viernes, 28 de marzo de 2025

La apropiación e inversión de conceptos por parte de los nazifascistas

En este artículo el autor, tomando pie en las declaraciones de Eduardo Bolsonaro, reflexiona sobre la capacidad del fascismo (en todas sus variantes pasadas y presentes) de subvertir los conceptos propios de la clase trabajadora para apropiarse de ellos y ganar adeptos entre el proletariado.

Las palabras pronunciadas por uno de los delfines del clan bolsonarista en el momento en que hizo pública su decisión de huir de Brasil y permanecer en Estados Unidos bajo la protección del gobierno ultraderechista de Donald Trump aún deben estar resonando con fuerza en los oídos de muchas personas.

Para nuestro asombro, el hasta entonces diputado federal dijo que dejaba el país y el cargo que ocupaba para luchar en el extranjero contra las fuerzas nazi-fascistas, que lo estarían persiguiendo. Y ahí radica el principal motivo de estupor e incomprensión.

¿Cómo entender que alguien considerado uno de los principales exponentes del extremismo de derecha en Brasil afirme que la razón de su fuga es la persecución desatada en su contra por los seguidores del nazifascismo?

Es cierto, tal situación sería incluso imposible de entender si no tuviéramos un conocimiento previo de cómo surgió y se desarrolló este movimiento ideológico ultraderechista durante el último siglo. Así, hay características comunes en todas sus variantes conocidas hasta ahora, ya sea en la original italiana (fascismo), en la que prevaleció en Alemania (nazismo), en la de España (franquismo), en la portuguesa (salazarismo) o incluso en los modelos brasileños (antes, integralismo; actualmente, bolsonarismo).

El punto esencial común a todas las modalidades organizativas de esta ideología de extrema derecha es su total vinculación con la defensa de los intereses de los grandes grupos capitalistas. En otras palabras, en cualquiera de sus alternativas, el fascismo siempre tiene como misión principal defender a la clase de los grandes capitalistas de amenazas que puedan poner en peligro la continuidad de sus condiciones de privilegio en la sociedad.

«El fascismo siempre tiene como misión principal defender a la clase de los grandes capitalistas de amenazas que puedan poner en peligro la continuidad de sus condiciones de privilegio en la sociedad»

Sin embargo, lo que diferencia fuertemente al fascismo (en todas sus vertientes) de otras corrientes políticas e ideologías alineadas con los ricos y poderosos es su capacidad para introducirse entre los sectores de los explotados y, a través de su acción política, obtener apoyo de los que tienen poco o nada a favor de las causas de quienes lo tienen todo.

«Lo que diferencia fuertemente al fascismo (en todas sus vertientes) de otras corrientes políticas e ideologías alineadas con los ricos y poderosos es su capacidad para introducirse entre los sectores de los explotados»

Para cumplir este propósito de inducir a los trabajadores a asumir posiciones favorables a la patronal, y de llevar a los pobres a tomar partido por los ricos, los fascistas se especializaron en invertir los significados de las aspiraciones más relevantes del campo popular, utilizándolas a favor de los objetivos de las oligarquías que viven a costa del sacrificio de las mayorías. Con este fin, desde sus comienzos, los movimientos fascistas se han dedicado a hacer uso de palabras y conceptos queridos por el pueblo trabajador y a transformarlos en su opuesto exacto.

Fue así como el nazismo, a pesar de ser una ideología y una fuerza política que odiaba al máximo todo lo que pudiera significar un mayor grado de libertad para los trabajadores, desvirtuó el significado del término socialista y lo utilizó para nombrar al partido y movimiento político que más odiaba y combatía al socialismo y a los trabajadores. No olvidemos que el partido alemán creado por Adolf Hitler para servir a los banqueros y propietarios de las megacorporaciones capitalistas se llamó Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores.

Entonces, empezamos a ver cómo los que querían impedir a toda costa que el sistema de explotación capitalista fuera abolido se declararan públicamente como antisistema. De la misma manera, las fuerzas que apoyaban la explotación despiadada que causaba miseria, pobreza y desintegración de las familias trabajadoras empezaron a erigirse en defensores de los valores familiares.

Otra particularidad muy nefasta que observamos constantemente en países de capitalismo periférico, como nuestro Brasil, es la manipulación que hacen de la simbología vinculada con Jesús estas mismas fuerzas que sostienen el gran capital. Como es bien sabido, debido a los relatos sobre su vida en los Evangelios, su nombre está intrínsecamente asociado a las reivindicaciones más sentidas de la gente humilde y trabajadora. Así, para la inmensa mayoría de nuestro pueblo, al relacionar alguna causa a Jesús, la primera sensación que uno tiene es que se trata de algo favorable a los más necesitados, ya que está muy extendida la sensación de que su opción preferencial era por los más carenciados, y no por los más pudientes.

Sin embargo, por aquí, son los fascistas los que más han estado apelando a la manipulación del cristianismo para inducir a las masas populares a apoyar propuestas que van totalmente en contra del legado de vida del nazareno. Una vez más, el fascismo, ahora en su versión bolsonarista-neopentecostal, recurre a los símbolos y al nombre de Jesús para sostener puntos que nada tienen que ver con las enseñanzas que él buscaba transmitirle a la gente con la que convivía. De hecho, en la actualidad, hay quienes suelen apelar a su nombre para llevar adelante unas pautas que, estrictamente hablando, estarían mucho más en línea con los propósitos del diablo.

Por lo tanto, podemos concluir que, al decir que es perseguido por el nazi-fascismo, el miembro del clan bolsonarista al que nos referíamos al comienzo de nuestro texto no está haciendo nada distinto de la costumbre de tergiversar conceptos, la que viene siendo la tradición de los adeptos a este pensamiento desde su aparición en la escena política en la primera parte del siglo pasado. Desde siempre, los nazi-fascistas aprendieron a apropiarse discursivamente de los símbolos de lucha de los trabajadores para ponerlos a servicio de los explotadores. Por otro lado, también se han dedicado a atribuir al campo popular todas las características de maldad con las que están imbuidos. Por ello, ya no deberíamos sorprendernos cuando nos encontramos con los típicos nazi-fascistas que se presentan como víctimas de lo que ellos mismos encarnan en su totalidad. Sólo así se puede entender que un nazi-fascista se declare un perseguido del nazifascismo. Los nazifascistas están dotados de todos los instintos de perversidad que los seres humanos han sido capaces de desarrollar a lo largo del tiempo, pero aún no han llegado al punto de convertirse en autófagos.

Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor.

Fuente: 

jueves, 27 de marzo de 2025

_- El ‘daño moral’ tendrá un lugar en el DSM-5 .

_- El mundo de la salud mental tiene un término para el malestar psicológico que se produce cuando te obligan a ir en contra de tus principios o traicionan tu confianza.

Cuando Jennifer S. Wortham era adolescente, su hermano menor Patrick empezó a portarse mal y a meterse en problemas en el colegio.

Su padrastro había muerto hacía poco y su madre tenía dificultades. Pensó que si alguien podía ayudar a Patrick a volver al buen camino, ese era el sacerdote católico que se había convertido en un amigo íntimo de la familia.

