si la tarea que estás realizando parece demasiado sencilla, siempre que tengas la opción, intenta algo nuevo o estimulante, recomendó Gasper. Quizás estás comenzando a aburrirte con tus caminatas diarias y debas considerar hacer senderismo o escalar montañas. Si no tienes otra opción más que seguir realizando esa misma actividad, piensa en diversas maneras de añadirle complejidad. Elpidorou mencionó que una vez entrevistó a un empleado de UPS cuyo trabajo era estar descargando y escaneando cajas todo el día, pero comentó que nunca se aburría porque él y sus compañeros tenían algunos juegos que hacían que el trabajo fuera más complejo. Westgate añadió que también es útil poner música, puesto que escucharla “absorbe los recursos de atención adicionales con los que cuentas, de tal modo que, paradójicamente, puedes concentrarte mejor en esa actividad tan poco estimulante que estás realizando”.

Westgate recomendó que si estás aburrido porque lo que estás haciendo es demasiado difícil, es bueno dividir la tarea en partes más pequeñas con el fin de que la tarea se sienta más manejable. Plantéate el objetivo de redactar solo una sección de ese memorando del trabajo antes de irte a comer.

Observa el panorama completo
Cuando una tarea no te resulta interesante porque no crees que valga la pena, tal vez sea útil considerar cuál es su beneficio, es decir, de qué modo podría ayudarte a lograr objetivos más importantes, explicó Westgate. Por ejemplo, si a tu hija no le gustan las matemáticas, invítala a que piense de qué modo las matemáticas podrían ser provechosas para lo que le interesa en el futuro: ¿podrían mejorar su desempeño en el puesto de trabajo con el que sueña? Las investigaciones han revelado que este tipo de planteamiento ayuda a que los estudiantes se mantengan comprometidos y a que les vaya mejor en la escuela.

También resulta útil pensar cómo una tarea muy ingrata les puede servir a otras personas o cómo puede ayudar a construir una comunidad. Según Westgate, tienes la opción de pensar que ir al supermercado es una pérdida de tiempo innecesaria o, bien, que es una tarea que realizas para que tu familia esté saludable y bien alimentada. “Piensa en ella como algo que tiene importancia”, recomendó.

Dicho todo esto, si ves que constantemente te aburre lo que estás haciendo, es bueno reflexionar si hay alguna forma de eludir esas tareas, tal vez delegándolas o cambiando de profesión, aseveró Westgate. El aburrimiento frecuente también puede ser un signo de depresión, añadió; así que si te das cuenta de que casi no disfrutas tus actividades (sobre todo si antes te gustaban), mejor habla con tu médico.

Deja de navegar incesantemente por tu teléfono
No pude evitar preguntarme qué papel tienen los teléfonos inteligentes y las redes sociales en el aburrimiento. ¿Navegamos tanto por Instagram porque estamos aburridos? ¿La gratificación instantánea que obtenemos podría hacernos sentir más aburridos cuando intentamos realizar actividades cotidianas? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero algunas investigaciones revelan que, pese a que recurrimos al teléfono para paliar el aburrimiento, la tecnología también puede hacer que nos sintamos más aburridos. Westgate afirmó que le preocupa que la tecnología también pueda hacer que no respondamos de una manera constructiva ante el aburrimiento.

“Si, en vez de enfrentarla, constantemente estás mitigando esa sensación de aburrimiento con cosas como el teléfono, creo que eso impide que veamos un mensaje muy útil”, aseveró. Además, si cada vez que estás aburrido buscas el teléfono, eso estaría evitando que encuentres algo más satisfactorio.

Elpidorou explicó que podría ser de utilidad tener una lista mental de las actividades que casi siempre te parecen satisfactorias a las que puedes acudir cuando no se te ocurre qué quieres hacer, como leer, tocar algún instrumento, dibujar, tejer o cualquier otro pasatiempo. (También está bien si puedes hacer algo en el teléfono que sea relevante para ti, como comunicarte con algún amigo o hacer un crucigrama).

“Elige algo que suele gustarte —algo que puedas hacer y que generalmente deseas hacer— y comprométete a realizarlo unos minutos. Con suerte, te atrapará y el aburrimiento pasará”, dijo Gasper.

Últimamente he intentado algunos de estos enfoques y han sido útiles. Cuando vi la pantalla en blanco de la computadora a la hora de escribir estas líneas, sentí un poco de aburrimiento e hice un gesto para tomar mi teléfono y luego identifiqué la ironía de sentir aburrimiento al escribir sobre el tema y me reí. Luego dejé el teléfono a un lado y me enfoqué en escribir solo un párrafo a la vez. 

jueves, 22 de diciembre de 2016

PSICOLOGÍA. Por qué debes dejar que tus hijos se aburran. Cada vez más expertos se muestran en contra de mantener constantemente entretenidos a los niños.

Las vacaciones de Navidad ya están a la vuelta de la esquina. La iluminación y la decoración de avenidas y plazas, el espumillón de los escaparates y el ajetreo en las calles anuncian la cercanía de un tiempo de celebración que muchas familias viven con ansiedad, bajo la premisa de que el aburrimiento debe desterrarse de la rutina de sus hijos. Esta circunstancia genera en los hogares situaciones de estrés y ansiedad, en un intento de los padres por rellenar con múltiples actividades cada una de las horas que los pequeños pasan en casa. Se trata, en la medida de lo posible, evitar escuchar: “Papá, mamá, me aburro”.

