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uno de Falerno.
Grafito Pompeyano año 79 dne. en un establecimiento comercial.
Los estudios contemporáneos en materia de hambre en el mundo son desoladores; el hambre en el planeta parece estar creciendo una vez más , aquejando no menos de un 11% de la población. Las personas subalimentadas por su parte, ya son 815 millones a nivel mundial. De una parte guerras en regiones de conflicto u otras de baja intensidad, crisis económicas, desastres naturales, etc., han empeorado situaciones ya de por sí graves en la materia. En otras palabras, la disponibilidad de alimentos es dramáticamente empequeñecida cuando se dejan de producir, disminuyen sus importaciones o es deficiente la distribución, frecuentemente por razones que guardan relación con el modelo económico imperante; se genera una absurda imposibilidad del acceso a aquellos.
Visualizando todas estas afirmaciones, tenemos que el hambre o la subalimentación ocasionan el retraso del crecimiento de los niños menores de cinco años, poniendo en riesgo su capacidad cognitiva hacia el futuro, por consiguiente un menor rendimiento en la escuela, en el trabajo y hasta propiciando muerte por infecciones o dolencias crónicas. La desnutrición infantíl es sorprendentemente un fenómeno que existe y persiste en este tecnologizado siglo XXI de la era cristiana, con consecuencias irreversibles en los afectados..
Paradójicamente, otro fenómeno revelador del nivel grotesco del sistema de relaciones sociales imperante, es el de unos 600 millones de personas obesas en el mundo, un 13% de la población adulta planetaria ( en América del Norte, Europa y Oceanía un 28%, en comparación con el 7% en Asia, el 11% en África, América Latina y el Caribe, aproximadamente una cuarta parte de la población ). Sobra decir las enfermedades que ocasiona la gordura, un fenómeno en estas dimensiones, bastante moderno y así mismo relacionado con hábitos consumistas causantes de mala alimentación, en base a productos dañinos evidentemente inducidos como moda por el consumismo irrefrenable y existencias culturales envilecidas.
En el caso del imperio dominante en el presente siglo, Estados Unidos de América, el país más opulento del mundo, hay estadisticas supremamente dicientes sobre estos temas. La mortalidad infantil es muy alta (ocupa el puesto 44 a nivel mundial detrás de países como Cuba, Bosnia o Croacia); respecto a la alimentación, cerca del 10% de los hogares con niños tuvieron dificultades económicas para alimentrse adecuadamente en 2014 (en el caso de los latinos es el 25% aprox.). El Departamento de Agricultura de EE.UU. habla de un 14% de hogares con problemas para comprar comida. Además, han aumentado las restricciones al acceso a programas estadales para proveer alimentos gratuitamente a personas necesitadas. El Relator Especial sobre la Pobreza Extrema y Derechos Humanos de las Naciones Unidas, recalcó insólitamente y de manera directa, que en Estados Unidos un sorpredentemente alto número de niños vive probremente. La respuesta al respecto no se hizo esperar: el gobierno de Washington se retiró del Consejo de los Derechos Humanos de la Naciones Unidas. ¡Soberbia solución¡
Revelaciones del pasado imperial 2000 años atrás. A inicios de la segunda década del presente siglo vieron la luz unos hallazgos de las ruinas de un suburbio de Pompeya, la ciudad sepultada por la erupción del volcán Vesubio del año 79 de nuestra era. Nuevos restos de esqueletos fueron examinados y con la tecnología forence contemporánea se logró establecer aún con mayor certeza cómo vivían cotidianamente los seres humanos en el imperio más poderoso de la antiguedad en occidente: Roma.
La muestra representativa fue de unos 54 restos de habitantes de Oplontis, vecindario Pompeyano, los cuales intentaron refugiarse de la catástrofe, falleciendo. Dos mil años después los residuos de metales vertidos en las osamentas dentificaron con claridad las clases sociales; quienes tenían joyas o dinero y quienes no tenían nada. Quedaron establecidos claramente acuadalados y desposeídos, los patricios y los esclavos.
Dichos restos examinados con las practicas forences contemporaneas arrojan resultados perturbadores; no hay muestras de desnutrición, eran sanos tanto los unos como los otros. A su vez, excavaciones en Herculano, cerca de Pompeya y Oplontis, permiten también examinar los detritus humanos de las cloacas sepultados por la ceniza volcanica de aquel año 79 dne, demostrando una base de nutrientes alimenticios similar a lo que llamaríamos hoy una dieta diversa, balanceada. En otras palabras, en el Imperio Romano (dentro de lo estudiado) ricos (con todo y sus exuberantes festines) y pobres, comían similares dietas alimenticias y por tando poseían equiparables niveles de salud (como revela el epígrafe de este texto, en una proporción de capacidad económica de 4 a 1). ¡Vaya¡
Continuado con el análisis del hallazgo en Oplontis, dos hosamentas dejaron ver en el examen forence, una afección de salud de un par de niños entre quienes eran desposeídos (sin metales), los cuales sufrían una dolorosa e incapacitante enfermedad, la cual necesariamente implicó la prodigación de esmerados cuidados de parte de sus familiares por aquel entonces, los cuales sosprendentemente podían ofrecerles tal protección ante su minusvalía, aún a pesar de su condición subalterna.