El sacerdote ya no vivía cerca de su casa de California, así que aquel verano ella y su madre enviaron a Patrick a vivir con él a Texas.

En aquel momento, Patrick suplicó no ir. Más de una década después, la familia descubrió por qué. El sacerdote había estado abusando tanto de Patrick como de su hermano pequeño, Michael, desde que tenían unos 10 años.

El descubrimiento “destruyó completamente a mi familia”, dijo Wortham, quien ahora es investigadora del programa Human Flourishing de Harvard.

Sufrió durante años, sintiéndose culpable y desconsolada por haber facilitado, sin saberlo, parte del abuso. “Nunca volvimos a celebrar juntos Navidad”, dijo. “No podíamos estar todos juntos”.

La experiencia llevó a Wortham a estudiar el tema del daño moral, o la profunda angustia que puede surgir cuando sientes que tus valores han sido violados, ya sea por ti mismo o por otra persona.

Los sentimientos resultantes de impotencia, culpa y vergüenza pueden provocar problemas de salud mental como ansiedad, depresión e incluso conductas suicidas.

“¿Por qué experimentas todos estos sentimientos? Porque en el fondo, en lo más profundo de tu ser, se está cuestionando, amenazando o violando quién eres”, dijo Tessy A. Thomas, médica e investigadora en bioética de Danville, Pensilvania, que ha estudiado la angustia moral entre los trabajadores de salud.

En otras palabras, dijo, puede parecer que tu integridad está en juego.

¿Cómo se reconoce el daño moral?

Las traiciones atroces, como la que sufrieron Wortham y su familia, pueden crear angustia psicológica, pero también pueden hacerlo “acontecimientos cotidianos relativamente pequeños”, dijo Connor Arquette, residente de cirugía plástica en Stanford, quien ha investigado el daño moral.

“Estos momentos suelen hacernos sentir incómodos, aunque no podamos articular inmediatamente por qué”, dijo. Y con el tiempo, la gente puede llegar a un punto de ruptura.

Digamos que valoras la justicia, dijo Arquette, pero tu equipo de un gran hospital académico ha recibido instrucciones de hacer todo lo posible por un paciente especialmente rico o con buenas conexiones. Si otros pacientes no reciben el mismo nivel de atención, puedes sentir que tu moral se ve comprometida, añadió.

La “angustia moral”, precursora del daño moral, se acuñó a mediados de la década de 1980 en referencia a las enfermeras que sentían que se les impedía hacer lo que era moralmente correcto mientras trabajaban.

Más tarde, en la década de 1990, el psiquiatra Jonathan Shay creó el término “daño moral” para referirse a los veteranos que se veían psicológicamente perjudicados por cumplir órdenes que violaban sus creencias, como las instrucciones de matar o dañar a civiles.

El término se ha aplicado también a otros grupos: los profesores, los trabajadores de salud, los funcionarios y los profesionales de la seguridad pública pueden encontrarse con órdenes que amenazan con comprometer sus valores, presenciar comportamientos moralmente repugnantes o convertirse en víctimas de la transgresión de otra persona.

En los últimos cinco años se ha producido “una explosión de investigación” sobre las heridas morales, dijo Harold G. Koenig, mentor de Wortham y psiquiatra de la Universidad de Duke, quien, con su equipo, creó escalas para medir estas heridas emocionales.

Wortham y sus colegas han propuesto modificar el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, la clasificación psiquiátrica de los trastornos mentales, para incluir la noción de que los problemas morales pueden contribuir a un trastorno mental.

En diciembre, tras más de un año de revisión, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA por su sigla en inglés) accedió. El cambio aparecerá en septiembre.

La adición ayuda a validar el término “daño moral”, dijo Koenig. Ahora, añadió, pueden realizarse más investigaciones para definirlo mejor y examinar sus efectos en los resultados de la salud mental.

¿Cómo tratar el daño moral?

No existe una solución rápida para abordar el daño moral. Pero actuar puede ser un paso importante en el proceso de sanación. Hablar y pedir cambios es una opción.

Wortham llegó a reunirse con el papa Francisco, quien más tarde habló con un grupo de supervivientes de abusos sexuales, entre los que se encontraban sus hermanos, y pidió perdón por los fallos de la Iglesia. Está trabajando con un equipo de expertos para elaborar una guía de lesiones morales para quienes asesoran a supervivientes de abusos del clero y a sus familias.

Puede haber situaciones en las que tengas las manos atadas —en el trabajo, por ejemplo— que te hagan cuestionarte si éste es el entorno adecuado para ti, dijo Arquette.

Cuando te enfrentas a un daño moral, los expertos afirman que crear resiliencia moral es crucial.

Thomas lo hace con un ritual diario: cada vez que se lava las manos piensa en los retos que pueden estar afrontando los demás. Entonces encuentra la forma de hacer un gesto sencillo, como ir a ver a un compañero que está teniendo un día estresante. Estos pequeños actos de compasión contribuyen a reforzar uno de sus valores fundamentales: la integridad.

“No puedo cambiar todas esas cosas externas que están ocurriendo”, dijo. “Lo único que puedo controlar en el momento es mi actitud y mi comportamiento”.

Christina Caron es reportera del Times y cubre salud mental

miércoles, 26 de marzo de 2025

De niños, huyeron solos de los nazis. Unos documentos recién encontrados cuentan su historia.

Una fotografía en blanco y negro de tres niños de pie en un jardín.
Hanna Zack Miley, en el centro, en su primer día en Inglaterra tras ser evacuada de la Alemania nazi mediante el Kindertransport, en julio de 1939.Credit...vía Hanna Zack Miley
Casi 10.000 niños judíos huyeron al Reino Unido desde Europa entre diciembre de 1938 y septiembre de 1939. Hasta hace poco no se sabía mucho de su travesía.

Cuando Hanna Zack Miley subió a un tren alemán en julio de 1939, no sabía que el viaje cambiaría su vida para siempre.

Entonces tenía 7 años y estaba a punto de viajar al Reino Unido sin sus padres. Recuerda que se despidió de ellos en el andén de la estación de tren de Colonia, Alemania. “Me dijeron que era un lindo viaje y yo lo creí”, dijo Miley, hija única. “Creo que intentaban que fuera más fácil para mí. Era la niña de sus ojos”. 

 Mientras sus piernitas subían las empinadas escaleras del tren, quiso mirar de nuevo a sus padres. “Me giré y vi que estaban llorando”, dijo Miley. “Debió de ser horrible para ellos”.

En ese momento se dio cuenta de que, en realidad, no era un lindo viaje.

Nunca volvió a ver a sus padres.

Miley, de 93 años, vive ahora en Phoenix, Arizona, y es una de los casi 10.000 niños judíos que formaron parte del Kindertransport, o transporte de niños, una misión de rescate que ayudó a menores a huir de la Alemania nazi al Reino Unido, a través de los Países Bajos, entre diciembre de 1938 y septiembre de 1939.

Con el tiempo, se han perdido muchos detalles sobre esta parte de la historia del Holocausto. Pero en otoño de 2024, Amy Williams, una investigadora, desenterró un tesoro de información sobre la misión: listas de nombres y otros datos identificativos de la mayoría de los niños y acompañantes que hicieron el viaje al Reino Unido, guardados en los vastos archivos de Yad Vashem, el memorial israelí del Holocausto.

