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viernes, 18 de octubre de 2024

"Creía que el amor de mi vida quería robarme a mi bebé": qué es la psicosis posparto (y en qué se diferencia de la depresión posnatal)

Laura Dockrill sonriendo, con una copa de champán

Fuente de la imagen,Cortesía de Hugo White

Pie de foto,Laura Dockrill publicó esta foto en las redes sociales en 2018, en la que se ve feliz. Pero las apariencias engañan.


La vida de la poeta, escritora e ilustradora británica Laura Dockrill era encantadora.

Tenía una carrera exitosa y su sueño adolescente se había cumplido: estaba con su amor de la infancia, la estrella de rock Hugo White.


Por si fuera poco, acababa de dar a luz a Jet, un bebé muy deseado.

Días después, publicó en sus redes sociales la foto que ves arriba, con una leyenda que decía: "¿Adivina qué? Soy madre", y un montón de emojis.

"Supongo que fue como un anuncio para mostrarle al mundo que estaba bien, feliz y alegre y todas esas cosas... pero no lo estaba".

Eso le contó a la BBC en una entrevista que nos lleva a un lugar al que rara vez vamos: al interior de la mente de una mujer que no ingresa fácil y dichosamente al mundo de la maternidad.

"Días después de que me tomara esa foto, me ingresaron en un pabellón psiquiátrico", revela la escritora.

Se supone que convertirse en madre es algo natural y hermoso. Pero hoy en día sabemos que una de cada diez madres sufren de depresión posnatal.

Con lo que tal vez estemos menos familiarizados es con la psicosis posparto.

Afecta a una de cada 1.000 madres y es considerada como una emergencia psiquiátrica que requiere hospitalización (más detalles al final del artículo).

La buena noticia es que, aunque es uno de los tipos de colapso más feroces y repentinos, también es una de las condiciones que se puede tratar con más éxito.

De ahí la importancia de saber de su existencia, pues una vez identificada, se puede curar totalmente, al punto de que sólo queden recuerdos, como los de Laura.

El encuentro
"Recuerdo que la comida de la fotografía, me agarraba con las manos a la parte inferior de la silla. Me sentía desanclada, como si estuviera hecha de píxeles y fuera a salir volando", cuenta Laura.

"Y recuerdo que escuché la sirena de una ambulancia o de una patrulla de policía y pensé: 'Vienen por mí'".

En su mente, los había llamado quien le había tomado la foto, su marido Hugo.

Era, sin que ella estuviera en capacidad de saberlo en ese momento, una sinrazón.

Su relación había sido, y seguía siendo, como de cuento.

Laura y Hugo abrazados en un jardín Fuente de la imagen,Cortesía de Hugo White Pie de foto,

Laura y Hugo fueron durante años grandes amigos, pero luego se separaron por una década. Se habían conocido cuando Laura tenía 14 años. Llegó por casualidad con sus amigas y algunos chicos a una casa en la que él estaba.

"De repente, apareció. Recuerdo verlo bajando las escaleras, con una sudadera con capucha y una sonrisa traviesa y ojos brillantes", dice.

Laura quedó prendada y todo iba bien.

"Empezamos a charlar de inmediato y parecía genuinamente interesado en mí. Nos gustaba la misma música y todo. Pero yo todo el tiempo me repetía: 'No te enamores. Te estás arriesgando al fracaso'", cuenta.

"Mi autoestima era tan baja que incluso cuando le estaba hablando sobre mis amigas, diciéndole: 'Esa es la chistosa, esa es la inteligente...' y él me dijo: 'Entonces tú debes ser la bonita', no pude creer que lo decía en serio".

Laura recuerda: "Pensaba que alguien tan atractivo que podía estar con quién deseara, no podía escogerme a mí".

"Terminé emparejándolo con una de mis amigas... el error más grande que he cometido, y él probablemente se sintió insultado, después de haberme dejado en claro que yo le gustaba".

A pesar de todo, Laura y Hugo se volvieron mejores amigos.

"Estábamos juntos todo el tiempo. Yo fui al funeral de su mamá, él vino a la boda de mi mamá y mi padrastro... en todos los momentos importantes estuvimos uno al lado del otro", cuenta.

