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sábado, 19 de agosto de 2023

_- ¿Es verdad que el azúcar alimenta a las células cancerosas?


An illustration of a profile of a person drinking from a straw in a soda can; little red dots represent sugar and go from the straw to various parts of the body
Credit..._- Jam Dong
Muchos pacientes dicen que evitan los dulces para ayudar a combatir la enfermedad. Pero si bien una dieta saludable es importante, no se puede “matar de hambre a un tumor”.
 
 Durante los ocho años que Stacey Shawhan ha trabajado como especialista en nutrición oncológica, ha atendido muchas dudas de sus pacientes con cáncer acerca de la manera en que su dieta puede influir en su pronóstico. Pero hay un tema que ha surgido con más frecuencia: si consumir comidas y bebidas con azúcar alimenta las células cancerosas y puede empeorar la enfermedad

El Times Una selección semanal de historias en español que no encontrarás en ningún otro sitio, con eñes y acentos. Get it sent to your inbox. “Los pacientes con cáncer son muy vulnerables y a algunos de ellos les aterra comer”, señaló Shawhan, quien trabaja en el Centro Oncológico de la Universidad de Cincinnati. “Lo que ellos piensan es que si dejan de comer azúcar pueden matar de hambre a sus células cancerosas”.

La narrativa de que “el azúcar es el alimento del cáncer” se remonta a la década de 1920, cuando un fisiólogo alemán se dio cuenta de que algunas células cancerosas consumían más glucosa que las células sanas. Poco después de eso, aparecieron las dietas bajas en azúcar que afirmaban curar el cáncer. Encuestas recientes en Estados Unidos y Europa indican que más o menos una tercera parte de los pacientes con cáncer evitan el azúcar de manera expresa. 

Aunque los especialistas señalan que las dietas altas en azúcares añadidos pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer a lo largo de la vida, eliminar el azúcar en realidad no afecta los tumores ya existentes.

“Todas las células, así como nuestro cerebro, requieren glucosa”, comentó Philipp Scherer, quien investiga la diabetes en el Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas, en Dallas.

En otras palabras, la mejor manera de alimentarse cuando se tiene cáncer —o se está tratando de reducir el riesgo de desarrollarlo— es mediante una dieta balanceada y saludable.

El azúcar y en el riesgo de desarrollar cáncer
Scherer afirma que el azúcar no es una sustancia cancerígena. No hay pruebas que demuestren que consumir azúcar provoque cáncer por sí solo (como lo haría el tabaquismo, por ejemplo). Además, Scherer añadió que “muchísimos tipos de cáncer prefieren usar la grasa como su principal fuente de energía, así que ni siquiera es tan cierta la idea de que el cáncer prefiera la glucosa”.

No obstante, una serie de evidencias, limitada pero creciente, ha vinculado el consumo excesivo de azúcares añadidos (de los que se encuentran en las galletas, los pasteles y los refrescos) con el cáncer. Por ejemplo, una amplia revisión de estudios publicada en 2018 hizo referencia a varios de ellos que vincularon los azúcares añadidos y el consumo de bebidas azucaradas con un incremento en el riesgo de desarrollar cáncer.

Se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcar desencadena una inflamación crónica en algunas personas, cosa que puede dañar algunas células que después pueden llegar a ser cancerosas, afirmó Shawhan. También se ha demostrado que el consumo excesivo de azúcares añadidos disminuye la inmunidad, lo cual puede permitir que las células cancerosas se propaguen con mayor facilidad. Además, el consumo excesivo de azúcar puede alterar tanto el metabolismo que puede dar lugar a obesidad y diabetes, condiciones que se sabe aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer.

El azúcar y los pacientes con cáncer
Shawhan comentó que, al parecer, cuando ya se ha recibido un diagnóstico de cáncer, en la mayoría de los casos, eliminar el azúcar no desacelera ni detiene el cáncer. “Para este momento, ya no es el consumo de azúcar lo que provoca el crecimiento de las células cancerosas, sino el cáncer en sí”.

Además, según Scherer, el azúcar es esencial para casi todas las cosas vivientes. Y cuando está presente de manera natural en alimentos como los productos lácteos, las frutas y los vegetales, forma parte de una dieta saludable, explicó Natalie Ledesma, especialista en nutrición oncológica en el Centro Oncológico Integral de la Familia Helen Diller de la Universidad de California, en San Francisco.

La mayor parte de los especialistas concuerdan en que no es necesario privarse del azúcar de los alimentos naturales. Pero Ledesma puntualiza que el consumo excesivo de azúcares añadidos se ha asociado con los peores resultados —entre ellos las tasas más elevadas de mortalidad— en pacientes con cierto tipo de tumores sólidos, como los del cáncer de mama, de colon y de próstata. Ledesma mencionó que es posible que también otros tipos de cáncer puedan ser afectados, pero no existen muchas investigaciones sobre los tipos de cáncer menos comunes.