Para Miley y muchos descendientes de personas que formaron parte del Kindertransport, la aparición de las listas ha ayudado a arrojar luz sobre un periodo opaco de su historia familiar y les ha ofrecido un sentimiento de conexión con otros afectados. Para los investigadores, los hallazgos proporcionan una pieza clave del rompecabezas, al ofrecer nueva información sobre las familias y las organizaciones de rescate implicadas en la misión.

“Siempre me dijeron, desde que empecé mi trabajo: ‘Estas listas no existen, fueron destruidas’”, dijo Williams, quien estaba investigando para su tercer libro sobre el Kindertransport cuando descubrió los documentos. “Y no lo fueron”.

Las listas que encontró eran utilizadas por los guardias fronterizos neerlandeses para determinar a qué niños de otros países europeos debían dejar pasar al Reino Unido y a cuáles debían enviar a otro lugar.

La mayoría de los niños del Kindertransport, financiado en gran parte por las comunidades judías de Alemania y el Reino Unido, llegaron en barco desde Hoek van Holland hasta Harwich, Inglaterra. Desde allí, abordaron trenes hacia la estación de Liverpool Street, al este de Londres. Las organizaciones de refugiados los ayudaron a encontrar familias de acogida. 

 Fotografía en blanco y negro de un grupo de niñas saludando desde la cubierta de un barco.

Menores refugiados que formaron parte del Kindertransport al llegar a Inglaterra en 1938.
Fotografía en blanco y negro de un grupo de niñas saludando desde la cubierta de un barco.


Durante mucho tiempo, se ha enseñado sobre el Kindertransport como una historia reconfortante, dijeron los investigadores, pero la misión en sí fue un asunto complicado. El gobierno británico, por ejemplo, solo permitía que los niños entraran en el país sin sus padres, lo cual traumatizó profundamente a muchos de ellos. Los niños tenían que estar sanos, y debían proceder de la Alemania nazi (que incluía Austria y partes de la República Checa), no de otras partes de Europa oriental.

Williams también encontró documentos que ayudaron a reforzar la historia de cómo terminó el Kindertransport. Aunque muchos han sugerido que lo que puso fin a la misión fue el comienzo de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, las organizaciones de refugiados británicas que gestionaban el Kindertransport en realidad habían decidido que no podían llegar al país más de 10.000 niños debido a la dificultad de alojarlos.

“La historia es mucho más compleja que la forma en que queremos representarla”, dijo Laura Hobson Faure, profesora de la Universidad París 1 Panthéon-Sorbonne, quien escribió un libro sobre los niños judíos que huyeron a Francia durante el Holocausto.

“No es una historia reconfortante”, dijo Hobson Faure. “Sin embargo, es una historia que salvó vidas”.

Aunque miles de niños fueron rescatados de los nazis, muchos de ellos quedaron traumatizados por la experiencia y nunca volvieron a ver a sus familiares. Al mismo tiempo, varios hijos de supervivientes del Kindertransport dijeron que sus padres siempre sintieron una profunda lealtad hacia el Reino Unido por el papel que desempeñó en su supervivencia.

Miley sabía desde hace mucho que otros miles de niños alemanes también habían estado en el Kindertransport, pero dijo que ver su nombre en blanco y negro en una lista oficial le dio un sentimiento de pertenencia. “De repente, no estaba sola”, dijo.

Gracias a la investigación de Williams, Miley se ha puesto en contacto con los descendientes de otros niños del Kindertransport. Entre ellos está Richard Aronowitz, de 55 años. Su madre —Doris Aronowitz, fallecida en 1992— viajó en el mismo tren que Miley en julio de 1939.

Documento con datos sobre Doris Aronowitz en el que está su fotografía. 
Documento con datos sobre Doris Aronowitz en el que está su fotografía.
Documentación del gobierno británico sobre Doris Aronowitz, quien fue evacuada de la Alemania nazi cuando era niña.Credit...vía Richard Aronowitz.
Para Aronowitz y otros descendientes de los niños del Kindertransport, las listas de nombres, fechas y números han provocado emociones complicadas. “Me dio un contexto mucho más profundo”, dijo Aronowitz en una entrevista el mes pasado. Pero, añadió, “no creo que haya nunca un cierre emocional”.

Algunos encontraron por primera vez información sobre sus padres o abuelos a través de las listas. Para otros, la documentación es una evidencia desgarradora de las atrocidades a las que sobrevivieron sus padres, y una explicación de por qué tantos de ellos crecieron sin abuelos ni familia extendida.

“Es el último documento de despedida”, dijo Williams. “Realmente selló el destino de la gente”.

Para los investigadores, el descubrimiento de las listas puede aportar nuevos conocimientos sobre cómo se organizó el Kindertransport y cómo los padres desesperados tomaron su decisión.

“Nunca se había investigado tanto el Kindertransport desde el punto de vista continental”, dijo Andrea Hammel, profesora de la Universidad de Aberystwyth, en Gales, y autora de un libro sobre el Kindertransport.

Para Bobby Lax, cuyo padre llegó al Reino Unido en el Kindertransport, la documentación lo ayudó a llenar lagunas en la historia de su familia. Descubrió que su padre fue primero de Berlín a los Países Bajos antes de ser enviado al Reino Unido, dejando a su hermano y a sus padres en Ámsterdam, y nunca volvió a verlos, dijo Lax.

“Aunque había descubierto la mayor parte de la historia de mi padre, es absolutamente sobrecogedor ver estas listas originales”, dijo Lax, cineasta que vive en Tel Aviv. “Hay algo increíblemente empoderador en ello. Para mí es la última pieza del rompecabezas”.

Más de ocho décadas después, las listas le han dado a Miley un sentimiento renovado de duelo. “Una de las grandes pérdidas cuando te separan de tu familia tan repentinamente”, dijo, “es que no conoces la personalidad de tus padres”.

Por otra parte, dijo, siente gratitud. El descubrimiento le ha brindado “un agradecimiento más profundo por el don de la vida”, dijo Miley. “Mi nombre y los detalles en esa lista fueron los instrumentos de mi escape”.

martes, 25 de marzo de 2025

(Último de los pocos)‘Last of the Few’: fallece a los 105 años John ‘Paddy’ Hemingway, el último superviviente de los célebres pilotos británicos de la Batalla de Inglaterra.

John "Paddy" Hemingway, último piloto superviviente de la Batalla de Inglaterra posa frente a un Hurricane en 2022.
John "Paddy" Hemingway, último piloto superviviente de la Batalla de Inglaterra posa frente a un Hurricane en 2022.
El aviador cayó derribado cuatro veces durante la Segunda Guerra Mundial, y en una de ellas se salvó, pese a fallarle el paracaídas, al caer en un montón de estiércol.