"Nos mandábamos música y cartas, que, aunque no lo comprendí en el momento, eran de amor".

Hugo y Laura jóvenes y maquillados Fuente de la imagen,Cortesía de Hugo White Pie de foto,

Durante años se lo pasaban juntos.

El tiempo pasó y cuando Laura tenía 19 años, se atrevió a hacer lo que nunca antes había hecho.

"Decidí revelarle lo que sentía. Se sorprendió tanto que no dijo nada... ¡nada!", cuenta ella.

"Me dio tal vergüenza que pensé: 'Hasta aquí llegamos. No podemos seguir siendo amigos'. Le había dicho que lo quería y no había respondido, y eso era imperdonable".

Fue así que dejaron de verse por 10 años.

El reencuentro

Durante esa década, la banda de indie rock The Maccabees, en la que Hugo tocaba, se hizo cada vez más exitosa.

"Era difícil ver a su banda en carteles y encabezar los festivales en los que estaba y a los amigos preguntando: '¿Has escuchado esta nueva melodía de The Maccabees?', y nosotros, sin hablar", cuenta Laura.

Y agrega: "De vez en cuando nos mandábamos un mensaje de texto de feliz cumpleaños, pero no nos vimos".

Un día, cuando ambos tenían 30 años y acababan de terminar con relaciones afectivas largas, se encontraron para tomarse un café y ponerse al día.

"Fue muy amigable, así que nos volvimos a encontrar. Pero sentía que era difícil leer a Hugo", confiesa ella.

"Pensé que era muy ingenuo creer que podíamos retomar la relación de donde la dejamos. Había tanto sin decir y habían pasado tantas cosas".

Hugo White en el escenarioFuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,

Hugo White tocando con The Maccabees en 2012 en Birmingham, Inglaterra. "Además tenía mis propios prejuicios: yo todavía vivía a la vuelta de la esquina de la casa en la que crecí. ¿Por qué le iba a interesar mi minúscula vida cuando él había visto el mundo y había estado en giras por lugares increíbles y probado otro tipo de vida?", reconoce.

Sin embargo, hubo una pregunta que no pudo evitar hacerle: "¿Alguna vez sentiste algo por mí en ese entonces?".

"Y él simplemente dijo: 'Por supuesto que sí'. Fue un gran momento".

Por fin, esa larga historia de amor comenzaba y pronto Laura quedó embarazada de su hijo, Jet, que ahora tiene 6 años.

Pero después de un parto traumático, su felicidad se tornó en algo que jamás imaginó.

El desencuentro

"Fue en la sala de maternidad que todo se puso realmente mal", señala Laura.

Y explica: "Me volví salvaje. Bebía litros y litros de agua directamente de la jarra. Aunque soy vegetariana, cogía pollo o lo que encontrara y me lo devoraba arrancando toda la carne del hueso".

"Tenía una rara y desafortunado reacción a la epidural y me rascaba todo el tiempo hasta sangrar", agrega.

"Me sentía como un tigre enjaulado, cansado y agresivo".

Cuenta que al bañarse, alucinó que la manguera y cabeza de la ducha "eran una serpiente contra la que luchaba".

Pero en vez de advertir que no se sentía bien, actuó como todo lo contrario.

"Ojalá lo hubiera dicho, pero, no todas nos sentimos bien en esos momentos. La gente te dice: 'Es la tristeza posparto, pasará. Son las hormonas'. Y yo pensaba: ¿por qué no puedo ser más valiente? ¿Dónde está mi instinto maternal?".

En casa, le seguían pasando cosas: "Sonaba una canción en la radio y pensaba, ¿me está hablando a mí? ¿O ese osito de peluche me está mirando feo? Paranoia, conspiración, pensamientos acelerados... perdí todo sentido de la realidad".

Pero había una idea por demás aterradora: "Creía que Hugo, el amor de mi vida, estaba tratando de alejarme de Jet".

"Eso era realmente horrible, porque todo lo que cualquiera trataba de hacer para ayudarme, yo interpretaba como algo en mi contra".

Fue a la cantante Adele, amiga de Laura, a quien primero se le ocurrió que podía tener psicosis posparto.

