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viernes, 6 de junio de 2014

Como antes de la Revolución Francesa. Los ricos siempre quisieron serlo más, pero no precisaron que el resto fuera muy pobre

Según la OCDE, quienes constituyen el 1% más rico en España acumulan el 8% de la totalidad de las rentas. Si aquí hay unos 45 millones de habitantes, eso significa que unos 450.000 individuos se reparten el 8% de los beneficios globales. Pero no se apuren: la cosa es mucho más llamativa en otros lugares, sobre todo en los Estados Unidos, donde ese 1% acapara hasta el 20% del total. En 1981 “sólo” poseía en torno al 8% de la riqueza, así que ya ven lo bien que le han ido los negocios en los últimos treinta años (o las especulaciones, o quién sabe si la progresiva explotación de sus empleados). Por su parte, en el Reino Unido el famoso 1% ha pasado de atesorar el 6,7% a casi el 13% en el mismo periodo, y algo parecido sucede en el Canadá y en Alemania. Respecto al crecimiento, la OCDE alerta: desde 1975, el 47% del total fue para ese 1% en los Estados Unidos; el 37% en el Canadá; en Australia y el Reino Unido el 20%. En España, “sólo” el 10% del crecimiento fue para el dichoso 1%, mientras que, si ampliamos al 10% más acaudalado, éste se llevó el 20%. Con la crisis, avisa la OCDE, el nuestro es uno de los países en que la desigualdad más ha aumentado.

Ante semejante situación, uno diría que lo que les tocaría a los más ricos del mundo sería: a) no llamar mucho la atención, y menos aún alardear de su exuberancia; b) hacerse “perdonar” sus fortunas, sobre todo los que no las hayan obtenido limpiamente y sin perjudicar a nadie (también los hay así, desde luego: basten como ejemplo los deportistas, que no son culpables de que millones de personas estén dispuestas a verlos evolucionar en una cancha o en un estadio; es más, su virtuosismo trae beneficios a muchos otros individuos); c) no quejarse de los impuestos que han de pagar (muy pocos, proporcionalmente, en la mayoría de los países); d) no mostrarse nunca despreciativos hacia los menos favorecidos, sino, por el contrario, respetuosos al máximo; e) no pedir “más” de nada, en concreto aplausos.

Quienes lean las columnas del Premio Nobel de Economía Paul Krugman estarán al tanto de que los millonarios estadounidenses (con excepciones) suelen hacer exactamente lo puesto. No sólo quieren ganar más, y pagar menos impuestos; no sólo se quejan de los enormes gastos que conlleva el tren de vida al que se han obligado a sí mismos, sino que además exigen admiración, gratitud y afecto del resto de la población, y no toleran una crítica. Se consideran “benefactores”, “creadores de empleo”, “impulsores de la economía”, y por tanto dignos de toda alabanza. (Puede ser, pero callan que se benefician e impulsan principalmente a sí mismos.) Y da la impresión de que no les basta con incrementar las ganancias, sino que necesitan que otros no las obtengan, para así poder lucir más ellos. Esto último es novedoso, al menos desde que yo tengo memoria. Debió de ser así antes de la Revolución Francesa, tras la cual empezó a procurarse no subrayar las diferencias y que el grueso de los habitantes fueran mejorando sus condiciones. Los ricos siempre quisieron serlo más, pero no precisaron que el resto fuera muy pobre, ni desde luego aspiraron a ser venerados por éste.

