viernes, 18 de mayo de 2018

Entrevista a Jay Bahadur, autor de The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Un periodista entre piratas

Página12

El periodista y escritor canadiense emprendió hace diez años la aventura de meterse en Somalia para investigar sobre los afrocorsarios del siglo XXI. El resultado fue un libro que llegó a la pantalla grande con un elenco que incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith.

Bahadur quiso cubrir en primera persona las noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes
“Ir a un lugar loco”, era el plan de trabajo de Jay Bahadur, estudiante de periodismo canadiense que en 2008, cuando tenía 24 años, decidió viajar a Somalia para cubrir en primera persona las exóticas noticias sobre ataques de piratas locales a barcos mercantes. Pronto su aventurero trabajo de campo, en una zona remota y poco segura del este africano, lo convirtió en una suerte de descubridor de la nueva forma de piratería ante los ojos occidentales: sus encuentros con los afrocorsarios del nuevo milenio se volcaron en artículos periodísticos como corresponsal de diarios británicos y estadounidenses y también en su libro de 2011, The Pirates of Somalia: Inside Their Hidden World. Mientras el curioso fenómeno (al que se le adjudican, entre 2005 y 2018, casi un centenar de ataques, tomas de rehenes y fallidas escaramuzas navales con embarcaciones de banderas europeas, americanas, africanas y asiáticas) se extendía en aguas del Índico, la experiencia de Badahur de primera mano causó interés en las autoridades políticas de Canadá y los Estados Unidos, quienes le pidieron “asesoramiento” sobre los afrobucaneros. El olor a aventura del siglo XVIII que rodea las crónicas piratas de Bahadur también motivó que, el año pasado, su viaje inspirara una película, The Pirates of Somalia, cuyo personaje protagónico –a cargo de Evan Peters, el Quicksilver de la saga X Men– es precisamente el joven periodista canadiense, y cuyo elenco incluyó a Al Pacino y Melanie Griffith, además de la actuación no profesional de refugiados somalíes. La película reconstruye con tenso humor las casi rituales entrevistas de Bahadur con jefes piratas que portan fusiles y ametralladoras, todos sentados bajo árboles esmirriados bajo el reseco sol africano. Y recrea los ataques a los barcos mediante extrañas, hechizantes animaciones. PáginaI12 entrevistó a Bahadur, quien amplió su vínculo con África: actualmente vive en Nairobi, Kenia.

–¿Cómo decidió viajar a Somalia? ¿Qué tan peligroso fue realmente?
–Como describí en el libro y en la película, la verdad es que, durante un trabajo que había hecho como estudiante, me fascinó cómo Somalilandia había elegido presidente en 2003 por una mayoría de sólo 80 votos... ¡y el resultado había sido aceptado pacíficamente! Mi plan inicial era dirigirme a la región de Somalilandia para cubrir las siguientes elecciones. Sin embargo, cuando las noticias sobre la piratería en la zona explotaron en los diarios del mundo, se me ocurrió un esquema alocado mientras compartía unas cervezas con mi amigo Alex –también retratado en la película– para ir a Somalia y cubrir la historia de los piratas. En cierto modo, tuve bastante suerte. Pasé semanas intentando encontrar un socio local en Somalia y el chico al que finalmente contacté, Mohamad Farole, ¡terminó siendo el hijo del presidente regional! Y resultó que su familia también estaba emparentada con muchos de los primeros piratas, lo que me ayudó mucho a conseguir entrevistas (y a evitar ser secuestrado). Su familia me cuidó mucho y me mantuvo a salvo, lo que me dio espacio para aprender, con torpeza y muy lentamente, a ser periodista... Aunque, si fuera un editor, no enviaría a alguien sin experiencia en una misión a Somalia. No digo que no pueda funcionar bien, pero no me gustaría ser responsable de poner a alguien en esa situación.

–La película reconstruye con animaciones casi psicodélicas los abordajes de los piratas somalíes, con ganchos para escalar los barcos y alusiones a tácticas para atacar “como lobos”. ¿Alguna vez presenció –o participó de– un ataque pirata?
–Nunca presencié personalmente un ataque pirata, pero recogí muchos testimonios de miembros de la tripulación y vi muchas imágenes de video. Así que sí, la animación que puede verse en la película muestra un secuestro pirata con bastante precisión.

