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jueves, 15 de agosto de 2024

7 falacias lógicas que te ayudan a detectar un argumento infundado en una discusión

Gente discutiendo

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Una vez que las conoces, las verás por todas partes en las discusiones.

Si navegas por las redes sociales, sintonizas las noticias o simplemente planteas un tema candente a un conocido, es probable que, en cuestión de minutos, te encuentres en una trampa. Estas trampas son tan viejas que se remontan a la antigua Grecia.

Se llaman falacias lógicas. En pocas palabras, una falacia lógica es un error en el razonamiento que, a pesar de no tener ninguna relación con el mérito real de una afirmación, puede (de manera muy confusa) hacer que esa afirmación parezca más convincente.

Usar una falacia lógica no significa necesariamente que alguien esté equivocado. Sin embargo, puede indicar un pensamiento y una lógica defectuosas si se usa sin intención, o un intento de manipular la verdad para que sea más persuasiva si se usa deliberadamente.

De cualquier manera, es una señal de alerta que debería generar más preguntas y debate. Esto incluye, crucialmente, tu propio modo de pensar y los argumentos con los que tiendes a estar de acuerdo.

Una vez que conoces las falacias lógicas, las verás en todas partes. ¿Por qué importa? Porque cuanto más entrenado estés para detectarlas, podrás identificar las fallas en el pensamiento de los otros con más facilidad y reorientar el diálogo hacia lo importante de la discusión. También mejorará tu capacidad de pensar críticamente.

Aquí te presentamos siete falacias a tener en cuenta. Algunas son errores de lógica (conocidas como falacias "formales"), mientras que otras tienen que ver con el mal uso del lenguaje y la evidencia (falacias "informales"), pero la consecuencia es siempre un argumento erróneo. 

1. Apelar a la ignorancia 

Esto ocurre cuando se interpreta que la falta de pruebas significa que una afirmación es real, en lugar de imponer la carga de la prueba a la persona que hace la afirmación.

Es una falacia que comúnmente subraya los argumentos a favor de las teorías de la conspiración.

Lagarto.

Lagarto.

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Se estima que más de 10 millones de personas creen que las lagartijas dominan el mundo. 

Pregúntale a una de las más de 10 millones de personas que se estima que creen que las lagartijas gobiernan el mundo acerca de la evidencia que respalda su afirmación, por ejemplo, y podrían responder: "Bueno, estas lagartijas son demasiado inteligentes para dejar evidencia. ¡Esto es lo que hace que esta situación sea tan peligrosa! ¿Cómo puedes estar seguro de que no es verdad?”

Puede que termines rascándote la cabeza, pero, con suerte, no será porque te han convencido: es porque te han tendido la trampa de la falacia de "apelar a la ignorancia". 

2. Ad hominem 

Se trata de una falacia en la que se rechaza una afirmación sobre la base de un aspecto del carácter, la identidad, las motivaciones o incluso las relaciones que tiene una persona con los demás.

Piensa en el profesional de la salud al que le dicen que sólo recomienda vacunas porque deben ser un cómplice de las grandes farmacéuticas, o en las investigaciones de los científicos del clima que son descartadas basándose en que deben tener motivaciones ideológicas.

El tipo más obvio (y absurdo) de ad hominem, sin embargo, es el que no sólo ataca a una persona en lugar de abordar su argumento, sino que persigue algo completamente irrelevante para el tema en cuestión, como un candidato político en un debate televisivo que dice que la elección de ropa, la destreza en el golf o el peinado de su oponente significan que no es posible que sea un buen líder. 

3. Pendiente resbaladiza 

Este es el argumento de que dar un paso o implementar una medida conducirá inevitablemente a medidas cada vez más drásticas, como un objeto que se desliza por una pendiente resbaladiza.

Pastel de bodas.
Pastel de bodas.

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Este es un razonamiento muy utilizado para oponerse al matrimonio entre personas del mismo sexo. 

Es particularmente común en los debates sobre políticas. Piensa en el argumento que algunos opositores al matrimonio entre personas del mismo sexo esgrimieron contra su legalización en lugares como Estados Unidos o Europa.

En 2016, investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles descubrieron que muchas personas que estaban en contra de la política estaban persuadidas por el argumento de que conduciría a una mayor promiscuidad sexual en toda la sociedad y amenazaría su propia forma de vida.

Este argumento en particular es falaz porque, en lugar de debatir el cambio de política en sí (si el matrimonio entre personas del mismo sexo debería legalizarse), la política fue descartada por temor al resultado previsto (el colapso de la sociedad tradicional). 

4. Falacia del hombre de paja o del espantapájaros 

Esto lo veo todo el tiempo, especialmente en las redes sociales. Es cuando se tergiversa el argumento de la otra parte para hacerlo parecer más ridículo y, por tanto, fácil de derrotar.

Piensa en alguien que presenta un argumento matizado de que el consumo excesivo de azúcar puede aumentar el riesgo de problemas de salud como enfermedades cardíacas.