Una situación, la de mantener a nuestros hijos continuamente entretenidos, a la que cada vez más expertos son contrarios. En opinión de alguno de ellos, el aburrimiento es una sensación positiva que todos, niños y adultos, podemos y debemos experimentar. Y lo defienden como una situación a la que nuestros hijos necesitan enfrentarse y resolver por ellos mismos.

Consuelo Coloma, psicóloga educativa coordinadora de la  Universidad de Padres, se muestra partidaria de que los padres dejemos a nuestros hijos que experimenten ese "aburrimiento". En su opinión, “los momentos de no saber qué hacer son positivos siempre que se produzcan de manera natural, sin fomentarlos artificialmente”.

“De unas cuantas generaciones hasta nuestros días, los padres han buscado un papel más activo en la vida de sus hijos. Quizás, por ello, hemos perdido un poco la capacidad de saber diferenciar en qué momentos es necesario que estemos presentes como padres y en cuáles no, para favorecer que sean ellos mismos los que experimenten”, afirma Coloma. “Hoy en día, los niños no disponen de ocasiones para disfrutar de juego libre, es decir, de tiempo que nadie les organiza. Así que cuando sucede una situación como el aburrimiento, ocurren dos cosas: que el niño no sabe resolverlo porque no está acostumbrado y que los padres tampoco saben cómo gestionarlo”.

Si echamos la vista atrás, las generaciones precedentes vivían las vacaciones como sinónimo de descanso y de profundos momentos de aburrimiento. Momentos en los que aburrirse era casi obligado y natural. En esta línea, ya en 1930 el filósofo Bertrand Russell dedicó un capítulo de su libro La conquista de la felicidad al valor del aburrimiento. En él manifestaba que “un niño se desarrolla mejor cuando, al igual que una joven planta, se deja reposar en la tierra. Muchos cambios de lugar, mucha variedad de impresiones, no son buenas para los jóvenes, y aprenderán a medida que crezcan a ser incapaces de soportar la fructífera monotonía”. Y seguía indicando que “una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor”.

Sabina del Río Ripoll, psicóloga perinatal, directora de Centro de Psicología y Especialistas en Maternidad (CALMA), dice: “Isaac Asimov aseguró que el aburrimiento iba a ser una de las grandes enfermedades de nuestra época con las consiguientes consecuencias a nivel emocional, mental y sociológicas. Es necesario para el desarrollo de una sociedad que sus integrantes sean personas con capacidad de crear, innovar y solucionar, y esto solo es posible si permitimos que los niños y adolescentes tengan tiempo libre para ir evolucionando en su capacidad de pensamiento creativo”. Asimismo, Del Río explica que “Ken Robison, descrito como uno de los mejores docentes del mundo por su visión del mundo educativo, nos transmite que la imaginación es la fuente de todo logro humano, y hace hincapié en que la creatividad no es algo innato, sino que se aprende igual que aprendemos a leer o multiplicar. Cuanto más creativo sea un niño en su infancia, más posibilidades, tendrá el día de mañana de autorrealizarse y de obtener éxitos en los distintos ámbitos de su vida. Un niño aburrido y con tiempo para poder conectar consigo mismo va a poder ir descubriendo cuáles son: sus aptitudes, sus pasiones, sus actitudes y sus oportunidades; los cuatro pilares básicos sobre los que este autor sustentaría el adecuado crecimiento personal de los individuos”.

Una opinión que comparte Consuelo Coloma, quien destaca que “la creatividad es la capacidad del ser humano para crear algo dónde no hay o buscar soluciones a problemas, básicamente”. Y señala que, “para que la creatividad se dé tienen que darse dos circunstancias o una de las dos: que el niño no esté haciendo necesariamente otra cosa, es decir, que no tenga su mente ocupada en otras labores; o que teniéndola ocupada tenga que resolver problemas o enfrentarse a diferentes situaciones que le promuevan resolver conflictos. Justamente, estas dos situaciones no se dan hoy, bien porque el niño ocupa la mayoría de su tiempo en realizar labores o actividades, normalmente, bajo supervisión. O si existe algún conflicto o problema siempre hay algún adulto dispuesto a solucionarle la vida para que el niño no tenga que esforzarse mínimamente para hacer volar su creatividad para dar soluciones al problema”.

¿Cómo debemos enfrentarnos a los momentos de aburrimiento de nuestros hijos? Sabina del Río afirma que “el aburrimiento del niño debe ser un problema del que debe darse cuenta y del que debe aprender a salir por sí mismo”. La psicóloga asegura que “la mejor manera de ayudar a un niño frente a su aburrimiento es permitirle un espacio y un tiempo con materiales lo menos estructurados posibles (mejor al aire libre y en compañía de más niños de su edad), y dejando que sean ellos los que busquen y pongan en marcha sus recursos, tanto internos como externos, para distraerse y disfrutar de su tiempo”.

http://elpais.com/elpais/2016/12/11/mamas_papas/1481440372_220104.html