Adicionalmente, del lado de los marcados en sus restos por joyas, los ricos, al estudiar uno de los cráneos fue posible establecer su procedencia; era un africano subsahariano. Si, hace 20 siglos algunos africanos del centro de África se asentaban en Europa y no necesariamente como esclavos, disfrutando del nivel de prosperidad económica que el imperio ofrecía a sus acaudalados. Nuevamente ¡Vaya¡
Roma antigua, una vez más nos deja impresionados por un sistema de estratificación social rígido, empero, paradójicamente, que permitía a los desposeídos vivir en condiciones básicas que al presente serían bastante aceptables; una filosofía de praxis le sustentaba: ´los pobres son muy prácticos ya que luchan por sobre vivir¨, desde ¨esta perspectiva de los pobres es perfectamente aceptable trabajar hasta que se cubran las necesidades básicas y luego parar¨. La mayor parte de la gente allí no tenía empleo regular ni lo que llamaríamos actualmente, salario. Pero, no se morían de hambre, ni se les dejaban de ofrecer algún tipo de cuidados en caso de calamidad crónica, si tenemos en cuenta estos hallazgos.
Finalmente, por fuentes históricas y literarias sabemos que el Estado romano imperial ofrecía gratuitamente a sus habitantes, con fines inocultablemente políticos, además del muy conocido pan y circo, aceite de oliva y en ciertos momentos hasta carne de cerdo. También erigió en determinados periodos instituciones dedicadas a la manutención y sostenimiento sin retribución alguna de la población, como los Alimenta y para las mujeres jóvenes las Puellae.
Conclusión, estamos lejos de establecer que el Imperio Romano era un aparato de bienestar social, su fin era la conquista y la tributación de los pueblos vencidos por la fuerza de las armas. No obstante, los principios de despojo y subyugación de aquellos tiempos, de alguna forma impregnados de estoicismo griego, no desvirtuaban en sus aspectos prácticos, en ningún caso, el carácter humano de mujeres y hombres., aún a pesar de la execrable institución de la esclavitud imperante.
Estos hechos sacados a la luz por la ciencia, al relacionarse con el estado de cosas actual en occidente, influenciado en sobre manera por el american way of life, de los EE.UU. potencia imperial todo poderosa del presente, nos dejan la sensación de que algo ha ocurrido en Occidente que ha facilitado la deshumanización de inmensas masas de seres humanos, inhibiendo la expansión de conocimientos y usos que permiten una adecuada existencia biológica y social para los habitantes del planeta.
Por estos días, hay hambre, desnutrición producto directo del sistema económico impuesto (incluso en la primera potencia mundial), tendencia creciente hacia desatención institucionalizada en salud (por no ser sustentable de acuerdo al capitalismo actual), racismo latente (impensable en las sociedades de la antigüedad), etc.
En el siglo XVIII el Iluminismo entendió el conocimiento como un medio para construir un mundo mejor y en muchos sentidos por ello miró a la antigüedad; ¿qué sucedió entre el Iluminismo y la actual era del voraz capitalismo financiero el cual hace ver como subhumanos al 90% de nuestra especie?
El examen científico del mundo antiguo va permitiendo detectar al actual nivel de civilización como una inhumana, ostentosa e hipertrofiada feria de grotescas tecnologías sin sentido, indiferentes al dolor y con acentuado caracter exicial. Sin duda, en lo verdaderamente fundamental, hemos sensiblemente retrocedido.
Lecturas
Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO ¿Cuánto nos falta por alcanzar el #hambre cero? El Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2017. Fomentando la Resilencia en Aras de la Paz y la Seguridad Alimentaria. http://www.fao.org/state-of-food-security-nutrition/es/
Angel Bermudez. 6 indicadores en los que Estados Unidos está al nivel de los países subdesarrollados . BBC Mundo. 20 de noviembre de 2017. https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-42006658
Redacción. Por qué cada vez más gente pasa hambre en Estados Unidos. BBC Mundo. 1 de agosto de 2016. https://www.bbc.com/mundo/noticias-36910294
Robert C. Knapp. Los Olvidados de Roma. Prostitutas, forajidos, esclavos, gladiadores y gente corriente. Editorial Planeta S.A. Barcelona 2011.
Mary Bread. Forence en Pompeya. Documental. Pompeii: Life & Death in a Roman Town. https://www.youtube.com/watch?v=Ld8ZsN0lxX0
En los EE.UU. de la Desigualdad. La (in) Seguridad Nacional. Rajan Menon. TomDispach. Versión Rebelión.org http://www.rebelion.org/noticia.php?id=244702
Cármen del Vando Blanco. Roma. Los nutrientes del Imperio romano. Elaboración, distribución y consumo de alimentos. EXPOSICIÓN/ ANTIGUA ROMA. http://www.elmundo.es/la-aventura-de-la-historia/2015/07/14/55a4e59e268e3ec4048b457b.html
Mijail Ivanovich Rostovtzeff. Historia Social y Económica del Imperio Romano. Vol II. Espasa-Calpe. Madrid 1962.