…la Psicología ha estado por lo general muy poco clara acerca de la íntima relación entre desalienación personal y desalienación social, entre control individual y poder colectivo, entre la liberación de cada persona y la liberación de todo un pueblo. Ignacio Martín-Baró.
El 16 de noviembre de 1989 es recordado por el infame asesinato de Elba Ramos, su hija Celina y los jesuitas de la UCA, Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López y López e Ignacio Martín-Baró.
Veintidós años han pasado desde que se cometió este asesinato por parte de miembros del ejército salvadoreño. Contrario a la intención de sus hechores, la condena que recibió el gobierno de El Salvador fue tan fuerte que influyó en la realización de las negociaciones de paz en este país.
Pero además de recordar el infame crimen y sus consecuencias, es bueno recordar la vida y la obra de los jesuitas. En este caso particular, el importante legado que dejó Ignacio Martín-Baró.
Martín-Baró fue, además de sacerdote jesuita, un psicólogo social y fundador, con su obra, del movimiento de la llamada Psicología de la Liberación, que cuenta ya con la producción de diversos trabajos, la celebración de varios congresos en distintos países de América Latina y el andar que muchos psicólogos comprometidos realizan en sus países y comunidades de origen.
Dicha psicología de la liberación, además del esfuerzo de Martín-Baró y de otros psicólogos comprometidos, nace en la realidad social y del ambiente cultural propio del contexto. Es parte de una genuina producción que se realizó más ampliamente en América Latina y que comparte preocupaciones y un claro aire de familia con la teoría de la dependencia, la teología latinoamericana de la liberación y la pedagogía del oprimido, aportes nacidos de una realidad sociohistórica común y de un talante comprometido y crítico.
Parte del legado de Martín-Baró se encuentra en la producción que realizó en libros, compilaciones y artículos. De hecho, en este año también se celebra el 30 aniversario de presentación del extraordinario libro Acción e ideología. Psicología social desde Centroamérica.
Editado por la Universidad Centroamericana Simeón Cañas (UCA), lleva ya dieciséis reimpresiones al 2013 y sigue teniendo una actualidad y vigencia enormes.
En las páginas de este libro se combinan el riguroso examen de una ciencia en crisis (llena de problemas epistemológicos, teóricos y metodológicos importantes), con el compromiso con la realidad del pueblo salvadoreño y, por extensión, de los sectores populares centroamericanos, proponiéndose pensar y acompañar tal realidad.
Entre otros aportes, la discusión respecto al objeto de estudio de la psicología social es totalmente pertinente y actual. Según Martín-Baró, la psicología social estudia la acción en cuanto ideológica, es decir, en cuanto referida a una significación social producida desde unos intereses sociales determinados (a lo que se puede añadir, atravesados de relaciones de poder).
En otras palabras, más que estudiar exclusivamente los “mecanismos” formales de la acción de las personas y grupos como lo hacen muchas expresiones de la psicología, se trata de comprender las determinaciones que van más allá de lo meramente “interpersonal” y que se anclan en las condiciones sociales que les dan sentido.
Esto puede resultar demasiado “comprometido” para un tiempo en que priva una actitud “light” y de indiferencia, en que la hegemonía del capitalismo, pese a las crisis, sigue siendo parte efectiva de la configuración del mundo y de la realidad personal y colectiva.
Precisamente los planteamientos que realiza Martín-Baró respecto al objeto de estudio de la psicología social (y muchos otros que se encuentran en su producción científica y académica), pueden ayudar a comprender las vinculaciones que se establecen entre la realidad social y la realidad personal, a darle respuesta a las preguntas sobre cómo se reproduce lo social en lo personal y cómo lo personal se recrea en lo social.
Fenómenos tan diversos como el impacto de la globalización en el esquema neoliberal, la apatía en la participación política, el anhelo y la aceleración del consumo en amplios sectores de la población, la violencia en sus distintas formas, la integración en grupos como las pandillas y el narcotráfico, la migración, etc., pueden ser enriquecidos desde una perspectiva que pueda engarzar la relación entre lo personal y lo social como proponía Martín-Baró.
Acción e ideología y su continuación Psicología, sistema y poder, así como compilaciones y artículos que produjo Ignacio Martín-Baró, resultan referencias necesarias para seguir pensando la realidad. Para seguir cuestionándola. Un primer paso para su transformación.
Como dice en el prólogo de este libro:
“Se trata de una psicología social desde Centroamérica, encaminada a desentrañar los intereses agazapados tras el hacer y quehacer de grupos y personas en estas sociedades conflictivas, orientada a poner de manifiesto la ideología que se materializa en la acción cotidiana. Intencionadamente se asume una postura crítica, pero sin desechar el acervo de conocimiento disponible. Hay en este libro un esfuerzo por construir una psicología social que, recogiendo lo mejor de su tradición, intenta dar respuesta a las acuciantes preguntas que plantean los procesos que hoy viven los pueblos centroamericanos”.
Intención admirable y actual que constituye uno de los mejores legados de Ignacio Martín-Baró.
Fuente: Mariano González.
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