Sirven para atinar en el cogote de un profesor mientras escribe en la pizarra, para mandar mensajes confidenciales a un compañero o, simplemente, para matar el tiempo. Basta un simple folio, conocimientos de papiroflexia a nivel usuario y cierta pericia para lanzarlos con tino. Antes de que los drones llenasen los catálogos de juguetes y gadgets, los aviones de papel suplían a su manera el sueño de pilotar una nave aérea. Ahora, un pequeño dispositivo de menos de 45 euros los convierte en un dron manejable con el smartphone.
El gadget se denomina PowerUp 3.0, pesa 9 gramos y se acopla a aviones de papel que sigan un determinado patrón; en la web del fabricante pueden descargarse los dos modelos para imprimir: invader y nakamura. Dispone de una parte que se coloca en la punta del avión, en la que va instalada la antena, unida a través de un listón de plástico a otra trasera, donde se ubican la hélice y timón.
Según presume la empresa, permite que el avión alcance 50 metros de distancia a un máximo de 18 kilómetros por hora y logre de cinco a diez minutos de autonomía gracias a una batería de 75 mAh. Como es habitual en los drones pequeños, se maneja a través de una conexión Bluetooth del teléfono inteligente y se recarga a través de USB. Está indicado para mayores de 14 años. Para los niños, la misma empresa produce otro kit de vuelo para aviones de papel, PowerUp 2.0, pero no admite el control remoto.
El dispositivo está optimizado para Android 4.3 o 4.4 —esta es la lista completa de móviles compatibles— y se recomienda que cuenten con giroscopio. En el caso de los iPhones, su uso es óptimo con cualquiera a partir del modelo 4s, pero ninguno de los iPads resulta ideal para manejarlos. Con independencia de la tecnología, en los comentarios de los usuarios se menciona que resulta esencial plegar correctamente el papel para que el avión planee bien.
De papel, pero dron
La ley española establece que cualquier dron es una aeronave independientemente de su tamaño, para qué se use y de qué materiales están hechos: es una areonave "cualquier máquina pilotada por control remoto que pueda sustentarse en la atmósfera por reacciones del aire que no sean las reacciones del mismo contra la superficie de la tierra". Por tanto, el PowerUp es un dron y, en consecuencia, no se puede hacer volar sobre zonas urbanas, ni sobre aglomeraciones de personas —como las playas—, en instalaciones aéreas, de noche, ni en zonas donde se practique el parapente o paracaidismo.
En Estados Unidos no está permitido el uso comercial de drones con fines profesionales o beneficios económicos: solo está permitido el uso para servicios públicos y con autorización específica de la Administración Federal de Aviación (FAA en inglés), aunque puede en determinadas ocasiones puede conceder autorizaciones específicas y exenciones a la norma. Un abogado y promotor del uso de estos aparatos ha consultado a la FAA si el PowerUp es un dron, según refiere la revista Popular Science, y ha obtenido por respuesta que, en efecto, lo es.
Los trabajos aéreos en España precisan una habilitación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, presentando una declaración responsable.
http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2015/09/02/actualidad/1441185522_886949.html
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