La muerte de una recluta que cayó desde un mástil después de ser obligada por los oficiales a subir sin protección fue el detonante de una rebelión.
La fragata está fondeada en el sur de Argentina.
El buque escuela de la Armada alemana, la fragata Gorch Fock, se encuentra fondeado en el puerto austral de Ushuaia, en Argentina, a la espera de la llegada de un grupo de investigadores del Ministerio de Defensa alemán que deben determinar si realmente se produjo un motín protagonizado por los cadetes, o por parte de ellos, y si esa pretendida rebelión a bordo se produjo como consecuencia de la muerte de una joven recluta que fue obligada por los oficiales subir a uno de los mástiles, de 40 metros, sin protección y que cayó sobre la cubierta.
Según las informaciones difundidas por al prensa argentina los hechos ocurrieron durante la travesía y en cuanto tocó el primer puerto, en Brasil, todos los cadetes fueron repatriados en avión mientras que la fragata, con sus oficiales y tripulación habitual, siguió viaje hasta Ushuaia donde se le ordenó esperar al equipo de investigación.El caso se hizo público a raíz de una investigación abierta simultáneamente en el Bundestag, Parlamento federal de Alemania. Aunque no existe versión oficial de los hechos, algunos medios aseguran que los cadetes, sometidos a prácticas humillantes y peligrosas, se negaron a seguir realizando ejercicios en los palos sin colocarse la protección necesaria e iniciaron un motín en toda regla.
Investigación de otros incidentes
En Alemania, el ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, ha calificado la supuesta rebelión, así como otros incidentes en el seno del Bundeswehr (Ejército federal) como "casos aislados". Además de los sucesos de la fragata, se está investigando la muerte por un disparo accidental de un compañero de un soldado alemán en Afganistán y la violación del secreto postal sufrida también por soldados destinados en ese país.
Según Guttemberg, se trataría "con toda probabilidad" de comportamientos individuales erróneos, y que sería un gran error culpar de actos individuales a todo el Ejército. Asegura que hasta este lunes no fue informado sobre el supuesto motín a bordo del Gorch Fock, pese a que la muerte de la cadete se produjo el pasado noviembre. Los socialdemócratas de la oposición al Gobierno de Ángela Merkel han pedido que Guttenberg comparezca en el Parlamento acerca de lo ocurrido el próximo miércoles.
Denuncias de humillaciones
Los acontecimientos del buque escuela se desencadenaron cuando en su viaje hacia Latinoamérica se produjo un accidente: una joven recluta de 25 años, Sarah S., cae del palo mayor en el curso de una prueba y muere al instante. Cuando la fragata llegó al puerto de San Salvador de Bahía en Brasil, los mandos suspendieron el curso y mandaron a todos los reclutas de vuelta a Alemania en avión. El barco, con su tripulación siguió su trayecto hacia Buenos Aires primero y luego hacia Cabo de Hornos. En seguida la prensa alemana señala la rareza: en 52 años de historia del buque hubo accidentes mortales pero nunca una interrupción del curso de este tipo.
La razón no se conoció hasta ahora, más de un mes después de la muerte de Sarah, y que pudo haber desencadenado el motín a bordo.
Según documentos de una investigación desvelados por la prensa alemana, lo reclutas se rebelaron contra los mandos, cansados de prácticas vejatorias y continuas humillaciones infligidas por sus superiores. El capitán del barco, Norbert Schatz, intentó la mediación y encargó a dos marineros a que hablaran con los "rebeldes", pero la negociación fracasó.
En los documentos, los reclutas describen prácticas humillantes, vejaciones y hasta acoso sexual por parte de los mandos: "Sube al palo sin protección o te mandamos a casa y puedes decir adiós a tu carrera", o "acuérdense que en la nave es como en la cárcel, en las duchas cuidado con el trasero", son algunas de las órdenes y amenazas relatadas por los testigos.
En este clima de terror, la joven Sarah ha muerto. En las mismas circunstancias, hace tres años, murió también Jenny, una mujer de apenas 18 años.
"Son acusaciones muy graves, haremos todo lo humanamente posible para aclarar estos sucesos", ha confirmado el capitán de fragata Alexander von Heimann. El presidente de la Asociación del Ejército, Ullrich Kirsch, por su parte, ha pedido hoy que se evite hablar de motín antes de que concluyan las investigaciones del equipo especial de la Marina.
"A veces el final de las cosas no tiene nada que ver con el principio", ha dicho Kirsch, quien subraya que, "aquellos que hayan cumplido con su servicio serán protegidos, mientras que quienes hayan demostrado mala conducta, deberán rendir cuentas".