–¿Qué comparación podría trazar entre los piratas que entrevistó en Somalia, como Boyah o Garaad, y las celebridades de la piratería europea antigua, como Barbanegra o Morgan?
–Aunque es tentador, no compararía a los piratas somalíes con los piratas clásicos de los siglos XVI y XVII. Por un lado, sus modelos comerciales son completamente diferentes: piratas como Barbanegra vivían robando cargamentos y trataban a la tripulación de los barcos atacados como algo bastante prescindible. En el caso de los piratas somalíes, la seguridad de la tripulación secuestrada es esencial, ya que básicamente hacen dinero tomándolos como rehenes para obtener un rescate.

–¿Siguen activos los piratas somalíes?
–La piratería somalí sigue siendo un fenómeno hoy en día, pero a un nivel muy bajo. Hubo un buque cisterna capturado por piratas durante un corto período, en marzo, pero ese fue el único barco comercial secuestrado desde 2012.

–En la película usted destaca que la democracia de Somalia es menos “comercial” que los piratas. De hecho, en el Departamento de Estado estadounidense le han pedido asesoramiento sobre la piratería. ¿Qué impacto sobre Somalia tuvo su trabajo?
–Nunca trabajé para el Departamento de Estado, sólo les aconsejé puntualmente sobre la piratería en 2009 o 2010. Mi idea inicial era enfocarme específicamente en la incipiente democracia de la región separatista de Somalilandia, no en toda Somalia. Todavía creo que es notable cómo Somalilandia ha sido capaz de construir una democracia naciente con tan poca ayuda externa y sin reconocimiento internacional. No sabría decir qué impacto exacto ha tenido mi trabajo sobre el curso de la política somalí. Pero espero que al crear conciencia en Occidente sobre Somalia, el libro haya tenido un impacto positivo en el país.

–¿Cree que el periodismo puede cambiar algo o es una especie en extinción?
–Creo que el buen periodismo tradicional todavía tiene un papel muy importante en el mundo. Recientemente, por caso, las mejores coberturas sobre la administración Trump provinieron del Washington Post y el New York Times. Lo que es probable es que los periódicos de calidad y otros medios de comunicación se conviertan en objeto de mecenazgo de la élite, como se ve con Jeff Bezos comprando el Washington Post. Probablemente la prensa vuelva a ser patrimonio de los ricos independientes, o bien a estar financiada por ellos... que es como ha sido durante la mayor parte de la historia humana.
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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/114810-un-periodista-entre-piratas

Así es La Navata, el colegio por el que Pablo Iglesias e Irene Montero se mudan a Galapagar. Este centro público trabaja desde hace 23 años años con proyectos, sin libros ni exámenes, para acompañar a los niños en la construcción de su aprendizaje.

Los líderes de Podemos Pablo Iglesias e Irene Montero, que a la vuelta del verano se convertirán en padres de mellizos o gemelos, han decidido mudarse a un chalet a La Navata, una pedanía de la localidad madrileña de Galapagar. Uno de los motivos que ha pesado en la compra de la vivienda, según fuentes del partido morado, es la cercanía de un colegio público conocido por un método educativo de aprendizaje alternativo que les gusta mucho. Aunque ni ellos ni sus portavoces concretan el nombre del centro, en la zona solo hay tres, uno de ellos privado, otro en el que se usan libros de texto y un tercero, conocido en la Comunidad de Madrid porque trabajan con proyectos, sin libros ni exámenes. Se trata del colegio La Navata, donde esta mañana daban por hecho que son ellos, aunque ni han visto nunca a la pareja ni han hablado con ellos.

Laura Ortega, que este curso se ha estrenado como directora de un cole en el que lleva nueve años trabajando como maestra de Infantil, confiesa por teléfono que se ha enterado por la prensa y confirma que allí llevan "a sus hijos varios miembros del partido". Pide que "no se politice" el asunto y subraya que su centro "está abierto a todos los niños y a todas las familias" a las que les guste la idea de un colegio "diferente". Ortega cuenta que no es ni muchos menos el primer caso de familia que va a vivir a la zona expresamente por su cole, al revés, les ocurre con frecuencia. Y no le extraña. Además del factor educativo, "es un lugar muy agradable" para vivir, un "oasis de chalets unifamiliares más o menos antiguos y con un nivel socioeconómico medio-alto", con padres de un alto nivel de estudios.