Preocupada cada vez más por las llamadas extrañas de su amiga, buscó en Google "volverse loca después de tener un bebé".

La cantante Adele y LauraFuente de la imagen,Getty Images Pie de foto,

Adele es amiga de Laura desde la adolescencia. Su canción "My Same", del álbum 19, trata sobre Laura. Después de ser diagnosticada con psicosis posparto, Laura se despertó en su primer Día de la Madre en una sala psiquiátrica, aún convencida de que todo era un plan en su contra.

Eso, curiosamente, la ayudó a mejorarse.

"Estaba segura de que todos planeaban quitarme a Jet en un juicio por la custodia y que estaban haciendo todo eso para reunir evidencia", cuenta.

"Pensaba que si no asistía a todas las reuniones, comía todas mis comidas, tomaba todos mis medicamentos, dirían que no estaba cooperando en el hospital. Así que quería parecer una buena madre para poder ganar esa batalla legal".

Poco a poco, tuvo que aprender a confiar en sí misma y en Hugo.

"Hubo un momento en el hospital que lo acusé diciéndole que sabía que estaba planeando deshacerse de mí y le dije cosas horribles. Recuerdo que él simplemente se arrodilló, me tomó las manos, y me dijo que estaba enferma y que no era mi culpa".

"La forma en que me habló hizo que todo lo demás se volviera borroso y fue la primera vez que lo vi", narra Laura.

"Él me sacó de la psicosis. Estaba tomando muchos medicamentos, pero el amor es definitivamente la medicina que me sanó".

Laura en una playa con su hijo Fuente de la imagen,Cortesía de Hugo White
Pie de foto,"Siento que he visto a los monstruos del mundo y todavía amo el mundo aún más", dice Laura.

Laura se recuperó después de dos semanas en el hospital y ahora comparte sus experiencias para ayudar a otros.

"Siento que he visto a los monstruos del mundo y todavía amo el mundo aún más", dice Laura, y añade: "Pero me hubiera gustado que alguien me hubiera hablado de las enfermedades mentales, cómo son, pero también cómo pedir ayuda".

"La enfermedad no discrimina. Puede sorprender absolutamente a cualquier persona y cualquier cosa puede desencadenarla", explica.

Plasmó sus memorias en What Have I Done? Motherhood, Mental illness & Me ("¿Qué he hecho? La maternidad, la enfermedad mental y yo"), publicado en 2020.

Tanto ella como su marido son embajadores de la organización benéfica Action on Postpartum Psychosis.

Recientemente Laura publicó I love you. I love you. I love you ("Te amo. Te amo. Te amo"), una novela basada en su historia con Hugo.

*Si quieres escuchar la entrevista completa en inglés de BBC Outlook, haz clic aquí.

línea azul La depresión posparto y la psicosis posparto son dos afecciones de salud mental distintas pero potencialmente graves.

Depresión posparto

La depresión posparto puede interferir con la capacidad de cuidar al bebé y realizar otras tareas diarias. Si no se trata, puede durar muchos meses o más.

Los síntomas pueden incluir:

Estado de ánimo depresivo o cambios graves de humor
Dificultad para establecer un vínculo con el bebé
Perder el apetito o comer mucho más de lo habitual
Insomnio o dormir demasiado
Terrible fatiga o falta de energía
Intensa irritabilidad, ira, desasosiego, desesperanza, ansiedad y ataques de pánico
Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio

Psicosis posparto

La psicosis posparto es menos común pero más grave: puede causar pensamientos o conductas que ponen en riesgo la vida y requiere tratamiento inmediato.

Entre los síntomas están:

Sensación de confusión y desorientación
Pensamientos obsesivos acerca del bebé
Alucinaciones e ideas delirantes
Problemas de sueño
Demasiada energía y malestar
Paranoia
Intentos de la madre de lastimarse a sí misma o al bebé * 

Fuente: Clínica Mayo 

miércoles, 9 de octubre de 2024

Las 5 señales que podrían indicar síntomas de demencia.

