El pasado mes de mayo, el Center for Public Policy de la Virginia Commonwealth University (VCU), en colaboración con VCU Life Sciences, encargó una encuesta telefónica realizada sobre una muestra de 1.001 estadounidenses adultos acerca de sus ideas sobre la ciencia y los asuntos científicos (calentamiento global, evolución, investigación sobre células madre, etc.). Las respuestas de los entrevistados se clasificaron según edad, nivel educativo y grado de religiosidad. Se pretendió que la encuesta, llevada a cabo por Princeton Data Source, fuera demográficamente representativa de los estadounidenses, con un intervalo de confianza del 95% y un margen de error del 3’7%. Puede obtenerse clicando aquí.
Puesto que el documento consta de 59 páginas, no pretendo comentar todos sus detalles, sino que me gustaría centrarme en algunos aspectos relativos a la evolución.
En primer lugar, ¿cuál es el estado de la “creencia” en la teoría de la evolución de los estadounidenses?
Dios creó directamente la vida : 43%
La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios dirigió el proceso: 24%
La vida se desarrolló a lo largo del tiempo, pero Dios no dirigió el proceso: 18%
Ninguna/no sabe/no contesta: 16%
Estos resultados son congruentes con encuestas realizadas durante los últimos 25 años. El 67% de los estadounidenses son creacionistas o creen que Dios dirigió la evolución; sólo el 18% acepta que la evolución es, como sostienen los biólogos, un proceso carente de dirección. Entonces, ¿cuántos entrevistados saben algo acerca de la teoría de la evolución?...
...no es simplemente que más estadounidenses acepten que la teoría de la evolución (o cualquier otra teoría) es cierta; el propósito es contribuir a que valoren los principios del razonamiento y la robustez argumental que permiten entender que la creencia actual en la evolución es verdadera. Las dudas acerca de la evolución no son más que un síntoma de un problema subyacente; el problema radica en la fe (esto es, en la convicción sin razón suficiente, en la esperanza tomada como conocimiento, en las malas ideas blindadas respecto de las buenas, en las buenas ideas eclipsadas por las malas, en el pensamiento basado en deseos elevado al principio de salvación, etc.). Moon y Kirshenbaum parecen creer que podemos hacer que las personas den valor a la honestidad intelectual mintiéndoles.
Escrito por Jerry Allen Coyne que es profesor de biología en el departamento de Ecología y Evolución de la Universidad de Chicago, dedicado principalmente a estudiar problemas de especiación y genética evolutiva. Es uno de los más respetados críticos de la teoría del diseño inteligente, a la que considera “la última encarnación pseudocientífica del creacionismo religioso”. Autor de Why Evolution is True (Oxford, 2009).
Ver todo el artículo traducido del original aquí.
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lunes, 19 de julio de 2010
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