Con la muerte en Madrid del médico y misionero de la Orden de San Juan de Dios Manuel García Viejo (Q.E.P.D) se elevan a dos los muertos europeos —ambos españoles— por el virus del ébola. Estas muertes, otros contagiados europeos y estadounidenses y, sobre todo, las previsiones sobre una posible expansión de la enfermedad en EE UU han movido al presidente Obama a reclamar públicamente más medios para luchar contra la enfermedad, detectada en 1976, y que ha provocado, según anunció la OMS el pasado día 22, el contagio de unas 5.843 personas, y alrededor de 2.804 fallecidos. Contrasta la rapidez con la que el mundo occidental parece dispuesto a enfrentarse al ébola al sentirse amenazado, frente a la desidia con la que contempla el hecho de que, según los mismos expertos de la OMS, se produzcan al año 2.000 millones de casos de diarrea que producen la muerte de 1,5 millones de niños menores de cinco años (uno cada tres minutos).
¿Cómo es posible tal hecho? La respuesta parece sencilla: la diarrea no supone ningún peligro para nuestro Primer Mundo. Ante estos datos, tan solo una pregunta: ¿dónde quedó el famoso 0,7% de los presupuestos como ayuda a los países subdesarrollados?
Fuente: El País. Tomás Díez Vivas.
jueves, 2 de octubre de 2014
¿Quién ayuda al Tercer Mundo?
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