El pasado otoño oímos decir a diferentes altos cargos del Partido Popular que se apoyarían en la recuperación económica como pilar fundamental de su programa de reelección. Y así han hecho; no pierden ocasión para hablar de ello mientras no les oímos jamás hablar de problemas tan relevantes como pueda ser la pobreza de las familias o, todavía peor, sus consecuencias en los niños, incluida el hambre. Sin duda piensan que —al menos para muchos de sus votantes— de lo que ellos no hablan, no existe.
Atender a la pobreza —y de manera muy especial la de los niños y jóvenes— no es un acto de caridad. Es estrategia de país y visión de Estado. Pensando en el futuro común (desde luego, más allá de las próximas elecciones) es preciso asegurar que dentro de unos años no habrá toda una generación de ciudadanos casi sin preparación ni recursos personales, y posiblemente con una visión rencorosa y hostil de la vida, consecuencia de una niñez y juventud que pueden (vistas desde una perspectiva infantil) haber sido trágicas. En este país hay memoria reciente de vidas marcadas por infancias y juventudes bien difíciles y conocemos su precio, también para el conjunto de ciudadanos.
No merece la pena llamar la atención del mundo del Partido Popular sobre este tema; sería inútil. Al resto nos conviene tenerlo muy presente. ELISEO PASCUAL GÓMEZ Alicante 16 ABR 2014.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2014/04/15/opinion/1397577264_512550.html
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