Pero no quiere que se lleve nadie a engaño: son un centro público, "con los medios y las ratios altas de los coles públicos" y con una tutora por curso y una profesora de apoyo para las seis aulas de infantil. "Nada que ver con las escuelas privadas libres que usan metodologías similares a la nuestra, que tienen dos y hasta tres profesores por aula", avisa a los interesados. También recuerda a los padres que les llaman o se acercan a las jornadas de puertas abiertas que "vivir en la zona no garantiza entrar" a La Navata, ya que el proceso de selección es "el oficial y ordinario" de Madrid, en el que pesa más que haya hermanos en el centro que cualquier otra consideración. Son 10 puntos extra si se tiene un hermano en el centro y solo un punto por vivir y trabajar en el municipio del colegio elegido. Este curso tienen la ratio máxima, 25 niños por aula, y ninguno de los niños que lo eligieron como primera opción se quedó fuera porque ha habido "un importante descenso de la natalidad", pero el año pasado fueron 70 en total en todos los cursos.

¿Pero qué hace a este colegio tan especial como para mudarse a Galapagar? "Nuestro proyecto tiene tres pilares. Para empezar somos una escuela abierta en la que se anima a los padres a que participen. Entran, salen, forman parte de comisiones, son parte activa del equipo y dinamizan el centro. No somos todavía una comunidad de aprendizaje, pero es nuestro objetivo. La relación con las familias es muy estrecha, entran hasta en la cocina, literalmente", empieza Ortega, que emana ilusión, entusiasmo y compromiso con su colegio.

El segundo eje es que "todo es de todos". "Usamos una dinámica sin libros de texto, por lo que tenemos una gestora de materiales y visitas. Los padres pagan 150 euros al año y tienen incluido desde los folios, a témperas, plastilinas... las excursiones y cuentacuentos. A las familias sin recursos las becamos a través de la Fiesta de la Solidaridad, que se celebra este 2 de junio. Montamos un mercadillo el que vendemos comida y objetos donados a un euro. Una parte de los que sacamos va a una ONG, otro a pagar reformas en el centro y la tercera, a becar alumnos con dificultades".

El tercer pilar, el pedagógico, se denomina "otra mirada". "En este cole se aprende investigando, trabajamos por proyectos", indica Ortega, que matiza que, con el transcurso de los años, han ido flexibilizando el concepto. "No tenemos libros de texto pero tampoco somos un centro 100% de proyectos y también depende de que el tutor concreto se sienta más o menos cómodo con la metodología. Hemos ido cediendo y, en algunas materias, como en matemáticas y lengua, tenemos un cuadernito de apoyo", declara la directora de La Navata.

En este punto, surge uno de los problemas para desarrollar y consolidar un proyecto de este tipo: la falta de un equipo estable. "La continuidad es fundamental. Ahora mismo tenemos más de un 60% de profesores estables". Así las cosas, que haya más o menos cuadernillos o proyectos "depende mucho de los cursos". "Hay años en los que tenemos a docentes entusiasmados con el modelo del centro y otros en los que lo no comparten y piden irse". Su caso es el contrario, vivía en Aranjuez y pidió La Navata en el concurso de traslados. "Cuando conocí el colegio pensé 'y encima es público, yo quiero estar ahí'. Me aburre el tipo de educación tradicional y si me aburre a mí, cómo no va a aburrir a los niños. Los profesores y los niños necesitamos algo más estimulante, un reto continuo y diario", confiesa.

Sobre el nivel educativo, Ortega afirma que están en la media de la Comunidad "y bastante por encima respecto a los de la zona en Educación Artística, Matemáticas, Ciencias Naturales y Educación física". Ellos no preparan a los alumnos para las polémicas pruebas de nivel externas que existen en la región, a diferencia de lo que ocurre en otros centros. "No le damos importancia. A los padres y al centro lo que nos importa es que aprendan disfrutando, nosotros los acompañamos en el proceso, no los espachurramos con libros, deberes y pruebas", explica, al tiempo que subraya que esta manera de aprender "más activa es la que mejor conecta con el futuro de los niños". "Hoy en día de nada sirve memorizar, lo tienes todo al alcance de un dedo, hay que enseñar a comprender, a organizar y a categorizar los miles de estímulos que recibimos", defiende, para recurrir a una metáfora culinaria: "Lo nuestro es la diferencia entre comer puré bien machacadito y poder elegir en un bufé libre".