Este es sin duda un obituario de altos vuelos. Ha fallecido un aviador veterano de la Segunda Guerra Mundial, y no uno cualquiera, sino el irlandés John Paddy Hemingway, the last of the Few, el último de los Pocos, el único que quedaba de los valientes pilotos de caza bautizados así por Winston Churchill en aquel célebre discurso en el que refiriéndose a los aviadores que habían defendido a Gran Bretaña en los cielos durante la Batalla de Inglaterra contra las fuerzas aéreas nazis aseveró que “nunca en el campo del conflicto humano debieron tantos tanto a tan pocos”. Por supuesto el Primer Ministro —viejo zorro— recogía otra tradición épica nacional de los Pocos, los shakespearianos Few (“We few, we happy few, we band of brothers”) de la arenga del día de San Crispín de Enrique V, unos few que enfrentaron también fuerzas superiores en la batalla de Agincourt.

Gran tipo John Hemingway, sin duda, que llevaba un apellido de valor y testosterona, un mote como el de otro héroe de la misma guerra, Patrick Paddy Leigh Fermor, y que ha fallecido el pasado lunes en la cama en Dublín, haciéndole un soberano corte de mangas a la muerte que le había rondado tanto en el aire, a la provecta edad de 105 años –¿un guiño al reactor F-105 Thunderchief?: lo suyo hubiera sido esperar a los 109 como gesto de desafío a los veloces y letales cazas Messerschsmitt Bf-109 que fueron unos de sus principales enemigos en aquel firmamento en llamas de la contienda mundial—. Pero hay que ver cómo valoran a los suyos los británicos y saben sacar orgullo y ejemplo de carreras como la de Hemingway que, todo un héroe, en puridad no fue un as, dado que solo consta que derribara dos aparatos rivales, dos bombarderos, un Heinkel He 111, el 10 de mayo de 1940, durante la Batalla de Francia, y, al día siguiente, un Dornier Do 17; también dañó un Me-109. Un score poco importante si se compara con el de los grandes ases de la Segunda Guerra Mundial, incluso de la propia RAF como Johnnie Johnson (34 derribos), el sudafricano Pat Pattle (entre 40 y 60) o el francés Pierre Clostermann (33).

Resulta muy británico, que son tan deportivos, que se destaque de Hemingway no las veces que derribó sino las que cayó derribado (y obviamente sobrevivió). Hasta cuatro veces se precipitó de allá arriba. La primera el 18 de agosto de 1940 cuando su Hurricane matrícula V7249 fue alcanzado en el combate con un Junkers Ju-88 cerca del estuario del Támesis. Hemingway se lanzó en paracaídas y cayó al mar, de donde fue rescatado in extremis por un bote enviado en su busca. El segundo derribo fue el 26 de agosto siguiente sobre las marismas de Essex y esta vez su aparato, otro Hurricane, el P3966, cayendo a casi 400 kilómetros por hora, se empotró 12 metros en el cieno de un pantano. De nuevo el piloto pudo saltar y fue recogido por la Home Guard y devuelto a su base. Su Hurricane permaneció 80 años enterrado en el barro, hasta que en 2019 un equipo arqueológico extrajo sus restos, incluidos los controles del caza, que mostraban la posición de “fuego” que Hemingway había activado para disparar a un bombardero ligero Dornier Do 215 que acabó derribándolo a él. El aviador soñaba con volver a ver volar su caza, que fue reconstruido en un hangar del campo de aviación de Elmsett, Suffolk, con lo que quedaba del aparato, incluida una de las ocho ametralladoras Browning.303 y la placa con el número de registro del avión, y añadiéndole piezas originales de otros Hurricanes. La tercera ocasión en que cayó fue el 13 de mayo de 1941 por mal tiempo en un caza nocturno Havoc II, y esta vez la Parca lo rondó más cerca: al saltar se golpeó con la cola del avión y se rompió dos dedos de la mano derecha, pudo tirar de la cuerda del paracaídas con la izquierda pero no se le abrió bien y se fue abajo como una piedra. De manera increíble, se salvó al caer sobre un gran montón de estiércol en el jardín del poeta Walter de la Mare en Londres. El siguiente derribo fue a los mandos de un Spitfire en Italia en 1944 cuando le alcanzó la artillería antiaérea al atacar con su escuadrilla una columna motorizada alemana cerca de Rávena. Volvió a saltar en paracaídas, cayó tras las líneas enemigas y tras ser rescatado por partisanos una niña le guio disfrazado de campesino hasta sus propias líneas después de pasar arriesgadamente por las posiciones alemanas. Años después se reveló la identidad de la niña, Carla Fabri, de Copparo, cerca de Ferrara. También restos de este Sptifire, como del Hurricane, parecen haber sido hallados, en 2017, en Coccanile, a un kilómetro y medio del lugar del derribo.

Pero es que además de los derribos, Hemingway hizo un aterrizaje de emergencia durante la Batalla de Francia (después de derribar al Do 17), y, lo que ya es el colmo, el avión en el que viajaba en julio de 1941 para que lo condecorara el rey con la Distinguished Flying Cross (DFC), la Cruz al Vuelo, un Blenheim, se estrelló al aterrizar y él se salvó por los pelos. Desde luego el que el currículo de un piloto de caza se nutra de tantos episodios en los que se estrelló es notable. Y desde luego hay que tener un valor a toda prueba para que con tantas experiencias de caída vuelvas cada vez a subir allá arriba.

Paddy Hemingway, que cantaba —no muy bien, según decía— en el coro infantil de la catedral de San Patricio de su ciudad, Dublín (podría decirse que tampoco es que volara mejor), se alistó en la RAF en 1938; en marzo de 1939 fue nombrado oficial piloto y al empezar la Segunda Guerra Mundial ya volaba Hurricanes. Combatió en Francia, realizó misiones de apoyo a la evacuación de Dunkerque, peleó en la Batalla de Inglaterra, y pasó unos meses exhausto retirado del combate para regresar como comandante de un escuadrón de Spitfires en Italia. Tras la guerra fue destinado a Oriente Medio y luego sirvió como oficial de Estado Mayor de la OTAN. Se retiró en 1969. Alcanzó el rango de Group Captain (coronel) de la RAF.

Casado y con tres hijos, Hemingway vivió en Canadá un tiempo hasta regresar a Irlanda en 2011. Desde 2019 estaba en una residencia en Dublín, donde fue viendo como los few eran cada vez más few, y se convirtió en el last. Nunca presumía de lo que hicieron él y sus camaradas. Afirmaba que se limitaron a cumplir el trabajo para el que los habían preparado. En la noticia de su muerte en la página web de la RAF, muy sentida como puede imaginarse, se recuerda que tenía un centelleo en la mirada cuando recordaba aquellos tiempos, sobre todo los momentos de pub con los colegas. Preguntado en una ocasión por el secreto de haber podido pasar de centenario,con lo que había vivido, respondió muy juiciosamente: “No puedo decir que no bebas, ni que no hagas locuras. No puedo decir que no vueles aeroplanos. Ni que no te derriben ni derribes. He hecho de todo, y soy un irlandés. La única recomendación que puedo dar a la gente es ¡sé irlandés!”.

Feliz vuelo final Paddy. Los pocos ya son ninguno.

lunes, 24 de marzo de 2025

La verdad existe

“No existe algo llamado verdad objetiva. Nosotros mismos hacemos nuestra propia verdad. No existe una realidad objetiva. Nosotros hacemos nuestra propia realidad. Hay caminos de conocimiento espiritual, místico o interior que son superiores a nuestros caminos de conocimiento ordinarios… No importa que las creencias sean ciertas o no, siempre que sean significativas para uno”. (Theodore Shick y Lewis Vaughn).