An illustration of a man's head in profile on a red background. Above the head are five floating panels containing: money flying away, a car layered on top of a spiral, a bed with a pair of tired eyes hovering above, a nose with a cancellation sign over it and a pair of tragedy and comedy masks.
Credit...Cristina Daura

En los tipos de demencia en los que el olvido no es el síntoma principal hay signos que pueden indicar cambios cerebrales tempranos, según los expertos.

Pasar por semáforos en rojo. Caer en estafas. Alejarse de los amigos.

La pérdida de memoria es el síntoma más conocido de la demencia, sobre todo de la enfermedad de Alzheimer. Pero los expertos dicen que hay otras señales de alarma que pueden indicar cambios cerebrales tempranos, que son muy importantes en aquellos tipos de demencia en los que el olvido no es el síntoma principal.

Al igual que los lapsus de memoria ocasionales, estos problemas también pueden atribuirse a otros cambios relacionados con la edad o la salud (o simplemente a un mal día), por lo que los expertos subrayan que no son necesariamente señales de demencia aisladas. Pero, cuando se combinan, podrían ser una señal de que es hora de ver a un médico.

1. Problemas económicos
Las personas con demencia pueden tener problemas de dinero o ver afectada su solvencia años antes de que aparezca la pérdida de memoria u otros síntomas cognitivos. Pueden olvidarse de pagar las facturas, por ejemplo, o no ser capaces de ceñirse a un presupuesto.

“Una de las razones por las que la mala gestión financiera puede ser un indicador sensible es su complejidad”, porque implica la interacción de varias regiones cerebrales, dijo Winston Chiong, profesor de neurología de la Universidad de California en San Francisco. En consecuencia, las finanzas pueden ser una de las primeras áreas en las que empiezan a aparecer grietas en la cognición de una persona.

La toma de decisiones financieras erróneas preocupa especialmente a quienes padecen demencia frontotemporal, una forma relativamente rara de demencia en la que el juicio se ve afectado en una fase muy temprana de la enfermedad. Algunas personas con esta enfermedad pueden hacer compras grandes e impulsivas. Otras pueden confiar en personas en las que normalmente no lo harían, lo que aumenta el riesgo de estafa.

“Las personas con demencia frontotemporal son menos sensibles a las posibles consecuencias negativas”, dijo Chiong. Debido a esto, pueden tener una mayor “susceptibilidad a diferentes tipos de manipulación”, o pueden ser “más propensos a ser derrochadores o descuidados con el dinero”.

2. Problemas de sueño
Los trastornos del sueño pueden volverse más comunes a medida que la gente envejece, y los adultos mayores tienden a tener un sueño más ligero y a acostarse y despertarse un poco antes de lo que solían hacerlo, lo cual es completamente normal. Pero si se producen cambios drásticos en los hábitos de una persona, como empezar la mañana a las 3:00 a. m. o ser incapaz de mantenerse despierta durante el día, puede ser un signo de demencia.

“Algunas de las regiones del cerebro, como el tronco encefálico, que son muy importantes para regular los ciclos de sueño y vigilia, son las primeras que se ven afectadas por la enfermedad de Alzheimer”, dijo Joe Winer, profesor de neurología y ciencias neurológicas de la Universidad de Stanford. “Así que años antes de que alguien presente cualquier signo de síntomas de memoria”, puede experimentar cambios en sus patrones de sueño.

Un cambio que puede ocurrir específicamente con la demencia con cuerpos de Lewy —otro tipo de trastorno cerebral progresivo— es que una persona puede empezar a representar sus sueños. Lo mismo ocurre con la enfermedad de Parkinson, que está relacionada con la demencia con cuerpos de Lewy. Normalmente, nuestros músculos se paralizan durante la fase REM, que es cuando solemos tener los sueños más vívidos. Pero en estos dos trastornos neurodegenerativos, unas proteínas tóxicas atacan las células del tronco encefálico que controlan la parálisis del sueño.

Ronald Postuma, profesor de neurología y neurocirugía de la Universidad McGill, dijo que esta condición, llamada trastorno del comportamiento del sueño en fase REM, no es solo caminar o hablar dormido. En su clínica, los pacientes suelen acudir después de que su “compañero de cama les haya dicho que les estaban pegando, gritando, chillando durante sus sueños”.