También es importante que los pacientes con cáncer gestionen su dieta sin llegar a tenerle miedo a la comida, explicó Santosh Rao, especialista en oncología integrativa en los Hospitales Universitarios de Salud Integral Connor, en Cleveland. Como resultado de su enfermedad, hasta la mitad de ellos sufre pérdida muscular y, en ocasiones, lo que recomiendan los médicos a los pacientes durante las sesiones de tratamientos extenuantes (como el Ensure, las bebidas con electrolitos e incluso las papas) pueden contener muchos azúcares, destacó Shawhan.

Aunque todo mundo debe evitar las dietas altas en azúcares añadidos, los pacientes con cáncer que padecen ciertas enfermedades metabólicas deben estar especialmente atentos porque esas enfermedades pueden perjudicar su pronóstico.

Rao señaló que “las pacientes que no tienen bien controlada la diabetes, por ejemplo, tienden a manifestar un cáncer de mama más agresivo”. Un metaanálisis también reveló que los pacientes obesos tenían mayores probabilidades de fallecer de cáncer de colon, de mama y de útero.

Cómo comer de manera más saludable sin dejar lo dulce
La mejor manera de reducir el riesgo de desarrollar cáncer, y de comer cuando se ha recibido un diagnóstico de cáncer, es seguir una dieta saludable que contenga muchas frutas y verduras naturales. Algunos estudios demuestran que las dietas mediterráneas cumplen con estos propósitos y ayudan a disminuir el riesgo de desarrollar cáncer. Combinar los carbohidratos con proteínas, fibras y grasas (una pequeña cantidad de mantequilla de maní sobre una rebanada de manzana, por ejemplo) evita los picos de glucosa que, con el tiempo, pueden provocar estragos en nuestro metabolismo y aumentar el riesgo de desarrollar cáncer.

Según Shawhan, por lo general está bien darse el gusto de comer un poco de azúcar, incluso diariamente, siempre y cuando estemos consumiendo los nutrientes esenciales del resto de la dieta. Shawhan recomienda seguir las sugerencias del Departamento de Agricultura de Estados Unidos de comer 12 cucharaditas de azúcar añadida al día o, mejor, seguir la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de seis cucharaditas.

Las investigaciones relacionadas con los sustitutos de azúcar y su influencia en el cáncer y el riesgo de desarrollarlo no son concluyentes. Los expertos recomiendan evitarlos hasta que sepamos más. Ledesma prefiere endulzar sus recetas con alimentos naturales dulces como los plátanos, los frutos rojos congelados y el puré de manzana, los cuales casi siempre forman parte de sus helados sin productos lácteos.

“La canela y el jengibre nos brindan algo dulce sin azúcar ni calorías añadidas”, destacó Ledesma.
Connie Chang es una escritora independiente en Silicon Valley y se enfoca en ciencia y crianza.

lunes, 2 de diciembre de 2019

LAURENTINO GOMES | PERIODISTA BRASILEÑO Y AUTOR DE 'ESCLAVITUD' “La esclavitud africana dio origen al racismo y fue a escala industrial”

El autor de 'Esclavitud', uno de los libros del momento en Brasil, explica que el legado del vasallaje está presente en la desigualdad social que padece el país

La esclavitud ha existido desde los albores de la historia, pero solo alcanzó escala industrial cuando los europeos trajeron por la fuerza a 12,5 millones de africanos a América. El desarrollo del continente habría sido imposible sin la explotación de los supervivientes. Escravidão (Esclavitud), del escritor y periodista Laurentino Gomes (Maringá, 63 años), es uno de los libros del momento en Brasil, un fascinante reportaje sobre un episodio histórico cuyo legado está presente en la desigualdad en el último país americano que abolió la esclavitud. El autor sostiene, en una entrevista en São Paulo con motivo del Día de la Conciencia Negra (el 20 de noviembre), que los países implicados deberían pedir perdón.

Pregunta. ¿Aprendió más con su trilogía sobre la fundación de Brasil o ahora con la esclavitud?

Respuesta. La anterior me ayudó a comprender cómo fue la construcción del Estado brasileño en el siglo XIX tras romper lazos con Portugal. Pero si quieres entender Brasil en una dimensión más profunda, debes estudiar la esclavitud, el tema más importante de nuestra historia. Todo lo que fuimos, somos y lo que nos gustaría ser tiene que ver con la esclavitud. Con casi cinco millones de cautivos africanos, fue el mayor territorio esclavo de América y el último en poner fin a la trata, en 1850, y a la esclavitud, en 1888. El país fue construido por esclavos en todos los sectores económicos, azúcar, oro, diamantes, café. Los abolicionistas del siglo XIX argumentaron que Brasil necesitaba hacer dos aboliciones: dejar de comerciar con personas e incorporar a los antiguos esclavos a la sociedad como ciudadanos, dándoles tierra, empleo y educación. Brasil nunca ha hecho esto.

