El Consejo de Europa y la exfiscal Carla del Ponte denuncian a la guerrilla de Kosovo como responsable de haber traficado con órganos de presos serbios, y al primer ministro, de estar detrás de la trama. En Albania, centro del presunto negocio, todos lo niegan. Serbia pide un juicio.
Ya reflejé la noticia del Informe sobre Kosovo. ...Y ha vuelto a ser noticia por culpa de un demoledor informe del Consejo de Europa, el organismo que vela por los derechos humanos en el Viejo Continente, que sitúa en este anodino rincón de Albania el centro neurálgico de un monstruoso negocio: el tráfico de órganos de prisioneros serbios que se habría producido entre el verano de 1999 y el de 2000, nada más terminar la guerra de Kosovo. Un conflicto que causó alrededor de 11.000 muertos, 1.600 desaparecidos, y supuso el tiro de gracia para Yugoslavia, el sueño de comunismo autogestionario del mariscal Tito.
El autor del informe, el senador y exjuez suizo Dick Marty, asegura que los hilos de esta macabra trama los manejaban altos dirigentes del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), la principal guerrilla que lideró la independencia de la región respecto del poder serbio. Al tiempo que acusa al actual primer ministro kosovar, Hashim Thaci, de ser uno de los máximos responsables de la delincuencia organizada en esa región. La red lo controlaba todo: transporte de cautivos a través de la frontera con Albania, entonces saturada e incontrolable; casas de acogida que no levantaban sospechas en la población; equipo médico mercenario, chóferes y guardianes, además de los necesarios contactos internacionales.
En algún lugar, en el dédalo de caminos de tierra que rodean el núcleo de Fushë-Krujë, entre parcelas agrícolas, se hallaba la clínica secreta donde, siempre según el citado informe, se extraían los órganos vitales de los prisioneros serbios, que llegaban vivos y eran eliminados con un simple tiro en la cabeza cuando el cliente, en una capital extranjera, estaba listo para recibirlos. Nadie sabe cuantas víctimas se cobró la trama, pero se estima que pudieron ser entre 100 y 300 personas. Gente raptada en Kosovo, a la que se mantenía con vida hasta el momento en que era reclamada la mercancía.
La elección de Fushë-Krujë como centro de las supuestas operaciones no era casual. La distancia al aeropuerto de Tirana (Rinas) se cubre en quince minutos, por penoso que fuera el camino antes de que se construyera la carretera nueva. El portavoz y fiscal adjunto de la Fiscalía serbia para Crímenes de Guerra, Bruno Vekaric, sostiene que los órganos preparados para su comercialización eran trasladados en helicóptero a Rinas. Allí les esperaba un vuelo con destino a Estambul. "A los prisioneros se les quitaban los riñones, el corazón, todo lo que era útil para el tráfico. Tenemos la lista de precios en marcos alemanes. Un corazón eran 80.000 marcos, un riñón, la mitad", dice Vekaric. Los despojos de las víctimas se enterraban en terrenos adyacentes.
El escándalo provocado por estas denuncias ha estremecido al mundo y ha obligado a Eulex (el organismo europeo que se encarga desde finales de 2008 de administrar justicia y velar por la seguridad en Kosovo) a abrir una investigación preliminar... Leer todo el artículo aquí.
El "doctor Frankenstein" y sus 2.400 trasplantes
domingo, 10 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario