miércoles, 10 de febrero de 2021

_- “La guerra no es innata para la humanidad, es posible un futuro más pacífico”

_- La investigación de Brian Ferguson sobre los orígenes de la guerra, habiéndose remontado para ello al comienzo de la historia humana y la de nuestros parientes simios más cercanos, sugiere que la guerra no es parte de nuestra evolución.

La guerra y toda su brutalidad llaman la atención y permanecen en la memoria. Los recuerdos de guerras y conquistas tienden a quedarse y ocupar el centro de atención en los registros históricos. Sin embargo, una narrativa centrada en la guerra pinta una imagen incompleta de la historia humana y de su naturaleza. Si bien existe una opinión popular en la comunidad antropológica de que la guerra es una tendencia evolutiva e innata de los humanos, también existe un rechazo a esa teoría. Existe un creciente argumento a favor de una historia humana que antecede por completo a la guerra y señala, además, que la guerra no es innata a la naturaleza humana, sino que es un desarrollo social y cultural que comienza en ciertos lugares concretos del mundo. 

No obstante, una vez que surge la guerra esta tiende a extenderse, tal como explica el antropólogo histórico R. Brian Ferguson, quien ha pasado más de 40 años investigando los orígenes de la guerra. Ferguson, profesor de antropología en la Universidad de Rutgers, señala que la guerra no es lo mismo que la violencia interpersonal, o el homicidio. La guerra implica conflicto armado organizado y un homicidio aprobado por la sociedad y llevado a cabo por miembros de un grupo contra miembros de otro grupo. Ferguson sostiene que la evidencia actual sugiere que la guerra no siempre estuvo presente, sino que comenzó como resultado de cambios sociales, habiendo evidencia de que los orígenes de la guerra aparecen en marcas de tiempo muy variables y en diferentes lugares del mundo. Ferguson estima que los primeros signos de guerra aparecen entre el 10.000 a. C., o hace 12.000 años. ...

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