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martes, 16 de septiembre de 2014

"Los que mandan tienen muy claro que hay que desplazar la culpa (responsabilidad) (1) a la gente". Antonio Baños describe la asfixiante desigualdad venidera.


Cuando la economía, como un engendro monstruoso, se vuelve contra las personas, no cabe esperar que sea uno de sus secuestradores quien la rescate. Tomando la economía como asunto político, Antonio Baños (Barcelona, 1967) le pega un buen repaso a los dogmas de una fe deshumanizada. La economía no existe fue el título de su primer libro, y la tesis estaba bien resumidita en el título. “No existe, pero jode”, puntualiza este barcelonés, periodista –aunque no fue a recoger el título porque “costaba como 20.000 pelas”– y músico, que se enorgullece de no haber pisado jamás una escuela de negocios no fuera que se le contagiara algo. Su (de)formación como (anti)economista comenzó de crío con unos fascículos de la editorial Orbis y se ha ido construyendo al margen de las grandes escuelas de pensamiento económico: “Yo soy anticapitalista. Esa es la gran escuela. Este es el marco general: capitalismo, caca. El capitalismo funciona muy bien, pero es agotador y destruye muchas vidas. No compensa”.

Mucha gente ha comprado esa idea que da tanta rabia de 'con la que está cayendo', como si la crisis fuera un fenómeno atmosférico, algo inevitable. Y eso tiene mucho que ver con la manera en la que el lenguaje económico se ha blindado. “Lo que hay que hacer es devolver el debate económico al juego político, es decir, a la discusión pública. Mucha gente ha comprado esa idea que da tanta rabia de “con la que está cayendo”, como si la crisis fuera un fenómeno atmosférico, algo inevitable. Y eso tiene mucho que ver con la manera en la que el lenguaje económico se ha blindado”, remata.

Nos dirigimos a una era de ricos asquerosamente ricos y pobres casi en el estatus de esclavos. De ahí todo ese discurso de la reinvención y del emprendedor, que si te va mal no es porque el sistema no funcione, es porque tú no estás bien formateado o porque no tienes los huevos emprendedores ...y según apunta Baños, el capitalismo ... ya lleva tiempo ensayando nuevos discursos con los que preparar el camino a una nueva era, lo que él llama una Nueva Edad Media (NEM) con ricos asquerosamente ricos y pobres casi en el estatus de esclavos, como argumenta en su segundo libro, Posteconomía: Los que mandan tienen muy claro que hay que desplazar la culpa a la gente. De ahí todo ese discurso de la reinvención y del emprendedor, que si te va mal no es porque el sistema no funcione, es porque tú no estás bien formateado o porque no tienes los huevos emprendedores. O, como dicen, el espíritu emprendedor, que es algo que te cae del cielo, como el Espíritu Santo”.

El modelo de la opresión futura es Google o Amazon. Son los que aumentan la desconexión entre quienes saben cómo funciona el mundo, y los que somos usuarios sin entender nada. La esclavitud no tiene por que ser a látigo, puede ser a base de apps Y puestos a ser históricamente rigurosos, Baños está convencido que esa NEM ya tiene sus aristócratas, y no son solo los banqueros y los gobiernos: “El modelo de la opresión futura es Google o Amazon”, explica. “La NEM no tiene por que ser a látigo, puede ser a base de apps. Antes, si se te rompía el carro, más o menos todo el mundo sabía cómo arreglarlo. Ahora el conocimiento es cada vez más críptico. Aumenta la desconexión entre quienes saben cómo funciona el mundo, y los que somos usuarios sin entender nada. La tecnología es cada vez más restrictiva”.

“Lo peor vendrá cuando comprendas que ya no hay otra opción”, cantaban Los Punsetes. Se acaba la crisis, empieza la miseria.

Fuente: El País.

(1) El problema es que los que en teoría deberían ser los máximos responsables, buscan la manera de no serlo, evitan responder de sus obligaciones y tareas, no responden ante los administrados. Esto ocurre cada vez más en los gobiernos; estatal, regional o local. También ocurre cada vez más en las empresas y bancos. Así un gerente se aumenta el sueldo o lo "blinda" independientemente de los malos resultados obtenidos y no responden de ellos. Y vemos como más empresas o bancos que han sido llevados a la quiebra, despiden a los trabajadores pero los gestores, que han conducido a esa quiebra, disfrutan de grandes sueldos y jubilaciones como si ellos no fuesen responsables de los catastróficos resultados. El gobierno de turno concede préstamos a fondo perdido de los presupuesto generales, sin consecuencias para ellos y si para el país que dispone de menos inversión en educación, sanidad, servicios sociales, etc., con el aumento consiguiente del paro y la pobreza.

Un caso muy clarificador es lo que está ocurriendo en educación. El proceso muy sutil proviene de los EEUU., con el objetivo aparentemente bueno de diagnosticar y evaluar los resultados de la enseñanza en el aprendizaje del alumnado, se imponen unos exámenes a nivel estatal para llevarlo a cabo. Ahora bien la responsabilidad exclusiva de los resultados recaen en los profesores. De esta forma  los factores educativos como los gestores del sistema, funcionarios directivo de educación, servicio de inspección, centros de formación del profesorado, inicial y permanente, son exonerados de los resultados. También los importantes factores socioeconómicos y culturales, como la clase social del alumnado, la cultura, sus conocimientos de la lengua, su origen étnico o social, el nivel cultural de su familia, la lengua materna, etc. Se ignoran y por lo tanto no se toman también como causas de esos resultados. Cuando se sabe que un factor fundamental es el nivel cultural y, sobre todo, socioeconómico de la familia el principal indicador del éxito en los estudios. Todos ellos desaparecen en la práctica y queda solo el profesorado y el alumnado como únicos responsables de los resultados. Uno tendrán éxito o no dependiendo de "su esfuerzo" en exclusiva y otros de su "dedicación y habilidades naturales". Los altos responsables ministeriales de la gestión educativa y del gobierno se han lavado las manos. Y sigue sin mejorarse la formación, la supervisión y la pobreza en la que millones de niños sobreviven a duras penas en nuestra sociedad, donde, desde la llamada crisis ha aumentado la marginación, desigualdad y penuria económica.

En los EE. UU. la comprobación empírica de los resultados, el cúmulo de evidencias obtenido del ingente número de pruebas y estudios, han hecho que se cambie la Ley Bush, por unanimidad de las Cámaras y aquí continuamos con un remedo de copia de esa Ley.

Esperemos que las evaluaciones cambien de procedimientos, de contenidos, de objetivos y sirvan para tomar decisiones de mejoras a todos los niveles; de aula, de centro, de región y ministeriales. Que se mejore la formación, inicial y permanente, la supervisión y los presupuestos que hagan posible todo ello.