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domingo, 30 de octubre de 2016

Freinet y la enseñanza de la gramática. Composición escrita, Gramática

Ayer se celebró el 50 aniversario de la muerte del pedagogo  Célestin Freinet. Es una buena ocasión para recuperar y compartir un fragmento de mi comunicación en las jornadas Getxolinguae de 2013, que llevaba este título: Si la gramática (no) fuera inútil. Historia de un largo debate:
En los ambientes renovadores de nuestro contexto educativo, la figura de Freinet quizá ha sido la que mejor ha representado la condena de la [enseñanza de la] gramática. Su obra, publicada en España en los años 70 del pasado siglo por las editoriales Fontanella y Laia, dio argumentos de autoridad a algunos sectores del profesorado, sobre todo de la educación primaria, en su rechazo de un modelo de enseñanza de la lengua basado en la memorización de reglas y en ejercicios mecánicos sin relación con el uso de la lengua. “Si la gramática fuera inútil”: este era el lema provocador con el que Célestin Freinet llamaba a abandonar el estudio de reglas ortográficas y gramaticales por su escasa o nula utilidad para aprender a usar la lengua.
Freinet, en efecto, a lo largo de los escritos reunidos en Los métodos naturales. Vol. I. La enseñanza de la lengua niega la utilidad de las lecciones sobre ortografía y gramática, del aprendizaje de reglas y normas,   de los ejercicios pautados, etc. para iniciarse en la lectura y la escritura y para desarrollar las destrezas básicas de comprensión y de expresión:
 La Escuela se imagina que el pensamiento y la expresión de este pensamiento pueden montarse y construirse como se monta una máquina, por adición y disposición de las piezas que la componen, preparadas anteriormente. Si esto fuera verdad, el primer estadio de las adquisiciones lingüísticas sería evidentemente el conocimiento perfecto de las reglas y principios sin los cuales la mecánica no podría funcionar. (p. 226)
Frente a este modelo escolar, Freinet nos proponía un “método natural”, la lectura y la escritura en contextos de comunicación vivos, en los que leer y escribir sea grato y tenga sentido para los niños: la correspondencia entre alumnos de diferentes escuelas, la publicación de los propios textos en la imprenta de aula, la preparación de informes y conferencias, etc.  son algunos de estos contextos propuestos. En ellos, los aprendices despliegan sus conocimientos, desarrollan sus capacidades y se interesan por los recursos que desconocen y que necesitan para expresar y comunicar aquello que se proponen:
 En nuestro método natural de aprendizaje de la lengua [partimos] de la vida del niño, de su expresión oral y escrita, de su texto libre […] Al tantear, el niño busca sin cesar, conscientemente o no, la respuesta esencial y constructiva a los problemas complejos que le plantea la vida. No tantea sólo para conocer, sino para reaccionar ante los acontecimientos con un máximo de éxito. (p. 243)
Sólo cuando el niño manifiesta esta necesidad, o cuando la suscita el profesor, tiene sentido introducir como ayuda los conocimientos explícitos sobre la ortografía y la gramática.
Examinemos un fragmento en el que se muestra cómo la ayuda del maestro en cuanto a las necesidades gramaticales tiene sentido dentro del proceso de revisión y mejora de los textos:
 Los niños  […] comprenden que se deba a veces completar las frases que terminan demasiado bruscamente, cambiar o modificar ciertas palabras vulgares, estridentes, o que no tienen una resonancia de acuerdo con el texto […] Evidentemente, corresponde al maestro orientar y dirigir esta labor de perfeccionamiento en función de las necesidades sintácticas reglamentarias. No habrá de aportar reglas en un trabajo que es pura sutileza y, por ello, difícil de definir. Se trata, verdaderamente, de un trabajo de pulimento del texto y que se hace por tanteo experimental únicamente.
[…] Este trabajo de elaboración, exactamente equiparable al del adulto, escritor o poeta, es  particularmente sensible en la elaboración colectiva de nuestros poemas de niños. No comporta ninguna norma precisa: se tacha, se vuelve a empezar, se vuelve, a veces, a la expresión espontánea que el ulterior correría el riesgo de pervertir. Es la creación literaria con toda su complejidad, pero también con todas sus virtudes entusiasmantes y fecundas.
En este trabajo de preparación [es necesario] tener a mano en nuestro fichero de documentos, o en nuestra biblioteca de trabajo, bellos textos de escritores o de poetas, para leer en el momento oportuno, a fin de mostrar cómo otras personas,  en circunstancias parecidas, han utilizado palabras  y frases para expresar con brío sus pensamientos y sus reacciones ante los elementos de la vida. (pp. 247-248)
Freinet aconseja centrarse, durante los primeros cursos de primaria, en la preparación del texto: pulirlo y completarlo, sin dar ninguna explicación gramatical. Pero a partir del cuarto curso, el trabajo de “pulimento de los textos” se deberá acompañar de explicaciones técnicas elementales. Freinet opone este modo de proceder –la reflexión sobre la lengua unida a su uso- a los ejercicios más o menos sistemáticos que los alumnos han de realizar sin conexión con la tarea de elaboración cuidada de los textos.
Además, Freinet es consciente de que pueden ser necesarios ciertos ejercicios destinados a la adquisición formal de los conocimientos gramaticales, “indispensables para satisfacer los programas y los exámenes”. Estos ejercicios no son peligrosos si “dejan siempre en primer lugar la adquisición de la lengua”. Los ejercicios sugeridos son:
  • Observaciones gramaticales (por ejemplo, sobre clases de palabras) que los alumnos están produciendo a partir de los textos que los alumnos están elaborando y reflexión sobre las lagunas de los propios textos en relación con las formas lingüísticas observadas.
  • Actividades estructuradas y autocorrectivas que estarán disponibles para que los alumnos las realicen según las lagunas y dificultades constatadas en sus textos.
  • Análisis de enunciados complejos, que no se deben presentar “como un jeroglífico de nombres extraños”, sino que han de estar destinadas a desentrañar el sentido de estos enunciados.
En conclusión, creemos que se ha de matizar la imagen de Céletine Freinet como un radical antigramaticalista. Como se ha examinado, la reflexión sobre lo que el aprendiz hace cuando escribe, y sobre las formas lingüísticas que usa, se considera indispensable para apropiarse de las destrezas de escritura. Sin embargo, como ha señalado Anna Camps , no hay en Freinet ni una planificación de la reflexión gramatical ni una revisión de los contenidos gramaticales tradicionales que permita hacerlos más aptos para el aprendizaje del uso.

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