Una respuesta utilizando esta falacia sería: "Oh, ¿y qué? ¿El azúcar está matando a todo el mundo y debería prohibirse? ¡Eso es absurdo!"

Esto distorsiona el argumento original, haciéndolo más fácil de derrotar. Una forma de luchar contra esta falacia, así como de agudizar tu propio pensamiento es probar con el método conocido como "hombre de acero": presenta el argumento de tu oponente de la mejor manera posible (quizás incluso mejor que él mismo) antes de expresar por qué no estás de acuerdo. 

5. Apelar a la autoridad 

Este pernicioso argumento sostiene que las credenciales, la fama o la reputación de alguien por sí solas prueban que debe tener razón.

Si las personas perciben a alguien como una autoridad, tienen un sesgo cognitivo innato que les hace asumir que tienen experiencia en todas las cosas (incluso en temas en los que no tienen experiencia).

Gwyneth Paltrow.
Gwyneth Paltrow.

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Muchas personas creen en los consejos y recomendaciones de salud que brinda Gwyneth Paltrow, porque es una actriz famosa. 

Como muchas falacias lógicas, parece que podría o debería ser relevante: si alguien tiene credenciales y experiencia en un área determinada, ¿no debería ser más confiable su opinión sobre esa área?

Para ser claros, debería serlo. Lo que hace que esto sea una falacia es cuando alguien acepta un argumento únicamente por quién es la persona, en lugar de por la evidencia o el razonamiento del argumento.

Más problemática aún es la versión conocida como "apelación a una autoridad irrelevante". Nuestra tendencia a creer algo porque, digamos, una celebridad lo dice, incluso si no tiene ninguna experiencia en el tema en cuestión, una tendencia clásica en el mundo actual obsesionado con los influencers.

Pero las "autoridades irrelevantes" no siempre son tan obvias. Tomemos como ejemplo los argumentos sobre el cambio climático, cuando los escépticos citan a alguien como un físico teórico como experto, a pesar de que la física teórica generalmente tiene muy poco que ver con la ciencia del clima. 

6. Falsa dicotomía 

Presentar un escenario complejo como si solo hubiera dos opciones, a menudo opuestas, en lugar de múltiples opciones.

Piensa en esa famosa frase utilizada por el presidente George W. Bush poco después del 11 de septiembre: "O estás con nosotros o contra nosotros". Esto implicaba para la comunidad internacional que sólo había dos opciones: respaldar completamente a Estados Unidos, incluso en su invasión de Afganistán, o considerarse enemigos.

En realidad, por supuesto, había un espectro de otras opciones que las naciones podían tomar, y tipos de aliados (o enemigos) que podían ser. 

7. Whataboutismo (también conocido como “y tú más” o “y que pasa con”) 

A veces considerada como una especie de pista falsa (una falacia lógica que utiliza información no relacionada para desviar la atención de las fallas del argumento), el whataboutismo (una palabra tomada del inglés what about: y qué hay acerca de...) tiene como objetivo distraer la atención.

Describe cuando, normalmente en respuesta a una acusación o una pregunta, alguien responde con su propia acusación.

En una discusión con un compañero, por ejemplo, podrías decir: "Heriste mis sentimientos cuando hiciste tal cosa". Una respuesta de whataboutism podría ser "¡Bueno, tú nunca sacas la basura!"

Vladimir Putin, 

Vladimir Putin, presidente de Rusia.

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Cuando se acusa a Rusia de violaciones de derechos humanos, muchos de sus líderes responden: "Bueno, ¿y qué me dices de Occidente?".

En política, uno de los ejemplos más infames es cuando se acusa a Rusia de violaciones de derechos humanos y sus líderes responden: "Bueno, ¿y qué me dices de Occidente?".

Si bien esta falacia puede servir para ilustrar la hipocresía, se desvía del argumento original. Dos errores no hacen que algo sea correcto, pero un whataboutismo puede hacer que parezca que lo sea.

Comprender y detectar falacias lógicas como ésta puede ser una forma realmente útil de pensar críticamente sobre lo que lees o ves, y de hacer que las conversaciones no se salgan del tema de la discusión.

Sin embargo, como comenzamos esta nota hablando de matices, subrayemos: si alguien usa una falacia lógica, no significa necesariamente que su conclusión sea incorrecta. Esa, de hecho, sería otra falacia, y quizás mi favorita de todas: el argumento ad logicam o argumento desde la falacia

miércoles, 17 de agosto de 2016

Falacias argumentales: las más comunes y cómo vencerlas

Uno de los aspectos más fundamentales del pensamiento lógico es la capacidad de identificar falacias en los argumentos de otras personas, así como de evitarlas en nuestros propios procesos de pensamiento. Los razonamientos falaces nos impiden llegar al conocimiento de la verdad, y nos hacen susceptibles de ser manipulados por personas hábiles en el arte de la retórica.

Una falacia lógica es un error de razonamiento: cuando una persona llega a una conclusión o defiende un argumento basándose en un proceso de razonamiento viciado, está cometiendo una falacia. Un argumento puede ser falaz por razones estructurales (fallas en su construcción lógica) o por un sinnúmero de otras razones, y las falacias que solemos llamar "argumentales" por lo general lo son a causa de razones que no se derivan directamente de su estructura lógica. Algunas son más comunes que otras, y una vez que aprendemos sobre ellas se vuelve mucho más fácil identificarlas en discusiones cotidianas.

