lunes, 27 de septiembre de 2010

Yo voy

Porque no quiero que mis hijos vivan peor de lo que he vivido yo. Porque no es justo que los trabajadores paguen la cuenta de una crisis que ha enriquecido a sus responsables. Porque este Gobierno no ha reinstaurado el impuesto sobre el patrimonio, no ha gravado a las grandes fortunas, no ha incrementado el tipo impositivo de las Sicav, donde los más ricos invierten el dinero que les sobra para contribuir a los gastos del Estado con un mísero 1%, y a cambio, ha castigado a los más débiles con una reforma laboral inadmisible. Porque no se puede admitir que un empresario despida a sus empleados con cuatro días de antelación, solo porque "prevé" pérdidas para el próximo ejercicio, ahorrándose de paso más del 50% de la indemnización. Pero, además, porque la crisis está sirviendo para enmascarar un cambio de ciclo destinado a liquidar el Estado de bienestar. Porque si no hemos sido capaces de exportar nuestro progreso a los trabajadores de las grandes potencias emergentes, como China y la India, lo que nos espera es la importación de sus espantosas condiciones de trabajo. Porque Occidente ya ha recordado que esclavizando a la gente se gana mucho más dinero. Porque detrás de los recortes de derechos laborales, vendrán los de derechos civiles. Porque siempre habrá una agencia calificadora, o un premio Nobel, que proclame que los retrocesos son imprescindibles para avanzar.
Y, sobre todo, porque digan lo que digan Zapatero, Salgado o el sursuncorda, los trabajadores somos el motor de la economía. Porque ni los bancos, ni las multinacionales, ni las grandes cadenas pueden subsistir sin nosotros. Porque si nosotros paramos, se para todo. Porque hemos heredado, junto con nuestros apellidos, la experiencia de que no existe otra manera de proteger nuestros derechos. Por todo eso, yo voy a la huelga general del 29 de septiembre.
Leer más aquí. (ALMUDENA GRANDES en "El País") 27/09/2010

Y Chari Campano ha publicado esta carta en el Hoy del 27.
En esta Arcadia feliz, ¿qué falta hacen los sindicatos o las ideologías? Ya lo hemos podido comprobar: en la Arcadia feliz viven sólo unos cuantos que la protegen con uñas y dientes e intentan dejar sin protección a los que pueden desestabilizársela. El sueño terminó: cuatro millones de parados sólo en este país, endurecimiento de las condiciones de trabajo para todos y pérdida de derechos con la ayuda del Gobierno del pueblo, río revuelto para el capital que ve una oportunidad en la crisis: ellos nunca pierden. Y si de paso se cargan cualquier medio de defensa de los trabajadores, pues mejor. Lanzan a una campaña de desprestigio de los sindicatos, de maledicencia y medias verdades, de criminalización de los empleados públicos, de préstamos generosos a los bancos, de privatización por ineficacia de lo público, de asunción de responsabilidades que no nos corresponden. La huelga es necesaria para decirles que no estamos de acuerdo, que estamos aquí por nosotros y por los parados, por los trabajadores en precario, por los jóvenes y por los jubilados; y que estamos dispuestos a pelear por un mundo más justo. Fortalezcamos nuestras organizaciones.

Aquí la carta original sin cortes:
lunes 27 de septiembre de 2010
LA HUELGA ES NECESARIA
Hasta hace poco el mensaje había calado: “En esta Arcadia feliz, ¿qué falta hacen los sindicatos ni las ideologías? “
Pues ya lo hemos podido comprobar: en la Arcadia feliz viven sólo unos cuantos que la protegen con uñas y dientes y a su vez intentan dejar sin protección a los que pueden desestabilizársela.
Se valen de diversas argucias como la de la inclusión: la de los que han creído vivir y formar parte de ese mundo perfecto, justo y abundante. Claro que uno lo puede creer sólo si se tapa la nariz, los ojos y los oídos. Si escucha sólo los cantos de sirena que quiere escuchar y que llaman pesados, pasados y apocalípticos a quienes una y otra vez han llamado la atención sobre la falsedad del capitalismo y la necesidad de otro mundo, de otra forma de sociedad, de otros valores, otra justicia y una democracia real. Un mundo más equilibrado en el que el sufrimiento de muchos no sea el bienestar de unos pocos.
De pronto, el sueño terminó y la realidad se echó encima. Cuatro millones de parados sólo en este país, endurecimiento de las condiciones de trabajo para todos y pérdida de derechos con la ayuda del Gobierno del pueblo, río revuelto para el capital que ve una oportunidad en la crisis: ellos nunca pierden.
Y si de paso se cargan cualquier medio de defensa de estos pesados trabajadores y esas organizaciones que han conseguido construir en los últimos siglos, pues mejor.
Así que se lanzan a una campaña de desprestigio de los sindicatos, de maledicencia y medias verdades, de criminalización de los empleados públicos, de préstamos generosos a los bancos, de privatización por ineficacia de lo público, de asunción de responsabilidades que no nos corresponden…
La Arcadia feliz quizá nunca sea posible y, si lo fuera, no iba a venir de manos de los poderosos. Hay que peleársela. Nadie nos da un trabajo: nos necesitan. Y esto tan elemental parece haberse olvidado.
La huelga es necesaria para decirles que no estamos de acuerdo, que estamos aquí por nosotros y por los parados, por los trabajadores en precario, por los jóvenes y por los jubilados; y que estamos dispuestos a pelear por un mundo más justo.
Fortalezcamos nuestras organizaciones y participemos en sus propuestas.
DIA 29 DE SEPTIEMBRE DE 2010 – HUELGA GENERAL – YO VOY

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