P. ¿Por qué?

R. Brasil se convirtió en un paria internacional como Sudáfrica durante el apartheid. La Ley áurea (que ilegaliza la esclavitud) busca librarle de esta mancha, pero nunca hizo ningún esfuerzo por incorporar a los afrodescendientes porque significaba la renuncia de privilegios y riquezas. Por eso somos uno de los países más segregados del mundo, aunque no tuviéramos leyes de segregación racial como las de EE UU. Si mides Brasil con cualquier criterio, ingresos, empleo, seguridad pública, existe un abismo entre las oportunidades para la población blanca y la negra. Aunque desarrollamos el mito de que éramos una gran democracia racial, las manifestaciones de racismo son explícitas en las redes sociales y en el discurso del presidente de la República.

P. ¿Cuál es la traducción práctica de la segunda abolición en Brasil?

R. Si la riqueza de las naciones ya no son los recursos naturales sino el capital humano, Brasil nunca será un país decente mientras la gran mayoría de la población (negra) carezca de educación, salud y trabajo decentes. Afrontar la desigualdad social en Brasil es sinónimo de segunda abolición, porque la mayoría de los pobres son negros. Por eso digo que no es solo una reparación histórica, sino una inversión en el futuro. Esta es la principal agenda política en el futuro, incluso si tenemos un Gobierno hostil. Este es un tema atrapado en el siglo XIX. Cualquier Gobierno, partido político o campaña electoral enfrentará este legado.

P. ¿Cuál es la mayor diferencia entre la esclavitud de América y el cautiverio en el mundo?

R. Existió en el antiguo Egipto, Babilonia, la antigua Grecia y en África antes de la llegada de los europeos. La primera novedad es la escala industrial, con 12,5 millones de personas embarcadas en unos 35.000 viajes al Nuevo Mundo. La segunda, el nacimiento del racismo: es la primera vez en la historia que se asocia la esclavitud a la piel negra. Existe toda una ideología para decir que los africanos eran salvajes y que lo mejor que podía pasarles era ser esclavizados para incorporarlos a la supuesta civilización europea instalada en los trópicos.

P. La Iglesia católica distinguía entre indios y africanos.

R. Hubo una discusión filosófica y teológica sobre si esclavizar o no a los indios, pero la realidad es que fueron masacrados. Portugueses y españoles no pudieron llevar a cabo su proyecto inicial de esclavizar a los indios. Si hubieran tenido éxito, podríamos no haber tenido esclavitud africana.

P. Cuenta en su libro que algunos grandes pensadores de los siglos XVIII y XIX defendían la libertad y la esclavitud.

R. Sí, David Hume (filósofo y escritor británico) era accionista de una empresa de comercio de esclavos. Thomas Jefferson, que escribió la Declaración de Independencia de EE UU y defendía que todo ser humano nacía con los mismos derechos, poseía un gran lote de esclavos.

P. ¿Deben los países pedir perdón? Usted cuenta que el expresidente Lula da Silva lo hizo, pero el portugués Marcelo Rebelo de Souza, no.

R. Creo que sí. Es una cuestión de honestidad, algo simbólico, porque fue una masacre. Ahora, dudo si sería posible pagar esta deuda. En África existe ahora una élite heredera de aquellos aliados con los europeos que se beneficiaron de la trata. El rey Ashanti en Ghana suministraba cautivos a ingleses y holandeses. ¿Quién indemniza a quién? Es difícil. Pero una actitud política de pedir perdón es importante. El papa Juan Pablo II lo hizo en Senegal, no por toda la Iglesia, sino por los católicos implicados. También apoyó medidas prácticas, como las cuotas en escuelas y en la Administración, para personas de ascendencia africana. Existe una deuda histórica que debe abordarse con palabras y gestos concretos.

P. Cuenta que hubo un tiempo en que por cada cien habitantes de Brasil, 86 eran esclavos. ¿Por qué no se rebelaron?

R. Había manuales que aconsejaban a los agricultores que no mantuvieran grupos del mismo origen, cultura, idioma o región. Esto les impidió organizarse. Y había un sistema de recompensa y castigo. El rebelde era azotado; el cooperativo ganaba tiempo libre semanal, el derecho a cultivar un huerto, ir a misa y ganar su propia manumisión (su libertad). La principal forma de resistencia era tratar de ocupar los espacios que la sociedad le daba al esclavo para acercarse al universo de los blancos, como las hermandades religiosas. Hubo un blanqueamiento cultural: cuanto más rápido se alejara de la cultura africana, más ventajoso sería.

P. ¿Ha consultado testimonios de esclavos?

R. Poco. Desafortunadamente la historia de la esclavitud es contada por los blancos. Hay algunos testimonios y biografías relativamente raros. Otra fuente preciosa para escuchar a los esclavos son las preguntas de la policía cuando fueron acusados de delitos. Todo lo que se sabe de Palmares, el principal quilombo (asentamiento creado por esclavos huidos en Brasil) son expediciones militares.

https://elpais.com/internacional/2019/11/19/actualidad/1574201523_512609.html