“No hay verdad, ni en el sentido moral ni en el científico”. (Adolf Hitler).


Estas citas que encabezan este texto pueden servir de inmejorable ejemplo de lo que queremos discutir, y contrastar con la postura que defendemos. Para algunos, la verdad es negociable, subjetiva, o ajena a las evidencias y pruebas empíricas; para otros simplemente no existe. Quienes defendieron estas ideas no son cosa del pasado. Están aquí y se están creciendo. Con mayor o menor grado están volviendo a tomar empuje entre determinados sectores sociales. Especialmente en EEUU con la nueva presidencia. Pero también con el auge de la extrema derecha en Europa. Es un fenómeno de alcance mundial. Cuando la verdad no existe, gana el que tiene más fuerza. Hitler sabía en este punto de qué hablaba.

La ciencia es un enemigo a batir para quienes afirman que la verdad no existe. Porque la ciencia, además de un cuerpo de conocimiento, “es una manera de pensar”, como lo expresaba Carl Sagan. Y añadía: “Todo depende de la prueba”. La prueba es implacable como bien saben quienes buscan “alternativas” a la ciencia. No son pocas las llamadas “ciencias alternativas”, “conocimientos alternativos” o “medicinas alternativas”. Una pequeña lista: Astrología, Parapsicología, Piramidología, Feng Shui, Cristaloterapia, Homeopatía, Frenología, Ufología, Reiki, Conciencia después de la muerte, Magnetoterapia, Diseño inteligente (DI), entre otras. Nos enfocaremos en este último, que podemos definir de la siguiente manera: la existencia de los seres vivos se explica mejor por una causa inteligente que por procesos como la selección natural. En esencia, el DI es una forma más o menos sutil de introducir directamente la idea de un dios en la explicación del origen de la vida. Por ello, cuando nos referimos a DI también incluimos al creacionismo. Veamos algunos de sus postulados más comunes.

1) Información compleja. Existen estructuras biológicas, como el ADN, que contienen información tan rica que es imposible explicarlas mediante procesos aleatorios naturales.

2) Muy relacionado con el postulado anterior, está el concepto de complejidad irreductible. Algunos sistemas biológicos son tan complejos que no podrían haber evolucionado gradualmente, ya que requieren la presencia simultánea de múltiples componentes para su funcionalidad. Es decir, como la selección natural favorece rasgos que proporcionan ventajas, nunca podría haber favorecido versiones intermedias disfuncionales (subóptimas) de estos sistemas. El ojo humano y los flagelos bacterianos acostumbran a ponerse como ejemplo.

3) Ajuste fino del universo. Es conocido que algunas constantes físicas (como la fuerza nuclear fuerte, la constante gravitacional, la constante cosmológica…) parecen estar “ajustadas” con gran precisión. De haber sido ligeramente distintas, el universo tal como lo conocemos no existiría, y en consecuencia tampoco la vida. Y aquí es donde los partidarios del DI dan el salto argumentativo: consideran que este ajuste es evidencia de un diseño inteligente que lo hizo posible.

¿Cómo contestar a cada una de estos postulados? Al primero y segundo, la biología ha demostrado de manera contundente que la evolución puede generar y aumentar la información genética mediante mecanismos naturales bien documentados, como las mutaciones, incluyendo duplicaciones génicas, la recombinación y la selección natural. Estos procesos, combinados a lo largo del tiempo, han podido dar lugar a la enorme diversidad biológica que observamos hoy.

La premisa de que ciertos sistemas biológicos no pueden haber evolucionado gradualmente es errónea. La biología evolutiva ha mostrado múltiples ejemplos de estructuras que parecían irreductiblemente complejas, pero que, al analizar detalladamente su evolución, se descubrió que pudieron surgir a partir de componentes más simples, con funciones diferentes. Veamos el caso del ojo humano, cuya evolución, desde simples células fotosensibles hasta la compleja estructura actual, puede explicarse perfectamente mediante procesos como la selección natural, y otros mecanismos evolutivos. Un ojo que, por cierto, de ser obra de un diseñador inteligente, difícilmente podría considerarse un diseño óptimo. Sus numerosas imperfecciones son bien conocidas, y reflejan el carácter acumulativo y no dirigido de la evolución por selección natural que, al no tener propósito ni previsión, actúa de manera miope. Muchos de los ejemplos propuestos por los defensores de la DI se enfocan en la evolución de características que han surgido a lo largo de innumerables generaciones, lo que dificulta su percepción a escala humana. Sin embargo, existen abundantes evidencias científicas de procesos adaptativos que han ocurrido en periodos de tiempo muy cortos y son claramente observables en la actualidad. Por ejemplo, la aparición de resistencia a los antibióticos en microbios patógenos debido a una exposición prolongada, así como la rápida generación y evolución de nuevas variantes del virus del COVID-19. Por lo tanto, el proceso gradual de la evolución puede manifestarse tanto en periodos prolongados, como en lapsos de tiempo breves que permiten su observación, documentación y estudio en tiempo real.

El tercer postulado también ha recibido explicaciones naturales que no requieren la hipótesis de un diseñador inteligente, o un dios encubierto. Una de ellas es el denominado principio antrópico cuya versión débil más o menos trivial (“el universo es como lo observamos porque de no ser así no estaríamos aquí para observarlo”) ha sido aceptada por científicos como Stephen Hawking. En cambio, la versión fuerte (“el universo debe poseer propiedades que permitan la existencia de la vida”) se considera puramente especulativa y sin evidencia alguna. Hay versiones, como la teleológica (“el universo tiene el propósito de generar vida y consciencia”), que la gran mayoría de la comunidad científica descarta por completo, considerándola una conjetura sin fundamento; de hecho, esencialmente es una idea religiosa disfrazada de argumento cosmológico.

La selección natural en cuestión

Recuérdese como Richard Dawkins resume la grandeza de la selección natural: “Ofrece muchas explicaciones ‘de peso’ gastando poco en supuestos o postulados, te da un montón de dividendos cognitivos por unidad explicativa, es decir, lo que explica, dividido por lo que necesita suponer para explicarlo, es grande”. Aunque las pruebas que aporta la evolución por selección natural son abrumadoras, hay quien la pone en duda. En muchos lugares del mundo. EEUU es un caso a mencionar. En este país, Gallup viene preguntando desde 1982 hasta la actualidad cuál de las siguientes afirmaciones parece más acorde con la opinión de la persona encuestada:

a) Los seres humanos se han desarrollado durante millones de años a partir de formas de vida menos avanzadas, pero Dios guio este proceso.

b) Los seres humanos se han desarrollado durante millones de años a partir de formas de vida menos avanzadas, pero Dios no tuvo parte en este proceso.

c) Dios creó a los seres humanos en su forma actual en los últimos 10.000 años.