3. Cambios de personalidad
En un estudio publicado el año pasado, los investigadores descubrieron que las personas con demencia experimentaban ligeros descensos en extroversión, agradabilidad y concienciación antes de mostrar signos de deterioro cognitivo. Esos cambios de personalidad se aceleraban a medida que aparecían más síntomas de demencia, dijo Angelina Sutin, profesora de ciencias del comportamiento y medicina social de la Universidad Estatal de Florida, quien dirigió el estudio.

Aunque la investigación se llevó a cabo mediante un test de personalidad estandarizado, hay algunos cambios en el comportamiento cotidiano a los que se puede estar atento. Una disminución de la extroversión, por ejemplo, puede parecerse a una persona más retraída o a un estrechamiento de su círculo social.

Puede ser más fácil darse cuenta de que alguien “ya no sale con tanta frecuencia que reconocer cuánto ha disminuido su memoria”, dijo Sutin.

Algunos de estos cambios de personalidad pueden producirse espontáneamente, como consecuencia de los daños cerebrales. En el caso de la demencia frontotemporal, por ejemplo, la disminución de la simpatía, que hace a la persona menos confiada y amistosa, está relacionada con la disminución del volumen cerebral en el córtex frontal, un componente clave de la enfermedad.

Otras veces, los cambios pueden surgir a causa de los síntomas cognitivos. Por ejemplo, una persona con alzhéimer puede parecer menos concienzuda, ser cada vez más desorganizada o tener dificultades para completar tareas laborales o domésticas a medida que su memoria declina.

4. Dificultades para conducir
Junto con el manejo de las finanzas, conducir es uno de los comportamientos cognitivos más complejos que las personas realizan a diario. Ganesh Babulal, profesor asociado de neurología de la Universidad de Washington en San Luis, ha demostrado en sus investigaciones que los problemas al volante pueden manifestarse años antes que en otros lugares.

Conducires la mezcla definitiva del sistema cognitivo”, dijo Babulal. “Y si hay algo que no funciona, desafortunadamente el conductor deja de tener el control y corre el riesgo de sufrir un accidente o una colisión”.

El deterioro cognitivo puede manifestarse en forma de arañazos en el coche, en un choque menor (o casi uno) o en saltarse las señales de parar o los semáforos. La gente también puede frenar o acelerar de repente o tomar las curvas demasiado rápido. Como consecuencia, dijo Babulal, puede que dejen de conducir tanto —sobre todo de noche, con mal tiempo o en hora pico— o que se sientan reacios a conducir con nietos u otros pasajeros en el coche.

Por supuesto, otros problemas físicos que pueden aparecer con la edad, como problemas de visión, neuropatías o efectos secundarios de la medicación, pueden afectar a la conducción. Pero si notas cambios preocupantes en la capacidad de alguien, quizá valga la pena tener la “conversación de la llave del coche”.

5. Pérdida del olfato
Las partes del cerebro que controlan el olfato, conocidas como sistema olfativo, se encuentran entre algunas de las primeras áreas dañadas en la enfermedad de Alzheimer y la demencia con cuerpos de Lewy; también es el caso de la enfermedad de Parkinson. Muchas personas con estas enfermedades empiezan a perder el sentido del olfato años, o incluso décadas, antes de que aparezcan otros síntomas.

A diferencia de la pérdida de audición y visión, que pueden ser factores de riesgo de demencia, pero no se cree que estén causadas por la enfermedad en sí, la pérdida de olfato parece ser una de las manifestaciones más tempranas de la neurodegeneración.

Los distintos tipos de enfermedades cerebrales parecen afectar al sentido del olfato de las personas de maneras diversas. Por ejemplo, las personas con alzhéimer tienden a ser capaces de detectar un olor, pero pueden identificarlo erróneamente. “Dicen: ‘Qué olor tan agradable. Huele tan dulce. Debe ser gasolina’”, dijo Postuma. Por el contrario, añadió, los que padecen Parkinson y demencia con cuerpos de Lewy suelen serescépticos de que están percibiendo un olor”.

Dana G. Smith es reportera del Times que cubre la salud personal, en particular el envejecimiento y la salud del cerebro. Más de Dana G. Smith