Otro aspecto importante es que "la autoridad no es del docente, sino compartida, los alumnos tienen voz y voto", sostiene la directora, que se vanagloria de que sus alumnos son muy deseados en los institutos porque "son despiertos, activos, tienen capacidad de liderazgo, tiran de grupo...". También es fundamental que no hay exámenes. "Para evaluarlos, valoramos sobre todo el día a día, la actitud, los trabajos, los proyectos... y hacemos pruebas de vez en cuando pero no son exámenes para calificarlos sino para ver qué han aprendido", detalla. También es una rara avis en otro punto: no un colegio bilingüe.

La Navata no es un recién llegado a esta "moda" de los proyectos, muy en boga en los últimos años pero que es "del siglo pasado", sino que nació así hace 23 años, por lo que fue pionero en España. "La LOGSE permitía que un grupo de maestros se juntara, creara un proyecto con sus bases teóricas y filosóficas y, si era aprobado, se les hacía un colegio ad hoc", recuerda con nostalgia, para añadir que de 60 alumnos que tuvo en su nacimiento han pasado a 460 en la actualidad en dos líneas por curso de tres a 12 años. En la parte negativa, la directora señala que no tienen inmigrantes y se fustigan por ello. "Solo tenemos un 7%, es demasiado poco, nos gustaría tener más diversidad. A dos kilómetros del cole, la realidad es muy diferente", reconoce.

UN DÍA EN LA NAVATA
Si finalmente los hijos de Pablo Iglesias e Irene Montero piden plaza en La Navata y son admitidos, se van a encontrar con una realidad muy diferente a la de la mayoría de los niños de tres años, que tienen el doble de libros que de edad y cuyos padres apenas van al colegio a una tutoría al trimestre.

Para empezar, los padres "pueden acompañar a los niños a las 9.00 y entrar a clase, te cuentan cómo han pasado la noche, les ayudan a colgar los abrigos y se van tranquilamente". Los niños, en lugar de fichas y más fichas, se encuentran con "una propuesta por rincones". Pueden elegir entre la zona artística, la de construcciones, la lógico-matemática con puzles y material Montessori, el rincón del juego simbólico, que "es una casita que según el proyecto se transforma en una nave espacial, en una cueva o en un castillo", la zona del proyecto, donde se expone todo el material que van elaborando, y la mesita Waldorf con los objetos típicos de cada estación del año.

Tras los rincones, se reúnen en asamblea para "contarse cómo están y hablar de posibles problemas" y tomar el almuerzo juntos. Nada de bollos ni de zumos, siempre fruta. "Todos los niños son los fruteros una vez al mes y llevan para todos. Así se habitúan a tomar fruta, a probar nuevos sabores, a pensar en el otro y a compartir", aclara. No hay horarios rígidos, sino que los pequeños "juegan, recogen, se charla, se toman la fruta, salen al patio, comen sobre las 12.30, se echan la siesta, se les lee un cuento y a casa" a las 16.00.

En el comedor, hay cocina propia y el centro, parte de la red de ecoescuelas, dispone de un huerto. Dos veces por semana y divididos en dos grupos, tienen psicomotricidad, "pero sin dirigir" sino "vivenciada" o Aucouturier. Lo llaman "la sala divertida" y es un "espacio libre de juego y de expresión física".

LOS GEMELOS, ¿JUNTOS O SEPARADOS?
Un aspecto que preocupa mucho a los padres múltiples a la hora de escolarizar a sus hijos es si los van a separar o no en clase. Conforme ha crecido el número de partos múltiples, ha ido fraguando un movimiento de padres, psicólogos y educadores a favor de la libertad de elección y de que no se aplique la separación por decreto. Aunque pueda surgir algún inconveniente y lo óptimo es atender a cada pareja en particular, los beneficios de tenerlos juntos en clase siempre superan a los inconvenientes, en opinión de una de las mayores expertas en este campo, Coks Feenstra, psicóloga infantil especializada en múltiples y autora del libro El Gran Libro de los Gemelos.