A lo largo de las 4 décadas de historia de la encuesta un 40-47% ha respondido afirmativamente a la primera pregunta, un 30-38% a la tercera, y un 10-19% a la segunda. Es decir, más del 80% está de acuerdo con la evolución teísta y el creacionismo, mientras que menos del 20% lo está a favor de la evolución por procesos naturales. En Europa no hay estos descorazonadores porcentajes de teísmo y creacionismo.

Con la llegada de Trump a la presidencia de EEUU, la investigación científica enfrenta serios retrocesos, mientras que el obscurantismo gana terreno. No se trata solo de nombramientos polémicos, como el de Robert Kennedy Jr. como secretario de salud y servicios humanos, conocido por su ferviente postura antivacunas, sino también de drásticos recortes a la investigación científica. De hecho existe un deseo de degradar, si no eliminar, la evidencia independiente basada en la ciencia, idea resaltada recientemente en un editorial de la revista Nature. El bando de religiosos y obscurantistas contra la selección natural está cogiendo fuerzas con Trump porque, como dijo el gran especialista en especiación Jerry Coyne: “la selección natural es revolucionaria y es inquietante por el mismo motivo: explica el diseño aparente de la naturaleza mediante un proceso puramente materialista que no requiere de fuerzas naturales de creación o que guíen el proceso”. Una idea inaceptable para quienes sostienen creencias en fuerzas divinas o sobrenaturales.

Una confusión que podemos encontrar en más de una ocasión en ciencias sociales, o más precisamente, en algunos de sus académicos practicantes, es cierta aprensión para aceptar el darwinismo biológico por la supuesta conexión con el darwinismo social. La preocupación radica en la idea de que la aceptación del primero lleva inevitablemente a justificar el segundo. Sin embargo, pasar del primero al segundo incurre en dos falacias íntimamente relacionadas: la falacia naturalista y la del paso del ser al deber ser. A partir del hecho biológico de que, en la naturaleza, los individuos mejor adaptados tienen más posibilidades de sobrevivir y reproducirse, se concluye erróneamente que, en la sociedad, los hombres, blancos y ricos deben ocupar las posiciones más altas en la jerarquía social, mientras que los más débiles (mujeres, personas no blancas, pobres…) deben estar por debajo. Es decir, no solo se describe una situación, sino que se le otorga una justificación moral: no solamente están, sino que deben estar. El darwinismo social ha llevado a propuestas delirantes como la de la esterilización masiva de los pobres. Por otro lado, la falacia naturalista, aunque distinta, comparte algunos rasgos comunes con la anterior. Sostiene que como el darwinismo biológico es un proceso natural, también debería regir la organización social humana. En ambos casos distorsionan la teoría de la evolución darwiniana y la utilizan para justificar desigualdades arbitrarias.

No es “solamente” cuerpo de conocimiento, la ciencia es una manera de pensar

No es nuestra la idea.

Carl Sagan en El mundo y sus demonios lo dijo de forma precisa: “la ciencia es más que un cuerpo de conocimiento, es una manera de pensar”. Es cierto que los conocimientos cada vez más sofisticados y especializados de las ciencias los desarrollan y pulen sus cultivadores, pero la ciencia no es exclusiva de ellos, es un método de comprender el mundo. Un especialista en biología evolutiva no necesariamente posee conocimientos de física cuántica, del mismo modo que un economista no tiene por qué estar familiarizado con la psicología cognitiva. Es difícil evitar la superespecialización, pero cuando Sagan, entre otros, ha defendido que la ciencia es una manera de pensar, se refería a algo mucho más simple, aunque cuestionado por los adversarios de la verdad: todo depende de la prueba. Y añadía: “la prueba debe ser irrecusable. Cuanto más deseamos que algo sea verdad, más cuidadosos hemos de ser”. Efectivamente, no sirve cualquier cosa. Que millones de personas aseguren haber visto ovnis, no constituye una prueba convincente de su existencia; que muchas personas digan haber presenciado doblar cucharas a distancia, no equivale a demostrarlo; que millones de personas recen para curarse a sí mismos o a sus seres queridos no aporta ninguna evidencia de que la oración tenga un efecto terapéutico (hasta ahora los estudios realizados no ofrecen ninguna conclusión ni correlación significativas); que muchas personas afirmen estar “profundamente convencidas” de la existencia de una deidad no representa, en sí mismo, prueba alguna de su existencia...

Efectivamente, todo depende de la prueba. 

La ciencia las aporta, los “conocimientos alternativos” como los citados anteriormente no, los “conocimientos” religiosos y obscurantistas tampoco. Hay que jugar con las mismas reglas. En el ajedrez, las reglas definen el juego. Si alguien juega de entrada con cuatro torres o 12 peones por bando, está jugando a otra cosa. Cuando afirmamos que ocurren determinados fenómenos, es necesario aportar pruebas; de lo contrario no es más que especular. Las reglas deben aplicarse a todos por igual. La ciencia, a través del método científico, establece un marco universal válido para cualquiera, sin distinción de creencias o ideologías. Un ADN de bonobo es un ADN de bonobo para una persona atea, chiita, hindú o cristiana. La fe católica, en cambio, solo sirve para las personas católicas. La fe o la creencia sin pruebas, solamente sirven, para utilizar la palabra de una forma muy laxa, a los que tienen fe. Son construcciones privadas, no universales. En el Estado más poderoso del mundo, organizaciones católicas como el Opus Dei y grupos evangélicos están apoderándose de puestos clave de la esfera pública. Un ejemplo revelador fue la aparición en televisión del actual Secretario de Estado de EEUU, en una entrevista sobre Ucrania y Palestina, con una cruz en la frente por el “Miércoles de Ceniza”, un símbolo confesional católico. Esto representa un gran peligro, o más bien una amenaza directa, para la libertad y la democracia. La ciencia, por el contrario, es pública, universal y democrática, es conocimiento compartido basado en reglas válidas para todos. No es conocimiento exclusivo de un club, una religión, una fundación o una sociedad de amigos. Es una manera de pensar y demostrar, de forma objetiva y verificable, que la verdad existe. Es un método exigente, no exento de problemas, pero el mejor que tenemos. Sus enemigos, sin embargo, son cada vez más poderosos. Ellos no creen en la verdad, ni en el ámbito moral ni en el científico. Tienen a unos buenos maestros.

Daniel Raventós Es editor de Sin Permiso. Profesor titular en la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Julio Rozas Catedrático de Genética de la Universidad de Barcelona. Director del grupo de investigación Genómica Evolutiva & Bioinformática. Ha participado en la secuenciación y análisis de varios proyectos genómicos en animales y plantas, y ha desarrollado herramientas bioinformáticas para el análisis de la variabilidad del ADN.

Fuente: www.sinpermiso.info, 16-3-2025

https://www.sinpermiso.info/textos/la-verdad-existe

domingo, 23 de marzo de 2025

_- El "año milagroso" de Einstein en el que escribió 5 estudios científicos que revolucionaron la física

Albert Einstein

_- "El brote de creatividad de Einstein en 1905 resultó asombroso", escribe el biógrafo Walter Isaacson.

Mientras trabajaba evaluando solicitudes de patentes de métodos para sincronizar relojes y otros procedimientos rutinarios, Albert Einstein escribió cinco estudios científicos que revolucionaron la física hace 120 años.