Hace pocos años, unas declaraciones como las recientes de la Presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol, habrían sido inimaginables. Ojo, lo inimaginable no es que sujetos como ella pensaran así, o incluso lo dijeran en sus cenas, en privado y entre pares; lo inconcebible habría sido que alguien privilegiado hablara en público de cualesquiera otros en tono tan despectivo e insultante, y protestara por tener que abonar el salario mínimo (bajísimo en España) a quienes “no valen pa nada”. Oriol, recuerdan, puso a caldo a los jóvenes que abandonaron sus estudios para trabajar en la construcción durante la burbuja inmobiliaria, porque al ganar “1.000, 1.500 euros al mes” (para tales matados, según ella, una fortuna), los viernes y sábados se creían “los reyes del mambo” y ligaban mucho. Oriol omitió que sus colegas y representados, los empresarios, eran quienes tentaban y convencían a esos jóvenes, quienes los inducían a dejar los estudios. Y olvidó, asimismo, que algunos de éstos se verían forzados a traer un sueldo a su hogar si todos los miembros de su familia estaban en paro, por ejemplo. Pero aunque todos esos “inútiles” hubieran interrumpido su educación para bailotear en las pistas con sus dinerales (¡1.000, 1.500 euros!) … Cierto que nadie les puso una pistola en la sien para que aceptaran, como tampoco al resto de la población para que solicitara créditos a los bancos para cualquier chorrada (una comunión o un viaje al Caribe). Pero todos sabemos que tanto los empresarios de la construcción como los banqueros instigaron y persuadieron (a menudo mintiendo) a los chicos a convertirse en paletas y a la gente a entramparse. Ahora la culpa es sólo de los ignorantes incautos; de los tentados y nunca de los tentadores; de los corrompidos y no de los corruptores; de los pardillos y no de los pícaros. Ya digo: hace pocos años unas declaraciones así no habrían sido posibles, por la sencilla razón de que Mónica de Oriol y sus equivalentes habrían temido por sus puestos y por su imagen. Y, que yo sepa, esa señora no ha sido destituida ni ninguno de sus iguales le ha retirado el saludo. Eso es lo más preocupante: que la chulería y el desdén de los ricos no les pase factura. (Ojo, es lo más preocupante para ellos mismos, y no se dan cuenta.) Más o menos como antes de la Revolución Francesa.
Fuente: JAVIER MARÍAS 18 MAY 2014 -El País Semanal.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Declaración de Lisboa. Responsabilidad y Justicia para Iraq

Iraqsolidaridad

Miembros de la Red Internacional antiOcupación (IAON) venidos de Portugal, Argelia, Bélgica, Francia, Iraq, Jordania, Holanda, España, Suiza, Suecia y Reino Unido, y pertenecientes a diversas organizaciones se reunieron en Lisboa, del 11 al 13 de octubre para debatir sobre la situación de Iraq y su futuro. ...

La política del actual régimen se basa en la venganza y en la división sectaria e impulsa los actos de terrorismo contra la población civil para evitar así que Iraq recobre su soberanía tras décadas de sanciones, guerra y ocupación. La Red Internacional AntiOcupación (IAON) reitera su posición expresada en la Declaración Le Feyt de 2008: “[…] Es evidente que Iraq no puede recobrar su unidad, su integridad territorial y una estabilidad duradera hasta que su soberanía esté garantizada. […]Todos los vecinos de Iraq deberían reconocer que la estabilidad en Iraq sirve a sus propios intereses y deberían comprometerse a no interferir en sus asuntos internos.” El pueblo de Iraq rechaza el sectarismo y la división.

Nuestro plan de acción
Para la próxima etapa, nuestros principales objetivos son:
  • Movilizar la conciencia internacional sobre la situación de Iraq y apoyar la abolición de los restos políticos de la ocupación
  • Intensificar las exigencias de Responsabilidad y Justicia para Iraq
  • Aumentar la cooperación entre las fuerzas solidarias y el pueblo iraquí para aliviar el sufrimiento de las víctimas de la guerra y la ocupación de Iraq
Entre todas las acciones que se apoyan, en el próximo período la IAON se centrará en:
1. Continuar difundiendo e intercambiando información sobre la resistencia popular al sectarismo y sobre las continuas violaciones de los derechos humanos en Iraq.
2. La coordinación de los esfuerzos para presionar tanto a parlamentarios nacionales como europeos para que animen a los gobiernos y a los cuerpos de Naciones Unidas con la finalidad de que de manera contundente se opongan a la sistemática y generalizada violación de los derechos humanos perpetrada por las autoridades iraquíes, especialmente la aplicación de la pena de muerte, y para que apoyen las importantes recomendaciones del informe publicado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas*, que incluye la vuelta a Iraq de un relator para que siga de cerca el respeto a los derechos humanos allí.
3. Trabajar en la planificación de una estrategia legal para detener a todos aquellos responsables de los crímenes en Iraq y para exigir compensaciones para sus víctimas.
4. Actuar para que se lleven a cabo investigaciones independientes internacionales sobre el uso de distintas armas en Iraq y el incremento en el número de malformaciones congénitas en Faluya, Basora y otros lugares, y sobre el uso del territorio iraquí como un basurero de peligrosas sustancias químicas y radioactivas.
5. Llevar a cabo diferentes proyectos de cooperación entre los distintos grupos nacionales de la IAON y las organizaciones iraquíes para ayudar a los más afectados por el conflicto en Iraq.
La Red Internacional antiOcupación anima a todas las fuerzas de paz a que se unan en este trabajo por Iraq.
Lisboa, 13 de octubre de 2013
*Véase el documento de Naciones Unidas “ Truth, justice and reparations for Iraq ”