lunes, 10 de septiembre de 2018

…Y en Italia se cayó un puente

por nuestros medios de comunicación estructuralmente corruptos, por la sencilla razón de que forman parte de ese problema y de esa política: en su inmensa mayoría pertenecen a magnates y grandes grupos económicos y naturalmente son fervientes seguidores del culto neoliberal.

Vean sino cómo se ha informado del fin de la “ayuda” financiera a Grecia, hito que se produjo el 20 de agosto. Fue casi una celebración; “Grecia ve la luz al final del túnel”, “gracias al sacrificio de su población, Europa seguirá entera…” y cosas así. Sin embargo, los datos son claros; la deuda griega ha pasado del 135% del PIB en 2009 al 180%, el paro del 10% al 20%, el país ha perdido 400.000 habitantes…. Y Alemania se ha embolsado 3000 millones en concepto de intereses! “Grecia lo ha conseguido, nosotros lo hemos conseguido”, declaró el 21 de agosto el comisario Pierre Moscovici (en el telediario alemán Tageschau). ¿Son idiotas o nos toman por idiotas? Da un poco igual. Las elites viven en su mundo hasta que el asunto les estalla en las manos.

Y como guinda, el anuncio de que Berlín quiere que el sustituto de Jean-Claude Juncker al frente de la Comisión Europea (número uno de la UE) sea un alemán: Manfred Weber. Los alemanes siguen copando puestos en la UE. Con métodos conspirativos de nocturnidad y alevosía que han sido denunciados hasta por la defensora del pueblo, Emily O´Reilly. Impusieron a su hombre, Martin Selmayr, como secretario general de la Comisión, un cargo fundamental. Sin publicación de vacante ni aviso de concurso, denunció O´Reilly.

Los alemanes, la derecha alemana, controlan el presupuesto de la UE (¡hasta 2027!) con el torpe Günther Oettinger, dirigen el Banco de inversiones europeo, el mecanismo de rescate del euro, el secretariado del Parlamento Europeo y tienen la jefatura de casi todos los grupos parlamentarios de la cámara. Allí donde no tienen a su hombre, tienen a un títere, un hombre de paja o de la confianza de la canciller Merkel, como el polaco Donald Tusk, un caso entre muchos. Y allí donde hay un tipo al mando que no les gusta, éste tiene a su lado a un comisario alemán para controlarle. Recuerda mucho a los primeros secretarios de las repúblicas de la última URSS: todos eran locales, pero casi todos tenían como segundo a rusos de toda confianza… Y ahora quieren poner a Weber, un tipo sin gran experiencia, en el puesto de Juncker. Una cosa es segura: seguirán cayendo puentes y seguiremos saliendo de la crisis como Grecia.

Rafael Poch

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