Mi hijo de 15 años, junto con otros compañeros, ha acudido a la manifestación en defensa de la escuela pública. Como madre me preocupa que mi hijo con esa edad deba ir a reclamar sus derechos: el derecho a una escuela pública de calidad, sin recortes, con medios; sin argumentos torticeros que proclamen que no hay recortes cuando los números evidencian que sí los hay. Aunque no en todas las escuelas; en las concertadas se ha producido un aumento del presupuesto, incluso en las segregadas por sexo. Así que no entiendo las declaraciones de la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, cuando califica de “huelga política” más que “educativa” la huelga de estudiantes. Por supuesto que lo es, de la misma forma que los recortes son fruto de una política sustentada en una ideología liberal que aboga por acabar con lo público para que sea meramente residual; que cada uno tenga no lo que merezca, sino lo que se pueda pagar.
Pero no todo es negativo: quizá nuestros hijos, ante tanta indecencia política y escasa sensibilidad de los que mandan para con la mayoría social, se conviertan en ciudadanos críticos, exigentes con la clase política y poco tolerantes ante la mediocridad de algunos de los que nos gobiernan. No es solo la defensa de lo público, es la defensa del derecho a tener un futuro digno.— CARMEN GRACIA CASALS 23 OCT 2014. Barcelona. El País, cartas al director.
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