Alemania era, hasta hace unas semanas, el modelo exitoso a seguir. Se decía que, resultado de las reformas que había realizado el canciller Schröder del gobierno socialdemócrata (cuando gobernó en coalición con el Partido Verde) y, más tarde, la canciller conservadora del Partido Cristiano Demócrata, Angela Merkel (cuando gobernó en coalición con el Partido Socialdemócrata y, más tarde, con el Partido Liberal), Alemania estaba creciendo a un nivel (mas del 3% por año), que causaba la envidia del resto de países de la eurozona. De ahí el mensaje que se ha estado promocionando por las autoridades alemanas y por dirigentes de la Unión Europea (UE) de que se debían realizar, en todos los países de la Eurozona (incluyendo España), reformas semejantes a las que realizadas en Alemania a fin de alcanzar su nivel de competitividad, orientando la recuperación económica hacia el incremento de las exportaciones. Alemania se convirtió así en el modelo a seguir, un modelo que ha centrado su economía en el estímulo proveído por las exportaciones. Para alcanzar su nivel de competitividad, había que reducir los salarios y la protección social, incluyendo los beneficios laborales y sociales, tal como había hecho Alemania.
Éste ha sido también el mensaje promovido por el gobierno Zapatero y su equipo económico. El país tiene que pasar momentos difíciles para poder hacer las reformas que nos sacarán de la crisis. Este mensaje se ha convertido en el dogma que se ha estado reproduciendo también en los medios. Los pocos economistas que subrayábamos que este modelo alemán, ni era exitoso, ni era viable para todos los países, fuimos ignorados y marginados. Pues bien, lamento informarles que los datos, como ya preveíamos, ya están ahí para todo el que quiera verlos. La tasa de crecimiento de la economía alemana ha caído en picado y, según las cifras del último trimestre (Q22011), las tasas de crecimiento económico han bajado y la economía alemana está estancada y, en contra de las predicciones del gobierno alemán, les aseguro que permanecerá estancada por bastante tiempo.
LA DEBILIDAD DEL MODELO BASADO EN LAS EXPORTACIONES
El modelo exportador alemán es exitoso cuando hay países que importen lo que Alemania exporta. Pues bien, la gran mayoría de países a los que Alemania exporta, que son los países de la Eurozona, no están en condiciones de importar los productos alemanes. En realidad, nada menos que las dos terceras partes de todas las exportaciones alemanas van a los países de la Eurozona. Pero como estos países están en recesión, las importaciones de productos alemanes por parte de estos países han caído en picado, y con ello las exportaciones alemanas a estos países cayeron también en picado. Y, como consecuencia, tanto la economía alemana como la europea están estancadas. Todos los sacrificios (austeridad incluida) realizados por los gobiernos Schröder y Merkel fueron en balde. Sirvieron muy poco para aumentar la demanda de las clases populares alemanas. En realidad, la aplicación del modelo alemán a nivel de la UE es un desastre (no hay otra manera de definirlo), pues las políticas de austeridad que pregonan dificultan todavía más el crecimiento de la actividad económica. En realidad, lo que se necesita hacer es precisamente lo opuesto a lo que están haciendo, es decir, aumentar la demanda doméstica, y con ello estimular la actividad económica y el crecimiento económico, lo cual quiere decir que todas las políticas de austeridad que se están imponiendo a la población no son sólo erróneas, sino incluso contraproducentes.
La evidencia de ello es abrumadora. Incluso el Gabinete de Estudios del Fondo Monetario Internacional ha concluido que –como promedio en los países de la OCDE- cada reducción (equivalente a un 1% del PIB) del déficit público conlleva un crecimiento del desempleo de 0.3 puntos. En España este impacto es mucho mayor. Este aumento del desempleo contribuye al descenso de la demanda y con ello al descenso del crecimiento económico. Es este estancamiento económico –y no el tamaño del déficit y de la deuda pública- lo que está alarmando a los mercados. Lo que estamos viendo es la fortaleza de un (relato) dogma, el dogma neoliberal, totalmente impermeable a los hechos que está llevando a la economía europea a unos niveles de inactividad económica que puede conducirla a una Gran Depresión.
¿QUÉ DEBERÍA HABERSE HECHO?