En Madrid, donde el 5% de los niños que entran en Infantil son múltiples, Educación ha pedido ese mismo curso que "se escuche a los padres y que se atiendan sus preferencias" a la hora de escolarizar a mellizos, gemelos y más. Sin embargo, esta recomendación, que ha convertido a Madrid en la primera comunidad que se pronuncia al respecto, se topa en la práctica con la autonomía de los centros, que son los que tienen la última palabra y en la mayoría de los casos siguen separando por tradición.
https://elpais.com/elpais/2018/05/17/mamas_papas/1526547020_019787.html

DESCARGABLE El proyecto educativo de La Navata, en pdf

El PP comienza a vender sus inmuebles.

Domingo Sanz


Asustados como nos quieren con los cuentos de nuevos terrorismos y golpes de estado sin sangre ni tanques que el Gobierno no deja de divulgar desde las posiciones que controla, transcurren desapercibidos los movimientos en la sombra que protagoniza el partido político más presunto, a tenor de la cuenta de expedientes vivos en los tribunales que lo acusan o salpican. La sospecha nace al comprobar que los miembros de este Gobierno tan divulgador pertenecen a ese mismo partido, y a partir de ahora conviene que las siglas PP dibujen siempre ante nosotros un patrimonio muy importante, económico y de un origen que quizás nunca se llegue a desentrañar.

El pasado 25 de marzo el periódico “Última Hora”, de Mallorca, anunciaba en portada que “El PP recibe varias ofertas de compra de su sede regional”. Nekane Domblás, la redactora que ampliaba la información en la página 18, presentó un panorama financiero desolador:

Caída a la mitad de los ingresos del partido a partir de las derrotas electorales de 2015.
Reclamación de 212.491.- € que probablemente tendrán que devolver al Govern Balear por subvenciones cobradas de más, tras ser condenados por delito electoral.

8.000.- € de hipoteca, que están pagando cada mes por la sede que ahora quieren vender.

Ya en noviembre de 2017 La Vanguardia publicaba unas declaraciones de Prohens, portavoz del PP en el Parlament Balear, en las que afirmaba que el único motivo por el que se ponía en venta la sede era económico. Negaba así que lo que pretendieran fuera quitarse de encima el marrón de una inversión inmobiliaria que estaba sometida a investigación por financiación ilegal. Como si el periodismo fuera fácil de engañar, pues la venta de un bien no borra ninguna culpa vinculada. Pero como tantas veces ha ocurrido en casos de corrupción política, la Justicia llegó tarde: un empresario, que había entregado no menos de 600.000.- € en efectivo y fuera de la ley para la reforma del local ahora en venta, falleció antes de conseguir que le pagaran los cheques sin fondos que otro empresario, que había intermediado para ocultar el lado político del delito, le había hecho llegar para tranquilizarlo, pues durante la crisis las firmas en falso eran papel mojado, incluso en los juzgados.

Por si lo de Mallorca fuera un caso aislado, buscando en Google aparecen referencias sobre operaciones similares con las sedes de Barcelona, Zaragoza y País Vasco, este último inmueble también bajo sospecha en cuanto a la procedencia de los fondos para la compra. Abunda en lo anterior el hecho de que durante 2017 algunos medios hablaron de tensiones entre los máximos dirigentes del PP, pues se decía que algunos estaban a favor de la venta de Génova 13, sede central “popular” sobre la que ya nadie pone en duda que, al menos la reforma, se financió en negro.

Las informaciones anteriores no proceden de ruedas de prensa convocadas por los responsables del partido del gobierno ni de ofertas publicadas para conseguir compradores. Tampoco corresponden a una investigación exhaustiva realizada por quien aquí firma. Han sido captadas esporádicamente por los medios, y no es posible que tanta coincidencia se deba a la casualidad. Lo lógico es que se trate de la punta del iceberg que sumerge una estrategia de licuación de activos, imprescindible en caso de estampida para salvar, y repartirse, “la pasta”.