Argumento ad hominem
Un argumento ad hominem es un tipo de falacia que consiste en dar por sentada la falsedad de una determinada afirmación, teniendo como base quién la ha emitido o la defiende. Es decir, en un argumento ad hominem se intenta desacreditar el argumento al desacreditar a la persona que lo sostiene:

Pepe dice que las vacunas no causan autismo, pero Pepe es un imbécil que copiaba en sus exámenes de matemática en el colegio, por lo tanto, las vacunas causan autismo.

Una vez conscientes de la naturaleza de un argumento ad hominem, es sumamente fácil desarmarlo, simplemente separando la afirmación y evaluándola por sí misma, sin tener en cuenta elementos externos.

Eludir la carga de la prueba
Eludir la carga de la prueba consiste en asumir que una declaración es verdadera (o falsa) simplemente por no aportar razones que fundamenten la conclusión. En Derecho, el principio clásico sostiene que quien afirma algo debe probarlo, ya que los hechos negativos no admiten prueba. En este contexto, mi ejemplo favorito lo da la Wikipedia:

«Sobre la cuestión del divorcio no quiero ni oír hablar. Como te he dicho, creo que el vínculo del matrimonio es indivisible y punto».

En este caso, quien sostiene la afirmación no ofrece absolutamente ningún argumento para sustentarla, sino que se niega a oír razones que lo convenzan de lo contrario.

Falacia del punto medio
Se basa en afirmar que la verdad debe encontrarse en el punto medio entre dos extremos. A veces esto puede ser cierto, pero tomarlo como principio puede constituirse en un sesgo, ya que a veces uno de los extremos es verdad, y en consecuencia, el otro extremo es una mentira, según nos dice el principio de no contradicción: una proposición y su negación no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo.

María dice que las vacunas causan autismo, pero Luis dice que esto es mentira.
Pedro ofrece un término medio: las vacunas causan algunos casos de autismo, pero no todos.

La mitad del camino entre una verdad y una mentira sigue siendo una mentira, aunque queramos pecar de balanceados.

Falacias argumentales

Falsa dicotomía
Este argumento suele utilizarse en política, y en muchos otros contextos altamente polémicos: quien argumenta presenta dos estados alternativos como si fueran las únicas posibilidades, cuando en realidad existen muchas otras. Esta falacia puede ser particularmente tramposa, porque en apariencia resulta lógica, pero se requiere un análisis más cercano para notar que hay otras opciones que no han sido presentadas. Todos los argumentos que señalan que si no apoyas un determinado programa, política o partido, estás apoyando a los enemigos, ("si no estás conmigo estás contra mí") caen en esta categoría.

Falacia anecdótica
Consiste en utilizar una experiencia personal o un ejemplo aislado como una prueba que pretende reemplazar un argumento bien fundamentado o evidencia científica. Sucede porque es fácil creer que las cosas que nos son cercanas, o tangibles, son más "ciertas" que otras verdades más "abstractas", como la investigación científica y las estadísticas.

"Dicen que el cigarrillo causa cáncer, pero mi abuelo se fumaba 20 cigarrillos al día y vivió hasta los 90 años."

La pendiente resbaladiza
Ésta es la falacia de quienes sostienen que si "A" sucede, entonces "Z" sucederá eventualmente. Consiste en llevar los razonamientos a puntos extremos, sin presentar pruebas que permitan vincular causalmente por qué "A" llevaría a "Z", con el objetivo de movilizar las emociones de la gente y generar miedo, de este modo ganando partidarios.

"Si permitimos que las personas del mismo sexo se casen, en unos meses estaremos dejando que la gente se case con su perro"

En todo argumento que encontremos, es importante aprender a distinguir los vínculos de causalidad entre los distintos eventos, así como comprender muy claramente que no toda correlación implica una relación de causa y efecto.

Apelación a la autoridad
Consiste en sostener que algo es verdad simplemente porque una persona con autoridad lo afirma. Esto no significa que debamos descartar todo lo que han dicho los expertos o científicos, pero sí significa que debemos tomar los argumentos por sí mismos, ya que cualquier persona o institución puede equivocarse, y su autoridad no tiene un valor intrínseco con respecto a los argumentos que sostenga.

"Conozco a un científico que dice que la teoría de la evolución no es real".

Éstas son tan sólo algunas de las falacias más comunes. Contrarrestarlas puede ser tan sencillo (o tan difícil) como prestar suficiente atención a la relación lógica entre las diferentes partes de un argumento, aprender a identificarlas y explicarle a nuestro interlocutor (o a nosotros mismos) por qué son falacias, y cómo puede probarse su falsedad. Todos podríamos beneficiarnos de tener conversaciones mucho más lógicas con nuestros amigos y conocidos.

Fuente: https://hipertextual.com/2016/07/falacias-argumentales