Lo dijo muy bien Oskar Lafontaine cuando era Ministro de Economía de la coalición socialdemócrata-Partido Verde. Criticó duramente al gobierno Schröder y a sus políticas, que predijo conducirían al estancamiento de la economía alemana y de la economía europea. La Coalición Socialdemócrata-Partido Verde estableció con sus reformas (acentuadas más tarde por el gobierno Merkel) las bases que han llevado a la situación actual. Aquella coalición desreguló la banca, diluyendo la relación entre la banca y la economía productiva. Los bancos locales (equivalente a las cajas de ahorros de España) habían sido siempre un pilar del modelo industrial alemán, estableciéndose una relación capital financiero-capital industrial que estaba en el centro del sistema productivo. Era lo que se llamaba Deutschland, A.G.
El gobierno de coalición, liderado por Schröder, liberalizó el sistema financiero que tuvo como consecuencia el debilitamiento de esta relación de la banca con el mundo empresarial local, acentuándose así la mercantilización de la banca privada local. El gobierno Zapatero ha ido incluso más lejos. Ha privatizado las cajas de ahorros rompiendo esta relación entre el capital financiero y el empresarial que está dificultando enormemente la disponibilidad del crédito a las medianas y pequeñas empresas y a los ciudadanos.
LA REDUCCIÓN DE LOS DERECHOS LABORALES DE LA COALICIÓN PARTIDO SOCIALDEMÓCRATA-PARTIDO VERDE
Otra reforma de la coalición socialdemócrata-Partido Verde fue el debilitamiento del sistema de cogestión, mediante el cual los trabajadores de una empresa participaban en la (administración) gobernanza de la empresa. Una consecuencia de ello fue el debilitamiento de los sindicatos, con reducción del seguro de desempleo y una rebaja salarial que causó una reducción de las rentas del trabajo como porcentaje de la renta nacional. Puesto que la productividad continuó creciendo, ello se tradujo en un incremento muy notable de las rentas del capital a costa de la reducción de las rentas del trabajo.
Esta polarización de las rentas a favor del capital causó un estancamiento de la demanda interna por un lado y un gran crecimiento de capital financiero, por el otro. La enorme acumulación de euros que tuvo Alemania, resultado de la mala distribución de las rentas a favor del capital financiero, determinó así un estancamiento de la economía alemana y de la economía europea, causando un creciente endeudamiento de los países periféricos conocidos como PIGS, financiado en gran parte con el exceso de euros que tenía Alemania. La banca alemana se convirtió en la mayor propietaria de bonos públicos y privados de los países periféricos, incluida España.
Este modelo alemán estaba creando las bases para la crisis europea. De ahí que, como ya previó y propuso Oskar Lafontaine, lo que se tenía que haber hecho era estimular la demanda doméstica alemana, mediante la mejor distribución del crecimiento de la productividad, incrementando los salarios y expandiendo el gasto público social. Este crecimiento de la demanda alemana hubiera estimulado la economía alemana y, por lo tanto, la economía europea. Oskar Lafontaine propuso que los salarios aumentaran a nivel europeo, junto con una mayor intervención del Estado en la regulación del crédito, acentuando la necesidad de garantizarlo. Lafontaine dimitió como Ministro de Economía y también del gobierno, y contribuyó a crear un nuevo partido, Die Linke (La Izquierda). Mientras, el Partido Socialdemócrata perdió la mitad de militantes y sufrió el mayor bajón electoral de su historia. Y hoy Alemania está estancada. Todo el sacrificio que se impuso a las clases populares no sirvió para nada. La responsabilidad histórica de los dirigentes de aquel partido es enorme. Pero, por desgracia, los dirigentes de la Socialdemocracia española aprendieron la lección equivocada. Lo que tenían que haber aprendido es que desde la perspectiva de las clases populares (que tradicionalmente fueron sus bases electorales) todos estos enormes sacrificios que se están imponiendo a la población (y que serán incluso más acentuados con un gobierno PP) no han servido ni servirán para nada si su objetivo es salir de la crisis. Repito, para nada. Antes al contrario, han empeorado la situación. Vicenç Navarro. Sistema Digital
sábado, 1 de octubre de 2011
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