Es evidente que los del PP están convirtiendo inmuebles en dinero. Se trata, sin duda, de una reacción desesperada ante la imposibilidad de mantener el ritmo habitual de delitos económicos que, combinados con una impunidad casi total, permitían a esa organización obtener ingresos extras millonarios. Las causas principales de ese recorte son dos. Por una parte, el comienzo, lento y tímido pero sostenido, de la acción judicial, animada en ocasiones por ajustes de cuentas internos que estallan porque la ambición lo llena todo, y en ocasiones rebosa. Por otra, la drástica reducción de poder real que sufrieron a partir de 2015 y 2016, al finalizar la cómoda etapa de un bipartidismo durante el que todo estaba perfectamente calculado. Esto también ha provocado una reducción significativa de los ingresos legales que se derivan de los resultados electorales

Mientras, la demoscopia sigue anunciando que el PP continuará retrocediendo electoralmente y, por tanto, reduciendo sus ingresos, sean del color que sean. La Justicia seguirá a lo suyo, ya se sabe que tiene vida propia cuando no hay cortocircuitos, lo que se traducirá en nuevas sentencias condenatorias, y de mayor calado. Lo que hoy se ha sabido es que el magistrado ponente de la sentencia del juicio Gurtel 1, a punto de caramelo envenenado, es partidario de no condenar al PP como organización, pero está en minoría y solo podrá emitir un voto particular, por lo que hoy hay muchos que están bebiendo para olvidar en los ficheros de que partido constan sus nombres y apellidos. En este contexto, lo normal es que caigan también los ingresos procedentes de las cuotas de los afiliados, pues periódicamente aparecen noticias de trasvases de militantes del PP hacia Ciudadanos.

Que una entidad tan poco controlada como el Partido Popular convierta inmuebles en dinero solo para ellos debe hacer sonar todas las alarmas. Esto significa que el resto de actores políticos, especialmente nacionalistas y de izquierdas, además de la Justicia, deberán mantener una actitud especialmente vigilante en defensa del interés general. Realizadas las ventas de locales al precio de la burbuja en la que privilegiados como ellos están flotando, nada impedirá al PP “liquidar” con cuantiosas indemnizaciones, acordadas “ad hoc” y directas a los bolsillos de los dirigentes del núcleo duro de los que habitan en el número 13 de Génova, y unos cuantos favoritos de la periferia. Eso sí, esta vez todo al contado para no diferir ni un euro a un futuro imprevisible. ¿Alguien recuerda los modelos de enriquecimiento personal de directivos bancarios en medio de la ruina generalizada? Pues eso. Pero en este caso, el Tribunal de Cuentas sabe que los ingresos procedentes del erario público superan con mucho el 50% de los declarados por todos los partidos políticos, por lo que procede que, en caso de liquidación, todos sus activos regresen en primer lugar al Estado y después, los que quieran reclamar que se pongan a la cola.

Por todo lo anterior, además del periodismo también los colectivos más motivados contra la corrupción deberán realizar un seguimiento permanente del estado de los bienes en manos del PP. Especialmente las asociaciones de profesionales que disponen de información veraz, pues todas las lupas son pocas para descubrir las peores intenciones de los que mandan en un país como España.

Por último, también conviene vigilar los movimientos de C’s, pues nada impide que Rivera, si las generales de 2020 les conceden la victoria, prepare una alambicada operación política de fusión condicionada con absorción parcial de “populares” que lo que en realidad estaría ocultando sería la salvación, y por tanto blanqueo bajo una nueva marca, del sustancioso patrimonio que constaría en los registros de la propiedad a nombre del PP. De nuevo nos viene a la cabeza el recuerdo de las maniobras orquestadas para salvar a los bancos, fuera cual fuera el número de víctimas, incluidas las mortales. Y también nos indignaría que, después de socializar las pérdidas de bancos, autopistas en quiebra y otros riesgos de multimillonarios, nos tuviéramos que quedar con los pasivos del partido que montó un ministro de Franco llamado Fraga Iribarne, y que un espabilado como Rivera se apropiara de la parte del león, limpia de polvo, paja y sin contenciosos pendientes en los tribunales. Son las maldades que no podemos evitar que nos asalten la cabeza cuando resulta imposible contener el caudal de sorpresas que cada día nos depara la peor política.

En marzo de 2016 nos preguntábamos públicamente “¿Qué hacemos con los bienes del PP?” y hace poco más de un mes volvíamos a insistir. Alarmamos de nuevo hoy porque hay que estar ojo avizor. De lo contrario, antes o después se repetirán los días en que nos llevaremos las manos a la cabeza. Por supuesto, cuando eso ocurra ya no habrá ningún remedio.