Ese 1905 pasó a la historia como el Annus mirabilis ("año milagroso") del físico alemán.

Por ese entonces, era un empleado de la Oficina de Patentes de Berna, Suiza, que trabajaba ocho horas de lunes a sábado, aunque según cuenta en una carta a su amigo Conrad Habicht fechada entre junio y septiembre de 1905, cada día tenía "ocho horas para perder el tiempo".

En ese momento, Einstein también tenía dos años de casado y era padre primerizo, pero era sobre todo, un genio desconocido

Pese al anonimato, el entonces joven de 26 años estaba al tanto de las incógnitas pendientes para los científicos y dedicaba su tiempo libre a tratar de resolverlas.

Los cinco trabajos que Einstein escribió en 1905 y que publicó en la revista Annalen der Physik tratan sobre problemas relacionados con tres grandes ramas de la física de esa época: la mecánica clásica, el electromagnetismo y la termodinámica, explica a BBC Mundo Dennis Lehmkuhl, editor científico de Einstein Papers Project, del Instituto de Tecnología de California (Caltech).

Para el físico español Roberto Emparan, autor del libro "Iluminando el lado oscuro del universo", "es sorprendente que alguien joven, desconocido, vaya directamente al grano de los principales problemas abiertos".

"Pero Einstein tenía instinto para identificar los problemas importantes, reducirlos a su esencia y avanzar. En eso era excepcional", le dice Emparan a BBC Mundo.

Además, "tenía el ímpetu necesario" para prescindir de ideas convencionales y dejar al descubierto las contradicciones de la física, "y su imaginación visual le permitía dar saltos conceptuales que escapaban a otros pensadores más tradicionales", explica por su parte Walter Isaacson en la biografía "Einstein: su vida y su universo".

Como resultado de estas habilidades extraordinarias, dejó para la historia un Annus mirabilis como solo el célebre Isaac Newton había alcanzado antes.

Isaac Newton

Isaac Newton

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Pie de foto,
Newton también tuvo su propio Annus mirabilis, cuando desarrolló su famosa teoría de la gravedad. 

Entre 1665 y 1666 el matemático, astrónomo y físico inglés desarrolló el cálculo, la teoría de la composición de la luz y la teoría de la gravedad, mientras estaba recluido en su casa familiar para protegerse de una epidemia de peste que asolaba Inglaterra.

¿De qué se trataban las cinco teorías qué escribió Einstein en su propio "año milagroso"?

1. Efecto fotoeléctrico

Fue por esta investigación, publicada en junio de 1905, que Einstein ganó el premio Nobel de Física en 1921 (y no por la teoría de la relatividad).

Desde 1887, gracias a Heinrich Hertz, los científicos conocían el efecto fotoeléctrico, que se produce cuando una placa metálica, al ser iluminada, emite electrones y genera una corriente eléctrica.

Los físicos de la época no podían explicar algunas particularidades del efecto fotoeléctrico si partían de la premisa -dominante en aquella época- de que la luz era una onda, dice el físico John Rigden en su libro Einstein 1905: The Standard of Greatness.

Max Planck

Max Planck

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Pie de foto,
Max Planck no estaba tan contento con la aplicación de su idea de los "cuantos" de luz al efecto fotoeléctrico. 

El físico alemán Max Planck ya había introducido la idea de que la luz podía ser emitida o absorbida en forma de pequeños paquetes discontinuos de energía, que denominó "cuantos".

"Pero en verdad, [Planck] no creía que [los cuantos] fueran reales", dice el físico Christophe Galfard en su libro "Para entender E=mc²".

"Pensaba en ellos como un truco matemático para que le salieran bien los resultados de sus experimentos", agrega.

Sin embargo, Einstein aplicó la idea de Planck al efecto fotoeléctrico, al proponer que la luz realmente podía comportarse como un conjunto de partículas.

Einstein llamó "cuantos de luz" a estas partículas, que posteriormente pasaron a conocerse como "fotones".

De acuerdo a Einstein, era más fácil que la luz incidiera sobre electrones particulares concentrando su energía en forma de partículas en vez de hacerlo en forma de ondas continuas.

Las ondas no tendrían la energía suficiente para expulsar electrones del metal. En cambio cada partícula de luz podría colisionar directamente con cada electrón y expulsarlo, explica Rigden en Einstein 1905: The Standard of Greatness.

Einstein se refiere a esta investigación como "muy revolucionaria" en una carta enviada a Habitch, fechada en mayo de 1905, en la que le enumera cuatro de los estudios que estaba desarrollando ese año.

"Este estudio nos dejaba en una situación en la que no sabíamos cuál era el suelo firme para continuar. No encajaba con la física anterior", le dice Emparan a BBC Mundo. "Durante mucho tiempo este artículo no fue tomado muy en serio".

"El propio Planck, viendo una aplicación de sus ideas que parecía explicar bien las cosas, no lo aceptó. Porque la luz tenía propiedades de onda muy bien verificadas", agrega.

"Ese era el grado de confusión que había en la época. Pero Einstein tuvo un instinto excepcional para moverse en estas situaciones de confusión", señala.

De hecho, al mismo tiempo que demostraba que la luz se comporta como partículas, Einstein subrayó que "no era necesario descartar la teoría ondulatoria, pues podía seguir resultando útil para explicar fenómenos ópticos", dice Isaacson en la biografía del físico.

"Más adelante ya se comprobó que algunos fenómenos los explicas si la luz se comporta como partículas y otras veces mejor como ondas, pero tiene ambas propiedades", explica Emparan.

Sin embargo, esta dualidad de onda-partícula de la luz, uno de los fundamentos de la física cuántica, desconcertó a Einstein hasta muchos años después, escribe Isaacson.

En una carta enviada a su amigo Michele Besso, en 1951, le cuenta: "Estos 50 años de reflexión no me han llevado en absoluto más cerca de la respuesta a la pregunta: '¿Qué son los cuantos de luz?'".

2. Determinación de las dimensiones moleculares

Este estudio le valió su doctorado en la Universidad de Zúrich, en Suiza.

Varios autores lo consideran como parte del "año milagroso" porque Einstein terminó de escribirlo en abril de 1905 y lo envió a Annalen der Physik en agosto, pero fue publicado en enero de 1906, después de corregir algunos cálculos.

En esta investigación, Einstein desarrolló un método de dos ecuaciones para medir el tamaño y la masa de las moléculas.

Las ecuaciones se valían de datos sobre la viscosidad (resistencia que ofrece un líquido a la acción de fluir) y la difusión de partículas de azúcar en agua, para despejar las dos variables que buscaba: el tamaño de las moléculas y el número que hay de ellas (conocido como el número de Avogadro).

"Su tesis se convertiría en uno de sus trabajos más citados y de mayor utilidad práctica, con aplicaciones en ámbitos tan diversos como la mezcla de cemento, la producción de leche y la fabricación de aerosoles", señala Isaacson en la biografía del físico.

Mileva Maric y Albert Einstein

Mileva Maric y Albert Einstein

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Pie de foto,
En aquel 1905, Albert Einstein estaba casado con la física y matemática Mileva Maric.

3. Movimiento browniano

En 1827 Robert Brown, un botánico escocés, observó en el microscopio que unas partículas de polen llamadas amiloplastos se movían aleatoriamente cuando estaban suspendidas en agua, sin seguir un patrón definido. Pero no supo explicar por qué.

Este misterioso movimiento pasó a ser conocido como "movimiento browniano".

En su investigación, publicada en 1905, Einstein dijo que las partículas suspendidas se movían al ser colisionadas por pequeñas partículas del agua, que a su vez se movían por efecto del calor, un fenómeno de la termodinámica.

Mientras más calor haya, más se mueven las partículas, que no serían otra cosa que átomos y moléculas de agua.

Esta explicación de Einstein sirvió como una prueba de la existencia de los átomos, que en esa época todavía no estaba completamente confirmada.

Aunque hoy parezca contradictorio, en aquel entonces se podía creer en los electrones del efecto fotoeléctrico sin creer en los átomos, porque los primeros todavía no se consideraban como parte de los segundos, sino solo como pequeñas partículas de la materia con carga eléctrica negativa, dice Lehmkuhl a BBC Mundo.

Para Lehmkuhl, "el trabajo sobre el movimiento browniano es estructuralmente similar al del efecto fotoeléctrico".

Las teorías vigentes en la época describían a los líquidos y a la luz como objetos "continuos", explica.

"Einstein se preguntó: '¿Qué pasa si asumimos que estos no son realmente continuos, sino que tienen una estructura de partículas?'. Eso es lo que une a ambos estudios", agrega.

4. Electrodinámica de los cuerpos en movimiento o "relatividad especial"

Quizá este artículo, publicado en septiembre de 1905, sea el más famoso de los cinco que escribió en el "año milagroso".

Einstein contaba que el origen de su trabajo sobre la relatividad especial se remontaba a un problema que él mismo se había planteado a los 16 años: ¿cómo se vería un rayo de luz si uno viajara al lado de este a su misma velocidad?, cuenta Isaacson en la biografía del físico.

Albert Einstein

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Pie de foto,Casi 50 años después de su estudio del efecto fotoeléctrico, Einstein no entendía qué eran los cuantos de luz. 

Para resolver el problema, Einstein partió de dos grandes postulados: el de la relatividad de Galileo Galilei, de 1632, y de las ecuaciones del electromagnetismo de James Clerk Maxwell.

Es por esto que la relatividad especial fue un problema "límite" entre la mecánica clásica y la electrodinámica, dice Lehmkuhl.

Según la relatividad de Galileo, "las leyes de la física son las mismas para todos los observadores que se muevan a velocidad constante unos con respecto a otros", apunta Isaacson.

Siguiendo este principio, si dos cuerpos se mueven a velocidad constante en relación al otro, no se puede saber cuál se mueve y cuál está en reposo. Además, las velocidades de los cuerpos debían sumarse o restarse, dependiendo de si el observador se acerca o se aleja.

Por su parte, en el siglo XIX, Maxwell había descubierto que "la luz era la manifestación visible de todo un abanico de ondas electromagnéticas", dice Isaacson, al determinar que la luz y las ondas viajan a la misma velocidad, 300.000 km/s.

Las ecuaciones de Maxwell mostraban que "la luz viajaba siempre a una velocidad constante de 300.000 km/s, independientemente de la velocidad de la fuente emisora".

Según la relatividad de Galileo, si Einstein viajaba a la misma velocidad que un rayo, este debía verse como un campo magnético en reposo (como cuando vamos en un auto y otros que viajan a la misma velocidad parecen estar quietos).

Pero según las ecuaciones de Maxwell, la luz debía mantener su velocidad de 300.000 km/s.

Entonces, ¿cuál de los dos postulados era cierto?

Albert Einstein

Albert Einstein

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Pie de foto,
Albert Einstein murió en 1955 ya elevado al estatus de celebridad mundial. 

"Einstein dijo: 'Vamos a asumir que los dos son verdaderos'. Para que encajen, Einstein se deshizo de la idea de simultaneidad absoluta", explica Lehmkuhl.

Eliminar la simultaneidad absoluta significaba que dos sucesos que son simultáneos para un observador, dejan de serlo cuando el observador se mueve con respecto a uno de los dos sucesos, según explicó Einstein en su artículo.

"Dado que no existe la simultaneidad absoluta, tampoco existe el tiempo real o absoluto. Como Einstein señalaría más tarde: 'No hay ningún tictac audible en ninguna parte del mundo que pueda considerarse que es el tiempo'", dice Isaacson. "Einstein señalaba que si el tiempo es relativo, el espacio y la distancia también lo son".

"Las mediciones del tiempo y del espacio pueden ser relativas, dependiendo del movimiento de uno o más observadores. Y no hay forma alguna de afirmar que uno de los observadores es quien está en lo cierto", dice Isaacson.

Con la relatividad especial, que se aplica a cuerpos que se mueven a velocidad constante, Einstein derribó la idea de simultaneidad absoluta, del tiempo y espacio absolutos y confirmó a la velocidad de la luz como una constante universal, independientemente de la posición, movimiento o velocidad del observador.

5. Equivalencia de la masa y energía

En esta investigación, publicada en noviembre de 1905, Einstein presentó la fórmula E=mc², que es tal vez la ecuación más famosa de la historia, aunque no necesariamente sea la más fácil de entender.

En una carta enviada a Habitch, entre junio y septiembre de 1905, Einstein se refiere a este estudio, aunque reconoce que duda de sus resultados.

E=mc²

E=mc²

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Pie de foto,
"E" es por energía, "m" es por masa y la "c" con un dos simboliza la velocidad de la luz al cuadrado. 

"Una consecuencia del estudio de la electrodinámica (relatividad especial) cruzó mi mente. El principio de la relatividad, junto con las ecuaciones de Maxwell, requieren que la masa sea una medida directa de la energía contenida en un cuerpo. La luz transporta masa con ella", le dice a su amigo.

"La idea es divertida y seductora pero hasta donde sé, Dios podría estar riéndose de todo el asunto y podría muy bien haberme tomado el pelo", añade.

Sin embargo, Einstein tenía razón. En la fórmula que propuso, "E" es por energía, "m" es por masa y "c", por la velocidad de la luz (300.000 km/s) al cuadrado.

El aumento de energía causa un aumento directamente proporcional en la masa. En otras palabras, al viajar más rápido y aumentar la energía, la masa crece, y mientras más masa tiene un objeto, más difícil es acelerar, por lo que nada puede alcanzar la velocidad de la luz.

Esta fórmula completó la teoría de la relatividad especial.

"El brote de creatividad de Einstein en 1905 resultó asombroso", escribe Isaacson.

Y continúa: "Había concebido una revolucionaria teoría cuántica de la luz, había contribuido a probar la existencia de los átomos, había explicado el movimiento browniano, había cambiado el concepto de espacio y tiempo, y había ideado la que se convertiría en la ecuación más conocida de la historia de la ciencia".

En palabras de Lehmkuhl: "Todos los estudios de 1905 fueron la culminación de años de investigación y de pensar sobre estos temas. En 1905 todo se puso en su lugar".

*Este artículo fue publicado originalmente el 9 de junio de 2020.